Lo que sigue es una versión corregida del
reportaje que me realizara Mario Hernández y que se publicara en Rebelión, en: http://rebelion.org/noticia.php?id=265048
(consultado el 01/02/2020).
En un escrito del diario Página12[1]
se sugiere que la titular del FMI “…comparte los principales postulados
económicos y sociales del gobierno de Alberto Fernández: cobrar más impuestos a
los sectores de mayor capacidad contributiva, transferir más recursos a los
grupos sociales que se ubican en la base de la pirámide de ingresos y aumentar,
si es necesario, el gasto social.” Agrega el autor: “Con esas ideas Georgieva
estaría en condiciones de afiliarse al peronismo, pero, se sabe, la última
palabra en el Fondo la tiene Estados Unidos.” Es obvio que se trata de una
ironía, evidente en la confirmación de EEUU detrás de cualquier decisión, más
cuando en Washington habita la Casa Blanca Donald Trump.
Ocurre que la nueva titular del FMI reemplaza a
Christine Lagarde, ahora al frente del Banco Central europeo. Lagarde fue la
responsable del préstamo más grande que otorgó el FMI en su historia, el
préstamo a la Argentina por 57.000 millones de dólares, otorgado a mediados de
2018 y que alcanzó a liquidar algo más de 44.000 millones de dólares. Puede
considerarse a la operación de crédito como un gran fracaso, ya que el objetivo
del FMI y EEUU, era favorecer que Mauricio Macri lograra un segundo período de
gobierno, entre 2019 y 2023; que utilizara ese dinero para lubricar la
situación económica de la Argentina y avanzar con las tareas pendientes de ajuste
y reestructuración regresiva en un segundo mandato. Eso no se logró y hay
muchas dificultades para que la Argentina devuelva su deuda. Por eso es que el “riesgo
país” de la Argentina creció hasta los 2.500 puntos ante la incertidumbre del
resultado electoral y curiosamente se redujo ante las primeras declaraciones,
aun antes de asumir el nuevo gobierno: "No quiero hacerle quitas a nadie
ni dejar de pagar lo que debemos"[2].
La tendencia a la baja del riesgo país se
sostuvo ante las primeras medidas del gobierno, algo que sorprendió ante una
opinión mayoritaria que daba por descontado el default. Ahora, cuando se difundió
el Proyecto de ley de “restauración de la sostenibilidad de la deuda pública externa”,
con media sanción en Diputados desde el 29/01/2020, donde lo que se propone es
una reestructuración de la deuda en dólares y de legislación extranjera para
modificar los plazos, o las tasas de interés, o los montos; los inversores
internacionales de deuda externa en divisas, y bajo legislación externa tienen
temor de que la Argentina haga quita de capital, o disminución de tasas de
intereses y/o reestructuración de los plazos. En razón de ello es que bajan las
cotizaciones de los títulos de la deuda y, por ende, vuelve a subir el riesgo
país, por encima de los 2000 puntos.
Entonces, el primer dato es que el FMI tenía
que cambiar de titular porque estaba muy expuesto con el fracaso en términos
financieros de la gestión Lagarde. Por lo tanto, el FMI está atrapado sin
salida y obligado a negociar con la Argentina. Es más, Martín Guzmán, ministro
de Economía de la Argentina dice con relación al FMI que “la Argentina tiene el
control”[3],
porque el que está preocupado por cobrar es ahora el FMI. El FMI es
corresponsable de un préstamo que no funcionó para lo que se imaginó, es
responsable del potencial default en que está la Argentina en la actualidad y,
por lo tanto, Kristalina Georgieva viene a generar las condiciones para un
diálogo dirigiendo un Directorio donde ya no está la responsable de ese
préstamo impagable.
No nos engañemos, atrás del Directorio del FMI
están los accionistas, sobre todo el principal, que es EEUU, nada menos que el
gobierno de Donald Trump. El crédito fue otorgado por decisión de EEUU para que
Argentina acompañe la política exterior estadounidense en la región,
especialmente sobre y en contra de Venezuela, sobre el petróleo venezolano, sobre
Cuba y la alianza Cuba-Venezuela. Así, se propone obstaculizar todo proceso de
crítica a la política en defensa del orden capitalista. Ese es el marco general
de la “nueva situación” en la relación de la Argentina con el FMI.
Hacia el Foro Económico Mundial de Davos, en
Suiza, donde participa el FMI, el pasado 17 de enero la directora gerente del
FMI hizo un discurso sobre las condiciones del funcionamiento de la economía mundial[4]
y allí sostuvo los conceptos que son asimilables o en sintonía con el discurso
oficial en la Argentina de Alberto Fernández, por eso la ironía de una titular
del Fondo “peronista”. Ahí, Kristalina Georgieva señala con mucha preocupación
que la característica de la economía mundial es la incertidumbre, pero hay
factores que agravan la incertidumbre mundial como el cambio climático.
Aludiendo a los incendios forestales en Australia como tema central, un tema
eje en el debate en Davos.
Está claro que no se le ocurre a la titular del
FMI asociar el cambio climático al modelo del capitalismo contemporáneo. En
todo caso es una cuestión tomada como si hubiera una “crisis en el clima”, por
eso la llaman “cambio climático” como si no fuera que la afectación del clima
tiene que ver con el modelo productivo, con la exacerbación de la explotación
de la fuerza de trabajo y la depredación de los recursos naturales por parte del
capitalismo contemporáneo. Pero al mismo tiempo señala Georgieva que el
problema es la guerra comercial entre EEUU y China, aunque señala como dato
positivo que se suscribió la fase uno de un acuerdo, que posterga la fase dos,
los temas más importantes de la negociación entre EEUU y China, para el futuro.
Esos temas de fondo son los tecnológicos, de comunicación, donde evidentemente
China le está sacando ventaja a EEUU. Un dato importante es que el déficit
comercial de EEUU con China es de 420.000 millones de dólares. China le vendió
a EEUU el año pasado por 539.000 millones de dólares y EE UU solo vendió a
China por 120.000 millones de dólares.
No es correcto hablar de nueva Guerra Fría. El
2020 es un año electoral en EEUU y por eso Trump firmó este acuerdo de fase
uno. Está perdiendo en el plano de la economía. Inició la guerra comercial
porque está perdiendo en el plano de la producción. Mantiene EEUU el poderío
militar y el ideológico cultural, con China intentando acortar diferencias en
ambos planos. China aventaja productivamente, está haciendo muchos esfuerzos
por mundializar el Yuan, su moneda local, para internacionalizarla; está profundizando
sus alianzas internacionales, especialmente con Rusia, Irán; del mismo modo que
alienta nuevos circuitos financieros y tecnológicos alternativos a los
hegemonizados por EEUU. En el mismo sentido intenta Europa para eludir los mecanismos
de control financiero establecidos por EEUU. De hecho, entonces, no hay muchas
condiciones para repetir la Guerra Fría, Socialismo vs Capitalismo, que imperó
en el sistema mundial entre 1945 y 1991, pero sí hay una discusión de dos
grandes potencias que están disputando quién domina la organización del sistema
económico mundial.
Agenda de sugerencias
sobre política económica del FMI
Volviendo al FMI, Georgieva dice que en este
clima de incertidumbre el principal problema que hay es que ha crecido la
desigualdad y ahí es donde se procesa la asociación al “peronismo” o a cierta
concepción socialdemócrata en el plano de las ideas, especialmente en economía
y política económica. En este sentido propone llamar la atención en tres
cuestiones. En primer lugar impulsar políticas tributarias progresistas, eso
llama la atención, a muchos les gusta oír eso, yo lo traduzco como un “que
paguen los ricos” pero es difícil que lo hagan cuando en el propio Foro
Económico Mundial, Oxfam difundió los datos de la desigualdad en el sistema
mundial, en donde se verifica que 2.153 personas, multimillonarios, tienen la
misma riqueza acumulada que el 60% de la
población mundial.[5]
Hay un nivel de desigualdad en el mundo muy
importante. La propia titular del FMI dio en su discurso del 17 de enero el
ejemplo de que un porcentaje muy reducido de la población británica, el 10% más
rico del Reino Unido, tiene la misma riqueza que el 50% de la población más
pobre del país. Señala que algo similar pasa en la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El tema de la desigualdad que aparece
como una novedad en el FMI, ya fue asumido por el Banco Mundial. Mario Hernández,
quien originó estas notas colaboró en la difusión de una crítica al libro de Thomas
Piketty, que publicó en 2013, “El Capital en el Siglo XXI”, para mostrar que en
la historia del capitalismo lo que crece es la desigualdad. Uno puede hacerle
muchas críticas teóricas al libro del economista francés, y a su nuevo libro de
reciente aparición “Capital e ideología”, pero si hay algo en lo que se pone el
acento es en la desigualdad. Kristalina Georgieva pone el acento allí. El FMI sostiene
ahora “vamos a impuestos progresivos”, afirmación contrapuesta con el escrito en
el reciente acuerdo con la Argentina. En segundo lugar, dice “preocupémonos por
el gasto público social. Especialmente educación y salud”. No tiene nada que
ver con el ajuste que empuja en Argentina, en Grecia, Turquía o cualquier país
que ha hecho acuerdos crediticios con el FMI. En tercer lugar, dice que hay que
hacer reformas estructurales, y se refiere a la reforma laboral, la reforma
previsional, que apuntan a quitar derechos históricamente conquistados por la
población trabajadora.
Resulta importante leer lo que está diciendo el
FMI, porque Georgieva compara en esa intervención a la economía actual con la
de hace un siglo y sostiene que “en 1920 el mundo estaba de fiesta, y 10 años
después vino la gran crisis del 30”, abriendo el paraguas de una crisis de la
profundidad que supuso aquella crisis del 1929/32, que fue una gran conmoción y
que estuvo acompañada, desde el punto de vista civilizatorio e histórico de una
revolución, la bolchevique en 1917, constituyéndose la URSS en la década del 20
y proyectándose como poder global de bipolaridad hacia 1945. Por eso Georgieva
dice que si no toman medidas correctivas en el capitalismo en crisis, lo que se
viene es el “populismo y la agitación política”. Diría que están mirando con
seriedad lo que acontece en Francia, o en Chile, o en Colombia o en Haití, para
mencionar luchas muy visibles y que han aparecido en todos los medios en los
últimos tiempos, pero que se proyectan en Asia, África, América Latina, en todo
el planeta.
Este es el momento de mayor acumulación de
poder de la ofensiva del capital con la hegemonía neoliberal, pero al mismo
tiempo se expresa el mayor nivel de descontento de este tiempo histórico con
movilizaciones explicitadas de distinto nivel entre las cuales está el estímulo
a los “nacionalismos proteccionistas” de Donald Trump o el Brexit en Gran
Bretaña o salidas hacia la derecha como Brasil con Bolsonaro o en otros casos
europeos como el de Polonia y la propia Liga en Italia.
Lo que se está viendo es un mundo convulsionado
donde la materialidad de los asuntos económicos está en vísperas de un
estallido, de un potencial problema. Entonces deben tomar algunas medidas de
carácter preventivo, medidas por las que algunos irónicamente dicen que podría
afiliarse al Partido Peronista. Pero es una ironía porque el Peronismo también
ha sido el Menemismo en los ´90, es un conglomerado que expresa diferentes
cuestiones, hay muchos peronismos, se puede pensar en los peronismos en el
gobierno y vas a encontrar matices diferenciados, incluso se puede ubicar la
dinámica social de acumulación del peronismo en la resistencia, desde el 55 en
adelante hasta el 73 con el retorno de Perón, incluso mucha dinámica cultural,
social, política organizativa de tradición en el peronismo, nacionalismo
popular, nacionalismo popular revolucionario. Es una diversidad muy grande,
pero me parece que hay que tomar nota que el principal problema lo tiene hoy el
FMI que está obligado a negociar y no es sólo el FMI, sino que atrás de él se
mueven otros intereses económicos, políticos, globales como el propio Vaticano.
Luego del Foro Económico Mundial hay una reunión convocada en Roma por el
Vaticano, donde el tema central va a ser la situación de la Argentina, de la
deuda.
La deuda es odiosa porque no fue a favor del pueblo
argentino, el deudor sabía que no podía pagar y el acreedor que no podía cobrar.
A la reunión concurrirán, entre otros, Kristalina Georgieva, Martín Guzmán y
Joseph Stiglitz. Vale recordar que el año pasado, por primera vez se reunieron
el Papa Francisco y Joseph Stiglitz, encuentro en el que coincidieron en varios
asuntos, especialmente en la crítica a la ortodoxia neoliberal. De modo
didáctico, sostengo que en el orden capitalista hay dos grandes propuestas para
gestionar el capitalismo contemporáneo.
Una es la hegemónica, mayoritaria, la corriente
principal, que es la que se constituyó en los últimos 40 años la liberalización
de la economía. Es lo que se identifica en términos globales como
neoliberalismo, que tiene matices, contradicciones muy variadas, que ahora
aparecen hasta variantes proteccionistas a lo Trump, que curiosamente este
acuerdo con China supone el retorno a los acuerdos de liberalización de la
economía; pero esta es una, la que ha construido la globalización de los últimos
40 años, desde 1973 para acá, desde el ensayo de las dictaduras militares del
Cono Sur, del terrorismo de estado en el Cono Sur en adelante, el tiempo de constitución
del neoliberalismo.
La otra corriente que pretende administrar el
orden capitalista es la que congenia y concilia en la ideología de la Encíclica
papal “Laudato Sí”, en la concepción del Papa Francisco y Stiglitz, quienes
sustentan una vuelta al período previo a la hegemonía neoliberal. Se proponen reinstalar
las concepciones del Estado de bienestar. En rigor, hubo Estado de bienestar
porque había intento de construcción socialista desde la revolución rusa. Sin
esa contracara de la URSS era muy difícil que hubiera construcción de
capitalismo reformista o Estado de bienestar. Por eso, decía que no veo ahora
condiciones de Guerra Fría, porque lo que está ahora en disputa es la gestión
del capitalismo. Mientras que entre el 1945-1991, aunque se discuta cuánto de
socialista tenía el “campo socialista”, sí había un debate civilizatorio entre
capitalismo y socialismo.
Se van a encontrar en esta reunión el FMI,
Stiglitz que viene de los organismos internacionales, fue economista jefe del
Banco Mundial. Pero junto con él, que es premio Nobel de Economía del 2001, en
esa concepción también está Paul Krugman premio Nobel de Economía de 2008 y te
menciono las fechas porque en los años de las crisis capitalistas los Nobel son
reformistas. Ambos años, 2001 y 2008, son años de gran crisis de EEUU. Por eso,
los Nobel de Economía son personajes críticos de la ideología principal
neoliberal, pero que están dentro de la restauración del orden capitalista.
Joseph Stiglitz es el padrino/mentor de Martín
Guzmán, el ministro de Economía de la Argentina. La gran sorpresa de Alberto
Fernández fue demorar la designación de su ministro de Economía, que en los
primeros tiempos de su función generó buena aceptación en el mercado de
capitales, entre los inversores y especuladores, por eso comentaba que bajó el
riesgo país de la Argentina. En los primeros días de gobierno se hizo una
restructuración de la deuda en pesos, de unos 100.000 millones de pesos,
modificando plazos, intereses, y alargando tiempos de cancelación. Fue una
señal de confianza a los acreedores de que la Argentina, al menos su deuda en
pesos, no irá al default. El problema es la deuda en moneda extranjera, por lo
que se acaba de otorgar media sanción a una ley para darle sostenibilidad al
pago de la deuda externa, la deuda en divisas y bajo legislación extranjera.
Eso es lo que los inversores externos ahora ven con cierta desconfianza y van a
querer condicionar para que no se vaya tan largo el plazo, para que no se
modifique tanto la tasa de interés, para que los montos no tengan quitas.
Negociar en las mejores condiciones posibles para los acreedores será la
presión a soportar.
Pero este es un momento de mucha complejidad en
cuanto a la situación de la economía mundial, y la Argentina está en el foco
del debate mundial por el temor al default. El propio Ministro señala cuando
presenta la ley, que la deuda externa argentina es impagable. Dice que tiene
voluntad de pago y, por lo tanto, quiere renegociar y para eso demanda el aval
del Parlamento argentino, logrado con 224 votos a favor, 2 en contra y una
abstención.
Nuevamente se pierde la oportunidad de avanzar
en la investigación a fondo de la deuda, porque esta legislación no incluye en
sus 9 artículos la posibilidad de una Auditoria. La ley otorga facultades al Ministerio
de Economía para reestructurar la deuda. En ningún lugar aparece el tema de
investigarla, ya que muchos sostenemos que esta es una deuda odiosa, aunque
haya sido tomada por gobiernos electos constitucionalmente. Es odiosa porque no
fue a favor del pueblo argentino, porque el deudor sabía que no podía pagar y
el acreedor sabía que no podía cobrar.
Entonces, es una gran estafa al pueblo
argentino y por esto merecería ser declarada como deuda odiosa, para lo cual
requiere una investigación muy amplia, no solo de sectores parlamentarios, de
una comisión del propio gobierno, sino que la propia sociedad debería
intervenir en esa investigación a fondo. Y mientras se investiga no hay que
pagar. Ahora mientras se presenta esta ley al mismo tiempo se paga la deuda. Por
eso la ley de solidaridad y desarrollo productivo incluyó la posibilidad de
poder utilizar más de 4.500 millones de dólares de reservas internacionales
para cancelar deuda dolarizada que es lo que viene haciendo el gobierno desde
que asumió el 10 de diciembre.
Para un balance de los
primeros días de gobierno
Creo que el gran tema que hemos estado hablando
es el gran condicionante de esta etapa, y es el endeudamiento público. Por otro
lado, creo que el gobierno asume con una gran expectativa de la población
argentina para que se modifiquen las políticas que se implementaron en los
últimos 4 años del gobierno de Macri. Pongo por delante este gran condicionante
de la deuda en primer lugar.
La realidad es que se ha generado mucha
sorpresa a todo nivel, por un lado, los opositores esperaban que se declarase
el default de la Argentina. No solo no se ha declarado, sino que se han
generado condiciones para el pago y restructuración de la deuda. Eso ha caído
bien en los sectores financieros internacionales y por eso este guiño y acuerdo
previsible con el FMI y atrás de eso con EEUU.
Por otra parte y respondiendo a las
expectativas sociales se han generado
algunas medidas donde, por ejemplo, si hablamos en materia de ajuste, viene por
el lado del ingreso, o sea más que reducir el gasto público se han hecho
medidas para incrementar la recaudación tributaria, entre otras cosas
actualizaron las retenciones, se han mantenido algunas exenciones pero eso ha
generado un descontento del sector agro exportador, intentando recuperar la
crítica de lo que se llamó el conflicto con el campo en 2008.
Se modificaron algunos impuestos como el
impuesto a los bienes personales, que supone gravar a los sectores de más
capacidad económica. Se mantuvieron los controles cambiarios, pero se
establecieron impuestos a lo que se conoce como dólar turista, para gravar los
viajes al exterior, por ejemplo, por compra-venta de divisas. Se han tomado una
cantidad de medidas que han servido para favorecer a una política de distribución
del ingreso expresada en un bono para los jubilados beneficiarios de la mínima
en diciembre y enero. Una medida que genera mucha polémica es la suspensión de
la fórmula de actualización jubilatoria que todavía no se sabe cómo se va a
reemplazar. Hay una especulación a partir de información oficial del gobierno,
de que en marzo como no se va a utilizar la fórmula de actualización de los
ingresos previsionales, va a haber una suma fija donde se va a mejorar el
ingreso de la mínima, pero se afectará la actualización de jubilaciones
normales, no estoy hablando de las de privilegio.
Hay un conjunto de medidas a las que se podría
sumar la extensión de los precios cuidados, pero como al mismo tiempo se
suspendió la exención del IVA, el tema del incremento de los precios sigue
siendo un tema preocupante. Los datos de inflación y recesión de diciembre
fueron muy elevados. Habrá que ver cómo este conjunto de medidas impacta en
este contexto de inflación y recesión. Vale discutir el tema salarial, ya que
muchos infieren que la recomposición de ingresos salariales constituye
condición de aumento de precios, es decir, son inflacionarios. De ninguna
manera la recomposición salarial es responsable de la inflación. Lo que ocurre
es que el gobierno plantea que el tema debe resolverse en las Convenciones Colectivas
de Trabajo, o sea, que es una cuestión entre privados, entre trabajadores y
patrones. Entre trabajadores que están en Convenio Colectivo con sus empresas.
Son muy pocos los trabajadores de la Argentina que están bajo Convenio
Colectivo de Trabajo. En todo caso el Estado va a acompañar ese proceso.
Se otorgó un bono para el sector privado, que
se extendió al sector estatal, a cuenta de futuras negociaciones. Lo que pasa
es que en el lenguaje de Martín Guzmán lo que está planteando es “tranquilizar”
la economía, frenar el alza de precios y bajar la inflación. Para ello
sostienen que hay que atemperar la puja distributiva. De ninguna manera el
salario es generador de inflación. La inflación es el aumento de precios y la
capacidad que tienen algunos sectores en la economía para imponer precios.
Todos sabemos, y la estadística lo comprueba, que los salarios van por detrás
de la inflación. Muy pocos trabajadores reciben actualización de salarios por
encima de la inflación. O sea, que la inflación es una cuestión de poder.
Pueden aumentar los precios las petroleras, no los aumentan ahora porque están
controlados, pero están en negociación con el gobierno para volver a aumentar
el combustible. Están congeladas las tarifas de servicios públicos, otra medida
bien receptada por la población respecto del gobierno de Alberto Fernández.
Pero hay que ver cómo continúa. La inflación ha sido generada en los últimos
años y desde siempre, por los que pueden aumentar precios. Los jubilados no
pueden aumentar el precio de su asignación, los trabajadores no tienen
capacidad de imponer precios a las patronales. El salario no es causante de
inflación, la inflación es una cuestión de poder. Son responsables aquellos en
condiciones de imponer los precios, incluido el propio Estado.
Un dato relevante es que el gobierno asume con
el 48% de los votos, contra un 41% obtenido por el macrismo y un 4% más a otras
propuestas de derecha, lo que totaliza un consenso de derecha del 45%. El condicionante
para transformar es muy fuerte, y el gobierno que ganó, el de los Fernández, no
se propuso ni en campaña electoral ni en su discurso inaugural un proceso de
reestructuración de la economía argentina, sino revertir algunas condiciones
muy regresivas de la política económica aplicada en los últimos 4 años. De aquí
proviene la expectativa que hay en la población.
La pregunta es qué capacidad de aguante tiene
esa expectativa. Juan Grabois sostuvo en su momento “que tenemos mecha corta”,
en el sentido que, si no se satisfacen las necesidades de empleo popular, de
las necesidades sociales, puede haber un estallido soccial. Entre las medidas
tomadas para paliar la situación del hambre, en tanto y en cuanto son urgentes,
parecen efectivas como la entrega de la tarjeta alimentaria que se está
haciendo ahora. Pero esa no es solución para el problema alimentario de la
Argentina, no resuelve los problemas nutricionales, no saca a la población de
la pobreza. Pero me animo a decir que todavía estamos en el tiempo de gracia
que en general se le otorga a todo gobierno que trata de asentarse y descubrir
los problemas y qué caminos tomar para avanzar. Lo más importante es el nivel
de la organización social popular para sostener la demanda reivindicativa y ejercer
presión para que las expectativas sociales y populares se cumplan.
Existen varias organizaciones populares que
organizan una Campaña Popular por la suspensión de los pagos de la deuda
pública externa y se investigue a fondo. Se busca generar condiciones para desplegar mecanismos
alternativos de un desarrollo económico diferenciado en la Argentina. Sin
movilización popular es muy difícil que avance. Por eso vale la pena mencionar
el caso de Mendoza, donde con acuerdo de oposición y oficialismo, provincial y nacional,
quisieron afectar la Ley de defensa del agua y la población mendocina
movilizada desarmó ese intento de mercantilizar el agua. Lo que demuestra que
la política no solo es el Parlamento, ni los votos, sino que la política es
también la movilización popular organizada.
Buenos Aires, 1 de febrero
de 2020
[1] Alfredo Zaiat. “Kristalina
Georgieva peronista: impuestos progresivos y más gasto social”, publicado el 19/01/2020.
(consultado el 01/02/2020)
[2] Declaraciones de Alberto
Fernandez ante la Unión Industrial de la Argetnina, UIA, recogidas por el
Diario La Nación del 29/11/2019, en: https://www.lanacion.com.ar/politica/alberto-fernandez-uia-las-cuentas-fiscales-quedan-nid2310587
(consultado el 01/02/2020)
[3] Ámbito Financiero del
21/01/2020: “Guzmán, sobre el FMI: "Nosotros estamos en control", en:
https://www.ambito.com/economia/fmi/guzman-el-fmi-nosotros-estamos-control-n5077968
(consultado el 01/02/2020)
[4] FMI, en: https://www.imf.org/es/News/Articles/2020/01/17/sp01172019-the-financial-sector-in-the-2020s
(consultado el 01/01/2020)
[5] OXFAM, en: https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/los-milmillonarios-del-mundo-poseen-mas-riqueza-que-4600-millones-de-personas
(consultado el 01/02/2020)
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