Argentina sustenta la liberalización a ultranza y encuentra límites globales y locales
Argentina traspasó la presidencia pro-témpore del Mercosur a Brasil y en el mensaje de despedida, Milei ratificó su decisión por el “libre comercio” y el privilegio a la relación subordinada con EEUU. Lula, por su parte, asumió la coordinación temporal manifestando una intención de fortalecer el bloque regional y el multilateralismo. Esta concepción multilateral se abre espacio a distinto nivel en el plano mundial, no solo en gobiernos de crítica a la posición liberalizadora, sino incluso algunos gobernados por la derecha, tal como se vio por ejemplo con la presencia de Narenda Modi, el jefe del gobierno de la India, de paso por la Argentina hacia Brasil para participar de la reunión de los BRICS+.
Es que el gobierno de la India es socio “político ideológico” del gobierno de ultraderecha de la Argentina, del de Donald Trump, pero la India es parte de los BRICS+, que la Argentina rechazó integrarse ni bien asumió Milei en diciembre del 2023.
La India, un país del sur del mundo, se abre a la economía mundial, se liberaliza, tal como plantea el ultraderechista Javier Milei, pero lo hace desde un punto de vista pragmático, asociándose con China, un vecino territorial, y por supuesto con Brasil, aceptando potenciar las relaciones económicas, políticas, diplomáticas con los BRICS+. Los BRICS+ constituyen una articulación que involucra en su seno a regímenes de derecha como el de Arabia Saudita, o al régimen crítico a la lógica occidental, como es el caso de Irán. Es una respuesta pragmática de las relaciones económicas internacionales de la India en el capitalismo contemporáneo. Es algo que rechaza Javier Milei desde la ortodoxia liberalizadora.
En ese marco, Milei anunció a sus socios del Mercosur que, si la región no avanza por el rumbo liberalizador, ultra-liberal, Argentina se abrirá del Mercosur y privilegiará la relación con Estados Unidos.
A esta hora la Argentina espera Estados Unidos le informe los aranceles que se aplicarán al país como resultado de la guerra arancelaria que Trump lanzó en abril del 2025. EEUU elevó sus aranceles a diestra y siniestra, y ahora define la magnitud para cada país en función de los saldos comerciales y la afinidad política en el debate global por un nuevo orden económico global. Por eso diferenciamos la lógica del gobierno argentino y del de la India. Uno de subordinación total y absoluta, y el otro, con una inserción diversificada desde una lógica de “interés nacional” en el contexto de las relaciones capitalistas mundiales.
No se trata de capitalismo o anti-capitalismo, sino de cómo insertarse en el mundo actual y cómo desarrollar la política económica, con los matices de Brasil o la India, por un lado, y de Argentina por el otro. Argentina subordinándose a Estados Unidos, mientras Brasil sustenta una concepción multilateral, y la India desde una posición de derecha también se alinea en un planteo de multilateralidad.
Contexto local
Todo acontece en una semana en la que se conmemora el 9 de julio, Día de la Independencia de la Argentina desde 1816. Puede ocurrir que el Senado sancione proyectos a contramano de la lógica gubernamental de ajuste y reaccionaria reestructuración de relaciones sociales.
Uno es el caso de una actualización de los ingresos de jubilados y jubiladas, que no satisface la demanda del movimiento que miércoles a miércoles anima la resistencia popular, pero que supone un revés muy fuerte a la política oficial, que tiene el ajuste a jubilados como uno de los temas principales de la “motosierra”. El gasto previsional (13,2 billones de pesos) y la inversión pública (más de 14 billones de pesos), constituyen los dos principales rubros recortados por el ajuste fiscal de Milei.
El Senado expresa la política de las “provincias”, cuyos gobernadores que mayoritariamente apoyaron la reaccionaria legislación gubernamental, ahora se unifican en demanda de recursos a la Nación. Claro que se trata de un tiempo electoral y existe una reconfiguración de la política para definir quién manda en el el orden político local. Milei anticipa el rumbo al veto de todo incremento de gasto público, y falta considerar el costo político en un tiempo de descontento que se manifiesta en el “ausentismo” electoral.
Asistimos a un tiempo de turbulencias políticas, por descontento social amplio y resistencia popular extendida. Hemos sostenido que política y economía están estrechamente entrelazadas, por lo que interesa la inserción internacional de la Argentina en tiempos de crisis mundial del capitalismo y qué pasa con la evolución del proyecto ortodoxo de extrema liberalización, de ajuste y reestructuración regresiva de Javier Milei, ante cierto y relativo desorden político. Por abajo, con resistencia popular, y por arriba, porque se disputa quién gobierna el capitalismo en la Argentina.
Buenos Aires, 7 de julio de 2025
YPF en debate ante la intromisión de la justicia neoyorkina y los intereses foráneos del capital
El fallo de la jueza Loreta Preska de Nueva York para que Argentina pague con acciones de YPF la sentencia por el juicio que se lleva en su juzgado por el fondo buitre “Burford”, comprador del derecho a litigar contra la Argentina por la estatización parcial de la petrolera en 2012, está en el centro de la discusión.
La primera reacción del gobierno libertario es la solicitud la suspensión del fallo de la jueza neoyorkina. Es un dato curioso que un gobierno que tiene una crítica hacia todo lo que es estatal tenga que ponerse en defensa de la empresa privada de gestión estatal, con el argumento de una sentencia “jurídicamente inaplicable”.
Hasta un crítico del Estado como el gobierno Milei tiene que salir a defender los intereses de esta empresa privada de gestión pública.
El debate trasciende la coyuntura
Más allá de lo concreto, el debate político y mediático trasciende lo inmediato de la sentencia y se proyecta en el tiempo en debates históricos.
Primero sobre la privatización de la principal empresa productiva local, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), transformada hoy en YPF, solo una sigla.
Se discute si fue adecuado o no aquella privatización del menemismo en los 90 del siglo pasado, tanto como la llamada argentinización de YPF, que fue la entrada del grupo Eskenazi en el año 2007, y la estatización parcial del 2012, asociada al acuerdo secreto con Chevron para hacer real la explotación de Vaca Muerta.
Todo supone un punto de partida para el debate económico. El tema es si el país podría hoy exportar energía si no se llevaba adelante la estatización parcial de YPF, que cambió la ecuación productiva de la Argentina, más allá de cualquier opinión sobre el acuerdo secreto con Chevron y la tecnología de la fractura hidráulica o fracking.
Una tecnología que le permitió a Estados Unidos, entre el 2015 y el 2018, volver a ser el primer productor mundial de hidrocarburos en base a la explotación de los no convencionales. Vale mencionar que Argentina ha sido el principal socio receptor de esa tecnología.
El debate incluye un tema que es estratégico a nivel mundial, porque la energía, el petróleo, el gas son un insumo primordial del modelo productivo contemporáneo.
Argentina tiene expectativa de ser proveedor de los europeos que cerraron la recepción del gas ruso a partir de los acontecimientos bélicos en Ucrania.
Estados Unidos tiene intereses estratégicos porque es el principal consumidor mundial, pero retomó el carácter de principal productor que había perdido en la crisis energética de los años 70 del siglo pasado.
Argentina ha revertido su situación de importador de energía hasta hace muy poco, para convertirse en un país que exporta, logrando un excedente de divisas, esenciales en el funcionamiento del capitalismo local.
¿Quién maneja la energía en cada país?
Más allá de los debates y cómo evolucione el tema jurídico, la esencia del tema es la crisis energética global.
No es un tema menor si es una empresa privada de gestión estatal, o una empresa totalmente estatal, o una empresa privada quién toma las decisiones, o quién tomará las decisiones en el futuro según cómo se desarrolle este juicio.
En el fondo está el debate sobre la energía, especialmente cuando Estados Unidos volvió a tener la preeminencia en la producción mundial de un insumo estratégico.
Por eso las especulaciones o sospechas sobre intereses geopolíticos detrás de la decisión de la jueza de Nueva York.
El debate trasciende lo jurídico y se proyecta en lo económico, político, diplomático, como parte de los grandes debates globales que atraviesan la coyuntura local y mundial.
Resulta de interés considerar que piensa la sociedad sobre estos temas estratégicos, que hacen al presente y al futuro del país.
Buenos Aires, 2 de julio de 2025
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