Argentina: elecciones 2013 y lo que viene


Con esta elección se cumplen 30 años de gobiernos constitucionales, entre 1983 y 2013. Ahora se abre una nueva década con la expectativa de un nuevo turno presidencial en el 2015. En estas elecciones de medio turno se inició el proceso político de agrupamientos y referencias para discutir la gestión del capitalismo local en el periodo 2015 a 2019.

En el medio, restan dos años de presidencia de Cristina Fernández y muchas incógnitas, especialmente en materia de política económica. Luego del holgado triunfo del 2011 (54% de los votos) se anunció una “sintonía fina” que no terminó de consolidarse, y que esencialmente suponía un ajuste fiscal sostenido en la baja de los subsidios a los servicios públicos y otras medidas de contención del gasto. El interrogante, ahora con una votación que ronda el tercio de los votos, es cómo, cuánto y cuándo se retoma la política económica sugerida hace dos años.
Son variados los temas sobre los que existen expectativas cruzadas de diferentes sectores sociales. Una cuestión remite a la aceleración de los precios, base de un conflicto social en ciernes, especialmente con el anuncio de un paro nacional con movilización lanzado para el próximo 20 de noviembre por al CTA y la CGT. Obviamente que las patronales pretenden contener la demanda de mejoras en los ingresos populares, apuntando a disminuir las pretensiones salariales en las negociaciones paritarias de este fin de año y el próximo. Otra cuestión en la misma línea alude al precio del dólar y en general de las divisas, disputadas por el gobierno y los sectores hegemónicos. El turismo hacia el exterior puede significar una salida superior a los 10.000 millones de dólares anuales, y la factura de importación de combustibles puede alcanzar los 13.000 millones de dólares. Si a eso sumamos las cancelaciones de deuda, acrecentadas con el reconocimiento de las sentencias del CIADI, la situación es preocupante y se asocia a la evolución del tipo de cambio. Lo más probable es que se mantenga el ritmo de devaluaciones recurrentes para evitar el alejamiento del paralelo y en todo caso, se potenciarán las restricciones a la compra venta de divisas, los límites a las importaciones, y la penalización a la operatoria en divisas. La cuestión fiscal pasa a ser relevante, y con el presupuesto aprobado y la capacidad legislativa que supone mantener mayorías legislativas del partido de gobierno, todo se reducirá a la orientación que lleve adelante el poder ejecutivo en materia de asignación y reasignación de partidas, con especial incidencia en las provincias y en los municipios.
Vale la mención a Estados Provinciales y Municipales porque el Frente para la Victoria, el partido de gobierno se mantiene como primera minoría electoral y con quórum propio en las Cámaras de Diputados y Senadores. Pese a ello, se ratifica un resultado adverso en los principales distritos electorales, casos de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. En rigor, en 14 distritos disputó entre el segundo y el cuarto lugar, manteniendo la preeminencia en 9 provincias. La cuestión federal será un tema de interés para la disputa en los años venideros hacia la definición por un nuevo turno de gobierno en la Argentina del 2015 al 2019.
En este sentido “federal” se juega el oficialismo y también la oposición sistémica para dirimir candidatos presidenciables. Es una oposición que disputa la gestión del capitalismo local. Sea el intendente Massa (Tigre) ganador de las elecciones bonaerenses, el Gobernador Scioli, que carga sobre sus espaldas la derrota en el mayor distrito electoral (Buenos Aires); Urribarri (Entre Ríos) que aspira a ser delfín del cristinismo; o Cobos (Mendoza), Binner (Santa Fe) o De la Sota (Córdoba), ganadores en sus Provincias.
Insisto con el concepto de gestión del capitalismo, porque en esta campaña y en los primeros mensajes de balance electoral no se escuchó una sola vos para modificar el rumbo del modelo productivo y de desarrollo, solo orientaciones para corregir lo que se considera falencias en las decisiones de una inserción virtuosa en el capitalismo global en tiempos de crisis.
El dato novedoso es la elección de la izquierda, sea la tradicional de los partidos trotskistas, como las nuevas experiencias de agrupamientos políticos visibles desde la crisis del 2001, especialmente en Buenos Aires,  la Capital Federal y Santa Fe. Entre todos alcanzan el millón y medio de votantes y el trotskismo incorpora tres diputados nacionales. Existe la posibilidad de conformar unidad de acción legislativa con otros bloques y actuar como referencia de las movilizaciones y dinámica de la protesta social.
Balance de tres décadas
La primera década se construyó desde la esperanza por la recuperación y vigencia constitucional (1983) hacia la institucionalización de una reestructuración regresiva del capitalismo local desde 1987/8 y especialmente en el turno presidencial desde 1999. Claro que queda el saldo de los Juicios a las Juntas militares que empujó la lucha de la sociedad por los derechos humanos y que explican la continuidad de un enjuiciamiento que no tiene fin desde la presión y demanda del movimiento popular.
La segunda década pasó de la consolidación del aperturismo económico, la inserción internacional subordinada, la flexibilidad laboral y las privatizaciones, la sojizacion y la mega minería a la crisis del 1999/2003. En esa etapa Duhalde se propuso "recomponer el orden" que la rebelión popular había desarticulado. La cuestión del poder volvía a ser central en la discusión de la Argentina y por eso se imponía “imponer el orden” para volver a la normalidad del capitalismo.
La tercera década empezó con la propuesta de Kirchner de "reconstruir el capitalismo nacional" y termina sin modificar la extranjerización económica, el poder de las transnacionales de la biotecnología y la alimentación en la concentración sojera y productiva exportadora; la mega minería, el poder de la banca transnacional, las terminales automotrices; la hipoteca de una deuda publica en crecimiento y acuerdos con el FMI y el Banco Mundial, con anuncios de arreglos en el CIADI y el Club de París.
En tres décadas gobierna y legisla una constelación de partidos y grupos que tiene en la cúpula al PJ y la UCR, que aun desdibujados (expresión de la crisis política) colectan votos de la sociedad.
Si algo hace falta es construir alternativa política de izquierda La base electoral no es desdeñable y debiera expresarse en acciones de unidad legislativa y especialmente en el ámbito del movimiento popular y las acciones de crítica y resistencia callejera, con organización popular.
En la Argentina como en la región se discute el cambio político iniciado con el nuevo siglo. El debate es sobre el rumbo y la clave está en la capacidad el movimiento popular por desplegar iniciativa política desde una subjetividad contra el orden capitalista, que establezca límites a la continuidad de la ofensiva del capital sobre el trabajo y la naturaleza y se pueda gestar una nueva experiencia de organización social, económica, política y cultural por la emancipación.

Buenos Aires, 28 de octubre de 2013

La preocupación económica es por el dólar

En estos días y en todo el mundo hubo preocupación por el dólar, o lo que es lo mismo, por el devenir de la economía estadounidense.
En octubre comenzó el nuevo año fiscal en EEUU y la disputa política entre republicanos y demócratas demoró la aprobación del presupuesto, lo que significó el cierre del gobierno, es decir, de algunas oficinas y ámbitos administrados por el gobierno estadounidense. Eso significó licencias anticipadas para 800.000 trabajadores del estado que temieron por sus ingresos y sus puestos de trabajo en un momento de crisis en el empleo.
Al fin hubo acuerdo, transitorio, pero acuerdo al fin, en el límite establecido y otorgaron el visto bueno hasta diciembre, donde el tema volverá a ser discutido. Algo así como tirar la pelota hacia adelante.
El problema de fondo no está resuelto. No se resolvió la cuestión central del déficit fiscal, gravísimo, que promedia 1,5 billones de dólares al año desde hace 4 periodos. Si bien se autoriza un nuevo techo para el endeudamiento público del orden de los 23 billones de dólares, desde los actuales 16,7 billones, las causas de la necesidad de deuda no se modifican.
Hay que buscar el problema en el gasto militar y la política exterior e interior de los gobiernos estadounidenses, que avalan gestiones republicanas y demócratas. Unos y otros sostienen la política de intervención con fuerte gasto estatal para asegurar los intereses estratégicos de EEUU. Eso se logra con la confianza del resto del mundo, que destina sus propios recursos a inversiones en activos externos de origen estadounidense, especialmente los bonos del tesoro, que aun pagando poco son fuente segura de inversión.
En definitiva, el déficit de EEUU lo financia el mundo. Resulta increíble la confianza en la seguridad de un país que está en quiebra, que gasta más de los que recauda, que compra más de los que vende y que le cuesta  sostener al dólar como moneda mundial, para lo cual acude al apoyo de las armas y la militarización, tanto como a la credibilidad de inversores capitalistas de todo el mundo deseosos de invertir en EEUU, entre ellos varios países que colocan sus reservas internacionales en esos activos. China y Japón a la cabeza, que los asocia en las expectativas de superar los escollos económicos y/o políticos de la principal potencia del capitalismo mundial.
La consigna pareció en estos días “salvemos todos al Titanic, o sea, a EEUU”. El capitalismo mundial está en crisis y una de sus manifestaciones son los límites de política económica del país hegemónico, pero también las políticas nacionales que en el mundo sostienen al dólar. Es que EEUU se mantiene porque el mundo demanda dólares.
Argentina y el dólar
Veamos la propia Argentina, que desde comienzo de año ya perdió 10.000 millones de dólares de reservas internacionales, de un poco más de 44.000 millones bajó a poco más de 34.000 millones a mediados de octubre. Sin contar que las reservas habían llegado en diciembre del 2011 a unos 52.000 millones de dólares.
Las divisas se van de la Argentina por pagos de deuda, por fuga de capitales, y por las condiciones de la inserción subordinada de la Argentina en la economía capitalista mundial. Se trata de un activo externo demandado por los principales actores económicos y ello explica su precio en ascenso, sea el tipo de cambio oficial o el paralelo, más allá de los intentos por reprimir su escalada desde las autoridades. Las divisas son demandadas por el gobierno y también por los sectores económicos más concentrados, sean exportadores o importadores, incluso turistas con gran capacidad de gasto.
Tan importante es el tema que contradiciendo el mensaje de la pesificación se habilitó un blanqueo en dólares (CEDIN, BAADE) que tuvo que prorrogarse hasta fin de año por el escaso flujo de exteriorización de dólares, apenas menos de 400 millones ante una expectativa por 4.000 millones de dólares. Para completar la medida, el BCRA acaba de reglamentar la posibilidad para que el sector privado se endeude en el exterior e ingrese esas divisas vía compra de Bonos para inversión en energía, el BAADE, que había sido pensado para blanquear divisas no declaradas.
Puede ser que ingresen esos recursos, y de hecho, petroleras y cerealeras anuncian aportes por 1.000 millones de dólares, al mismo tiempo que se incrementa la preocupante deuda externa del sector privado. Ya sabemos que cunado la deuda privada externa es alta y se torna impagable, las presiones empresarias acuden sobre el Estado para socializar su cancelación o renovación a costa del presupuesto público.
La deuda privada externa en ascenso y el aumento de la pública constituyen problemas estructurales que asfixian el presente y el futuro de la soberanía nacional. Vale mencionar, que así como en EEUU se tira la pelota hacia adelante, ante la crisis económica mundial, otros países actúan en consecuencia. Ese es el marco de la recomposición de relaciones entre la política oficial y los organismos internacionales y que se manifiesta como satisfacción en el cónclave empresario de estas horas en Mar del Plata.
Los empresarios en IDEA reconocen las elevadas ganancias de estos años y saludan la orientación hacia el mercado mundial de conversaciones y acuerdos con el CIADI, con el Banco mundial y el FMI, lo que anuncia un nuevo ciclo de inserción subordinada para afirmar la dependencia local con EEUU, el dólar y el sistema mundial del capitalismo.

Buenos Aires, 18 de octubre de 2013

Acuerdos con el FMI y el Banco Mundial

Acuerdos con el FMI y el Banco Mundial
Una delegación argentina presidida por Hernán Lorenzino, Ministro de Economía del país, participó en Washington entre el 9 y 13 de octubre de varias reuniones con el FMI, el Banco Mundial (BM) y el G20. Lorenzino participó del V Encuentro de Ministros de Hacienda de América y el Caribe en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington y de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM).
En la ocasión, el ministerio informa que hubo “una serie de encuentros y conversaciones informales con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jack Lew, y la subsecretaria de Asuntos Internacionales del organismo, Lael Brainard. Además, lo hizo con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; su director del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner; el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, y el vicepresidente de América latina y el Caribe del Banco Mundial, Hasan Tuluy.”[1]
Todos estos interlocutores en conjunto son el famoso núcleo del criticado “Consenso de Washington”, o sea, el gobierno de EEUU y los organismos internacionales (FMI, BM, BID), más el G20. ¡No solo hubo reunión, también acuerdos! Todo sea para que Argentina sea re-admitida en el sistema financiero mundial.
Préstamos del BM y negociaciones por demandas en EEUU
En esos encuentros se consideraron asuntos (acuerdos) que involucran y comprometen a futuro los recursos fiscales de la Argentina, especialmente los préstamos por 3.000 millones de dólares en tratamiento con el BM derivados del “Acuerdo Estratégico 2014-2016” informado en conjunto por el organismo internacional y el Ministerio[2].
Son negociaciones que superan a la gestión actual e involucran al próximo gobierno luego del 2015. En ese sentido destacan las negociaciones relativas a la deuda pública, con incidencia en lo fiscal, pero sobre todo, profundizando la hipoteca que condiciona al conjunto de la política económica.
En este plano de la deuda se destacan las frenéticas conversaciones para inducir a los gobernantes estadounidenses a comprometerse con la Argentina en sus reclamos para que la Corte Suprema de EEUU interceda contra la pretensión de los acreedores externos (fondos buitres) que demandan el cobro del 100% de los bonos en cesación de pagos.
En su sitio en internet, se informa que Lorenzino aludió a la cuestión señalando que "Las consecuencias para los procesos de reestructuración de la deuda soberana de los países se verán afectados tal como lo expresó el gobierno de Francia en su presentación ante la Corte Suprema de los Estados Unidos". Resulta evidente que el gobierno argentino pretende que los funcionarios de Obama asuman la misma actitud que los franceses, socios de la frustrada escalada contra Siria.
La vocación pagadora de la Argentina se manifiesta expresamente al resaltar que "Nuestra máxima prioridad es continuar pagando las deudas en tiempo y forma como hemos venido haciendo durante la última década. Simplemente queremos que nos dejen cumplir con nuestras obligaciones". La cuestión pasa por más deuda para seguir pagando. Se habla de “des-endeudamiento”, y sin embargo queremos llamar la atención sobre el nuevo endeudamiento y orientación de política económica que las gestiones ministeriales suponen a partir de estos encuentros y acuerdos.
Podemos leer en BAE, que “El jueves de la semana pasada el equipo económico empezó a mostrar en Washington DC el camino que seguirá en los próximos meses. Es que cerró la negociación con cinco de las empresas que demandaban al país en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial y en el Uncitral (corte que depende de las Naciones Unidas). Se trata del pago de u$s 500 millones, a través de bonos, a las firmas Azurix, Blue Ridge, Vivendi, National Grid y Continental Casualty Company. Como parte de la misma maniobra, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, firmó también una alianza estratégica con el BM para que se le otorguen al país unos u$s3.000 millones en tres años.” En ese sentido, agrega el artículo: “Es que el fin de los litigios en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones permite que Estados Unidos deje de votar en contra de Argentina en distintos organismos.”[3]
Demandas ante el CIADI y acuerdos con el FMI
Resulta interesante verificar las demandas de las transnacionales contra los Estados en el CIADI, ámbito del BM. Argentina está a la cabeza, todo por el cambio de política cambiaria en 2002. Así lo muestra el gráfico que incluimos en el texto y que difunde el Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina, IDESA.[4] Puede verse que las causas involucran a países de América Latina, África, Asia y Europa del Este.
¿Hay dudas para quien juega el BM? Eso no impide formular declaraciones contra la pobreza o la lucha por la inclusión social, mucho de lo cual puede verificarse en el comunicado conjunto del organismo y el Ministerio de Economía de la Argentina.

Descripción: Número de casos sometidos a arbitraje en el CIADI por país
Otro de los temas remite a las conversaciones con el FMI. En la nota antes citada, el diario BAE informa que “el director para el Hemisferio Occidental del Fondo, el mexicano-argentino Alejandro Werner, sostuvo que el diálogo por el Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano es “constructivo”, al tiempo que confirmó que el 13 de noviembre elevará a la Junta Directiva el informe sobre los avances en la nueva metodología.” Agrega la noticia que “Werner ya había dicho que Argentina avanza rápido en el reemplazo de las actuales estadísticas, por las cuales el país recibió en febrero de este año la inédita “moción de censura” por parte del organismo que encabeza Christine Lagarde.”
Queda claro que Argentina está haciendo los deberes acordados con el FMI. Muy lejos quedan las diatribas contra el FMI y resulta evidente la búsqueda de normalización con los organismos internacionales y la intención de inserción en el mercado mundial de préstamos ante la caída de las reservas internacionales y las necesarias fuentes globales para el financiamiento del déficit de las cuentas públicas.
La dependencia y asociación al “Consenso de Washington”, deuda pública mediante, siguen latente en los problemas estructurales de la Argentina. En ese sentido es nuestra prédica por el retiro del país del CIADI, la denuncia de los tratados bilaterales de inversión, la investigación con auditoria de la deuda, lo que en definitiva supone cuestionar el orden capitalista mundial y bregar por otra organización económica de la sociedad. Es algo que sugiere la propuesta de cambio político por donde transita el laboratorio popular de las luchas de Nuestramérica.
Buenos Aires, 14 de octubre de 2013



[1] Ministerio de Economía, en http://www.mecon.gov.ar/ (visitada el 14/10/13)
[2] Gacetilla de prensa del 9/10/13 publicada en el Ministerio de Economía, en http://www.mecon.gov.ar/ (visitada el 14/10/13)
[3] “Buscan reforzar reservas con Banco Mundial y Baade. El Gobierno quiere cerrar frente externo con Fondo Monetario Internacional y Club de París.” En: http://www.diariobae.com/diario/2013/10/14/33049-buscan-reforzar-reservas-con-banco-mundial-y-baade.html (consultado 14/10/13)
[4] http://www.idesa.org/ (consultada el 14/10/13)

EEUU: el mayor deudor del mundo

El gobierno de EEUU está en problemas. Empezó el mes de octubre y su año fiscal sin presupuesto aprobado, lo que supuso mandar a sus casas, con vacaciones anticipadas a 800.000 trabajadores estatales. Aunque se decidió pagar esos salarios, la incertidumbre de la interna política en el poder gubernamental de EEUU se traslada a los trabajadores y su familia.
La discusión es por unos 40.000 millones de dólares de un presupuesto que reitera por cuatro años consecutivos un déficit fiscal de 1,5 billones de dólares, lo que explica una deuda pública estadounidense de 16,7 billones de dólares, sobrepasando el límite de endeudamiento permitido.
El Departamento del Tesoro de EEUU informó que el stock de deuda alcanza a 16.747.468.940.509, y el máximo autorizado por el Congreso eran  16.699.421.095.673 dólares. El gobierno ha tomado más de 48.000 millones de dólares de deuda pública que lo aprobado por el Congreso estadounidense.
Podemos afirmar que este es el problema financiero en EEUU. Siendo la primera potencia mundial del capitalismo es un Estado fallido, sin recursos propios y que necesita del financiamiento del mundo. El plazo para obtener la autorización parlamentaria de extensión de su capacidad de endeudamiento vence el 17 de octubre.
El gobierno de Obama cuenta con esa extensión y también en que el mundo seguirá confiando en el dólar y en el Tesoro de los EEUU y por lo tanto seguirán demandando bonos públicos con la garantía de cancelación “Made in USA”.
No en vano, la Reserva Federal de EEUU emite todos los meses 85.000 millones de dólares para el salvataje de su economía, el epicentro de la crisis mundial. Son dólares que inundan el mercado mundial y alimentan un nuevo ciclo de la burbuja financiera que siempre estalla para perjuicio de sectores subalternos, en EEUU y en el mundo.
Las negociaciones argentinas en Washington
Mientras esto ocurre en la potencia imperialista, la Argentina mantiene abierta negociaciones en Washington con impacto en la propia deuda pública local.
Por un lado, la Corte Suprema estadounidense no asume tratar la apelación realizada por el gobierno argentino contra el fallo de cancelación al 100% presentado por deudores externos, aprobado en primera y segunda instancia en Nueva York. El juicio es por unos 1.300 millones de dólares y constituirá antecedente para otras demandas por unos 10.000 millones de dólares y consecuencias de incremento de acreencias sobre el universo de acreedores ingresados a los canjes de deuda del 2005 y 2010.
Por otro lado y desde el CIADI se demanda al país por el cumplimiento de sentencias que alcanzan los 500 millones de dólares. Son acciones realizadas por transnacionales que se sintieron afectadas por el cambio de política cambiaria a comienzo del 2002.
Por si esto fuera poco, desde Washington, el FMI presiona para evaluar cambios en los mecanismos de medición del INDEC, según el acuerdo oportunamente suscripto por el organismo y el gobierno local.
¿Qué lecciones se pueden sacar sobre esta situación?
Está claro el papel hegemónico de EEUU y su capacidad para transferir la crisis al sistema mundial. EEUU se hizo potencia a la salida de la segunda guerra, como gran prestamista del mundo. Desde entonces protagonizó el apogeo de la dominación mundial inundando de bases y programas militares el planeta, invasiones y operaciones secretas y abiertas mediante, socializando el financiamiento del accionar terrorista.
Nuestro interrogante es si el mundo debe continuar financiando el terrorismo de Estado, y más aún, si se debe sostener la institucionalidad que habilita el poder global de EEUU. Claro que remitimos al orden financiero mundial y al papel de los organismos donde EEUU decide, caso del FMI y el Banco Mundial con sus agencias y anexos, caso del CIADI.
La Argentina debe salir del CIADI, tal como lo hicieron países de Nuestramérica, caso de Venezuela, Bolivia o Ecuador, e incluso considerar el hecho que Brasil nunca adhirió al protocolo por el CIADI. Ecuador está organizando una Comisión Internacional para considerar la denuncia de los tratados bilaterales que atan a ese país a la presión de las transnacionales sobre la “seguridad jurídica” de sus inversiones. Es el camino que ya fue exitoso de auditoria e investigación de la deuda pública para determinar porciones de ilegitimidad.
Mientras EEUU cierra su gobierno por disputas políticas en su interior y se negocian autorizaciones para ampliar el endeudamiento público, los países con pretensión autónoma debieran desvincularse de una institucionalidad que alimenta la degradación estadounidense, que en su desesperación solo atinan a incrementar su papel de gendarme mundial a costa de una deuda cuyo costo se descarga sobre los pobres de EEUU y del mundo.

Buenos Aires, 8 de octubre de 2013

El chantaje del ajuste en EEUU (publicado hoy en Tiempo Argentino, en: http://t.co/wu3zCfs5N2

Publicado hoy en Tiempo Argentino, en: http://t.co/wu3zCfs5N2

Son 800.000 trabajadores estatales que sufren el chantaje del debate político del bipartidismo gobernante en EEUU. El shutdown se traduce como “no hay recursos públicos para atender ese gasto”. Es una negociación a saldar en las próximas semanas y si no se resuelve, el ajuste se traslada al empleo público, con serio impacto en el consumo popular y reflejo en la continuidad de la situación de crisis económica. La medida supone unos 10.000 millones de dólares semanales en ingresos salariales, casi 40.000 millones al mes, y que curioso, la Reserva Federal, al mismo tiempo emite mensualmente más del doble, unos 85.000 millones de dólares para sostener la política de salvataje al propio Estado capitalista estadounidense, a los bancos y empresas en problemas. Es evidente que la crisis mundial impacta seriamente en EEUU y afecta especialmente a sectores vulnerables, entre ellos a los trabajadores estatales y sus familias. El fondo de la cuestión es un déficit fiscal que asciende a los 1,5 billones de dólares desde hace unos 4 años y sin horizonte de disminuir. A eso debe sumarse un estructural déficit comercial de casi 550 millones de dólares anuales. Entre ambos guarismos definen la deuda pública más elevada del mundo, un 100% del PBI de EEUU y que requiere acuerdo parlamentario para seguir creciendo. La crisis en EEUU se sostiene con financiamiento de todo el mundo, para sufragar un gasto que incluye esencialmente el financiamiento del gasto militar. Un gasto que imponen las bases militares desplegadas en todo el planeta, junto a las aventuras bélicas, actos de espionaje o invasiones a que nos tiene acostumbrada la impunidad del poder estadounidense. El interrogante es la capacidad de aguante del pueblo de EEUU ante la agresión del sistema político. En el mismo sentido tenemos que interrogarnos sobre el límite que debe imponerle la sociedad popular mundial al orden capitalista, a su potencia hegemónica y a las complicidades globales que aseguran la impunidad de EEUU, sea en la ONU, en el G20, o en cualquiera de los ámbitos de articulación de un poder global que transfiere la crisis sobre los más pobres.

Buenos Aires, 1 de octubre de 2013