El
Senado brasileño aprobó una reaccionaria reforma previsional, con una mayoría
de votos que supera largamente el mínimo necesario y evidencia que la lógica
pro mercado trasciende al partido en el gobierno. Ahora pasa la ley para el
debate en la cámara de Diputados del Brasil, quienes podrán hacer reformas que
considerarán luego los senadores antes de transformarla en ley. La situación
generó triunfalismo entre los grandes capitales del Brasil y su gobierno, algo
que también se celebra entre los empresarios más poderosos con intereses en la
región, y obviamente por los gobiernos de la derecha, especialmente el
argentino, quien incluyó en el acuerdo con el FMI la realización de esas reformas
estructurales, especialmente la previsional y la laboral.
No
debe sorprender entonces declaraciones de empresarios argentinos demandando
urgentes y profundas reformas laborales. Uno de los principales dirigentes de
la Cámara de la Construcción de la Argentina, Julio Crivelli, el Vicepresidente
de la organización empresarial sostuvo que "Necesitamos poder despedir sin
causa a empleados en todas las industrias y comercios", responsabilizando
a trabajadoras y trabajadores por sus derechos socio laborales adquiridos de
los problemas de productividad de la economía local. El planteo pasa por
eliminar las “indemnizaciones”, causa principal, según la lógica discursiva burguesa,
de la caída del empleo y el nivel de actividad económica.
La
argumentación empresarial apunta a la inviabilidad de la competencia de las
empresas locales con las extrajeras según se desprende de los acuerdos de libre
comercio ente la Unión Europea y el Mercosur. La demanda pasa por la
disminución del costo laboral en el conjunto del costo empresario. No demandan
por el elevadísimo costo financiero, mecanismo de apropiación de plusvalor del
sector financiero; ni del costo tributario vinculado a las necesidades de
financiamientos del Estado; ni de las elevadas tarifas de los servicios
públicos privatizados. Como no pueden contra la banca ni contra el Estado, ni
con las privatizadas de servicios públicos, apuntan contra los trabajadores y
las trabajadoras.
Está
claro que la demanda por la ganancia se resuelve en contra del precio de la
fuerza de trabajo, o sea, el salario y los beneficios sociales. Otro
empresario, del sector cafetero señaló: "Queremos que haya mayor
flexibilización. Que sea más fácil despedir y contratar gente". La opinión
del titular de Café Cabrales es coincidente con el empresario de la
construcción y desnuda la demanda de los empresarios contra trabajadoras y
trabajadores.
Coincidentemente
con la demanda empresarial, el Estado actúa desde el gobierno, en sintonía con
las expresiones del capital y por eso proliferan las opiniones contra los
sindicatos y sus representantes. Es cierto que existen sindicalistas que buscan
puentes de diálogo con empresarios y gobernantes, en una lógica de negociación
(más producto de otra época del desarrollo capitalista: el del reformismo
keynesiano) y en contra de los trabajadores y las trabajadoras, por lo que
resalta la necesidad de consolidar un nuevo modelo de organización sindical,
que sea autónomo e independiente de patrones y gobiernos, tanto como de los
partidos políticos que disputan el poder.
Es
el mensaje que inspiró en origen a la CTA, la Central de Trabajadores y
Trabajadoras de la Argentina allá en su nacimiento en los 90 y que algunos
sustentan en la actualidad, del mismo modo que inspira a las corrientes
clasistas en el PIT-CNT y otras centrales sindicales en Nuestramérica, las que
articulan en el Encuentro Sindical Nuestra América, ESNA.
Lógicas civilizatorias en disputa
Los
empresarios mencionados, como otros hegemónicos en la región, parten de una
lectura de la lucha de clases mundial que ellos consideran cambiaron desde
fines de los 80 y comienzos de los 90, con la ruptura de la bipolaridad y el
triunfo del capitalismo, como parte de una fortísima ofensiva del capital
contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad.
Sustentan
una concepción ideológica contra toda reforma del capitalismo, y claro,
cualquier idea o pensamiento que sustente un proyecto en contra del orden del
capital. Por eso, son profundamente contrarios a una lógica socialista,
socialdemócrata o socialcristiana, inclusive populista de izquierda. Consideran
al keynesianismo o al reformismo económico, generalizado en el sistema mundial
entre 1930/45 y 1980, como una respuesta adecuada a tiempos de crisis capitalista
y ofensiva de las estrategias revolucionarias, especialmente desde la irrupción
de la revolución socialista en Rusia y la instalación de la bipolaridad del
sistema mundial en 1945.
Para
los tiempos actuales se lo considera una inadecuada propuesta y antigua
propuesta, pese a ser sustentada desde algunos ámbitos intelectuales y
religiosos, tal como surge del último encuentro entre el Papa Francisco y Joseph
Stiglitz, premio de Economía del Banco de Suecia en 2001.[1]
Destacamos la referencia por la importancia de los personajes, pero el
pensamiento neo-keynesiano o pos-keynesiano inspira variadas propuestas
políticas críticas de la corriente principal hegemónica inscripta en el
neoliberalismo explícito.
La
realidad del mundo capitalista desde 1989/91, vista desde la hegemonía
económica, política e ideológica demanda la revocación de todos los derechos
entregados a la reivindicación por la valorización de la fuerza de trabajo en
contra de la ganancia y el interés del capital. Es una prédica contra el
llamado Estado benefactor y toda forma de amenguar los efectos del funcionamiento
del orden capitalista, que algunos imaginan posible y por ello lo incluyen como
propuestas actuales.
Por
eso insistimos en nuestros escritos en la ofensiva del capital contra el
trabajo desde la crisis capitalista de mediados de los setenta y especialmente
en despliegue acelerado desde los 90 del siglo pasado, un tiempo de
consolidación de la lógica neoliberal.
Con
la bipolaridad del sistema mundial, entre 1945 y 1989/91, el orden mundial
cambió y no solo funcionó la lógica de civilización construida desde el
imaginario burgués por la expansión del régimen del capital, en su momento de carácter
reformista bajo políticas de corte keynesiano y diferentes modalidades o
versiones del Estado benefactor. El socialismo fue entonces también una
posibilidad, que hoy reconocemos fallida en sus manifestaciones más evidentes,
pero que actuó en la configuración de los imaginarios sociales posibles de la
organización socio económica.
La
caída de la experiencia a nombre del socialismo en el este europeo generó las
condiciones de posibilidad para la reinstalación de una lógica “única” por la
restauración del sentido común capitalista. Esto es lo que está hoy en debate y
anima el revanchismo empresarial contra los derechos laborales, sociales y
sindicales de trabajadoras, trabajadores y sus familias, por lo que el gran
interrogante pasa por como restituir un imaginario social más allá y en contra
del orden capitalista.
Es
que la extensión de experiencias revolucionarias desde Rusia, en China, Cuba o
Vietnam, junto a diversas luchas anticoloniales, hacia visualizar hacia
mediados de los años 70 las posibilidades de organizar un nuevo orden económico
mundial. El tema se suscitó en la ONU hacia 1973/4 y se consagró como la
demanda por un “Nuevo Orden Económico Internacional” (NOEI), lo que motivó una
violenta respuesta, geográficamente localizada desde Sudamérica con las
dictaduras genocidas, para dar nacimiento al orden neoliberal, que aun cuando
no sea ni nuevo, ni liberal, explica la lógica y el sentido común de nuestro
tiempo.
Por
eso, el gran desafío del extendido movimiento popular que hoy confronta contra
la hegemonía capitalista pasa por construir estrategias que restituyan un horizonte
civilizatorio más allá y en contra del régimen del capital. Desde nuestra
lógica de pensamiento aspiramos a introducir estos debates en tiempos
electorales en Sudamérica, próximos en Argentina, Bolivia y Uruguay, donde la
agenda del poder privilegia un debate favorable a las reformas estructurales funcionales
a la lógica ideológica del capital.
Buenos Aires, 15 de julio de 2019
[1] Francisco y Stiglitz
coinciden en impulsar una "economía social de mercado". TELAM,
13/05/2019; en: https://www.telam.com.ar/notas/201905/357468-francisco-y-stiglitz-coinciden-en-la-necesidad-de-impulsar-una-economia-social-de-mercado.html
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