El mes de marzo culminó con una
extensa y diversa conflictividad expresada en las calles, con epicentro en la
discusión sobre la política económica y el impacto regresivo que se siente
sobre la mayoría de la sociedad, especialmente en sectores de ingresos fijos.
Como broche del mes, el Ministro
de Energía anunció aumentos en el precio del gas, con mínimos del 20 al 36%
para quienes menos consumen y que puede llegar a más del 400% y nuevos y más
tarifazos en el resto del año.
Llama la atención la
preocupación por la actualización tarifaria contra la mezquindad relativa al
debate con los docentes y otros trabajadores.
Con el gas hay acuerdo con las
empresas, interesadas en transformar subsidios en precios y, que hace años
demandan al Estado por su reivindicación asentada en la rentabilidad de las
inversiones. Con los docentes, la no apertura de la paritaria nacional y los
acuerdos provinciales con mínimos ajustes marcan el rumbo general de la
política económica.
Así, con los empresarios más
concentrados, todas las concesiones: a acreedores externos, grandes productores
y exportadores agrarios, mineros e industriales, privatizadas de servicios
públicos, petroleras, mientras que a los trabajadores y las trabajadores se les
restringe la posibilidad de negociación colectiva y se les impone la amenaza y
el castigo de la pérdida de ingresos, la suspensión o el despido, todo en un
marco de flexibilización salarial y laboral extendida.
Preocupa
la evolución económica
Los datos oficiales que se
difunden no avalan el discurso esperanzador del gobierno sobre el fin de la
recesión económica.
El INDEC acaba de informar una
caída de 6% en febrero del 2017 con respecto al mismo mes del año 2016 para el estimador
mensual industrial.[1]
La caída respecto del primer bimestre del 2016 es del 3,5% y da cuenta de los
problemas de la producción industrial para dinamizar el empleo del sector
privado.
Una buena noticia que enarbola el
gobierno proviene del cierre del blanqueo de capitales, que en torno a los 120/130.000
millones de dólares, que le acerca recursos fiscales, unos 130.000 millones de
pesos, que ayudan a paliar la menor recaudación de una actividad económica
débil, con elevado déficit fiscal y comercial sostenido con endeudamiento
público.
El perdón fiscal para evasores y
los que fugan capitales del país, no niega la continuidad del fenómeno vía
cancelaciones de deuda, remesas de utilidades al exterior y saldo negativo del
turismo internacional.
Hay que reconocer que el debate
es político en la Argentina y el sentido de las masivas movilizaciones de marzo
y la perspectiva del paro general son la voluntad crítica de millones afectados
por la política económica.
Por eso, el planteo sustentado por
sindicatos y centrales sindicales de “continuar luchando hasta cambiar la
política económica” que tanto preocupa al gobierno y al poder mediático afín.
La política económica se define
en la ortodoxia del ajuste y el monetarismo empujado por el BCRA, asentado en
mayor deuda pública y estimulando la especulación financiera con tasas de
interés elevadas.
En ese marco, se contiene la
evolución del tipo de cambio para frenar la inflación a un costo financiero
elevado para las finanzas públicas, por lo que el dólar planchado, incluso a la
baja, estimula opciones por el plazo fijo u otras colocaciones financieras recreando
una economía especulativa.
Al mismo tiempo, recibe
presiones de grandes productores y exportadores para nuevas devaluaciones que
se descargarán vía precios sobre la mayoría empobrecida de la población.
Se intenta maquillar la
orientación general con estímulos al consumo, hasta ahora fallidos, y que
extienden la sensación de malestar.
El impacto de la situación
económica en la mayoría social genera el malestar que sustenta la protesta y movilización
extendida, que en el gobierno y el poder se siente como desafío político e
incluso amenaza desestabilizante.
Opciones
de rumbo económico y político
Lo que se discute es el rumbo de
la economía en un marco de ofensiva capitalista más allá de la Argentina.
Con las elecciones de renovación
parlamentaria de medio turno en octubre próximo se pretende sostener un rumbo
para adecuar al país a las necesidades de la ofensiva reaccionaria que supone
la presencia de Trump en el gobierno de EEUU; las presiones sobre Venezuela que
animan, desde Washington a los cancilleres del Mercosur y el bloque de aliados
de la posición estadounidense en la OEA o la campaña a favor del cambio de
gobierno de Ecuador en las elecciones del 2/4.
Más allá de alguna consideración
actual sobre Venezuela, Ecuador, o cualquiera de los gobiernos que definieron
el cambio político en el comienzo del Siglo XXI, queda claro que las clases dominantes
en la región pretenden coherencia política de los gobiernos de nuestros países,
en el sentido de insertar a éstos en la lógica del capital para restablecer la
rentabilidad empresarial y la “normalidad” del orden capitalista.
Eso define la necesidad de
estimular un bloque social y político para otro rumbo de la economía y la
política. El nuevo “accidente” de la Barrick en San Juan exige la discusión
sobre el modelo extractivo, expresión del orden capitalista concreto en el país
y en el mundo, para optar por otro rumbo sustentado en la soberanía alimentaria,
energética, financiera, para satisfacer necesidades y resguardar la naturaleza.
No alcanza con la protesta y la
conflictividad, y mucho menos con opciones que se contengan en mejorar el
capitalismo, haciendo lo posible para lograr algunas reformas. Es tiempo de
discutir el modelo productivo en su conjunto para atender necesidades sociales
insatisfechas, retomando el impulso de las experiencias de integración regional
alternativa.
El interrogante necesario apunta
a discutir lo que viene luego del paro general.
La densidad social masiva
movilizada es indispensable para habilitar una discusión sobre propuesta política
popular, en el sentido asambleario de un congreso popular para discutir el país
actual y aquel al que se aspira, como renovada expectativa de la liberación nacional
y social.
Buenos
Aires, 1 de abril de 2017
[1]
INDEC. Informes Técnicos. Industria manufacturera vol. 1 nº 7. Estimador
Mensual Industrial, Febrero de 2017. En: http://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/emi_03_17.pdf
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