La coherencia de la lucha contra el racismo y
el apartheid, no doblegada por 27 años de cárcel y una vida previa de
discriminación por la elite gobernante en Sudáfrica.
La obstinación de la resistencia al poder y la
violencia ejercida con su persona y su pueblo.
La convicción de la lucha por la igualdad y la
libertad.
Que la igualdad solo es posible desde la
hegemonía popular.
Qué la UNIDAD de la Nación y el Pueblo solo se podía conquistar desde
el ejercicio de la soberanía popular en la lucha cotidiana de millones; en el
gobierno logrado; y que desde allí se disputaba y se disputa el poder, una
asignatura aún pendiente en Sudáfrica.
Una lección importante luego de muerto y ante
el elogio de los poderosos es que los Pueblos del mundo no debemos permitir que
nos expropien el símbolo de MANDELA.
Mandela nos enseñó con el ejemplo de su
inclaudicable lucha que toda consideración hacia el otro parte del auto-reconocimiento
de los propios derechos y de la lucha por ellos.
La protesta y la crítica a la desigualdad del
sistema colonial y el capitalismo constituyen el eje desde el que MANDELA
construye su referencia para los pueblos del mundo.
Mandela es ejemplo para generaciones de
luchadores por la emancipación social.
Mandela fue expresión de la construcción de una
subjetividad consciente en la lucha colectiva por la emancipación. En ese sentido fue parte de la construcción del Congreso Nacional Africano, CNA, que incluyó en su seno el movimiento armado "Lanza de hierro de la Nación" y en su carácter de comunista participó en la lucha armada junto a otros luchadores como Chris Hani, Secretario General del Partido Comunista Sudafricano, asesinado por los racistas.
La lección principal es su vida y su lucha.
La lección principal es su vida y su lucha.
Buenos Aires, 5 de diciembre de 2013
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