En el debate cotidiano aparecen
ciertos asuntos que motivan discusiones interesantes, aun cuando no siempre van
al fondo de la cuestión.
Desde un punto de vista
conceptual solo se quedan en el fenómeno y no avanzan sobre la esencia.
El fenómeno apunta a las
consecuencias sociales y ambientales del orden contemporáneo, pero la esencia
es el régimen capitalista.
Veamos el tema referido a tres
asuntos: a) Trump, sus actitudes, comentarios, políticas y consideraciones
sobre el mismo; b) los dichos del Papa Francisco y los apoyos y críticas que
arrastra; c) en capitalismo en la Argentina y su financiamiento.
LA
RACIONALIDAD TRUMP
Un ejemplo es Donald Trump y el
gobierno de EEUU. Hace un año que gobierna Trump y el gobierno cerró ante la
negativa parlamentaria para aprobar el Presupuesto 2018 en tiempo y forma (el
viernes 19/01). Eso significa que varios trabajadores estatales sean
licenciados en sus tareas y se cierren funciones estatales que afectan a
usuarios y a esos trabajadores. Ni siquiera pudo Trump disciplinar a la mayoría
republicana en el Congreso de EEUU.
Trump gobierna a EEUU y es la
mejor expresión de la anarquía del capitalismo, con base en la anarquía de la
producción para sostener el régimen de la ganancia, de lo que se jacta Trump. Él
se considera el mejor intérprete del capitalismo y de EEUU, y quizá tenga razón.
La racionalidad del capitalismo
es la irracionalidad de la explotación de los seres humanos y la depredación de
la Naturaleza. Quién mejor que Donald Trump para expresar esos
"valores". “Primero EEUU” sostiene Trump y eso lleva implícito
"primero el capitalismo estadounidense" y los negocios Trump.
EEUU es la potencia hegemónica
del capitalismo mundial, más allá de cualquier disputa por la dominación global
y por eso preocupa Trump y su gobierno de especulación y militarización.
La sociedad necesita discutir el
molde capitalista y desafiar el orden "normal, natural" y aspirar a
otro mundo posible.
EL
PAPA EN CHILE Y PERU
Mucho se escribe sobre las
visitas de Francisco a Chile y Perú. Se destacan las críticas del Papa a los
efectos del capitalismo de época y a los gobiernos que aplican políticas
hegemónicas llamadas neo-liberales.
Algunos lo dicen en tono crítico
a Francisco, porque acuerdan con las políticas hegemónicas, incluso hablan de
convergencia entre los gobiernos regionales (de derecha).
Otros acuerdan con Jorge Bergoglio
y reclaman cambiar políticas "neo-liberales" por otras, como si
hubiera otras dentro del capitalismo actual. Las otras, esas "otras",
keynesianas, o neo-keyesianas, corresponden a otra época del capitalismo, que
no son los años recientes, sino las que se aplicaron entre los 30 y los 80 en
el marco de la bipolaridad entre capitalismo y socialismo, que además, eran
hegemónicas en el capitalismo mundial, incluso en el socialismo (para el
debate)....
Si se quiere ser crítico con el
orden contemporáneo no alcanza con la critica a los efectos del capitalismo,
sino que hay que criticar y superar al propio régimen del capital. Ese es el
debate, lo demás es entretenimiento.
POR
CASA AFECTA EL ACECHO DEL FANTASMA DE LA DEUDA
La economía capitalista de la
Argentina funciona con base en la DEUDA PÚBLICA, lo que da aire a las clases
dominantes locales y en contra de la mayoría de la población, principalmente
trabajadores y trabajadores, activos y pasivos.
El capitalismo funciona si hay
inversor en origen y poco importa si es productivo o financiero, ya que la
lógica del capital es mundial y el más valor o plusvalor obtenido es mundial y
se apropia en la circulación mundial.
Argentina es parte de esa lógica
mundial entre producción y circulación, por lo que no alcanza con condenar la
valorización financiera o la especulación, al neo-liberalismo o las modas
teóricas, sino condenar al capitalismo.
Claro que para eso hay que
animarse, ya que si se critica al capitalismo, al real, al que existe, al que
define nuestra cotidianidad, hay que animarse a proponer alternativas no
capitalistas, y no cualquiera se anima ante la condena socio intelectual de que
es posible.
CONCLUSION
En los tres casos se analiza el
fenómeno, sin avanzar en la esencia que supone el debate contra y más allá del
capitalismo.
Trump no es un accidente de la
historia política de EEUU, como no lo fue Bush, hijo o padre, ni Reagan u otros
de los presidentes de la potencia imperialista, sino lógica consecuencia de la
crisis política y el funcionamiento anárquico del orden capitalista para
sostener la razón de ser del orden: la ganancia y la acumulación.
Francisco no discute la
explotación del hombre por el hombre, sino que aboga contra las consecuencias
más negativas del orden vigente y concentrado en la miseria y la pobreza de millones,
abrigando expectativas por modificaciones en el margen del sistema.
En Argentina como en otros países
se apuesta a la atracción de inversiones, con la secuela de producción y
generación de excedentes que reproducen una lógica de la desposesión y la
depredación.
Para todos los casos, se
escamotea lo esencial, e orden capitalista y con ello la posibilidad de
discutir un orden en contra y más allá de la lógica del capital.
Buenos
Aires, 21 de enero de 2018
1 comentario:
Estoy de acuerdo. Tenemos que juntar millones que adhieran a esta reflexión
Ester
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