Por: Jorge Cardelli y Julio C. Gambina
I
El ataque a los derechos de los/as
trabajadores/as es una política explícita y deliberada del gobierno Macri, en
los marcos de la profundización de la dependencia, por lo que es necesario
discutir qué tipo de Central necesitamos.
A más de dos meses, las medidas anunciadas
son claramente a favor de las empresas más concentradas y monopólicos:
devaluación que no cesa y por ahora en torno a los 16 pesos por dólar (70%
desde los 9 pesos por dólar); quita de retenciones que favorece a los
exportadores y agrava el déficit fiscal; acuerdo con los fondos buitres en
camino y con incremento de la deuda pública por lo menos en 15.000 millones de
dólares; sumados a otros préstamos por 5.000 millones de dólares.
Parte de las medidas son los despidos de
estatales y la habilitación a cesantías y suspensiones en el sector privado; la
burla de actualización del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y
tirar las reformas impositivas hacia adelante; desfinanciamiento del Estado
para agravar la crisis fiscal y así fundamentar el ajuste. Situación agravada
con la presentación y aplicación del protocolo de represión en el marco de la
vigencia de la ley antiterrorista y la criminalización de la protesta.
La inflación en curso es expresión de la
impunidad de los fijadores de precios y la respuesta del gobierno se concentra
en política monetaria restrictiva ejercida desde el BCRA y búsqueda de deuda
pública por el Ministro de Economía. Mientras tanto, la carestía la sufren los
de abajo, los sectores de menores ingresos que somos la mayoría de la sociedad.
El tarifazo energético es expresión del traslado de la crisis inflacionaria
sobre el pueblo.
Para nosotros, compañeros afiliados a la
CTA Autónoma, es un momento para profundizar nuestro carácter de Central
clasista, anticapitalista y antiimperialista.
Es un momento para más unidad y más debate fraterno sobre el momento y los desafíos
políticos. El mayor desafío que tenemos es promover la unidad del Movimiento
popular. Para esto es clave la unidad de nuestra Central. Por eso sostuvimos el
paro de ATE y otras organizaciones sindicales del 24/2 y promovimos la máxima
unidad de acción posible para enfrentar el ajuste en la nueva situación
generada desde el gobierno Macri.
Las/os trabajadoras/es somos los creadores
de la riqueza social que es apropiada fundamentalmente por los sectores más
concentrados del capital local y por el capital imperialista. Por lo que no
solo se trata de disputar las orientaciones políticas al gobierno Macri, sino
al poder económico, político y social de las estructuras del capitalismo
mundializado de los monopolios.
II
Resulta imprescindible discutir el modelo
de organización de las/os trabajadoras/es. El régimen capitalista se ha
modificado sustancialmente en el último tiempo, desde la ofensiva neoliberal de
los centros imperialistas del capitalismo a partir de la crisis mundial de los
70´. En nuestro país promovió la Dictadura Genocida del 76 cuyas consecuencias
se proyectan hasta nuestros días, por lo que ante este 40° aniversario del
golpe promovemos la organización de iniciativas de movilización unitarias que
articulen al movimiento popular.
El principal motivo del terrorismo de
Estado apuntó a debilitar al movimiento obrero, su lucha y su organización. La
propuesta era desorganizar y desarticular al movimiento gestando salidas
individualistas, acompañadas de flexibilización laboral, salarial, precariedad
y variados procesos de tercerización y fragmentación de la condición laboral.
Este proyecto continuó con el menemismo en
los 90 y contó con la complicidad de muchos dirigentes sindicales. Ante eso nos
propusimos responder en 1990 con un nuevo modelo sindical y no dudamos en
confrontar con el unicato hegemónico de la CGT. Fuimos por la organización de
una nueva Central, que además de desafiar los límites del posibilismo y el
sindicalismo de negociación, tuviera como horizonte la autonomía y la libertad y
democracia sindical.
El posibilismo fracasó en todo el mundo y
destruyó la rica tradición combativa del movimiento obrero, subordinando la
estrategia de la clase obrera a la ofensiva capitalista.
Más que nunca debemos orientar nuestro
accionar desde los intereses y las necesidades de las/os trabajadoras/es,
rompiendo las fronteras de lo posible e imaginando las condiciones de unir al
conjunto de la clase, gran parte de la cual está fuera de los sindicatos.
Nuestra respuesta fue y es hacia el
conjunto de las/os trabajadoras/es y por eso no somos Central sindical y si una
Central de trabajadoras y trabajadores.
III
Necesitamos discutir porqué ganó Macri y
su coalición para entender la etapa que nos toca enfrentar.
El gobierno obtuvo votos sustentados en el
deterioro del consenso electoral al kirchnerismo, y que este espacio político
no reconoce ni errores ni limitaciones de su proyecto que abrió las puertas al
gobierno Macri.
Más aún, algunos buscan chivos expiatorios
en quienes fuimos críticos en estos 12 años previos, desde la lucha por la
democracia y la libertad sindical, en la búsqueda de la construcción de un
nuevo modelo sindical que imaginamos con la CTA en su fundación.
Por eso es que el momento actual
acrecienta nuestra definición por un nuevo modelo sindical, sustentado en la
libertad y la democracia en nuestras organizaciones, que tienen que abrir las
puertas a todas y todos las trabajadoras y trabajadores, inclusive a los
movimientos sociales, a Pueblos originarios y organizaciones de defensa de
derechos ambientales, civiles, de consumidores, etc., y no cerrarse corporativamente como reclama
el viejo sindicalismo.
Pensamos que es momento de fortalecer al
sindicalismo y especialmente a la Central en el carácter de expresión necesaria
de la convocatoria a las/os trabajadoras/es en momentos de extensión de la
informalidad y la súper explotación de la fuerza de trabajo.
En ese marco, sostenemos que la unidad de
acción no es nueva, ni de la última etapa, sino histórica en el movimiento
obrero local y mundial. Ahora debe privilegiar articulaciones de nuestra
Central con otras organizaciones sindicales y con los movimientos populares. La
unidad propuesta con la CTA de los trabajadores es en la lucha y no supone
planteos de unidad orgánica.
La unidad de acción tiene años de
existencia y no se la puede apropiar nadie y menos expropiando el contenido
decidiendo arbitrariamente a quienes se excluye y a quienes no de la actividad
unitaria.
Nuestros debates en la CTA están asociados
a la caracterización del presente, pero también a un balance de estos 12 años,
de la crisis del 2001 y en definitiva de la ofensiva de los centros
imperialistas del capitalismo en 40 años desde el golpe de la dictadura
genocida. En año del bicentenario de la independencia recuperamos la lucha de
los pueblos originarios y de todas las generaciones que propusieron
alternativas soberanas contra toda forma de dominación.
Somos conscientes que los motivos que nos
convocaron a conformar la CTA siguen vigentes y que no es tiempo de refugiarse
en las organizaciones sindicales, por muy grandes que ellas sean o crean ser.
Lo estratégico es la CTA, su nuevo modelo sindical y la pretensión de articular
un bloque popular amplio en la perspectiva histórica de la lucha por la
emancipación social.
IV
El gobierno Macri promueve la función
esencial del Estado capitalista por las ganancias, la acumulación y la
dominación en condiciones de crisis mundial del capitalismo, que integra las
diferentes dimensiones: alimentaria, energética, medio ambiental, económica,
financiera, civilizatoria.
Por eso el gobierno Macri se muestra
amigable con el imperialismo y los principales jefes de Estado del capitalismo
mundial, tanto como con los principales dueños y ejecutivos de las
transnacionales de la producción y los servicios, especialmente la banca, a
quien se le apunta como muleta para sustentar este momento crítico del
capitalismo local y global.
Su propuesta se asienta en los cambios
regresivos construidos desde hace 40 años y no modificados esencialmente en
tiempos constitucionales, aún con el discurso crítico al neoliberalismo de
estos últimos años. Por eso alentamos una gran movilización unitaria para este
próxima 24/3 en repudio al golpe genocida y sus consecuencias sobre nuestro
pueblo, y muy especialmente contra la ley antiterrorista y el protocolo de la
represión.
Desde la concentración y extranjerización
construida en estos años y profundizada en la actualidad, pretenden ir por más
en la consolidación del modelo productivo, de desarrollo y consumo, basado en
el agro-negocio, saqueo de nuestros recursos naturales y súper-explotación de
los trabajadores. Ello nos convoca a discutir y disputar consenso sobre otro
modelo productivo y de desarrollo, para lo que es imprescindible la fuerza de
los trabajadores y en consecuencia alentar el nuevo modelo sindical propuesto
de nuestra CTA. Nuestro programa es el de la soberanía popular y ante la crisis
alimentaria y energética sostenemos la propuesta de la soberanía alimentaria y
energética, por los derechos a la alimentación y la energía.
La cuestión no es macrismo vs.
kirchnerismo como estas fuerzas pretenden instalar. El Kirchnerismo se asume
como el límite de lo posible y el macrismo como el "gran cambio". Así
se constituyen como par binario que disputa todo el espacio político. Nosotros
pretendemos ir más allá, construir una verdadera propuesta política alternativa
e irrumpir con decisión y voluntad en la disputa del espacio político.
Nuestro desafío es la autonomía del
movimiento obrero, por eso la unidad de acción contra el ajuste y la promoción
de la lucha anticapitalista. La autonomía es uno de los pilares en materia de
principios desde la fundación de la CTA. Es autonomía de los gobiernos, de las
empresas y de los partidos políticos.
Estamos desafiados a romper ese carácter
binario de la política institucional expresado en las elecciones de noviembre
del 2015. El proyecto alternativo emerge más allá de la polaridad macrismo y
kirchnerismo.
Pretendemos partir de lo reivindicativo
concreto para disputar consenso social para otra sociedad contra y más allá del
capitalismo y sus estructuras de dominación imperialista.
Nos proponemos la participación activa de
la Central y el movimiento popular en la toma de decisiones, en el Consejo del
salario, el empleo y la productividad, que sigue siendo un objetivo fundamental
de nuestra CTA Autónoma la lucha por un Pueblo sin Hambre y sin Pobreza; la
recuperación de las instituciones de la seguridad social y previsional, así
como el protagonismo en todos los espacios que están asociados a la vida de
las/os trabajadoras/es y de los pueblos originarios.
Aspiramos a una sociedad que privilegie el
interés de la mayoría contra todo intento de reposicionar el libre comercio,
aspiración sostenida desde el derrotado ALCA y que ahora se manifiestan en los
acuerdos del Mercosur con Europa o la Alianza del Pacífico. Son todas formas de
privilegiar el interés de los grandes capitales hegemónicos del sistema
mundial.
Nosotros estamos por instalar la consigna
de que otro mundo es posible, y por eso luchamos y nos organizamos por la
reforma agraria, la defensa y promoción del hábitat asociado a la autogestión,
como a todas las demandas sustentadas desde el movimiento popular.
Sustentamos la iniciativa de luchar por
construirnos como sujetos para el cambio y al mismo tiempo construir el
programa articulador de todas las proposiciones que constituyen al movimiento
popular. Será esa nuestra contribución a la construcción de alternativa.
Desde la reivindicación por la
participación en la toma de decisiones y nuestra convicción por discutir el
modelo productivo de consumo y de desarrollo, es que nos proponemos ir más allá
en la disputa del poder.
V
Convocamos a recuperar los sueños y la
imaginación creativa de los 90´, que nos otorgó en la CTA la mística de la
disputa del poder y nos presentó en sociedad como expresión de una nueva
institucionalidad popular.
Debemos analizar críticamente lo que hace
dos décadas nos permitió romper con el unicato sindical y luego, con la
iniciativa del poder se promovió la división política y orgánica de la Central.
Hoy estamos desafiados, como en los
inicios de los 90´ para pensarnos críticamente y definir una amplia política de
alianza en la lucha contra el Estado capitalista y el poder empresario del
capitalismo, siempre desde la autonomía de gobiernos, patrones y partidos.
No se trata solo de un análisis nacional o
local, sino que es un desafío mundial y que también discute el movimiento obrero.
Están los que defienden el viejo modelo sindical desde la lucha por lo posible
y los que se definen en una amplia unidad de acción para intentar lo imposible
en la lucha de la clase obrera contra el capitalismo y el imperialismo.
Debemos continuar y profundizar nuestra
política de unidad y lucha con diferentes organizaciones y movimiento sociales
en un sentido multisectorial. Y en este plano ratificar la vigencia del
programa de los 33 puntos elaborados por
la Multisectorial que integra nuestra Central.
Por eso debemos retomar el espíritu
originario de la Central, relativo a la autonomía de todas las centrales
internacionales del movimiento obrero y promover sólidos vínculos con todas las
centrales y sin la asociación a una en especial, lo que se manifiesta en el
espíritu que compartimos en el Encuentro Sindical Nuestra América, ESNA.
La agresión del gobierno Macrí es fuerte.
Es tiempo de respuesta en unidad de un amplio movimiento popular que fortalezca
a la CTA como núcleo organizador de la ofensiva que necesitamos para superar el
momento y construir el poder del pueblo.
Buenos
Aires, 2 de marzo de 2016
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