Una importante noticia sobre
evasión y elusión fiscal se conoció esta semana, cuando “La Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP) suspendió a la multinacional Procter &
Gamble por fraude fiscal relacionado con operaciones de importación desde
Brasil que eran facturadas a través de una filial radicada en Suiza por 138
millones de dólares”.[1]
El mecanismo utilizado se asocia
a una práctica común entre las grandes empresas que vía sobrefacturación de
importaciones pagan más a sus proveedores en el exterior, sus propias casas
matrices o sucursales, y así burlar la restricción a la compra y transferencias
de divisas al extranjero.
Bajo esa circunstancia la AFIP
“suspendió preventivamente el CUIT de P&G y su inscripción en el registro
de importadores y exportadores como así también la posibilidad de que la
empresa opere en el mercado de cambio de divisas”[2].
El titular del ente de
recaudación dijo que “Nuestro objetivo principal es que P&G reintegre al
Banco Central las divisas fugadas y que pague las sanciones aduaneras y el
impuesto a las ganancias evadido por la manipulación de los precios de
transferencia”[3].
Resulta interesante que se
investiguen y sancionen estas prácticas delictivas que afectan los ingresos
públicos, máxime cuando verificamos el creciente peso de las contribuciones de
los trabajadores en el impuesto a las ganancias.
En un reciente estudio que
presentamos en Costa Rica[4] dábamos cuenta que la
recaudación por el impuesto a las ganancias venía creciendo en los últimos años,
siendo mayor la proporción recaudada por la cuarta categoría establecida por el
impuesto, o sea, los salarios.
Señalábamos respecto a la
proporción de lo recaudado sobre el PBI que hacia 1999 la recaudación por
ganancias “...ocupaba alrededor del 3%; posterior a la caída por la crisis,
continuó subiendo hasta establecerse en torno al 5% (2005-08), para volver a
alzarse y posicionarse en el 6,33% del 2012”.
Al respecto se señala que el
aporte de la recaudación por la cuarta categoría, es decir, lo que se retiene
por salarios alcanza en 2012 al 3,4% del PBI. Eso significa que más de la mitad
de la recaudación no provenía de ganancias empresarias, sino de afectación a
salarios y explica los reclamos sindicales desde entonces hasta el presente por
subir el mínimo no imponible o por eliminar el tributo a los salarios,
En la comparación resulta que
para el año 1998, el conjunto de las 4 categorías del impuesto a las ganancias
expresaban el 2,4% del PBI, y las categorías 1 a 3, o sea, la recaudación por
las ganancias derivadas de la renta del suelo, de la renta del capital y los beneficios
empresarios, alcanzaban al 0,8% del PBI, mientras que los ingresos de la cuarta
categoría acercaban al fisco el 1,6% del PBI.
Para el 2005 ganancias aportaba
el 4% del PBI, siendo el aporte de los salarios casi la mitad, el 1,9%, siendo
reflejo de las mejoras en las ganancias de las empresas y la renta del capital.
Aun así, el aporte vía salarios era muy importante fuente de financiamiento
fiscal.
Como señalamos, en 2012, los
ingresos fiscales por cuarta categoría alcanzan al 3,4% superando las ganancias
provenientes de las inversiones del capital en sus diferentes variantes.
Se trata de un sin sentido de lo
que por definición supone el tributo que debe recaer sobre las ganancias de la
inversión de capital, que como vemos en el caso de la transnacional denunciada,
se esconden, eludiendo y evadiendo, algo que los trabajadores regularizados no
pueden hacer.
Según el estudio que
presentamos, se estima la evasión en ganancias cercana al 50%, con lo que queda
claro que son los trabajadores los principales sostenedores del regresivo
régimen tributario en la Argentina y que convoca a una mayor severidad en el
control de una práctica generalizada del empresariado hegemónico, en la
Argentina y en el mundo para evadir y eludir impuestos.
Al mismo tiempo se impone la
discusión de fondo sobre la pertinencia o no de gravar los salarios como si
fueran ganancias, con mucho más lógica cuando una de las reivindicaciones en la
coyuntura pasa por el debate sobre un bono de fin de año compensatorio por la
inflación que deteriora los ingresos salariales.
Buenos
Aires, 7 de noviembre de 2014
[1] La
AFIP suspendió a Procter & Gamble por fraude y fuga de divisas, Telam,
2/11/2014, en: http://www.telam.com.ar/notas/201411/83872-afip-suspension-procter--gamble-fraude-fiscal-fuga-de-divisas.html
(consultado el 6/11/2014)
[2]
Ib.
[3]
Ib.
[4]
Julio Gambina y Martín Bonazzi. “SISTEMA TRIBUTARIO EN ARGENTINA: Estado como
garante de la redistribución regresiva de la riqueza”. Informe presentado ante
el Congreso de Profesionales en Ciencias Económicas de Costa Rica, 5 y 6 de
noviembre del 2014.
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