El Senado de la Nación Argentina
acaba de dar media sanción a la modificación a la ley de hidrocarburos que
regía desde los años 60´. En pocos días más, la Cámara de Diputados podrá
transformarla en Ley.
Se trata de una legislación que
generó mucha discusión entre el Poder Ejecutivo Nacional y las gobernaciones de
las provincias productoras de petróleo, todo a través de la Organización
Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, la OFEPHI, que incluye a
Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa
Cruz y Tierra del Fuego. Se discutía la apropiación de la renta petrolera,
especialmente por las expectativas que genera la explotación de hidrocarburos
no convencionales en la Argentina.
Recordemos que la privatización
de YPF a comienzos de los 90´ fue facilitada con la transferencia de la
soberanía de la riqueza a los territorios provinciales, algo que dificulta
cualquier decisión nacional relativa a la soberanía energética, la que debe
pasar, necesariamente, por las discusiones en los Estados provinciales. Ante la
posibilidad del desembarco de inversores externas para explotar los yacimientos
de hidrocarburos no convencionales, las provincias hacen cuentas para disputar
una parte de la renta a la que también aspira la Nación.
El marco de la discusión es la
insuficiencia energética del país, lo que supone importantes importaciones de
gas y petróleo que rondan los 12.000 millones de dólares por año, con un
déficit cercano a los 7.000 millones de dólares. Es un tema de preocupación
cuando la política económica cuida el stock de divisas amenazado por la fuga de
capitales, la ausencia de préstamos internacionales, las limitaciones al
ingreso de inversiones externas y la preocupante tendencia al achicamiento del
superávit comercial. Las fuentes de ingresos de divisas están angostadas y las
reservas mantienen una tendencia a la baja, por lo que el gasto energético se
constituye en un límite serio para cualquier política económica y especialmente
si se pretende ampliar la producción.
Como decimos, las expectativas
están colocadas en los hidrocarburos no
convencionales, sobre la base de que las reservas en el país son cuantiosas,
estimándose a la Argentina como el segundo reservorio mundial en shale-gas y el
cuarto en shale-oil. Hacer realidad las expectativas supone inversiones
cuantiosas, las que empezaron a llegar con el acuerdo entre Chevron e YPF de
gestión estatal y las señales provenientes del mundo de las petroleras y
variadas visitas a las cuencas de hidrocarburos, y entre otras, las
manifestaciones de interés de las recientes visitas de autoridades chinas y
rusas.
Para asegurar más inversiones
externas se modifica la ley, ya que la anterior no incluía esta especificidad
“shale”, no convencional, y no existían suficientes garantías a los inversores externos.
Desde la privatización de la energía en los 90´, la orientación es a la
mercantilización energética, algo que choca con una concepción de derecho a la
energía que se discute en estas horas en Mar del Plata en un encuentro de
trabajadores de la energía de varios países de la región y Europa. Mencionamos
la contradicción porque el eje del debate entre una opción, la de mercado, y la
otra por la des-mercantilización, supone una discusión del para qué la energía.
En definitiva, se discute el
modelo productivo y de desarrollo, el uso productivo de la energía, para
consolidar un tipo de producción agraria orientada al monocultivo y depredadora
de recursos gasíferos y petroleros, o el caso de la mega-minería a cielo
abierto, o la propia producción de automotores o la industria de ensamble, con
importante demanda de hidrocarburos; o un uso energético ahorrador del estratégico
insumo. Sin perjuicio de ello, también se discute la tecnología de la fractura
hidráulica, que implica el uso de cuantiosas cantidades de agua y arena y la
utilización de un importante cóctel de tóxicos con impacto sobre la naturaleza.
Si bien la OFEPHI informa en su página sobre el control en el manejo de esos tóxicos
y el uso adecuado del agua, hoy recurso estratégico, son numerosos los
movimientos que surgen en el país en crítica a la explotación de los
hidrocarburos no convencionales. Más de 30 consejos municipales han manifestado
su rechazo a la explotación vía fracking en sus territorios, lo que puede
llevarnos a imaginar que los próximos días puede exacerbarse.
Aún es posible defender la
soberanía energética y luchar contra la reforma en curso. Es necesario movilizarse
en todo el país, y especialmente en las puertas del Congreso para hacer
escuchar la vos del pueblo en favor del Derecho a la Energía. Es el sentido
principal que sustentaron las intervenciones de los delegados sindicales de
otros países presentes en el Seminario homenaje al 71° aniversario del
Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata el pasado viernes 10 y sábado 11 de
octubre de 2014.
Uruguay,
11 de octubre de 2014
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