Empezó el 2014 con algunas novedades anunciadas por el
gobierno en materia de política económica.
Una de ellas remite a un nuevo acuerdo transitorio de
precios. Otra a sanciones a las empresas distribuidoras de energía. Finalmente
se anunciaron centenares de objetivos y metas para el presente año.
Aumentos
y acuerdos de precios
Sobre los precios, vale registrar que el anuncio solo
involucra un conjunto de productos y aplicables a la zona metropolitana. El
interior profundo del país deberá esperar mejor ocasión.
La antesala del anuncio se presentó con incrementos del
boleto del transporte de pasajeros en el Gran Buenos Aires, del precio de
boletos de avión, los aumentos de las naftas y los peajes. Todos en cifras muy
por encima de los registros oficiales de evolución de los precios, e incluso de
lo que indican fuentes privadas, en general opositoras al gobierno.
Más allá del acuerdo de precios, queda claro que el año
comienza con aumentos que inciden en la capacidad de gasto de la mayoría de la
población, especialmente los perceptores de ingresos fijos. Es una situación
que anticipa importantes debates salariales en cuanto se habiliten las
negociaciones colectivas, y entre ellas destaca la paritaria docente con la
incertidumbre de todos los comienzos de año relativa al inicio de las clases.
El
estado y las empresas eléctricas
Respecto de las eléctricas, y aun persistiendo el problema de
los cortes de luz y agua para algunos usuarios, el Ministerio de Planificación
anunció un conjunto de multas a las empresas y resarcimientos a usuarios
afectados, incluyendo sanciones retroactivas a similares episodios de años
anteriores.
El anuncio incluye la posibilidad de rescisión de los
contratos. Las medidas expresan una clara intención de hacer responsables de
los cortes a las empresas.
Lo que se omite es hacer un balance crítico del accionar del
ENRE, el ente de control, con escasa capacidad de incidir en la prevención de
la crisis.
Pero aún más, se requiere apuntar al conjunto de la política
energética, lo que requiere discutir desde la producción a la distribución de
la energía. Ello no solo es electricidad, sino también petróleo o gas.
Ese fue precisamente el colofón de la exposición de De Vido,
resaltando la potencia del yacimiento Vaca Muerta, especialmente en materia de
gas. Aun resolviendo el abastecimiento energético del verano y los picos de
demanda, la realidad es que la crisis energética ocupará buena parte de las
discusiones del presente año.
Objetivos
y metas 2014
En cuestión de objetivos y metas resaltan el fuerte
crecimiento esperado para la economía, como la consolidación de un importante
saldo comercial estimado en 10.124 millones de dólares, con exportaciones por
más de 94.000 millones de dólares.
Los anuncios trascienden la economía, pero entre ellos
resalta la afirmación de un modelo productivo que tiene epicentro en el
extractivismo. En efecto, en materia agrícola se anuncia el objetivo de lograr
un incremento del 20% en la producción de trigo con una meta a lograr a 11
millones de toneladas, al mismo tiempo que se sostiene una meta de 115 millones
de toneladas para cereales y oleaginosas en la perspectiva del 2015.
Queda clara la continuidad en la soja y sus derivados como
producto central del complejo agrícola del país, base esencial de la expansión
de las exportaciones. Pero no solo agro en los anuncios, también la minería se
presenta con una expectativa de inversiones externas por 3.800 millones de
dólares.
La primarización y el extractivismo aparecen en el primer
plano. Los anuncios relativos a política social expresa los límites
estructurales de la economía argentina.
Entre otros, se aspira a un desempleo del 6,3% muy lejos de
los valores históricos.
En materia de trabajo no registrado se aspira a que sea menor
a 32,5%, dando cuenta de las dificultades para regularizar el empleo y terminar
con la impunidad empresaria en la contratación irregular de la fuerza de
trabajo.
La Asignación Universal por Hijo se incrementará para llegar
a 4.501.939 beneficiarios, consolidándose como la principal política social y
el mantenimiento del problema estructural de la pobreza.
Todos los anuncios denotan preocupación gubernamental ante
las protestas y reclamos del fin de año, sea por la carestía de la canasta de
consumo cotidiana o los cortes de electricidad y su impacto en zonas urbanas.
Se pretende incidir en la prevención del conflicto social que
tiene eje en la disputa por el ingreso. Insistamos, un tema que aparece en el
centro de la agenda de política económica a comienzo del 2014.
Buenos
Aires, 4 de enero de 2014
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