¡Multitudinaria marcha NI UNA
MENOS! La violencia contra las mujeres es en todo los terrenos. Hay más mujeres
que hombres en la Argentina. Sin embargo, hay menos mujeres registradas en el
mercado laboral. Los salarios de las mujeres son menores a los de los varones.
La mayoría de las mujeres hacen gratis los trabajos de cuidado. Trabajan gratis
en sus casas y en tareas sociales. La desocupación es mayor entre mujeres que
entre varones. Las amas de casa no son consideradas mujeres trabajadoras
desocupadas y por su tarea no se les paga. La violencia de género ejercida
contra las mujeres es cotidiana y más común de lo reconocido. ¡No al femicidio,
a la discriminación de género y al patriarcalismo!
Hasta acá el post en mi muro del
“face”, que resulta uno de los más compartidos y comentados a pocos minutos de
colocado. Varios “me gusta” y “reacciones”, junto a comentarios: “bien dicho” y
“basta de capitalismo colonial patriarcal”. Probablemente se incrementen los
comentarios y quizá cierta polémica. Son muchas/os las/os que postearon
mensajes relativos a la movilización callejera en variadas ciudades de todo el
país. Casi nadie estuvo afuera del fenómeno de conciencia sobre la cuestión y
familias enteras se movilizan, incluidos algunos que no se mueven por ninguna
otra causa. La razón de la movilización es la asunción de un tema generalizado
que se hizo evidente con la movilización callejera.
El tema existe y existía, pero
adquirió relevancia con la multitudinaria movilización, y no solo del 3/6 del
2015, sino con las marchas de las mujeres y con la militancia consecuente del
movimiento de mujeres, que en trabajosa militancia social popular extendida
tiene el logro del presente movilizado. La consigna por la reivindicación de
género atraviesa a las distintas clases y necesita hacerse más compleja en la
consideración de la explotación y discriminación hacia las mujeres en el
trabajo. Por eso mi reflexión sobre el “mercado laboral”[1] y el trabajo del
“cuidado”. Es parte de lo mismo y además tiene especificidad, que se reproduce
cotidianamente en la lógica de acumulación capitalista.
Trabajadoras
y trabajadores para construir un paro nacional
Por eso, las mujeres también
protagonizaron la movilización del día anterior, el 2/6, convocada contra el
Veto a la ley anti despidos y contra los tarifazos. La cita fue promovida por
las CTA y nutrida con varios sindicatos de las CGT y organizaciones sociales y
políticas, más muchas/os indignadas/os que querían y demandan el paro nacional.
Es que si los trabajadores en general están afectados por las políticas de
ajuste del gobierno Macri, las mujeres lo sienten en mayor magnitud y no solo
por lo señalado al comienzo, sino que también existe discriminación al interior
del ámbito de trabajo y en la propia organización social o política, que
reproduce las lógicas sistémicas. No podría ser de otro modo, pues la hegemonía
cultural atraviesa a todas las organizaciones.
Es curioso como la “dirigencia”
se sorprende de la masividad de la protesta y queda atrás del sentimiento
popular masivo. El pasado 3/6/15 sorprendió la masividad del “ni una menos”.
Igual sorprendió a propios y extraños la masividad de la movilización del
29/4/16 convocada por las CGT y las CTA contra el ajuste, el veto a ley anti
despidos y los tarifazos. Igual se sorprenderán ante la construcción de un paro
nacional.
La bronca es grande contra los
despidos, la inflación y la baja del poder adquisitivo de los ingresos
populares, el tarifazo y la impudicia de la fuga de capitales y la lógica de
que “pobres hubo y habrá siempre” manifestada en declaraciones de funcionarios
de Macri. Son los que señalan: “si el combustible es caro, que no compren”, o “creían
que podían tener acceso a una TV u otros consumos”. Son expresiones de los que
se consideran la elite privilegiada y con acceso a bienes y servicios negados
para los de abajo, la mayoría de la población.
Las centrales sindicales
demandaron al Parlamento la emergencia ocupacional y así se elaboró la
legislación para suspender los despidos, que muchos suponían de escaso efecto
concreto, aun cuando pudo instalar la agenda de la gravedad y extensión de las
cesantías. El movimiento obrero organizado pudo instalar agenda de debate
político en la sociedad. Claro que no es el único tema y quizá ni siquiera el
que involucre a más población, tal como ocurriría si se pudiera instalar la
cuestión de la indigencia o la pobreza, la malnutrición o la ausencia de salud
y educación, entre muchos temas que incluyen el ingreso y calidad de vida de
las/os jubiladas/os. Lo que pretendemos resaltar es que sobre la ofensiva del
gobierno Macri por lograr hegemonía política desde su mayoría electoral, el
movimiento obrero pudo instalar desde la movilización una agenda política más
cercana a sus intereses.
Claro que el poder mueve también
sus fichas e intenta desmarcar al movimiento obrero y por eso negocia con el
sindicalismo tradicional para desalojar la calle y seguir disputando hegemonía.
La lógica discursiva de las CGT es que la “gente no está para protestas”. La
realidad lo desmiente y en todo caso, se trata de la disposición a desplegar iniciativas
políticas para disputar el poder. Es una cuestión de miles y de millones de
personas, por lo que se demanda masividad y ello supone juntar lo diverso,
tanto en las movilizaciones obreras como entre las mujeres.
La sociedad movilizada disputa
agenda, por derecha y por izquierda. Recordemos las movilizaciones “Blumberg”,
o las protestas de la Mesa de Enlace. No todo lo movilizado era por derecha y
sin embargo, la agenda era reaccionaria.
Disputa
del consenso
Existe en la actualidad razones
para la movilización popular. El gobierno disputa hegemonía convocando al
consenso pasivo y si puede al activo y lo hace desde la crítica a 12 años de
kirchnerismo, algo que ya le dio réditos en el voto, quizá la mitad de lo
cosechado en noviembre del 2015.
Ahora pretende que sea consenso
activo y por eso publica “El Estado del Estado”[2] para mantener viva la
llama de la crítica al gobierno anterior y avivar el rechazo de buena parte de
la sociedad, incluso de los de abajo. Allí no se condena el acuerdo del poder,
como las concesiones petroleras y mineras, los acuerdos secretos, caso Chevron,
o el conjunto de iniciativas estatales que confirman el modelo productivo y de
desarrollo de promoción de la dependencia tecnológica y productiva a mano de
las transnacionales, en el agro, la industria o los servicios.
También disputa consenso con la
articulación legislativa del “pago a jubilados” con el “blanqueo de capitales”.
El fondo es limpiar la fuga de capitales, interés de pocos enriquecidos y
además, fuente de ingreso de divisas, indispensable para la lógica de la
política económica del gobierno Macri. Parece atractivo compensar a los
beneficiarios estafados por malas liquidaciones previsionales, aun cuando se
ocultan quitas y pagos en cuotas, tanto como desfinanciamiento del Fondo de
Garantías y Sustentabilidad (FGS). El FGS está generado con recursos
previsionales que pertenecen a las/os trabajadoras/es jubiladas/os,
administrado por ANSES, y que se nutre, entre otros, de la renta generada por
acciones privadas que pretenden ser liquidadas y retornadas a la propiedad y
gestión de particulares.
El movimiento de jubiladas/os
también se moviliza, y desde hace mucho tiempo por asegurar fondos
previsionales suficientes para satisfacer las necesidades de las personas
mayores. Por eso rechazan el proyecto y exigen se compensa a los litigantes con
sentencia o no, como a los que reciben liquidaciones por debajo de lo que
corresponde; y más aún el 82% móvil con relación a las/os trabajadoras/es en
actividad. Se propone que los recursos para tal fin provengan de rentas
generales y no desfinancien el FGS. La reforma previsional en curso, contenida
en la propuesta legislativa, será resultado de la movilización gestada desde
abajo o la que promueva el discurso oficial relativo a lo que se puede o no.
En rigor, la cuestión es si la iniciativa
del gobierno y del poder se impone en la disputa del consenso social, o si la
movilización popular genera consenso para otro proyecto político, social y
cultural de confrontación con la lógica del capital, la de la ganancia, la
acumulación y la dominación.
Esta última consideración no
está instalada en la mayoría social y muchos creen que es ilusorio convocar a
cualquier actividad anti capitalista, bajo el argumento que la sociedad no está
para disputas mayores.
Se equivocan, los ilusos son los
que creen que todo se resuelve con solo ir por reivindicaciones democráticas
(salario, empleo, condiciones de trabajo) hasta que se consolide una potencia
para ir por más, contra el régimen del capital.
No tienen razón los líderes
sindicales que agotan las iniciativas en que la gente no está para más y que es
un tiempo de cerrarse en la defensa corporativa.
Es erróneo. Este es un tiempo
para ir por más organización y movilización, en el espíritu originario de la
CTA, que sostenía un nuevo modelo de organización de las/os trabajadoras/es,
que son la mayoría de la sociedad, estén regularizados o no, tengan salario o
no. Es desde ahí que en el 2002 se sostuvo la necesidad de superar la crisis
política con la construcción de un movimiento político social y cultural de
liberación. La constituyente social fue un intento, que siempre puede ser
relanzado más allá de como se la nomine.
Manipulación
del poder o masividad movilizada en la disputa
Por eso hay que pensar en la
capacidad de movilización manifestadas el 2 y el 3 de junio pasados, aun con
diferencias de participantes y motivaciones, ya que ambas ponen en evidencia que
los debates en la sociedad se manipulan desde el poder con el peso de los
medios privados y monopólicos (cadenas) de información del poder, o se instalan
democráticamente desde la masividad de la movilización popular.
Es cierto que no alcanza con
movilización, e incluso con organización, ya que se requiere definir el proyecto
que indique el rumbo, para mí, anticapitalista, pero este requiere de aquel. No
es un detalle menor, que la CTA Autónoma se auto define como una Central
clasista, anticapitalista y antiimperialista.
Sin proyecto o rumbo puede ser
estéril cualquier iniciativa, pero no hay proyecto posible sin la dinámica
social masiva y movilizada. Eso requiere articular lo diverso, y ensayar
búsquedas de acciones que promuevan sujetos para el cambio, que construyan
programas y rumbos estratégicos, y en ese camino, resuelvan los adecuados
instrumentos para la disputa integral del poder.
Buenos
Aires, 4 de junio de 2016
[1]
Para mayor información y detalle leer el Informe sobre la situación laboral de
las mujeres publicitado por el IEF-CTA Autónoma, en: http://media.wix.com/ugd/12e354_8bc74960947844a4a58a5e84ff6addac.pdf
1 comentario:
Con el "Estado del Estado" Indirectamente lo único que sacamos en limpio es que una mala gestión estatal, puede llegar a gobernar 12 años por el solo hecho de ser peronista? O una mala gestión no puedo gobernar 6 meses por el solo hecho de no ser peronista?. Acaso el común de la gente se encuentra desesperanzada o con la esperanza intacta? Movilización colectiva? O espera del "Segundo semestre"?
Publicar un comentario