El INDEC[2] presentó los datos de evolución de la economía a mayo del 2011, registrando un crecimiento respecto del año anterior del 9%, aunque las estimaciones oficiales señalan un promedio para el año más cercano al 7,5%, con lo cual se espera una evolución desacelerada del funcionamiento de la economía en el segundo semestre del año. La perspectiva duplica las estimaciones que se incluyeron en el proyecto de presupuesto que presentó el poder ejecutivo y que finalmente no aprobó el Parlamento. En rigor, la información remite a un 9,9% de crecimiento de la economía nacional para el Iº Trimestre del año, más elevado en el sector productivo que en el de servicios.
El dato relevante de los primeros 5 meses del 2011 es el crecimiento productivo industrial, con un aprovechamiento del 78,3% de la capacidad instalada. Esos datos sobre el crecimiento se manifiestan principalmente en la industria automotriz, con un 24,6% con relación a los primeros 5 meses del año anterior, y donde se espera un récord de producción para todo el año de más de 800.000 automotores. Hay que recordar que un 70% aproximadamente tienen destino en el mercado externo. Además, tienen escasa participación de autopartes locales, lo que pone de manifiesto el carácter de industria de ensamble que adquirió este sector manufacturero, el más dinámico de la industria local. Otro sector de crecimiento está concentrado en la construcción, donde el cemento acumula 15% de enero a mayo, y otros materiales de la construcción un 10,4%. Tanto en automotores como en la construcción, la discusión se concentra sobre quiénes son los sectores sociales que consumen esa mayor producción.
La situación presenta algunas tendencias preocupantes al considerar el sector externo, ya que en el resumen se reconoce un déficit en cuenta corriente de 673 millones de dólares en el Iº trimestre del 2011, con un egreso neto en la cuenta financiera por 153 millones de dólares y una merma en las reservas internacionales de 1.159 millones de dólares en los primeros tres meses del año. El dato relevante de este conjunto deviene de la remisión de utilidades al exterior por 1.689 millones de dólares e intereses por 773 millones de dólares, totalizando entre ambos conceptos 2.462 millones de dólares. Se constatan dos trimestres consecutivos (IVº del 2010 y Iº del 2011) con saldo negativo de la cuenta corriente. Es importante destacar que el superávit comercial (exportaciones menos importaciones) es equivalente a las rentas de la inversión (remesas de utilidades al exterior más intereses), con lo cual, el ingreso de divisas por el comercio de bienes y servicios se esteriliza con la salida de las utilidades y dividendos más los intereses pagados (netos) al exterior. Un agravante es que crecen a mayor ritmo las importaciones que las exportaciones, lo que explica las restricciones al ingreso de bienes dispuestas por las autoridades. Además, respecto de las exportaciones de manufacturas, conviene resaltar que evolucionan más por precios en alza que por expansión de las cantidades, situación inversa respecto de las importaciones. Cualquier cambio de ciclo en materia de precios internacionales haría más vulnerable el sector externo de la economía Argentina.
En síntesis, la información nos remite al crecimiento de la economía y a algunos problemas en el sector externo. Son informaciones que merecen ser desagregadas para inferir beneficiarios y perjudicados, tanto como identificar el perfil productivo de la Argentina, crecientemente orientado en la colocación de su producción en el exterior, sean automotores, soja u otras oleaginosas, cereales y productos primarios y mineros. Conviene recordar que la distribución del ingreso y de la riqueza viene determinada por el tipo y modo de producción, tanto por quienes son los responsables de su forma de organización. Esto último nos lleva a la cúpula empresaria, donde los últimos registros del INDEC nos señalan la fortísima concentración y extranjerización de la economía en la Argentina.
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