Finalmente el gobierno habló de aquello que se ninguneaba, el
dólar paralelo o blue. Lo hizo con el anuncio de colocación de un bono de deuda
para el desarrollo energético, el BAADE o Bono Argentino de Ahorro para el
Desarrollo Económico, y un certificado para inversiones inmobiliarias, el CEDIN
o Certificado de Depósito para el Sector Inmobiliario.
Son instrumentos para captar los billetes en poder de
particulares, en el país o en el exterior, incluso en paraísos fiscales. Según
los organizadores de la medida, en la Argentina existirían unos 40.000 millones
de dólares en billetes y en el exterior unos 120.000 millones, con lo cual el
universo a capturar son 160.000 millones, aunque nadie arriesga monto concreto
a conseguir en los tres meses en que esté abierto el blanqueo, si es que así lo
aprueba el Parlamento.
El país no produce dólares, o divisas, si no es por vía del superávit
comercial, las inversiones externas o el endeudamiento. Esas tres fuentes
aparecen con dificultades, por eso se restringió la compra de dólares desde
fines del 2011, se restringen las importaciones y se estimulan las
exportaciones, al tiempo que se festejan las inversiones externas y se lamentan
retiros como los de Vale do Río Doce, o la eventual retirada de la Barrick ante
las restricciones chilenas. El gobierno está a la caza de las divisas, en
primer lugar para continuar con la política de cancelación de la deuda pública,
el “desendeudamiento” y al mismo tiempo conseguir fondos para la política de
hidrocarburos y reactivar el mercado inmobiliario. También se busca ofrecer
mecanismos de inversión alternativos a la compra de divisas en el mercado
paralelo, y así intentar bajar esa elevada cotización que superó los $10 y casi
duplica la cotización oficial. Solo basta ahora que se reconozca un virtual
desdoblamiento del mercado cambiario.
Con esos anuncios se otorga carta de ciudadanía a la
negociación de billetes estadounidenses, hasta ahora restringida con acciones
compartidas por la AFIP y el BCRA, y el objetivo parece apuntar a disminuir la
cotización y acercarla al tipo de cambio oficial. De hecho, las correcciones
cambiarias oficiales son mayores en el 2013 que en los años anteriores. Entre
2002 y 2005 el dólar osciló entre 2,85 y 3 pesos; entre 2006 y 2010 creció
anualmente desde 3,10 a 3,90, para saltar por encima de los 4 pesos durante el
2011 y 2012 donde rozó los 5 pesos y escalar hasta los 5,20 actuales y una
previsión de 6 pesos hacia diciembre del 2013. Es el trayecto de una
devaluación progresiva y no brusca, pero devaluación al fin. Es una incógnita
saber cómo evolucionarán en el corto plazo las diferentes cotizaciones, cómo
saber a cuánto alcanzará la brecha entre el oficial y el ilegal blue.
El BAADE
Es un nuevo instrumento de deuda pública. El Estado capta
dólares y se compromete a cancelar en tres años (2016) con billetes “DÓLAR” y
con una tasa del 4%, lo que puede considerarse una tasa razonable en las
condiciones de crédito mundial. Lo primero es que se trata de nuevo endeudamiento
dolarizado, y mientras más exitoso sea el blanqueo o exteriorización, mayor
deuda dolarizada asume el Estado. Todo el esfuerzo hasta ahora, se decía,
estuvo en la pesificación de la deuda externa. Con esta medida se retoma el
camino de la deuda dolarizada.
Los fondos de este endeudamiento se destinarán al plan
energético liderado por YPF. Ahonda el camino del ofrecimiento de bonos que
realizó YPF, con tasas del 19% a ahorristas, y otros instrumentos en el mercado
institucional de capitales. La gestión estatal de YPF anunció la necesidad de
inversión por 35.000 millones de dólares en el mediano plazo para atender la
premisa de la expropiación parcial de asumir el autoabastecimiento de
hidrocarburos. Por ello salió a captar inversores, a tasas elevadas y a
conseguir socios globales, tal el caso de la CHEVRON, especialmente por la
tecnología de explotación de los hidrocarburos no convencionales, el fracking o
fractura hidráulica con los efectos devastadores sobre la naturaleza.
El CEDIN
Estos certificados apuntan a relanzar el disminuido mercado
inmobiliario, en la senda especulativa y de resguardo de valor en que se desarrolló
en la última década.
La Presidente del BCRA señaló que tendrán efecto neutro en la
Reservas Internacionales, ya que los dólares canjeados por los certificados
deben mantenerse en un encaje del 100% ya que pueden ser reclamados en
cualquier momento por los tenedores de esos títulos luego de alguna operación
inmobiliaria. De ese modo, lo que hay es un reconocimiento a la operatoria
inmobiliaria en divisas, más que a reponer reservas por este medio.
El discurso oficial se orientaba en el último tiempo, vía Plan
ProCreAr, a la promoción de la vivienda familiar. Ahora, ante la caída de las
operaciones inmobiliarias tradicionales, o sea en divisas, se retoma el
mecanismo legitimando valores dolarizados con operaciones en billetes, o símil
billete tal como supone ser el CEDIN.
En
síntesis
Se reconocen problemas en la economía local y se apunta a
retomar el nivel de actividad económica desacelerado desde el año pasado,
especialmente en la producción de hidrocarburos y en el sector inmobiliario
tradicional. Se pretende limitar la escapada del paralelo o blue, interviniendo
con otras opciones de inversión, las que si son exitosas incrementarán la deuda
pública dolarizada con incidencia en el presupuesto vía intereses a pagar. El
objetivo es la captura de dólares que circulan por afuera del circuito formal
con el consiguiente perdón fiscal. No se asume explícitamente el problema
inflacionario y se insiste en las manipuladas mediciones del INDEC.
La imagen que se pretende mostrar es la de un equipo
económico integrado que ratifica un modelo productivo de autoabastecimiento
petrolero para el agro-negocio, la mega-minería, la industria ensambladora y el
negocio inmobiliario. Queda afuera la discusión de fondo sobre el modelo
productivo y de desarrollo necesario para satisfacer las necesidades de la
mayoría de la población. El anuncio apunta a contener las presiones de gran
devaluación y a blanquear la fuga de capitales. Resulta prematuro anticipar la
evolución de las medidas financieras anunciadas, las que deben pasar por el
Parlamento y recién con la apertura de la operatoria podrán conocerse sus
resultados, que desde ya supone el reconocimiento de operaciones con moneda
externa.
¿Podría hacerse algo distinto? Sí, claro, cambiar el modelo productivo
y de desarrollo, de privilegio a la concentración y extranjerización de la
economía por otro rumbo en la perspectiva de la soberanía alimentaria,
energética, financiera, a desarrollar en conjunto con otros países en
Nuestramérica. Ello requiere construir el sujeto dispuesto a confrontar con las
clases dominantes, que hoy empujan la devaluación como mecanismo de apropiación
de la riqueza social. El Estado decide legalizar operatoria en divisas como
forma de sostener el funcionamiento del capitalismo en la Argentina. Pensar en
algo diferente es ir más allá y contra el régimen del capital.
Buenos
Aires, 8 de mayo de 2013
3 comentarios:
Muy interesante el trabajo Julio, pero entiendo que adolece del tratamiento de un aspecto central, el de la corrupción, históricamente ligada a este tipo de instrumentos económicos. En un trabajo publicado por Carina Matilde Altamirano
"BLANQUEO DE CAPITALES EN ARGENTINA
HISTORIA, LEGISLACIÓN, ECONOMÍA, POLÍTICA Y ÉTICA" se dice textualmente:
Uno de los males endémicos en tiempos actuales y que se presenta a nivel mundial es la corrupción, y un fenómeno íntimamente ligado, es el blanqueo de capitales o de dinero.
Este es el tema ausente en tu artículo.
Un abrazo
Es correcto lo que señala Angel!
Gracias por la mención...
saludos,
Julio
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