La crisis de la política y la situación económica

La crisis de la política en la Argentina exacerbada a propósito de la muerte de Nisman y sus derivaciones en la discusión sobre espías locales y extranjeros, sobre los archivos secretos y la impunidad, oculta diversos problemas en la coyuntura económica.
Ese ocultamiento en el debate no tapa la realidad de un ciclo de desaceleración y recesión productiva de largo arrastre, con disminución estructural del superávit fiscal y comercial, lo que motiva la búsqueda de inversiones y préstamos. Ello constituye parte esencial del viaje de la presidenta Cristina Fernández a China. La delegación oficial se completa con el Ministro de Economía, del de Planificación y el Canciller, dando cuenta de la importancia que se asigna a la visita a realizar al nuevo gran socio económico de la Argentina.
Una numerosa delegación privada acompaña a la comitiva presidencial de la Argentina, e intentarán variados acuerdos económicos con el gigante asiático. Todos los rubros interesan y se piensa en el mayor mercado nacional del mundo, incluso si solo se considera la demanda solvente que todavía excluye a millones de chinos, de una población de más 1.300 millones de habitantes. Entre otras empresas del centenar que involucra la delegación se destacan Nidera (semillas), Sancor (lácteos), Nike (calzado y ropa deportiva), Laboratorios Bagó (medicamentos), Atanor (químicos), Arcor (alimentos), junto a bodegas y sectores del cuero, zapatos, software, alimentación, entre muchos que aspiran a vender y posicionarse como exportadores del inmenso mercado chino.
Desde el gobierno se busca mejorar el desbalance comercial con china y confirmar y extender las inversiones prometidas, especialmente en infraestructura y en el sector energético, que profundiza la crisis de falta de inversiones y que se manifiesta en cortes de luz que afectan a usuarios de grandes concentraciones urbanas.
Por su parte, China está interesada en esas inversiones y sus aspiraciones se confirmaron esta semana con el acuerdo entre YPF y la petrolera SINOPEC, octava en el ranking mundial para el rubro. El interés se concentra en la explotación de Vaca Muerta, tanto en hidrocarburos convencionales como no convencionales. Es un acuerdo logrado pese a la baja del precio internacional del petróleo, que da cuenta de que ninguna de las grandes petroleras globales quiere perder posiciones en un gran negocio, aun cuando no sea rentable en el presente dada la baja del precio internacional del crudo.
Así lo explica la presencia en el yacimiento neuquino de EXXON, Shell, Chevron, Petrobras y Total, que junto a SINOPEC se ubican entre las principales 8 transnacionales del petróleo en el ámbito mundial.
Pero como venimos insistiendo, interesa la financiación que provee China, cuando ya se ejecutó el 25% de una disponibilidad de préstamo en moneda china y equivalente por 11.000 millones de dólares. Son recursos que ingresaron entre octubre pasado y enero y todo indica que se continuará con el correr del año. El objetivo pretende asegurar recursos para cancelar deuda y sostener el ingreso de divisas y cierto nivel de reservas internacionales para atender la política cambiaria en un marco de restricciones a la operatoria en moneda extranjera.
A esos recursos financieros se suman los potenciales que se derivan del acuerdo de esta semana con Alemania, suscripto por el Ministro de Economía y el Embajador de aquel país, para el pago de deuda según lo establecido en el Club de París. Ello habilita, en teoría, la apertura del mercado financiero alemán, europeo y mundial, cerrado para la Argentina desde la cesación de pagos del 2001. Sobre el Club de París, recordemos que Argentina refinanció en mayo pasado una deuda por 9.690 millones de dólares, de los cuales corresponden a capital adeudado 4.955 millones de dólares, intereses por 1.102 millones de dólares y punitorios por 3.633 millones de dólares. Son cifras que dan cuenta del cáncer de la deuda.
Tanto los préstamos de China como los acuerdos con 16 países integrantes del Club de París significan un importante incremento de la deuda pública, afectando recursos fiscales a futuro y restringiendo la disponibilidad de recursos para otros usos sociales o económicos. Estamos asistiendo a un nuevo ciclo de deuda que se inició en el país y sus consecuencias se descargan sobre el conjunto social, especialmente los sectores de menores ingresos. Es cierto que el stock de deuda disminuyó con relación al PBI y eso otorga margen para nueva deuda confirmando el carácter estructural del endeudamiento en la profundización de la dependencia de la economía argentina.
Grecia, Deuda y Argentina
Es interesante hablar de la deuda a propósito del triunfo de Syriza en Grecia, cuyo principal problema a abordar en el corto plazo es el endeudamiento, ya que durante el presente año tiene vencimientos superiores a los 30.000 millones de euros, la mayor parte antes del mes de julio. Convengamos que hablamos de una deuda elevada al 175% de su PBI, desde un 100% en 2009.
Las primeras medidas asumidas por Tsipras, el nuevo Jefe del Gobierno griego suponen restablecer el salario mínimo y otorgar electricidad gratuita a 300.000 personas de bajos ingresos y confirma lo difundido en campaña contra el ajuste y por la auditoría de la deuda. Esa investigación de la deuda puede definir una reestructuración con una suspensión de pagos hasta resolver la ecuación del repunte económico y la satisfacción de las necesidades de una población. Recordemos que el pueblo de Grecia arrastra una política asumida por sus gobiernos durante cinco años de austeridad definida por la troika de la autoridad europea, el Banco Central de Europa y el FMI.
Esta nueva situación respecto de la deuda que puede suscitar Grecia fortalecerá las iniciativas políticas globales en curso en defensa de la soberanía de los países y en contra de la especulación de los fondos buitres y el sistema de la deuda.
La investigación de la deuda argentina, aprobada en la Ley de pago soberano de septiembre pasado podría asociare a otra investigación desde Grecia y crear un clima más favorable en el sistema mundial para debatir desde la defensa de las soberanías nacionales el sistema de la deuda y la dominación, e incluso recrear las condiciones para reinstalar la iniciativa política por una nueva arquitectura del sistema financiero. Esta política de nueva arquitectura fue sustentada como programa destacado de UNASUR en pleno despliegue de la crisis y la recesión durante el 2009 y que tiene entre sus puntos y como asignatura pendiente al Banco del Sur.
Son parte de los temas que se reinstalan como mandato del voto de millones de griegos, que impacta en Europa, especialmente en España y sus indignados organizados en el Partido “Podemos” y con posibilidad de ganar y/o disputar las elecciones en España. Pero también inciden en nuestra región convalidando las demandas democráticas más allá de la crítica al neoliberalismo para constituirse en programa de gobierno y política de Estado.
En rigor, no solo importa lo que haga el nuevo gobierno en Grecia, e incluso el debate que ello genera en la institucionalidad mundial, sino y especialmente la iniciativa política popular. Fue la acción de masas en las calles la que constituyó el aluvión de votos en Grecia, y el programa sustentado era contra la austeridad y la deuda, exigiendo otras prioridades en la aplicación de los recursos públicos.
Por eso interesa en la Argentina no solo considerar la demanda oficial de préstamos, sino y en sentido contrario, la campaña popular por la suspensión de los pagos de la deuda, la auditoría de la misma y la defensa de los bienes comunes que empuja la CTA Autónoma y un amplio espectro social y político convocado en Asamblea. Es una campaña que contiene una convocatoria a una Conferencia Internacional a realizarse entre el 22 y 24 de abril próximos con la pretensión de hacer evidente en la Argentina y desde aquí al mundo sobre el flagelo de la deuda, con un enorme costo social y en beneficio de un núcleo reducido de especuladores e instituciones del sistema financiero global. La intención es constituir un movimiento por una consulta popular denunciando el flagelo del cáncer de la deuda.
En el fondo, se trata de constituir una política de investigación contra la impunidad de la deuda, del mismo modo que se reclama contra la impunidad por el atentado a la AMIA. Sea por la deuda o por la AMIA, la respuesta está más en la capacidad de generar subjetividad social para investigar y reorientar la economía y la política en favor de las demandas populares, contra la impunidad que se deriva del orden capitalista.
La desconfianza social extendida, expresión de la crisis política, solo puede resolverse desde la creación de una nueva realidad política, social y cultural derivada de una propuesta alternativa en capacidad de disputar gobierno y poder. Es la asignatura pendiente y que desafía a la sociedad argentina.

Buenos Aires, 31 de enero de 2015

La impunidad como norma en el capitalismo

Resulta difícil opinar sobre cuestiones de la coyuntura económica de Argentina en momentos de gran confusión política e institucional motivada en la muerte del fiscal Nisman, muy cercano a los servicios de inteligencia y a la embajada de EEUU, y las derivaciones suscitadas en torno a la impune investigación de la voladura de la AMIA en 1994, algo que trasciende al gobierno actual.
Vale mencionar que los episodios de la AMIA, junto a la voladura de la Embajada de Israel en 1992 y del arsenal en Río Tercero en 1995, en tiempos de ofensiva neoliberal, constituyen sucesos que “ratifican” la inmersión de la Argentina en la clave articulada del capitalismo mundial, con sus tendencias históricas caracterizadas por la militarización, el espionaje y el terrorismo de Estado mundial. Afecta la tradición constitucional desde 1983 y desde mucho antes en nuestra historia.
Aludimos a “ratificar” y a nuestra historia, porque la inserción en esa lógica capitalista no es coyuntural, sino estructural, sistémica, y de origen en el desarrollo del capitalismo local. Remite a la conquista y colonización, como a las invasiones inglesas, o la intervención estadounidense en diferentes momentos de nuestra historia más reciente. A instancias del Instituto Espacio para la Memoria, con la autoría conjunta de Osvaldo Bayer y Atilio Boron escribimos en 2009 un texto sobre el Terrorismo de Estado que trata de repasar la historia del terrorismo de Estado en la Argentina, desde sus comienzos y hasta el 2001 (es un texto de circulación gratuita, publicado en internet, y sin embargo se ofrece a la venta, increíble pero real el proceso de mercantilización de la palabra y el pensamiento).
La trama del desarrollo terrorista estatal se asocia a la promoción de legislación antiterrorista en casi todos los países de la región y en los últimos años. Es una presión desde la política exterior de EEUU y de los organismos internacionales, que asocian la demanda antiterrorista al combate al lavado de dinero o al narcotráfico, cuando el capitalismo contemporáneo está indisolublemente asociado al crimen, al contrabando, la especulación, el tráfico de drogas, armas o personas. Los paraísos fiscales existen en variados territorios, incluso en EEUU y aún con altisonantes declaraciones, por ejemplo del G20, nada concreto se avanza en su eliminación.
Ese capitalismo delictivo se expresa en actividades asociadas al espionaje mundial y local, que sufren los pueblos del mundo, por ser base de operaciones motorizadas por transnacionales de los medios de información o de desinformación, con el objetivo de manipular y condicionar la opinión pública o el sentido común, que con Gramsci repetimos, es el sentido común de las clases dominantes. El accionar del terrorismo de Estado en el capitalismo mundial supone la impunidad, que es lo que aparece como trasfondo y esencia continua en nuestra historia reciente.
Crisis política y problemas económicos
Este es un momento en que reaparece la desconfianza de la sociedad en la institucionalidad y nos habilita a pensar en un nuevo ciclo de la crisis política e institucional en la Argentina, más allá de las críticas a la Justicia, al Parlamento, o a los gobiernos (actuales o pasados, nacionales, provinciales o municipales).
Digamos también sin duda, que los episodios políticos intervienen en la cuestión económica, porque hemos repetido hasta el cansancio que la economía es política y viceversa.
La coyuntura económica viene siendo caracterizada por la desaceleración del nivel de actividad y la recesión productiva, con muchas dudas en la posibilidad de superar el ciclo en el corto plazo en este año de renovación electoral presidencial.
Todos los diagnósticos y pronósticos dan cuenta de la dificultad para superar la situación. Se acaban de publicar los datos del balance del sector externo del 2014 y dan cuenta de una baja de las exportaciones, de las importaciones y del saldo comercial, menor a 7.000 millones de dólares.
En ese marco se destaca un déficit energético superior a los 6.000 millones de dólares y una factura de importación de combustibles superior a los 11.000 millones de dólares.
El escenario suscitado en esta semana no mejora las condiciones de fondo de la situación económica y entre otras variables se generaron negocios especulativos que derivan en desvalorizaciones de los títulos y acciones estimulados por hipótesis de inversores que responden a la lógica de la ganancia. Y aunque el BCRA sostiene una política de control de maniobras especulativas, que llevaron nada menos que a clausurar transitoriamente la operatoria en el mercado de valores al Banco MACRO, la cotización del dólar sigue en ascenso. El BCRA apura micro devaluaciones diarias que se asocian a las tendencias al alza del tipo de cambio en sus diversas variantes.
Todas las devaluaciones afectan a los perceptores de ingresos fijos, trabajadores en actividad o pasivos, lo que nos provoca a pensar en nuevas rondas de protestas y demandas para defender la posibilidad de sostener la canasta familiar de los trabajadores y sectores más vulnerables de la sociedad.
¿Tiene que preocuparnos la cotización de las divisas? Claro que sí, especialmente cuando la Unión Europa acaba de decidir una fuerte intervención monetaria, con emisiones mensuales de 60.000 millones de euros, programados hasta septiembre del 2016 para sostener empresas y bancos a costa de la compra de títulos de deuda en el mercado secundario.
Europa sigue ahora el ejemplo que acaba de finalizar EEUU, discontinuando las compras de deuda para sostener el orden capitalista. La relativa mejora de las cuentas económicas en EEUU lleva al Banco Central Europeo a acelerar el proceso de intervención monetaria para aligerar la crisis y su impacto en pérdida del empleo y las derivaciones políticas que ello puede traer.
La intervención monetaria estadounidense afectó al desarrollo de las economías nacionales, del modo que también afectará la intervención monetaria de la Europa Unida,
Es que al capitalismo le interesa la lógica sistémica de la ganancia, aun a costa de países, áreas o empresas y mucho menos interesado en el devenir de los ingresos populares y las condiciones sociales de vida de la población mundial.
En la reunión del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, la organización OXFAM presentó un informe donde remarca con datos de la OIT que “Desde el inicio de la crisis global, en el año 2008, se perdieron más de 61 millones de empleos”. Que “La crisis de empleo aún no pasó, y que no hay motivo para la autocomplacencia”, a pesar de la leve mejoría de las potencias.
Dice el informe de Oxfam que “Para este año, la OIT prevé que la cifra de desempleados aumente en 3 millones y pronostica que para 2019 serán 8 millones más”. Agregan que “El principal motivo, según la OIT, es que el crecimiento no alcanzó en casi ningún país el nivel que tenía antes del estallido de la crisis”. Enfatiza que “Los jóvenes son los más afectados en esta situación, ya que casi 74 millones de personas de entre 15 y 24 buscaban trabajo en 2014”.
El FMI, el Banco Mundial y todos los organismos con departamentos de investigación y pronósticos aluden a la continuidad de la crisis mundial, con impactos diferenciados por cierto. Oxfam incluye una opinión sobre el tema y señaló en Davos que “En 2014 el 1 por ciento más rico de la población poseía el 48% de la riqueza mundial, mientras que el 99% restante debía repartirse el 52%. En 2010 las 80 personas más ricas del mundo poseían riqueza neta de 1,3 billones de dólares. En 2014 ascendía a 1,9 billones de dólares”, o sea 600.000 millones de dólares acumulados por 80 fortunas individuales en 4 años.
Continúa el informe señalando que “Estas 80 personas poseen la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre de la población mundial. 3.500 millones de personas comparten la misma cantidad de riqueza que 80 personas enormemente ricas. En términos netos, la fortuna de las 80 personas más ricas del mundo se ha duplicado entre 2009 y 2014”. Son los años de la crisis mundial y expresan la impunidad del capitalismo en el ámbito mundial. Sigue señalando el informe presentado en el Foro Económico Mundial que “En elecciones 2012 en EEUU, el sector financiero realizó contribuciones por 571 millones de dólares a los dos principales partidos. En la Unión Europea se calcula que los ´lobbistas´ del sector financiero dedican 150 millones de dólares año a influir en sus instituciones”.
Los datos pone en evidencia la asociación entre poder económico y Estado capitalista en un marco de crisis con impunidad de los más poderosos. La impunidad en todas las circunstancias son atajos del poder histórico para perpetuar los mecanismos de dominación, desigualdad y discriminación, con hambre, miseria, saqueo y explotación.
Desafíos y perspectiva por la emancipación y la liberación
No puede esperarse solución en el marco de la hegemonía política actual, sea oficialista u opositora. La crisis política convoca a pensar en alternativa y éstas emergen en condiciones de crisis de proyectos que definen épocas.
Basta pensar en la “sorpresa” del triunfo de Alfonsín en 1983; de Menem en 1988/89 y en Kirchner en 2003. En todos los casos, esos liderazgos emergieron en situación de crisis política y demanda social de cambio, más allá de lo que en cada periodo se llevó adelante. En cada caso se intentó fundar un nuevo tiempo histórico y una nueva expresión política representativa de ese momento político. Se los llamó alfonsinismo, menemismo, kirchnerismo.
Los dos primeros quedaron en la historia y sin expresión orgánica en la actualidad. El tercero intenta subsistir bajo las nuevas condiciones del fin de mandato de Cristina Fernández.
Hace falta una nueva expresión política, necesariamente por fuera de la hegemonía de la disputa electoral que expresan, Scioli, Macri, Massa, Unen u otras variantes similares de menor peso político.
¿Es posible? ¿Puede emerger lo nuevo en estas condiciones? Estoy convencido de la capacidad popular para generar alternativas. Era impensado el cambio político en Bolivia o Ecuador (más allá de las valoraciones que se hagan de esos gobiernos) sin la iniciativa y movilización de sus pueblos.
Los gobiernos anteriores a la emergencia de esos liderazgos y otros en la región no suponían opciones alternativas previas, las que aparecieron asociadas a las luchas populares y la voluntad política de hacer surgir proyectos políticos alternativos.
No alcanza solo con lucha o voluntad de proyecto político, son necesarias ambas condiciones, tanto como los liderazgos adecuados a la demanda histórica. Solo para ejemplificar menciono el papel de Chávez o de Evo para expresar en personas un proceso social más complejo para la transformación social, la emancipación y la liberación.
Se requiere pensar que si existe la potencia del cambio político en la región, que nos pensamiento mágico y proviene de la mano de procesos sociales y políticos de nuevo tipo. La historia de acumulación política popular en la Argentina nos habilita en pensar hoy en la posibilidad de una alternativa política popular que proponga una lógica contra el orden capitalista, la discriminación, el racismo y el machismo.
Existe la posibilidad de articular variados esfuerzos que intentan construir alternativa, algunos en la disputa electoral. Las bases materiales existen con los antecedentes de los paros generales construidos en los últimos años, desde la CTA Autónoma y la unidad de acción; en la confluencia político social por la suspensión de los pagos de la deuda, la defensa de los bienes comunes y la convocatoria a la auditoría de la deuda; o en la unidad popular en torno a la salida de las tropas militares de Haití, que convoca a variadas personalidades y organizaciones; o en la reciente confluencia organizada para repudiar la impunidad a propósito de la denuncia y muerte de Nisman, que más allá del personaje convoca a la indignación, la desconfianza y a la búsqueda de verdad. Son todos elementos del programa de cambios para otro modelo productivo y de desarrollo, asociados en la construcción de sujetos políticos conscientes de la necesidad de ir más allá del orden capitalista, de la impunidad y el terrorismo de estado de las transnacionalización capitalista.
Articular la militancia social y política es el desafío del momento. Algunos concentran su militancia en la lucha político social y otros en la política electoral, muchos en ambas; y es momento de sumar esas dimensiones de la lucha política y cultural, social, y buscar sinergias para la integralidad de una confrontación que supere la crisis en la coyuntura, el descrédito social en la política y construir una nueva esperanza para la transformación, la emancipación y la liberación.

Buenos Aires, 24 de enero de 2015

China y las crecientes relaciones económicas con la Argentina

Existen expectativas gubernamentales por el próximo viaje a China, en febrero, de la Presidente Cristina Fernández. Esas expectativas se centran: a) en el creciente comercio entre ambos países, deficitario para la Argentina desde el 2008; b) en el papel de China como inversor externo en tierras, infraestructura y sectores claves de la producción; c) pero muy especialmente en su carácter de nuevo financista del país, cuando la Argentina tiene restringido el ingreso al sistema mundial de préstamos por el default parcial asociado a la disputa con la justicia de EEUU y los fondos buitres.
El comercio
Respecto del comercio, se pretende que China demande más producción local y así disminuir el déficit comercial que se acumula y crece con los años. Según las estadísticas del Ministerio de Economía, http://www.mecon.gov.ar/, desde 1990 las relaciones comerciales con China tuvieron una tendencia desfavorable; y se reconoce un superávit para Argentina a la salida de la convertibilidad y hasta el 2006, principalmente sostenida en la exportación de poroto de soja y aceite de petróleo.
Esa relación se equilibra hacia 2007 y vuelve el desequilibrio que se acumula de forma creciente año tras año. Las mayores ventas de China hacia la Argentina, especialmente de máquinas, equipos, motos, contrastan con las exportaciones argentinas de productos primarios, especialmente la soja y el petróleo.
El resultado es  desde el 2008 un gran crecimiento del déficit[1], que se sostiene hasta el presente y explica la importancia dada por la presencia del Jefe de Gobierno chino en su visita a la Argentina y la región durante el 2014 y que ahora retribuye la primera mandataria de la Argentina.
Las inversiones
En materia de inversiones, se destaca el interés de China por las tierras de Argentina y la región, tanto como por la inversión en infraestructura para favorecer el acceso de China a la producción primaria del país.
Son conocidas las inversiones chinas en grandes obras energéticas y su participación directa en la explotación petrolera, asociando a la principal petrolera China, la China National Offshore Oil Company (CNOOC) a Bridas (familia Bulgheroni) y constituirse desde Pan American Energy, PAE, en la segunda petrolera en la Argentina, detrás de YPF. El interés es avanzar en inversiones en hidrocarburos no convencionales, que se ofrecen como una de las posibilidades de inversiones externas en la Argentina.
China disputa a su modo las fuentes de energía en el mundo, siendo la Argentina un destino de interés por presentarse como segundo reservorio mundial de gas no convencional (shale gas) y cuarto de petróleo no convencional (shale oil). Ello supone la tecnología de la fractura hidráulica, cuestionada por poblaciones y movimientos populares que demandan contra la contaminación y por la soberanía energética.
Deuda
Sin embargo, la gran novedad es el papel de China como nuevo prestamista de la Argentina.
En octubre de 2014, la Argentina optó por el primer tramo de un acuerdo swap por 11.000 millones de dólares en moneda china. La operación se repitió todos los meses siguientes.
Así, fueron 814 millones en octubre; 500 millones en noviembre; 1.000 millones en diciembre, y ahora 400 millones en enero del 2015. Suman 2.714 millones de dólares de un monto total de 11.000 millones de dólares disponibles.
Son recursos que incrementan la deuda pública y al mismo tiempo permiten aumentar las reservas, un dato que en el país es asumido como solvencia del orden económico. Este préstamo permitió cerrar el año con leve incremento de reservas internacionales respecto del cierre del 2013, en torno a los 31.130 millones de dólares, cuando la referencia del año 2014 hasta septiembre remitía a la perdida de reservas y por ende expresaba una debilidad estructural de la capacidad de financiar importaciones y cancelaciones de deuda pública.
¿Cuál es el significado de esta relación?
El orden capitalista mundial está en mutación y China asume crecientemente el papel de la fábrica del mundo, consolidando un modelo productivo sustentado en la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los recursos de la naturaleza.
El capital transnacional concentra sus inversiones en China y la fuerza de trabajo del mundo crece especialmente en este gigante asiático. Producto de esas inversiones es que el capital desde China se expande hacia otras fronteras extendiendo la relación social de explotación. Además, China solo tiene el 7% de la tierra cultivable del mundo y demanda por ende de recursos naturales fuera de su territorio.
El régimen del capital se extendió hacia China desde las modernizaciones de fines de los años setenta impulsadas por Deng Xiao Ping, y una vez consolidado en ese territorio el orden capitalista se expande en un nuevo ciclo de universalización de la explotación y el saqueo.
América Latina y África, tanto como Asia es destino de ese proceso de transnacionalización de la economía. Es desde allí que se debe discutir la inserción internacional de la Argentina. ¿Cuál es el beneficio del déficit comercial de Argentina con China? ¿Quién se beneficia con esa orientación del comercio internacional? En primer lugar las grandes transnacionales y sus grupos asociados en la Argentina, sobre todo si tenemos en cuenta los principales productos de exportación desde la Argentina, soja y petróleo, dos producciones extranjerizadas, aun con la gestión estatal de la petrolera YPF.
Es lo mismo si observamos la contra cara de las importaciones chinas con equipos y maquinarias provenientes desde China y asociadas a la transnacionalización de la producción del gigante asiático.
Las inversiones externas en Argentina y otros países de la región son una forma reiterada de extracción de plusvalor de nuestros territorios y que sirven para la acumulación de capitales en cualquier territorio que asegure rentabilidad al capital externo, incluida la reinversión en la Argentina.
Respecto de los préstamos chinos, vale confirmar la reiterada dependencia del país del financiamiento externo con las graves consecuencias que representa para el país la cancelación de intereses y el capital, compitiendo con la aplicación de recursos públicos para satisfacer necesidades de la población.
La deuda pública con la inglesa Baring Brothers en el comienzo de la Argentina institucionalizada (1824); o en tiempos de la dictadura genocida (1976), pusieron de manifiesto la subordinación de la Argentina al sistema mundial de créditos a comienzo del Siglo XIX y a fines del Siglo XX.
La deuda pública es un mecanismo principal de la acumulación de capitales, tal como demostró Marx en El Capital (Tomo I, Capitulo XXIV, sobre la Acumulación Originaria del capital). Por ello es que la sociedad argentina tiene que discutir la nueva ola de endeudamiento, ahora con China, y auditar e investigar la deuda histórica asumida en los últimos 40 años, previa suspensión de los pagos actuales.
Es el paso previo para discutir el modelo productivo en Argentina y pensar en nuevos rumbos para la producción y el consumo, la distribución del ingreso y la riqueza.
Pensar el anticapitalismo
Ahora que pasó Thomas Piketty por la Argentina y se reunió con autoridades económicas del país, bien vale asumir su crítica al orden contemporáneo sobre “El capital del Siglo XXI” cuya tesis principal sostiene que en la actualidad se agrandan las desigualdades económicas y sociales.
Aunque el francés no se inspira ni sigue a Marx, con el alemán revolucionario recordemos que el problema de la desigualdad es el orden capitalista y que se necesita pensar en la formulación de políticas anticapitalistas, si en serio se pretende avanzar por un rumbo de soberanía y liberación.
El problema es que la principal discusión electoral de renovación presidencial del 2015 pasa por cómo gestionar el capitalismo realmente existente en la Argentina, sin escucharse las voces que claman por otro rumbo, otro modelo productivo y de desarrollo.
La discusión se contiene en el marco de lo posible, sin ir a fondo, desconociendo la potencia del poder popular, el que se construye desde la dinámica social y política inspiradas en nuevas lógicas por una civilización alternativa, anticapitalista, antiimperialista, anticolonial, contra el racismo, la discriminación y el patriarcado.
Aun cuando ello resulta difícil, es la tarea de nuestro tiempo, generando masa social contra la tiranía del endeudamiento externo y proponiendo su investigación para ganar conciencia en el repudio a la deuda y sus efectos sobre la población. Se trata de proponer una reinserción internacional de la Argentina, de carácter alternativa, para la transformación social, la emancipación y la liberación.
Buenos Aires, 16 de enero de 2015



[1] Informe sobre las relaciones entre China y Argentina publicado ene l sitio en internet del Ministerio de Economía de la Argentina, con datos al 2010, en: http://www.mecon.gov.ar/peconomica/dnper/documentos/China_Ago2011.pdf

Los precios en discusión

Empezó el año 2015 y la economía se discute por varios asuntos entre los que se destacan, como siempre, los precios, los del dólar, a la suba en cualquiera de sus variantes, en un intento a toda máquina de la política de gobierno por limitar las posibilidades de la especulación y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Junto al dólar se mira muy de cerca a los precios internacionales, los de la soja y otros comodities, con tendencias a la baja, tal como también ocurre con el trigo, el maíz o el petróleo. La reducción del precio del petróleo es una buena noticia en tanto que se reduce la factura de importación de combustibles, que si continúa descendiendo puede superar la pérdida de ingresos derivadas de las exportaciones de materias primas. Claro que también se diluyen las esperanzas en la radicación de inversiones externas por vaca muerta.
También están los precios “cuidados”, que se negocian en estas horas con ajustes para arriba, con la intención de ratificar el programa por un periodo más y contribuir a contrarrestar las tendencias recesivas en el consumo. El dato es que en la nueva versión de precios cuidados se incorporarán más artículos con precios menores a los actuales. Por supuesto que también se mueven los precios “liberados”, que son la mayoría y que siempre aumentan. Junto a ellos, desde el Ministerio de Planificación se continúan los acuerdos con las Provincias para que no se toquen las tarifas eléctricas, promesas de inversión mediante. La complicación viene por el lado de sostener gravosos subsidios que siguen favoreciendo a sectores de alta capacidad de ingreso en la zona metropolitana, con una brecha desfavorable para el interior del país con precios de servicios eléctricos más elevados.
Pero también está en juego el precio de la fuerza de trabajo, o sea los salarios, por lo menos de la parte regularizada de los trabajadores. Es que la inflación es una realidad y no solo se expresa en el crecimiento de los precios o en los datos ofrecidos por el INDEC o aquellos que miden los precios desde otras metodologías, incluidas algunas provincias y consultoras privadas, sino en la realidad cotidiana de la mayoría de la población de menores ingresos.
Bonificaciones y paritarias
La cuestión de los precios es un tema se discute en variados ámbitos y buena parte de los sectores privados lograron bonos compensatorios de muy diversa magnitud, muy asociada a la capacidad de negociación de cada sector sindical. Los metalúrgicos cerraron con dos pagos de 1200 pesos y sectores de la electricidad recibieron compensaciones de 5.000 pesos. La diversidad es enorme, configurando una situación muy diversa de ingresos entre los trabajadores del sector privado.  
Entre los estatales es más complejo. Los docentes de Buenos Aires arrancaron un ajuste del 8% antes de iniciar la discusión paritaria de marzo y alegan que es mejor negociar con 400 pesos más en el bolsillo. Los Judiciales de la provincia más grande también negocian un ajuste similar al que recibieron los jueces en diciembre pasado. Los magistrados recibieron un 4% de incremento de sus ingresos mensuales, que oscilan entre 50.000 y 120.000 pesos cada 30 días. Además, pronto, el poder judicial se manejará con autarquía, con lo cual, los cortesanos, no solo podrán aumentar sus ingresos y los de la jerarquía judicial, sino profundizar la brecha entre magistrados privilegiados (auto-eximidos de pagar impuestos a las ganancias) y la masa de trabajadores que hacen realidad, más allá de opinión valorativa, la administración de justicia. Los estatales demandan compensaciones recibidas en algunos ámbitos de la administración pública nacional. En rigor, un abanico muy diverso que intervendrá en el momento crucial de la discusión paritaria desde marzo, en el intento por no perder en demasía ingresos contra precios de la canasta cotidiana de consumo.
Turismo
Pero no solo precios se discuten, sino también la capacidad de gasto de la población. En ese sentido se alega la gran ocupación turística local y en el exterior, donde destacan vuelos completos de Aerolíneas a Miami y otros destinos turísticos del exterior.
No debe sorprender el gasto de millones de argentinos con capacidad de veranear, ya que podemos dividir al país en tres tercios según sus ingresos.
Los de mayores ingresos, casi sin restricción en el gasto y otro tercio en las antípodas, con serias restricciones para gastar más allá de la subsistencia, recordando que el promedio salarial según el INDEC ronda los 6.000 pesos mensuales. En el medio, otro tercio cuya tensión para gastar se manifiesta por acercarse a una u otra de las tres fracciones.
Remitimos así a 14 millones de personas en cada tercio, para una población estimada de 42 millones de habitantes. La realidad turística solo expresa el gasto de una porción de la población, haciendo evidente la distorsión que se genera en la distribución del ingreso y la capacidad de consumo, en este caso, del turismo.
Por esto es que iniciado el año con desaceleración económica y recesión productiva, la preocupación gubernamental en un año electoral pasa por intentar recuperar la actividad económica y sostener el consumo, situación favorecida por el ingreso de préstamos externos provenientes del nuevo socio estratégico de la Argentina: China.

Buenos Aires, 9 de enero de 2015

Deuda pública: un cáncer que acecha en la Argentina, pero también a Grecia o España

La deuda pública de la Argentina promete ser uno de los grandes temas económicos y políticos del 2015 y no solo para el país, ya que la situación en torno al conflicto con los fondos buitres o especuladores, como con la Justicia de EEUU interviene en otras latitudes, no solo por lo económico, sino y especialmente en el plano de la política.
Tanto Grecia como España, en procesos electorales en el corto plazo y que habilitan expectativas de cambio tienen entre sus amenazas a los acreedores de la deuda y al sistema financiero mundial y sus gerentes de los organismos financieros internacionales, tales como el FMI y el BM.
El sistema mundial del capitalismo ejerce presión sobre los países deudores para la cancelación de deudas contra un ajuste que se descarga sobre los pueblos y a costa de la soberanía. Constituye una de las facetas de la crisis mundial en curso desde 2007/08.
Por ello es que el sistema se la juega en el desenlace de la situación local, que puede seguir cancelando deuda o iniciar un proceso complejo de desobediencia, suspendiendo los pagos y habilitando la auditoría de la deuda desde tiempos de la dictadura de 1976/83 tal como se resolvió en la Ley de Pago Soberano de septiembre del 2014.
Monto de la negociación en curso
Recordemos que la cesación de pagos fue por 100.000 millones de dólares en 2001. El país sigue en cesación de pagos con el 7,6% de los acreedores tenedores de aquellos bonos, ya que el 92,4% accedió a los canjes de deuda del 2005 y 2010.
El país se comprometió a no mejorar la oferta de pago, y si así lo hacía con los acreedores no ingresados a los canjes de deuda, debía ofrecer las mismas condiciones a los que si aceptaron el canje. Es lo que se conoce como cláusula RUFO, la que venció a fines del 2014 y razón por lo cual no se accedía a la demanda de cobro de la sentencia Griesa lograda por los fondos buitres.
La acreencia en default alcanza a 7.600 millones de dólares del 2001 (7,6% de 100.000 millones), a los cuales deben sumarse los intereses correspondientes reclamados por los actuales tenedores de esos títulos. Se estima que actualizada la deuda con todos esos acreedores se puede llegar a más de 20.000 millones de dólares según estiman las autoridades argentinas.
No es poco para un país sin gran capacidad de compra de divisas para hacer frente a sus obligaciones externas, del orden de los 147.000 millones de dólares a junio del 2014 según las cuentas nacionales (claro que no se computa la deuda con organismos estatales). Vale recordar que al momento del default en diciembre del 2001 la deuda externa alcanzaba los 145.000 millones de dólares. Si computamos esos potenciales 20.000 millones de dólares de deuda actualizada, el stock de deuda en valores absolutos es mayor al del momento de la cesación de pagos. El argumento oficial es que el stock de deuda es menor en proporción al PBI, un dato cuestionado por las mediciones de la estadística oficial.
A los fines de pensar la capacidad de pago de la Argentina, conviene recordar el deterioro de la situación externa del país, con un superávit comercial en baja estimado en 7.000 millones de dólares para 2015 derivado de precios internacionales en baja de los productos de exportación, especialmente la soja y límites estructurales al ingreso de divisas, por inversiones o préstamos. Vale adicionar que el superávit se logra con restricciones a las importaciones y regulación de las exportaciones, todo lo que interviene en el nivel de actividad y su impacto como desaceleración económica, recesión productiva y pérdidas de puestos de trabajo-
La deuda era un cáncer en 2001 y lo sigue siendo en el 2015.
La información oficial reconoce a septiembre del 2014 una deuda pública de 209.000 millones de dólares, que según comentamos se aumentaría luego de algún acuerdo con los hold-out y mucho más si contabilizamos la deuda asumida por las provincias de la Argentina. La cifra podría escalar en un 50% más. Vale diferenciar deuda externa por 147.000 millones de dólares y deuda pública por 209.000 millones de dólares.
Muchos de esos acreedores que demandan cancelar deuda a la Argentina compraron los bonos por una miseria, en tiempos de default y escasa credibilidad en la capacidad y posibilidad de pago por parte de Argentina. Es una situación que cambió desde que el país se transformó en un riguroso pagador de deuda, que como se reconoce desde el gobierno, en estos años transitados desde el 2003 se cancelaron más de 190.000 millones de dólares bajo la política de desendeudamiento.
En ese marco, de un país cumplidor con los vencimientos, los fondos especulativos apostaron fuerte a la recuperación de la capacidad de pago de la Argentina y demandaron al país ante la justicia estadounidense, tal como estaba previsto en la emisión de esos títulos.
Por eso, por ser fondos que especularon con la mejora de la situación argentina se los denominó “fondos buitres”, aves de rapiña que atacan a un deudor con problemas de pago hasta la recuperación.
La Argentina llevó en crítica la situación a los ámbitos mundiales recibiendo la máxima solidaridad e incluso un trámite favorable en Naciones Unidas para legislar sobre temas similares relativo a deudas soberanas a futuro.
El caso, de seguir el trámite y aprobarse algún mecanismo favorable a los países deudores, servirá eventualmente para evitar ataques especulativos sobre deudas soberanas de otros países, aunque no para la situación argentina actual, demandada como está por los fondos buitres en la Justicia de EEUU. Las disposiciones de la ONU tendrán vigencia a futuro y sin efecto retroactivo.
Una parte de esos acreedores (hold-out), demandaron a la Argentina en los tribunales de Nueva York por unos 1.300 millones de dólares. En el Juzgado neoyorkino de Thomas Griesa lograron durante el 2014 una sentencia favorable ratificada en instancias judiciales superiores que obliga a la Argentina a cancelar en efectivo el 100% de la deuda más intereses, lo que alcanza al día de hoy a más de 1.600 millones de dólares. La Argentina ofreció a esos acreedores las mismas condiciones que al 92,4% ingresado a los canjes del 2005 y 2010, un monto que está por debajo de la sentencia judicial lograda en Nueva York, por lo que los acreedores no aceptaron.
A partir de esa situación se generó un default técnico de la Argentina, no solo por no cancelar el juicio en EEUU, sino porque ya no se puede acreditar en la cuenta en EEUU de los acreedores ingresados a los canjes de deuda bajo legislación estadounidense. Es que existe la posibilidad de embargo de esos fondos. Así, hay 539 millones de dólares inmovilizados en el Banco Mellon de Nueva York, depositados desde junio del 2014 y se habilitó por ley del Congreso argentino el cambio de domicilio de pago, previo canje de bonos, hacia una cuenta en el Banco de la Nación en Buenos Aires. No hubo adherentes a esta posibilidad y el gobierno depositó esos fondos desde septiembre pasado, los que están inmovilizados en una cuenta especial en el BCRA.
Los siguientes pagos siguen inmovilizados en esa cuenta. Argentina quiere pagar y el probable embargo externo impide que los acreedores ingresados a los canjes de duda acrediten en sus cuentas fondos que el país destina con ese fin, haciendo más compleja aun la situación de la deuda. Un gran embrollo que resulta en fondos inmovilizados para cancelar deuda que podrían ser utilizados con otros destinos de política económica y social.
Lo que puede suceder y un camino alternativo
La negociación con los fondos buitres casi no existió en este tiempo, por lo menos públicamente, y la Argentina fue declarada en default técnico limitado y se mantiene penalizada en el sistema financiero internacional, quien presiona para un arreglo con esos hold-outs o fondos buitres.
Entre otras razones para no mejorar la oferta de pago, desde el gobierno argentino se esgrimía la vigencia de la cláusula RUFO, con efecto hasta fines del 2014 y que exigía pagar a los ingresados en los canjes del 2005 y 2010 los mejores pagos que se hicieran a cualquier acreedor de aquella deuda en cesación de pagos del 2001. Ya no existe la famosa cláusula y se habilita la posibilidad de nuevas negociaciones con los acreedores de la sentencia Griesa, lo que puede ser extensivo al conjunto de los acreedores que no ingresaron a ninguno de los canjes de deuda.
Insistamos que están en juego 1.600 millones de dólares con la deuda con sentencia y unos 20.000 millones de dólares con el conjunto de tenedores de títulos en default.
Un primer interrogante es si durante el 2015 la Argentina accederá a negociar con esos fondos buitres y bajo qué condiciones se logrará el acuerdo. Si no negocia y/o no acuerda, el problema se transfiere al nuevo gobierno que asuma en diciembre del 2015. Otro interrogante remite a las fuentes de financiamiento externo de la Argentina en un año donde deben cancelarse 12.000 millones de dólares, la mitad en BODEN 2015, un bono del canje de deuda que tiene vencimiento en octubre del presente año. El último y reciente intento para conseguir un canje de deuda por 3.000 millones de dólares, alargando los plazos de vencimiento de octubre del 2015 a octubre del 2024, con mejores condiciones para los acreedores, no obtuvo propuestas suficientes y evidencia los límites de reinserción de la Argentina en el mercado mundial de préstamos.
En ese sentido, China facilitó la ejecución de tres tramos, por 814 millones, 500 millones y 1.000 millones, de su operación swap contraída con la Argentina por un total posible de 11.000 millones de dólares, en rigor, en yuanes, la moneda de China. Así, la Argentina se hizo de yuanes equivalentes por 2.314 millones de dólares y utilizar fondos de reservas internacionales para cumplir con los compromisos derivados de la deuda y finalizar el año con más de 31.000 millones de dólares de reservas internacionales. Es un horizonte posible la continuidad de asumir nueva deuda con China y postergar una nueva explosión de la crisis de la desuda pública de la Argentina
Otra posibilidad es la suspensión de los pagos y la realización de una auditoría de la deuda, como se establece en la legislación de septiembre pasado.
La asamblea popular integrada por un conjunto diverso de organizaciones sociales y políticas que impulsan una campaña por la suspensión de los pagos, la realización de una auditoría de la deuda y en defensa de la soberanía de los bienes comunes, se dirigieron a todos los parlamentarios nacionales para consultarlos sobre los avances realizados en la conformación de la Comisión de Auditoría. Aclaran en un comunicado que nada esperan de los congresistas y si de la población para instalar un gran movimiento popular que exija una política alternativa en materia de deuda, para terminar con el cáncer de la deuda.
Por todo ello es que madura la idea de una Conferencia Internacional por la suspensión de los pagos de la deuda en Argentina, en abril del 2015, a 15 años del fallecimiento de Alejandro Olmos, quien llevó a juicio a los responsables del endeudamiento externo en tiempos de la dictadura genocida, el inicio ilegitimo del endeudamiento actual.
Esa Conferencia Internacional puede ser un ámbito en donde se publicite la situación de Argentina, Grecia o España y de todos los pueblos del mundo chantajeados por el cáncer de la deuda pública y el ajuste que demandan las clases dominantes de un capitalismo en crisis.

Buenos Aires, 2 de enero de 2015