Anuncios petroleros


YPF vuelve a ser noticia con los anuncios sobre el Plan Exploratorio Argentino, que incluye como novedad la explotación de hidrocarburos “no convencionales” y la decisión de actuar sobre provincias argentinas no petroleras (Buenos Aires, Santa Fe, o Córdoba, entre otras), algo que genera expectativas y preocupaciones.
Las expectativas provienen de aquellos que imaginan fuentes de empleos y generación de riquezas por la explotación de petróleo y gas en un momento de crisis energética mundial y local, lo que genera un fuerte gasto estatal para cubrir con importaciones las necesidades energéticas para el funcionamiento de la economía local.
El año pasado se destinaron al efecto 9.300 millones dólares para importar combustibles líquidos, una cifra equivalente al superávit comercial del 2011, un tema que preocupa sobremanera. Primero, porque el país está atravesando una desaceleración económica y si hay rebote de la actividad económica a corto o mediano plazo, tal como está previsto, se requerirá producir o importar crecientes insumos energéticos. Segundo, porque la brecha comercial necesita ampliarse para sostener la necesidad de divisas para cancelar deuda externa.
Las preocupaciones provienen de aquellos que observan críticamente los efectos nocivos de las nuevas tecnologías extractivas que afectan el medio ambiente por contaminación directa o derivada por residuos tóxicos, y especialmente por el uso de agua dulce en grandes cantidades, que además, compite con otros usos productivos y de consumo del líquido elemento.
A la búsqueda de inversores
La presentación del Plan se hizo ante inversores locales y de EEUU partícipes del Council of Américas reunido en Buenos Aires; y ante funcionarios del gobierno nacional y provinciales en la sede de YPF. Allí se entregaron los estudios realizados para la exploración y explotación de recursos de petróleo y gas.
La novedad no es tanto relativa a los hidrocarburos “convencionales”, sino aquellos “no convencionales”, en los que el país aparece con potencialidad, y que la utilización de técnicas más complejas y novedosas como la fractura hidráulica, conocida como “fracking”, la que ha motivado protestas en varias partes del mundo e incluso prohibiciones, por la cantidad inyectada de agua, combinada con arena y material químico y tóxico que se introducen para la operación de extracción de gas y petróleo.
Desde YPF se confirmó que los estudios que se difundieron y entregaron a cada gobierno provincial provienen de la gestión anterior, bajo administración de Repsol, y que ahora se aceleraron para intentar en el corto y mediano plazo resolver el autoabastecimiento energético, tema que se planteó en el cuerpo legal de la expropiación parcial de YPF.
El dato relevante es que la empresa necesita inversores asociados para atender la exploración y explotación, especialmente del petróleo y gas no convencional, que por la tecnología y el método, la exploración y explotación, requieren se realice en simultáneo. El asunto es que se trata de prospecciones a profundidades de 3.000 a 5.000 metros, inyectando millones de litros, toneladas, de agua, combinada con arena y variados tóxicos para destruir roca solida y que emerjan los hidrocarburos.
El titular de YPF les planteó a los empresarios locales y de EEUU que “Necesitamos socios, y estamos abiertos a recibirlos. Créanme que, como líder de la empresa líder, voy a defender su inversión”. Algo que suena bien ante empresarios a la búsqueda d eganancias en un mundo capitalista en crisis.
¿Quiénes serán esos socios de YPF? Hasta hace poco parecía afirmarse la asociación con Petróleos de Venezuela, pero, luego del cónclave del Council of Américas, el ejecutivo de Chevron para África y Latinoamérica, Ali Moshiri (ya tienen inversiones en Vaca Muerta) mostró el interés en la asociación con YPF.
Queda claro que no es lo mismo la asociación con la empresa estatal venezolana, que con una de las grandes petroleras trasnacional de origen estadounidense.
Chevron es una de las petroleras que más desarrollos y experiencias tiene en el tema de producción “no convencional”. Es una cuestión que permitió a EEUU avanzar en producción energética propia, intentando alejar la dependencia de la importación petrolera, algo suscitado luego de la crisis de los 70´, cuando EEUU alcanzó el pico de sus reservas de hidrocarburos convencionales. Allí comenzó la crisis energética con saldo de crecimiento importante de los precios del petróleo, que vuelve a plantearse ahora, ante el pico mundial de reservas.
Apuesta a potenciar el extractivismo
Estos anuncios actúan en la perspectiva, especialmente por la potencialidad del yacimiento de Vaca Muerta (en Neuquén y Mendoza), de la posibilidad para la Argentina de pasar de ser un país con petróleo, a poder considerarse como un país petrolero, incluso con posibilidad de exportar.
No solo no es lo mismo, sino que habilita a presentarse como productor y exportador. Es lo que surge de los estudios exploratorios en provincias no petroleras y sobre todo, con relación a la producción de petróleo y gas no convencional, shale oil y shale gas.
El país pretende el autoabastecimiento de hidrocarburos y de ser posible la exportación.
Así como Argentina es un país con minería, y sin gran tradición minera previa, ahora, producto de las grandes inversiones de los últimos años, el país se empieza a transformar en importante productor minero orientado a la exportación.
Esta nueva realidad, o posibilidad, es algo que interesa a provincias no petroleras, necesitadas de recursos fiscales, y al mismo tiempo es preocupación de movimientos ambientalistas, que así como crecientemente denuncian y reclaman contra la sojización, la fumigación; o contra los efectos de la mega minería, suman ahora la preocupación de la producción petrolera que incluye el uso a gran escala de agua y tóxicos.
Se trata de reclamos contra la tendencia extractivista del modelo productivo en el país. En rigor, son temas que recién comienzan en el debate nacional, más allá de la visibilidad mediática que alcancen.
En su momento, la emergencia de los proyectos productivos sustentados por Mosconi ó Savio, incorporaban con sus iniciativas, la discusión de la producción local para la independencia económica.
La asociación actual a los iniciadores y promotores de aquella gesta, en las nuevas condiciones del Siglo XXI habilita nuevos interrogantes y discusiones sobre la dependencia capitalista y el modelo productivo y de desarrollo necesario para la emancipación.
Con aquellos precursores se alentaba una producción que alimentaba la expectativa de un modelo para la industrialización con sustitución de importaciones. Ahora lo que puede discutirse, incluso en común con otros países de la región es el extractivismo para tributar a las necesidades de recursos naturales demandados por el capitalismo mundial.
Buenos Aires, 25 de agosto de 2012

Producción agraria: entre los alimentos y la energía


La coyuntura mundial y las condiciones estructurales del desarrollo local argentino empujan un modelo productivo extractivista, primario exportador, más allá del agregado de valor, es decir, la agroindustria.  Lo que se potencia es el carácter dependiente del capitalismo argentino al sistema mundial. El capitalismo global demanda recursos naturales que son abundantes en nuestramérica, que para el caso argentino se concentra en la riqueza de la tierra, sus nutrientes, los cursos de agua, y la capacidad de producción agraria (alimentos + energía), incluida su industrialización.
¿A cuento de qué lo mencionado? Es que producto de la sequía estadounidense, principal productor agrario del mundo, competidor directo de la Argentina en sus producciones agrícolas, especialmente maíz, soja o trigo, el resultado está siendo el incremento de los precios internacionales de los principales productos de exportación de la Argentina[1]. No solo de minerales o metales preciosos (oro y plata), soja o maíz, sino también derivados, como los aceites o el biodiesel, tendencia creciente de utilización “alternativa” de la producción agraria.
Vale mencionar, que por primera vez en la historia de la humanidad la producción agrícola se utiliza con destinos distintos a la alimentación, para intervenir como base de sustitución de energía ante la crisis petrolera o energética. Se estima que un tercio de la producción maicera de EEUU, el principal productor mundial del grano, tiene destino en la producción de bioenergía. La contradicción generada en nuestro tiempo es que la innovación tecnológica permite multiplicar la producción agraria mundial por encima de las necesidades humanas de carácter alimentario, pero al ser crecientemente utilizada en la producción energética ocurre la paradoja de un sexto de la población mundial con hambre.
La FAO da cuenta en su informe sobre “El Estado Mundial de la Agricultura y la alimentación 2010-2011”[2] que de “2007 a 2009, la crisis de los precios de los alimentos seguida de la crisis financiera y la recesión económica mundial acarreó un incremento sin precedentes del número de personas que padecen hambre y subnutrición en el mundo, el cual superó la cifra récord de 1000 millones en 2009” (Parte II, página 71). El escrito continúa con un análisis de superación de la recesión hacia el 2010 y baja de los precios de los alimentos, y por lo tanto no contempla la situación actual, donde la recesión y/o desaceleración de la economía mundial es un dato para este 2012, que adiciona crecientes precios de los alimentos (superan los máximos del 2008) y un agravamiento de la situación alimentaria de la población mundial, que según esos datos involucra un 14% de la población mundial.
Especialización productiva local
La Argentina se insertó en el capitalismo mundial con la “generación del 80” del Siglo XIX, ocupando un lugar complementario con Inglaterra. El lugar del país potenció nuestro carácter de proveedores de materias primas, consolidando el poder económico y político de la “oligarquía terrateniente”, y la dependencia del ingreso de productos manufacturados desde la fábrica inglesa. A eso se le llamó modelo primario exportador.
¿Puede ahora hacerse un símil de esa caracterización, más allá de la política de restricción a ciertas importaciones de bienes? El interrogante es válido desde la consolidación de una especialización productiva que se afirma en el agro y loa agroindustria, donde la dominación sigue estando en el paquete tecnológico en manos de grandes transnacionales y la dominación monopólica del comercio internacional y los circuitos globales de circulación de mercancías y servicios. Ya no existe la complementación de otrora entre el capitalismo británico y el local; pero Argentina es parte de la división capitalista del trabajo en un tiempo donde la fábrica es crecientemente china, y con nuestro país asegurando la provisión de insumos primarios que resultan imprescindibles en las condiciones de crisis estructural, no solo económica y financiera, sino alimentaria, energética y medioambiental.
En efecto, el país potenció la sojización y la mega minería a cielo abierto, producciones donde resulta imprescindible la tecnología importada, que afianza la dependencia de esas inversiones externas. Parte de la renta agraria es apropiada por el Estado vía retenciones, unos 8.500 millones de dólares en 2011, que, fondo sojero mediante, favorecen un gasto público en todos los municipios, con inversión en infraestructura que permite disputa de consensos locales. Con precios en alza, la estimación de recaudación por derechos de exportación (retenciones) para el presente año alcanza a los 11.000 millones de dólares. En ese sentido avanzaron recientes medidas de política económica.
Mediante el Decreto 1339/2012, publicado en el Boletín Oficial el 7 de agosto pasado se incrementaron “las alícuotas de los Derechos y del Reintegro a la Exportación para las mercaderías identificadas como biodiesel y sus mezclas”, sobre la base que “la promoción de la elaboración de biocombustibles constituye una política adecuada para profundizar el proceso de reindustrialización y diversificación productiva impulsado desde 2003 en adelante”, y que “a partir de las políticas de promoción instrumentadas, el complejo oleaginoso en general y la producción de biodiesel en particular se han establecido como actividades consolidadas, competitivas y de elevada rentabilidad.”[3]
Queda clara la apuesta a la producción primaria y a su industrialización, al punto que no solo se incrementan las retenciones, del 14,2 al 24,2%, sino que también se autoriza, transitoriamente, a la importación de granos soja por capacidad ociosa de la industria productora de biocombustibles, ya que la producción local se coloca mayoritariamente en el mercado mundial. En ese marco es que se conformó la UNIDAD EJECUTIVA INTERDISCIPLINARIA DE MONITOREO”, integrada por los ministerios de planificación, economía, industria y la AFIP para “favorecer el desarrollo de los biocombustibles en el país” y que permite que la Secretaría de Energía establezca el precio de referencia para el biodiesel (Resolución 1436/2012 de la Secretaría de Energía)[4] y promover el desarrollo industrial en ese sentido.
Argentina se transformó en un gran exportador de biodiesel y el vice ministro de economía destacó que se trata de "una industria muy dinámica y en expansión” y “que en 2011 alcanzó las 18,5 millones de toneladas”[5] constituyéndose en principal proveedor mundial del rubro, favorecido por retenciones menores. Hasta ahora, las retenciones a la exportación de aceites eran de 32%, contra el 14,2% que tributaban las exportaciones de biodiesel. La diferencia, un 17,8% constituyó una renta apropiada privadamente. Desde ahora las retenciones a la exportación de biodiesel subirán al 24,2% achicando la rentabilidad privada y mejorando la ecuación fiscal en un momento de dificultades para sostener el superávit de las cuentas fiscales.
Síntesis y debate por alternativas
En definitiva, las medidas recientes apuntan a un aumento de las retenciones al biodiesel; a la importación de soja como insumo industrial para biocombustibles; y a la articulación de dependencias del gobierno para la promoción de esa industria asociada a la producción agrícola.
Son un conjunto de medidas que potencian la especialización asociada al carácter extractivista del modelo productivo en la Argentina, que profundizan la soja dependencia, proceso que se consolida desde los cambios estructurales promovidos en los 90 con la implantación de los transgénicos. Es una situación convergente con las modificaciones al código de minería que facilitó el ingreso de inversiones externas en la mega minería a cielo abierto.
El interrogante es si resulta posible pensar en otro modelo productivo para otra inserción internacional de la Argentina, privilegiando satisfacer necesidades sociales, alimentarias, energéticas o medioambientales.
Todo ello supone discutir el tipo de país, su producción y beneficiarios fuera de la lógica de la ganancia, más centrado en resolver demandas de movimientos diversos que reclaman contra la fumigación de los pueblos, o en defensa de la soberanía alimentaria, energética, o del medio ambiente amenazado por la producción orientada al mercado, es decir, dominada por el capital.
No es solo una cuestión de carácter nacional, sino de discusión global, en donde la misma FAO llama la atención sobre las tendencias preocupantes del precio de los alimentos y la contradicción que supone la mayor oferta de productos del agro con el crecimiento del hambre y la desnutrición. Es un llamado de atención para pensar el orden mundial, precisamente en un mundo en crisis.
Buenos Aires, 13 de agosto de 2012


[1] Merino Soto. “La sequía achica más la producción de los EE.UU. y los granos podrían tener nuevos precios récord”, en Diario BAE, página 2, del 13/08/2012.
[5] En http://www.telam.com.ar/nota/34555  (consultada el 13/08/2012)

Cancelación del Boden 12. Algunas referencias y reflexiones


El viernes de 3 de agosto la Argentina canceló el Boden 12 por un total de 2.198 millones de dólares. En la información provista por el Ministerio de Economía[1], con la difusión de los gráficos presentados en el 158º aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires por Cristina Fernández de Kirchner (CFK), se destacan las consecuencias del pago.
La conclusión oficial es el “desendeudamiento” y la “independencia”. La primera es muy discutible, sea por deuda pública no registrada y demandada en fueros internacionales, como por utilización de fondos locales a cambio de compromisos a futuro, los que serán cancelados por el Tesoro nacional. La segunda afirmación resulta dudosa, ya que la independencia supone una utilización en el país del excedente económico producido localmente. Profundizar esta concepción supone discutir quienes recibieron los dólares de la cancelación del título público en cuestión.
Nuestras reflexiones apuntan a señalar el condicionante estructural que supuso, supone y supondrá el endeudamiento externo, como elemento sustantivo de la lógica capitalista. Con ello, se profundiza la dependencia de la Argentina al capitalismo mundial.
¿A quién se le pagó 2.200 millones de dólares?[2]
  • 1.706 millones de dólares se pagaron a tenedores externos, un 78%.
  • 492 millones de dólares se cancelaron a tenedores domésticos, el 22% restante.
Los principales beneficiarios de la cancelación del Boden 12 son acreedores externos, principalmente bancos y fondos de inversión, en una coyuntura mundial de crisis, donde esos acreedores empujan los “salvatajes” de los países con serios problemas de deuda pública. Vale confirmar que los bancos transnacionales tienen problemas para cobrar a los países endeudados. El FMI, los Bancos centrales de los principales países capitalistas y sus gobiernos, impulsaron “salvatajes” que se orientaron principalmente a la banca en problemas desde el 2007/2008, en EEUU, Europa y Japón.
¡La Argentina acaba de depositar 1.706 millones a esas entidades que no cobran si no se instrumentan los salvatajes globales! Acreedores externos felices. Las reservas internacionales cayeron en un día por ese monto, quedando reducidas a 45.000 millones de dólares, debido a las transferencias realizadas. En febrero del 2011, el BCRA registraba 52.427[3] millones de dólares, los que disminuyeron progresivamente por 7.500 millones de dólares en los últimos 17 meses.
¿Y los pequeños ahorristas?
Qué curioso el funcionamiento del capitalismo. La discusión en estos días, previos a la cancelación, aludía a que se “terminaba con el corralito”, que debe recordarse sufrían los depositantes en bancos, a quienes se les aplicaron restricciones para retirar sus depósitos bancarios desde fines de noviembre del 2001. En rigor, el tema se extiende al “corralón” que supuso la pesificación asimétrica, como mecanismo de salida del régimen de convertibilidad.
Para facilitar el retiro de los fondos “acorralados” hacia el 2002, se emitieron una serie de bonos, entre ellos el que se acaba de cancelar, el Boden 12, que los pequeños ahorristas recibieron y liquidaron por debajo de su valor nominal y así hacerse de dinero. Esos bonos pudieron usarse también para cancelar deudas o adquirir bienes. Lo que ocurrió fue que grandes operadores financieros, principalmente bancos, compraron esos bonos y los aguantaron hasta ahora, cobrando en tiempo y forma, en dólares, algo que muy pocos pueden hacer en la coyuntura.
Vale recordar que Duhalde asumió la gestión del gobierno a comienzos del 2002 diciendo “el que invirtió en dólares recibirá dólares”. Eso no fue real para los pequeños inversores que recibieron bonos y cambiaron por debajo de su valor; pero si se convirtió en realidad para aquellos que aguantaron los Boden 12 hasta el vencimiento, que no solo cobraron en dólares, sino que el propio BCRA les transfirió al exterior los 1.706 millones de dólares, en momentos de restricción a la salida de divisas.
Los tenedores de Boden 12 con menos de 125.000 dólares, apenas representan el 12% de la totalidad, es decir, percibieron el pasado viernes una suma de 271 millones de dólares[4]. El resto de los tenedores domésticos de este título completan un 5% del total, con títulos por más de 125.000 dólares cada uno; y distintas dependencias del sector púbico recibieron otro 5% del total restante, por 112 millones de dólares.
En síntesis, los “ahorristas” originarios son minoritarios a la hora de la cancelación del Boden 2012.
Relato presidencial para disputar consenso
Resulta interesante el ámbito del anuncio del fin del corralito: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, uno de los símbolos del poder económico local, y sede de negocios y especulaciones bursátiles discutidas globalmente en la situación de crisis contemporánea.
Se trata de uno de los ámbitos del poder económico local, emblemático si se quiere. Hacía pocos días se había inaugurado la exposición de la Sociedad Rural y vaciado de presencia oficial. La Bolsa receptó en su cumple al conjunto del poder ejecutivo, con la sola y obvia excepción del Vice, en juicio con el titular de la entidad bursátil. Es curiosa la denuncia de Amado Boudou, que parece no convalidar CFK.
El discurso de CFK reivindicó “con orgullo” las ganancias del sector empresario y bursátil obtenidas durante la activación económica desde mayo del 2003, obviando el que esa tendencia tiene antecedentes en la gestión anterior, con el mismo Ministro Roberto Lavagna, y que se puede explicar también con dos medidas previas que Néstor Kirchner (NK) nunca avaló explícitamente, ni involucraron a Lavagna, como la cancelación parcial de los pagos de deuda (Rodríguez Saá), y la devaluación vía pesificación asimétrica (Duhalde).
Resulta interesante la comparación de la variación del índice MERVAL, de +5% en el periodo convertible desde abril de 1991 a fines del 2001 (periodo de estabilidad de precios), contra un +254% desde mayo 2003, la asunción de NK (con aceleración de precios desde 2006)[5]. Alguna vez, allá por el 2006, NK en New York señaló con relación a Wall Street que era “El lugar de donde no debimos salir”[6]. Fue dicho luego de tocar la campana del mayor recinto de la especulación global, y reuniones con inversores estadounidenses que elogiaban la evolución económica del país, quienes expresaban su satisfacción con la rentabilidad obtenida, clara lógica esencial del capitalismo.
Junto a la evolución de la deuda y las ganancias empresarias, el relato presidencial se detuvo en el progreso de los ingresos previsionales, anticipando el ajuste desde septiembre próximo, el que se percibe a comienzos de octubre. El sentido discursivo apuntaba al pago de deuda, aumentos de las ganancias e inclusión de sectores de bajos ingresos, pues aún con 7 millones de jubilados y pensionados, la mayoría de ellos percibe ingresos mínimos que no satisfacen sus necesidades.
El relato en la Bolsa se propuso la disputa del consenso a dos puntas. Una de ellas apuntaba hacia el bloque de la dominación de clases, demostrando al poder económico que no se puede estar mejor que producto de la política económica en curso. Es lo mismo que hizo NK en septiembre del 2006 en EEUU ante los empresarios transnacionales a quienes se invitaba a invertir en el país. Es la lógica de la ganancia como atractivo para invertir, ganar y por ende acumular, algo dificultado en la coyuntura mundial del presente y el futuro cercano. La otra de las puntas apuntó hacia los menos favorecidos, en este caso, trabajadores jubilados y pensionados. Ya había dicho a los disidentes de Moyano que lo mejor era recibir los beneficios de la política oficial que disputar reivindicaciones desde el conflicto.
Se trató de un ejercicio que intenta demostrar la satisfacción por ingresos del sector dominante y del subalterno, a quienes se los incluye en el sistema vía consumo. Nada queda afuera de la política (económica), y todos están entre los favorecidos, unos con cuantiosas ganancias y otros con ingresos de subsistencia. ¿Es posible otro relato, y más aún, otra política, para otra ecuación de beneficiarios? Responder al interrogante nos llevaría a cuestionar la lógica de la ganancia, o sea, la del capitalismo.
Buenos Aires, 4 de agosto de 2012


[2] Ib.
[3] Sitio del BCRA en internet www.bcra.gov.ar (visitado el 4/08/12)
[4] Ib.
[5] Es evidente que hace falta una comparación de valores relativos, no afectados por la importante variación de precios.
[6] Nota de Fernando Cibeira en Página 12 del jueves 21 de septiembre del 2006, en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-73327-2006-09-21.html (visitada el 4/08/12)