La parte afectada del mercado de consumo y de trabajo decidió el fin de la economía de ajuste de Macri


El mes de agosto termina con agravamiento de la situación económica de millones de personas en Argentina, agudizando problemas de inflación en torno al 55% anual y de recesión proyectada en torno a -3% para el 2019, a lo que debemos sumar los primeros indicios de cesación de pagos.
La cotización del dólar cerró por encima de $62 y sin techo, con la consecuente pérdida de reservas internacionales por más de 250 millones de dólares diarios; el riesgo país que sube a 2.500 puntos, elevando las tasas en dólares haciendo más impagable el costo de la deuda pública dolarizada y por extensión al conjunto del endeudamiento; y las tasas de interés de referencia desde el BCRA vuelan al 85% como resultado de la política gubernamental, que incluye las decisiones sobre el ámbito económico y financiero. En ese plano actúa el re-perfilamiento de las cancelaciones de la impagable deuda pública.
No es solo política económica, sino consecuencia directa de un gobierno “de salida” que consolida una gigantesca transferencia de recursos hacia a una minoría privilegiada que concentra el ingreso y la riqueza en el país. Se trata de una definición de modelo productivo y de desarrollo con una lógica capitalista centrada en la ganancia, la acumulación y la dominación.
El mercado es una relación social
El “urnazo” del 11/8 en las elecciones primarias. las PASO, supuso la intervención del “mercado” para exigir el fin de una política anti popular.
Utilizo la expresión “mercado” en sentido opuesto al lenguaje hegemónico que al remitir al concepto aluden solo al sector hegemónico y beneficiado del mismo. Están obviando así que el mercado es una relación social, con ganadores y perdedores.
La masividad del voto y diferencia en contra del rumbo oficial es la voz que en el mercado de consumo no puede satisfacer sus necesidades básicas o alimentarias por insuficiencia de ingresos, o por su contrario, el alza del costo de vida derivada de una inflación que engorda los ingresos del sector beneficiado. Pero es también la voz de los excluidos o afectados del mercado de trabajo, aquellos que soportan la precariedad, flexibilización de las relaciones laborales o sufren la merma salarial, las cesantías o suspensiones derivadas de la impunidad empresarial o la recesión.
El mercado es el espacio de encuentro y materialización de una forma económica de organizar la sociedad. La economía capitalista se organiza en torno a las relaciones monetarios mercantiles, por lo que la vida cotidiana se resuelve en el mercado, donde todas y todos actuamos como vendedores o compradores.
De manera regular vivimos comprando y vendiendo para resolver nuestras necesidades. Vendemos la fuerza de trabajo para conseguir recursos monetarios que nos permitan comprar bienes y servicios para satisfacer necesidades cotidianas. Del mismo modo que otros compran esa fuerza de trabajo para activar medios de producción y al tiempo que resuelven sus ingresos, las ganancias, acumulan más recursos monetarios para ampliar, si pueden, el proceso de explotación y dominación.
El “mercado” no es solo quienes definen la suba del tipo de cambio u otros precios de la economía, sino que también son aquellos que pierden aun siendo mayoría en las relaciones mercantiles monetarias capitalistas.
Respuestas oficiales
Desde el gobierno se actúa como siempre, sin escuchar la demanda de terminar con el rumbo y la política en curso. ¿Por qué la afirmación? El resultado concreto de lo acontecido desde las PASO confirma la tendencia al agravamiento de la suba de precios y la recesión.
La devaluación monetaria impacta en pérdidas de ingresos y capacidad de compra de la mayoría. Solo mejoran su situación los grandes exportadores y especuladores, cuyos activos dolarizados se revalúan al ritmo de la depreciación de la moneda local. La mayoría social subordinada a la utilización de pesos solo tiene acceso a una menor disposición de bienes y servicios.
El gobierno no escucha el mandato de las urnas y solo atina a culpabilizar a quienes no comparten su lógica civilizatoria.
Cuando mucho, se aplican medidas compensatorias, de relativo impacto social.
Entre ellas las relativas al mínimo no imponible del impuesto a las ganancias para categorías salariales; o la eliminación del IVA a ciertos productos de la canasta, ejecutado de una manera que no se extiende al conjunto del “mercado”.
Las medidas son limitadas, tal como la restricción de remisión de utilidades al exterior de la Banca, cuando debiera avanzar al respecto sobre el conjunto del sector concentrado extranjero.
Todo es tardío, sin confianza en el sentido último de la compensación y limitación de las disposiciones de último momento, más pensadas para revertir el fracaso electoral que convencidos de una estrategia de redistribución del ingreso.
La mejor prueba al respecto es la convocatoria al Consejo del salario mínimo, que termina por decreto resolviendo una actualización que ni siquiera alcanza al 50% de las necesidades básicas.
No pedir peras al olmo y de cómo sembrar para resolver
No se le pueden pedir peras a un olmo dice el refrán popular y es de absoluta veracidad respecto de lo que puede esperarse del gobierno Macri.
El gobierno espera que el FMI desembolse lo más rápido posible los 5.400 millones de dólares comprometidos para diciembre, para continuar con la fuga de capitales, cancelando vencimientos de deuda, remitiendo remesas de utilidades al exterior (ahora la banca debe solicitar autorización) y dolarizando activos, todo a costa de una hipoteca a cancelar por el conjunto de la sociedad, a tasas hoy superiores al 20% en dólares.
Macri sigue esperanzado en la ayuda se su principal socio, Donald Trump y el gobierno de EEUU, que como queda claro es quien decide en el FMI más allá de cualquier consideración técnica o profesional.
El gobierno se agota con las botas puestas en su ideología liberal (¿neo?) y evita en la medida de lo posible incluir restricciones (controles) para contener la voracidad de los que dominan en el “mercado”.
Los afectados o subordinados en el “mercado” ya decidieron con su voto terminar con esta experiencia y reorientar la economía y la política.
Solo resta saber si la iniciativa política popular presiona más allá del momento electoral y logra anticipar los cambios, sea antes de las elecciones de octubre o del cambio de gobierno en diciembre.
Es más, el debate próximo apunta a cómo se resolverán las aspiraciones, expectativas y necesidades expresadas en las voluntades del voto crítico a la política del gobierno.
Para ello falta conocer la letra chica del que se hará con el condicionante del FMI y el campo minado que dejan 4 años de macrismo y muchos más de un modelo productivo y de desarrollo de inserción subordinada de la Argentina en el sistema de la transnacionalización.
Si se quieren peras hay que sembrar perales y no olmos, lo que supone discutir la estrategia de transformaciones socio económicas necesarias más allá de las opciones que resultan de la disputa electoral. Muchos descreen de ir más allá del orden capitalista, del horizonte de lo posible, sin soñar con los pies en la tierra cuando las voluntades sociales mayoritarias se expresan para animarse a ir por más. ¿Es voluntarismo? De ningún modo, lo alternativo o alterativo solo es posible si la imaginación social convoca a superar los límites del orden vigente.
Buenos Aires, 31 de agosto de 2019


¿Es posible des-dolarizar?


Acaba de realizarse el 12° Encuentro de Economistas de Bolivia en las ciudades de La Paz y de El Alto.
Un cónclave con 8.000 inscriptos donde expusieron oradores locales y de diferentes países, junto a representantes de organismos internacionales, como la CAF o la CEPAL.
Las intervenciones destacaron el momento de desaceleración de la economía mundial, aun cuando comparativamente el país anfitrión ofrece datos económicos y sociales para considerar, incluso, encabezando los puestos del crecimiento regional en los últimos años.
Bolivia resulta un caso para considerar, especialmente por reivindicar una política económica, que en esencia avanza a contramarcha de las recomendaciones de la receta liberalizadora de la corriente principal del pensamiento económico, con resultados sorprendentes.
Entre los aspectos destacados, en una presentación del Presidente del Banco Central de Bolivia, el Licenciado Pablo Ramos Sánchez, de amplísima trayectoria académica, señala la “bolivianización” del sistema financiero del país, con una modificación de las variables de opción de los usuarios entre la moneda local y la divisa estadounidense.
Antes de la asunción del Gobierno de Evo Morales la cartera de créditos en pesos era apenas del 5% y en 2019 del 99%.
Por su parte, el ahorro en moneda local era del 10% y en el presente un 87%.
La cotización hacia el 2005 superaba a los 8 pesos y en la actualidad está por debajo de los 7, en un claro proceso de apreciación de la moneda local.
El endeudamiento en divisas era del 51,7% del PBI en 2005 y se reduce al presente al 24,6%.
Lo que resulta evidente es la des-dolarización de la economía, cuando hace apenas una década la lógica referencia de los principales precios de la economía remitían al dólar, sean las tarifas de servicios públicos como el mercado inmobiliario o automotor.
Es un tema de especial interés para aquellas economías, caso de la Argentina, de creciente referencia de los precios al dólar.
La principal preocupación en Argentina y otros países de la región pasa por la evolución del tipo de cambio y las decisiones de política nacional que se toman en Washington y que impactan en economías dolarizadas, dependientes de la situación y disposición en el país hegemónico del sistema mundial.
La soberanía
Resulta esencial la recuperación de la capacidad soberana del manejo de la política económica y muy especialmente de la definición relativa a la apropiación estatal y destino de la renta generada por el trabajo social.
La principal riqueza boliviana está en los hidrocarburos y la apropiación estatal de la renta de los hidrocarburos desde el 2006 explica lo determinante de la fuente de acumulación económica.
El sector estatal desarrollado en estos años en la economía de Bolivia constituye el principal motor de la dinámica de crecimiento y expansión con atención en la mejora de los indicadores económicos y sociales. Dicho en un marco de ampliación de las diferentes esferas de la “economía plural” según define la Constitución del 2009, que junto al Estado despliega el sector privado, cooperativo y comunitario.
Lo que ocurre es una expansión de la inversión pública y por ende de la privada (en menor medida) y del consumo extendido, tanto público como privado, con una expansión de las relaciones comerciales y económicas internacionales. El resultado es el crecimiento económico continuado más allá de las dificultades de la economía mundial y muy especialmente de la región.
Entre los principales logros se encuentran los indicadores sociales de calidad de vida, más allá de insuficiencias en el modelo productivo y de desarrollo, asociado a los límites y a la dependencia económica y tecnológica del país. Bolivia es un país que se define en transición hacia una nueva sociedad y Estado plurinacional del Vivir Bien.
Desde el punto de partida del empobrecimiento, un 37,7% de extrema pobreza en 2006, se llega al 15,2% del 2018; y para la pobreza moderada se pasó del 59,9% al 34,6%. Resulta aún elevada la pobreza, pero marca una tendencia declinante bajo el marco de las definiciones de política económica en estos años de Gobierno del Movimiento al Socialismo, MAS.
Siendo uno de los países más empobrecidos del mundo, se reconoce en el presente una fuerte distribución del ingreso, mejorando el índice de GINI, del 60,2% en 2005 al 43,6% del 2018.
La reducción de la pobreza y la mejora en la distribución del ingreso es un logro producto de transferencias realizadas a la mitad de la población, denotando un uso social de la renta apropiada por el Estado.
Por lo que la economía resuelve por un lado la acumulación y la distribución progresiva del ingreso. Un logro derivado de las decisiones soberanas en materia económica.
¿Cuánto más se aprovecharía este rumbo a contramano de la hegemonía mundial si los países vecinos se comprometieran en el mismo sentido? Lo que se ve es el cerco conservador y de derecha de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, y Perú.
Recuperar soberanía en el manejo de la política económica resulta estratégico, más en un tiempo con tendencias a la desaceleración y de reestructuración de las reglas de la “normalidad” en la dominación capitalista mundial.
Desacople
Las experiencias de cambio político operadas en la primera década del Siglo XXI en la región auguraban una agenda de transformaciones económicas, con propuestas muy interesantes en materia de integración productiva en alimentos, energía y finanzas, promoviendo una mayor relación comercial al interior de la región latinoamericana y caribeña, suspendida por la ofensiva conservadora de los últimos años, muy especialmente en Argentina y Brasil, que suman su estrategia a las de Chile, Colombia, Paraguay y Perú.
Con la situación de desaceleración de la economía mundial provocada por la guerra comercial entre EEUU y China, que escala en el ámbito mundial, lo mejor para los países dependientes sería el desacople de esa dinámica, buscando recuperar coordinación y convergencias de políticas económicas soberanas en una perspectiva de integración alternativa. Aún sin modificar las relaciones capitalistas de producción, suponen un primer paso para pensar en la transición contra el orden del capital.
El ejemplo de Bolivia, con política económica a contramano de la ortodoxia y la hegemonía de la corriente principal liberalizadora, otorga validez y actualidad a una concepción de desacople para transitar un rumbo de cambio económico, modificando la ecuación de beneficiarios y perjudicados.
Claro que el poder económico mundial y el actuante en cada país intentará por todos los medios impedir ese camino de transición. Es el costo necesario para resolver con independencia las necesidades insatisfechas de la mayoría de la población en nuestros países.
Buenos Aires, 26 de agosto de 2019

Macri y su gobierno castigado en las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas, Obligatorias)


Era previsible la derrota de Mauricio Macri y su ampliada alianza contra la fórmula del peronismo hegemonizada por el kirchnerismo, pero no de la magnitud en que aconteció. La diferencia fue por 15,57 puntos, cuando en general se anticipaba una diferencia de 5 puntos porcentuales. En términos absolutos se trata de 11.622.020 (47,65%) a 7.824.996 (32,08%) votos.[1] Son 3.797.024 votos más a favor de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Se trata de una diferencia prácticamente imposible de remontar hacia las elecciones de octubre próximo, lo que anticipa una resolución electoral de renovación presidencial en primera vuelta, excluyendo la posibilidad del balotaje. Ni sumando al oficialismo la totalidad de la votación restante (Lavagna 8,22%; Gómez Centurión 2,63%; Espert 2,18%), excluyendo a la izquierda (Del Caño 2,86%), alcanza para contrarrestar la derrota de la fórmula Macri y Pichetto.[2]
La derrota arrastró a la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, quien parecía imbatible hasta hace muy poco.
¿Qué ocurrió? ¿Qué ocurrirá?
El factor económico ha sido relevante. La inflación, la recesión y su regresivo impacto social determina el voto castigo a la administración Macri.
La conclusión es extensiva en todo el territorio, incluso en aquellos distritos en que el gobierno mantuvo la primacía sobre la oposición peronista, Ciudad de Buenos Aires (44,71% a 33,04%) y Córdoba (48,18% a 30,39%), donde la oposición liderada por los Fernández disminuyó las diferencias de elecciones anteriores y acrecentó su caudal de consenso.
Se trata de un voto castigo extendido territorialmente y que actuó sobre una amplia base de sustento en grandes ciudades y habilita un debate sobre el que hacer económico en la Argentina.
El discurso de Alberto Fernández, luego de conocido el resultado, defendió una postura favorable a la educación y la salud pública, al tiempo que fue crítico con la quita de derechos que suponen reformas laborales y previsionales.
Ahora se espera que se explicite detalladamente la política económica, relativa al modelo productivo y de desarrollo, que satisfaga la demanda electoral de la abrumadora mayoría, lo que supondrá debates al interior de la coalición. Vale recordar que la designación de Alberto Fernández para encabezar la fórmula supuso una ampliación por derecha de las alianzas electorales.
El condicionante del acuerdo con el FMI es un asunto esencial, no solo por los pagos comprometidos, sino por las condicionalidades del ajuste y las regresivas reformas estructurales.
Una incógnita es la respuesta del gobierno.
La primera fue de sorpresa y parálisis, con un Macri que solo atinó a sustentar la “apertura de la economía”, sin asumir el rechazo del sentido principal del voto.
No se deben esperar cambios sustanciales, solo intentarán sostener el rumbo hasta la entrega del gobierno. Ello supone intentar contener la cotización del dólar a costa de las reservas y sustentando altas tasas de interés y el festival de las LELIQ.
El mensaje del oficialismo sugiere seguir dando batalla electoral con el sostén económico del FMI en un marco de inestabilidad y volatilidad financiera que puede agravar las condiciones sociales de la mayoría de la población, especialmente con alzas de la cotización del dólar y su impacto en la inflación.
Solo son las primeras impresiones de un acontecimiento político, las PASO, que impacta en la disputa política más allá del fenómeno electoral y que interviene en el humor social por demandas económico-sociales que exigen inmediatas respuestas.
Resulta interesante pensar el tiempo que se abre desde ahora, ya hacia la elección de octubre y la asunción de un nuevo gobierno el 10/12. La incógnita apunta a considerar como se procesarán estos días de transición a un nuevo momento político en la Argentina.
Buenos Aires, 12 de agosto de 2019


[1] Ministerio del Interior. Recuento Provisional de Resultados. Habilitadas: 100.156 mesas. Computadas: 98.831 (98,67%). En: https://www.resultados2019.gob.ar/enr#/ (consultada el 12/08/2019)
[2] Solo se consideran los votos de las 6 fórmulas presidenciales que sumaron más del 1,5% de los votos y por ende competirán en octubre próximo. $ fórmulas no alcanzaron el piso necesario del 1,5% de la votación.

¿Cómo llega la Argentina a las PASO? (Primarias, Abiertas, Simultáneas, Obligatorias)


Resulta interesante considerar la situación política de la Argentina en momentos previos a la gran encuesta nacional que suponen las PASO, las que se desarrollan el próximo 11 de agosto y ofrecen la primera tendencia de lo que podrá ocurrir en la primera vuelta de octubre y quizá en el balotaje en noviembre.
Está en discusión la presidencia del país para el periodo que va desde el 10/12/2019 al 10/12/2023 y la incógnita pasa por la continuidad y profundización de la política en curso, o por un cuestionamiento electoral de la sociedad que impulse una modificación del rumbo, más allá de lo poco o mucho explicitado en la campaña por la oposición peronista en condiciones de disputar el gobierno.
La primera curiosidad que resalta es la potencialidad (eventual) de la fórmula oficialista, más aún cuando se procesa el cuarto año de gobierno, de los cuales tres han sido recesivos y con impactos sociales muy regresivos con relación a la distribución del ingreso y el aumento del desempleo y la pobreza.
Inflación[1] y recesión[2] definen el momento económico del país, con la consolidación de un modelo productivo que favorece el agro negocio, la agro energía, la mega minería a cielo abierto; la industria de ensamble y asociada a cadenas mundiales de valor, y la especulación financiera que abulta el endeudamiento, interno y externo, principalmente público.
Ello acontece con un trasfondo recurrente de fuga de capitales y la subordinación local a la lógica dominante de las transnacionales y el poder de los organismos internacionales junto a las principales potencias del capitalismo mundial.
Vale considerar el acuerdo con el FMI, que ya desembolsó unos 45.000 millones de dólares de un total asignado por 57.000 millones.
Ese ha sido y es el principal sostén de una actividad económica disminuida, que en junio del 2019 muestra un balance comercial positivo para el primer semestre de 5.589 millones de dólares.[3]
Se trata de un superávit que es producto del estancamiento de las exportaciones (apenas crecieron 2,4% pese a la mega devaluación derivada de la corrida cambiaria en abril 2018) y una importante caída de las importaciones desde todas las regiones (-27,9%).
Vale mencionar que las devaluaciones de las monedas suponen ventajas para la competitividad de la economía local que la promueve.
Sin embargo, los datos de la realidad, con información oficial, pone en evidencia el deterioro de la situación de la Argentina, con una perspectiva de crecimiento negativo, del -1,8% proyectado para el 2019.
La política monetarista de contracción monetaria no surte efecto y contradice la teoría de los liberales a ultranza, autodenominados anarquistas libertarios, pro capitalistas de una lógica primitiva que excluye al Estado en la actividad económica.
Elecciones simultáneas en Argentina, Bolivia y Uruguay
Los comentarios interesan si se considera el debate político ideológico para procesos de renovación presidencial en el Sur de América, los que operan en simultáneo con la Argentina.
Remito a las elecciones de octubre próximo en Bolivia y en Uruguay. En ambos casos gobiernan propuestas que enarbolan, con matices, discursos críticos a la hegemonía neo-liberal, la que inspira la política económica en la Argentina.
No es menor la discusión, cuando la hegemonía discursiva en la región y en el mundo apunta hacia la derecha, el conservadurismo, sea en variantes liberalizadoras o proteccionistas.
La discusión apunta al qué hacer, algo que supera las opciones electorales y supone discusiones programáticas relativas a cuáles prioridades atender desde el rumbo político y económico, algo que compete definir al conjunto de la sociedad, reconociendo en su seno las disputas de sentido, objetivos y beneficiarios.
En rigor, lo que importa es quien genera consenso hegemónico para avanzar en algún sentido.
¿Hacia dónde apuntó el consenso electoral logrado en 2015 en la Argentina?
Es un interrogante a reiterar para el momento de asunción del Frente Amplio en el Uruguay y del MAS en Bolivia.
Argentina buscó reinsertarse en la lógica del orden hegemónico mundial y todo lo realizado apuntó en ese sentido y recibió el apoyo enfático de los principales actores del orden mundial, empezando por Donald Trump y el FMI sustentado desde el poder de EEUU.
Contrario a lo que muchos sostienen, hubo beneficiarios, claro que pocos, entre ellos, una parte minoritaria de la población.
Pero lo que hubo fue capacidad de intervenir en la disputa del consenso social mediante la cooperación interesada de los medios de comunicación, el accionar de las redes sociales e incluso ámbitos de la cultura y la educación a todos los niveles.
Es algo para observar en Uruguay y Bolivia, con el interés de la oposición de derecha por gobernar esos países para afirmar el cambio de la agenda en la región, que en estas horas se define por la profundización de la agresión estadounidense con sanciones a Venezuela.
Interesa el petróleo, sí, pero, sobre todo, la prédica de un proyecto que se enuncia contradictorio contra la hegemonía mundial del capitalismo. No olvidemos en ese sentido, que la crítica a la crítica enfoca en primer lugar a Cuba.
La CEPAL llama la atención sobre un lustro de bajo crecimiento en la región, donde destaca la proyección boliviana, a la cabeza del crecimiento en Sudamérica.
Da para pensar, aun cuando no se avanzaron en modificaciones a las relaciones sociales de producción, pero si, queda claro que el gobierno plurinacional de Bolivia potenció la economía estatal como punta de lanza de la acumulación y el modelo productivo.
El descontrol inflacionario en Argentina y en Venezuela es expresión de la disputa por el poder de la economía. Sube los precios el que puede, los que tienen poder para incrementarlos. El control de la inflación supone equilibrio de poderes en el campo de la dominación, o capacidad desde el Estado para monitorear los principales precios, especialmente el tipo de cambio.
Resulta evidente en estos días con las definiciones cambiarias de China ante la guerra comercial desatada por EEUU.
Rumbo por la emancipación
Los pueblos sudamericanos intentaron una prédica independentista hace más de dos siglos, abortada por las lógicas locales de acumulación y dominación “nacionales”, las que sobreviven en nuestro tiempo.
Quizá sea tiempo de retomar el debate relativo a la gran patria latinoamericana y caribeña y abandonar una concepción localista y avanzar en un rumbo de integración económica, política y cultural que otorgue nueva identidad a Nuestramérica.
Claro que por ahora lo que hay es la disputa del consenso electoral para determinados rumbos estratégicos, y no da lo mismo que ocurra una u otra cosa en las opciones del voto en nuestras sociedades sudamericanas.
Buenos Aires, 9 de agosto de 2019


[1] 2,7% se registró como inflación del mes de junio del 2019 y se proyecta un 40% para todo el 2019.
[2] Se registra una caída de la Industria manufacturera del -9,4% entre enero y junio del 2019 contra el mismo periodo del 2018, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipi_manufacturero_08_19FC1FEAAF9B.pdf La Construcción también cae el -9,4% para el mismo periodo, en:  https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/isac_08_193CE1CE3372.pdf
[3] INDEC. Argentine Foreign Trade Statistics. Preliminary data for the first six months of 2019, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/i_argent_08_1974AD27413D.pdf

Desaceleración económica en la región latinoamericana y caribeña


La economía mundial no supera la situación de pobre crecimiento económico en condiciones de desigualdad en la distribución del ingreso, con predominio de estímulos para la especulación financiera. La ilusión del fin de la crisis que emergió hace más de una década se esfuma. EEUU, con la suba de la tasa de interés pretendía sugerir la superación de esa etapa, y con los datos del crecimiento en estos años de Gobierno de Donald Trump parecían darle la razón.
Sin embargo, la recuperación ha llegado a su fin, las perspectivas no son buenas para el 2019/20 y la Reserva Federal retoma la antigua tendencia a la baja de la tasa, en convergencia con lo que ocurre en Europa o Japón. Es un síntoma del pobre desempeño del capitalismo en este tiempo, corroborado con la información difundida por los organismos internacionales.
El resultado de la política financiera estadounidense, baja de tasas de interés, promueve una valorización del dólar y el agravamiento de las estructurales dificultades del balance externo de la potencia hegemónica del sistema mundial. A EEUU le cuesta más exportar. Es una situación que se exacerba en el marco de la guerra comercial con China.
Así, se agrega volatilidad al sistema financiero mundial, y afecta a todas las economías nacionales asociadas a los destinos económicos e ideológicos de EEUU. En este sentido, desde Washington se transfieren los problemas aún a sus mejores socios ideológicos y políticos.
Vale la pena considerar lo analizada desde la Comisión Económica para América Latina, la CEPAL: “A diferencia de años anteriores, en 2019 la desaceleración será generalizada y afectará a 21 de los 33 países de América Latina y el Caribe. En promedio, se espera que América del Sur crezca 0,2%, América Central 2,9% y el Caribe 2,1%.”[1]
Por su parte, el FMI en su Informe preliminar de la economía mundial, señala que la perspectiva de crecimiento para la región latinoamericana y caribeña será de 0,6%.[2]
Señala CEPAL que 21 de 33 países de América Latina y el Caribe están en procesos de desaceleración, agravado para América Latina, donde 17 desaceleran sobre 20 países.
Destaca el Informe de la CEPAL que: “La República Dominicana y Bolivia (Estado Plurinacional de) son las economías que en el primer trimestre registraron el mayor crecimiento de la región (5,7% y alrededor del 4,0%, respectivamente), seguidas por Panamá (3,1%), Guatemala (3,0%) y Colombia (2,8%). Cinco economías se contrajeron (Argentina, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de)), la del Brasil se desaceleró (0,46%) y las demás economías crecieron a una tasa de entre el 0,6% y el 2,6%.”[3]
Los pronósticos para el 2019 son variados y señalan un 4% para Bolivia, 1% para México, 0,8% para Brasil, Uruguay 0,3% y -1,8% para la Argentina; con 0,2% para Sudamérica y como dijimos 0.5 para toda la región.[4]
Impacto social regresivo
El Informe de la CEPAL resalta el incremento de la inflación para toda la región y un impacto negativo en el empleo y por ende en los ingresos y el consumo popular, aumentando la brecha de ingresos entre hombres y mujeres.
Destacan que: “Comparando el primer trimestre de 2019 con el mismo período del año anterior, la informalidad laboral aumentó en siete de diez países con información disponible (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay), mientras que solo disminuyó en la República Dominicana y se mantuvo estable (variación hasta un décimo punto porcentual) en Colombia y México. En la mediana de esos países, en el primer trimestre de 2019 el aumento de la tasa de informalidad fue de 0,35 puntos porcentuales.”
Agrega que: se está observando el “…surgimiento de una nueva informalidad en ocupaciones generalmente intermediadas a través de plataformas digitales que no están adecuadamente reguladas. Este se debe, en parte, a que no está claramente establecido si se trata de trabajo dependiente o independiente (CEPAL/OIT, 2019). Si bien todavía es limitada la magnitud de este tipo de trabajo (sobre todo como empleo principal), se trata de una tendencia emergente que plantea importantes desafíos para la regulación laboral y social.”[5]
Como hemos sostenido en variadas ocasiones, son manifestaciones de las modificaciones en la relación capital-trabajo, más allá de los límites en avances jurídicos de reaccionarias reformas que demanda el capital más concentrado, y que sustentan las plataformas políticas de la derecha en el mundo.
Manifiesta el Informe que: “…cabe recordar que la tasa de desocupación urbana abierta del 9,3% que se registró en 2017 y 2018 —y en torno de la cual probablemente se ubique también en el promedio de 2019— es la más elevada desde 2005, por lo que esta estabilidad en sí no supone una buena situación en el mercado laboral.”[6]
Resaltamos los datos relativos al empleo y la situación irregular de las contrataciones, porque expresan claramente la ofensiva del capital contra el trabajo en tiempos de pobre crecimiento económico.
La política económica
Resulta inadecuada la lectura sobre el qué hacer en la región, con un discurso de estímulo a una salida liberal para recuperar niveles de actividad económica.
Solo pueden avanzar con ese diagnóstico por los consensos electorales e ideológicos que construyeron en estos tiempos, que se suman al desprestigio del intento crítico de años anteriores, enfatizando la demonización del ejemplo venezolano. Sobre Venezuela, no se considera la presión externa ni las sanciones expropiatorias desde las potencias imperialistas, sin esconder, claro está, las propias dificultades internas de la lógica política y económica en este país.
La orientación liberal del acuerdo del Mercosur con la Unión Europea o el que se conversa con EEUU no resultan adecuados para resolver los problemas de nuestras economías, mucho menos si se piensan en términos de resolver las necesidades socioeconómicas de la mayoría empobrecida.
Queda clara que esa es la estrategia del gran capital transnacional que busca la liberalización, con condiciones de competitividad que asegure una adecuada tasa de ganancia.
Los análisis de los organismos internacionales son contundentes en que lo que acontece y la mirada hegemónica no resuelve una perspectiva de satisfacción de necesidades, lo que demanda conformar una estrategia de crítica y de instrumentación de otro rumbo político e ideológico para modificar la ecuación de beneficiarios y perjudicados.
Buenos Aires, 3 de agosto de 2019



[1] CEPAL. Desaceleración económica se mantiene y el PIB de la región crecerá a 0,5% en 2019. Comunicado de prensa, en: https://www.cepal.org/es/comunicados/desaceleracion-economica-se-mantiene-pib-la-region-crecera-05-2019
[2] FMI. Informe preliminar de la Economía Mundial, en: https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2019/07/18/WEOupdateJuly2019
[4] Página 99
[5] Página 70
[6] Página 74