“La crisis irresuelta del capital y la ofensiva de la ultraderecha”

Todos los informes sobre la situación contemporánea del capitalismo son de crisis, expresada en la ralentización del crecimiento económico, con amenazas de recesión productiva. Es lo que surge de los informes del FMI, del Banco Mundial o de cualquier organismo internacional, la UNCTAD o la OMC, incluso de consultoras privadas. Es más, la ralentización no es mayor por el crecimiento que presentan China y la India, territorio que en conjunto alberga al tercio de la población mundial. El crecimiento de China y de India es también menor a los ritmos que presentaban antes de la crisis capitalista del 2007/09, pero mantienen un índice superior al promedio de la economía capitalista mundial. El mercado mundial se amplió con la expansión económica de estos países y otros llamados “emergentes”, sosteniendo la ilusión de una superación o postergación de una crisis recesiva en el capitalismo desarrollado. En la base del problema están los límites de las propuestas de liberalización sustentadas a la salida de la crisis de rentabilidad de los 60/70. Por ello, la ofensiva liberalizadora de los 80/90, y más aún con la crisis del 2007/09 reabrió un debate y acciones de un reordenamiento de las relaciones económicos sociales en el ámbito mundial. En primer lugar, se discute la relación entre el capital y el trabajo y si en la ofensiva capitalista a la salida de la crisis de rentabilidad de los 60/70 del siglo pasado el capital instaló como proyecto esencial la eliminación de las conquistas obreras, sindicales de una lucha de más de un siglo del movimiento obrero, con secuelas de baja de ingresos salariales, flexibilización y precarización laboral y salarial, ahora se potencia el objetivo por subordinar a trabajadores y trabajadores en todo el planeta. Todo en aras de restablecer tasas de ganancias y en lo posible relanzar el proceso global de explotación. También se trata de modificar la función del Estado, por eso las reaccionarias reformas estatales que recorren el sistema mundial, con privatizaciones y desregulaciones, en contra de los derechos sociales conquistados en la lucha para colocar al Estado capitalista al servicio de la recomposición de la acumulación de ganancias. Las relaciones internacionales son parte de esos cambios y se manifiestan en la novedad que supone el papel de la acumulación productiva en China y otros países que disputan la organización de la producción mundial y las respuestas agresivas de sanciones unilaterales de EEUU y sus aliados globales, especialmente Europa. Lo que hay es una crisis del orden mundial emergente a la salida de la segunda guerra mundial. Ha mostrado sus límites el orden de 1945 y el conjunto de su institucionales, sea la ONU, el FMI y los organismos internacionales, como la hegemonía del dólar y EEUU, sostenida por el peso de extensión militar con bases en gran parte del territorio mundial. Por eso, lo novedoso es la reorganización de un sistema mundial que, por cuatro décadas, entre 1980 y 2020, funcionó en perspectiva de mundialización, bajo el estímulo a cadenas mundiales de valor dirigidas por el capital transnacional. y que ahora se reorganiza en sistemas de producción y circulación regionales, con pretensión de sustentarse en nuevas articulaciones globales, las que siguen limitadas por las restricciones que impone la hegemonía capitalista. La crítica al capitalismo contemporáneo exige estudiar con precisión estas tendencias y describir las perspectivas de orientaciones a contramano de la lógica mercantil monetaria del capitalismo en el siglo XXI. Una deriva de la nueva situación del capitalismo en el mundo deviene del momento político de emergencia y visibilidad de la ultraderecha en la disputa de la gestión del orden capitalista. Es lo que ocurre con el papel de Trump desde 2016, la orientación inglesa por el Brexit, la presencia de los Bolsonaro, las Meloni o los Milei. La emergencia de la ultraderecha expresa la desesperación del poder global ante la crisis, tal como hace un siglo se manifestó con la emergencia del fascismo. Hoy adquiere formatos en desarrollo, cuyas consecuencias aún resta considerar, pero asociadas a un clima de guerra y militarización, como acontece en Europa o en el genocidio de Israel sobre Gaza o la invasión al Líbano y el involucramiento creciente de potencias nucleares en conflictos con resultados imprevisible. La crisis capitalista está en la base de los problemas de nuestro tiempo. ¿Cómo se supera la crisis? Depende de las iniciativas en juego. Por un lado, está la ultraderecha y en contraposición proyectos políticos que insisten en que el capitalismo es reformable desde su interior. Por otro lado, quizá tenga razón Milei cuando denuncia que el problema es entre el capitalismo y el socialismo, lo que promueve una recreación de la estrategia socialista en momentos de descrédito de la propuesta, derivado de la caída de la URSS y el este de Europa. En definitiva, la creación de una sociedad no sustentada en la explotación o el saqueo de los bienes comunes sigue siendo una asignatura pendiente de la humanidad. Se trata de un debate político cultural que deambula en las discusiones de variados ámbitos del movimiento popular y que convoca a discutir en torno a las alternativas al orden capitalista en crisis. Buenos Aires, 4 de octubre de 2024

Un miércoles de lucha, de jubilados y universitarios

Hoy estuve en la cita habitual de los “miércoles de los jubilados”, y había muchísima gente, ya que coincidía con la movilización en “defensa de la Universidad Pública”. Un mundo de gente copó las calles de Buenos Aires, como ocurrió en otras ciudades del país, y no podría haber habido operativo anti piquetes, ya que las calles en torno al Congreso estaban colmadas de militancia, organizada y suelta (por su cuenta). Del Congreso hacia la 9 de julio toda la Avenida de Mayo copada, ídem por Callao desde Rivadavia a Corrientes. El operativo policial no estuvo destinado a sacar a la gente de las calles, sino a alejar el tránsito del lugar de convocatoria. Multitud trajinando en uno y otro sentido. Con humor interno me interrogaba por qué unos vamos en un rumbo y otros a contramano entorpeciendo el tránsito de la movilización. Todos bajo el mismo objetivo y cada quién buscando donde estacionarse para expresar colectivamente su descontento. Bandas musicales, transeúntes atrás de carteles, padres y madres explicando a sus hijos o menores acompañantes distintas cuestiones atinentes a los marchantes. Puestos de choripán y alimentación, de banderas y suvenires, como identificación socio popular de un acontecimiento social de masas. Una multitud constituida en sujeto por consignas que reivindican una tradición histórica asociada a la reforma universitaria, la escuela pública y al derecho a la educación, y también solidaria con el reclamo de pensionados y jubilados. Por ahí escuché que éramos más de 500.000, quizá más, o menos, pero inmensa movilización. Una reivindicación muy sentida, como la solidaridad con los jubilados. En medio de la multitud se escuchaba la vos del orador de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados y Pensionadas especificando el reclamo en el marco de una protesta que trasciende la demanda previsional y educativa. Se aludía al día internacional de lucha conmemorado ayer, 1 de octubre, en sintonía con una campaña global de la Unión Internacional Sindical de la Federación Sindical Mundial, la UIS-FSM. Un periodista decía que era una movilización legítima, como lo era el gobierno Milei, algo que se pone en duda en este momento, especialmente por los vetos a las leyes del Congreso, la del financiamiento previsional y universitario, aun no vetada, pero si anunciado su materialización para esta semana. La política en debate Más allá de la legitimidad, la discusión es sobre la política, la de la representación expresada en la institucionalidad constitucional, desafiada por los vetos, constitucionales pero autoritarios, del poder ejecutivo. Pero, por otro lado, la política de la organización y movilización social. El país está cambiando y por eso hay un ultra liberal en la presidencia y un reordenamiento de las propuestas políticas. Lo tradicional partidario saltó por el aire. La ultraderecha ya no necesita de un “golpe militar” (cívico, eclesial, militar, etc.). Ahora tiene votos y se constituye como partido nacional para disputar próximos turnos electorales, en 2025 y 2027. Todo el arco político de la tradición partidaria estalló. Es más, si antes la divisoria era gobiernos dictatoriales vs constitucionales, y estos eran un debate entre radicalismo y peronismo (hegemonizando frentes), ya en los últimos años, pos crisis 2001, la lógica de la disputa y el debate fue entre kirchnerismo y macrismo, detrás de quienes se enrolaban distintas vertientes de las principales tradiciones políticas, especialmente radicales y peronistas. La novedad se potencia en la coyuntura política. La derecha tiene su interna y Milei aparece disputando la hegemonía. Quienes debaten a la ultra derecha y disputan la gestión capitalista están en reorganización, para lanzar nuevos liderazgos, con vieja o nueva música. La izquierda también en recomposición, visible en representación institucional por la tradición trotskista y sin articular, aun, con una inmensa expresión crítica al capitalismo de diferentes tradiciones, en el marxismo y más allá en el nacionalismo popular y revolucionario. No solo hay reagrupamientos en los partidos, sino también en el movimiento social, en donde se disputa el proyecto político que los conducirá. ¿Será la ultraderecha en el gobierno la que hegemonizará al movimiento social y a la sociedad? Es lo que quisieran y por eso vemos una estética de movilización en el lanzamiento nacional de La Libertad Avanza (LLA) en Parque Lezama, todo para la disputa electoral. ¿Serán los partidos tradicionales bajo la nueva música o formatos frentistas? La imaginación vuela en variados agrupamientos que pregonan la unidad bajo algún paraguas con perspectiva electoral. ¿Podrá la izquierda con la crítica al capitalismo y la propuesta anticapitalista ser espacio de acumulación para el movimiento popular en su búsqueda de referencia política actual? ¿Podrá articular con sectores aún atrapados en el campo del “posibilismo” o las tradiciones de gestión reformista del régimen del capital? Los interrogantes aluden a un momento de reorganización socio económica del capitalismo contemporáneo y en donde las formas de representación política están siendo discutidas. Muchos imaginan que pueden contener las luchas en viejas expresiones del poder burgués, por lo que también marchan y buscan ser representación de la multitud. En todo caso, la búsqueda tiene que estar en transitar nuevos desafíos para construir una sociedad en contra y más allá del capitalismo. Son reflexiones en el medio del tumulto de una gigantesca movilización, que aúna las reivindicaciones en defensa del movimiento de jubilados y por la Universidad Pública y en donde la acumulación política está en discusión. Buenos Aires, 2 de octubre de 2024

Crisis y pérdida de consenso

Los datos económicos sociales siguen siendo negativos tal como lo venimos anunciado de modo recurrente. Quizás la novedad en esta altura es que empieza a impactar sobre el consenso sociopolítico hacia el gobierno de Javier Milei. Economía y malestar. Empieza a haber referencias en los medios de comunicación, derivadas de análisis y encuestas diversos, de que estaría cambiando el humor de la sociedad. El INDEC informó en estos días que la producción industrial manufacturera al mes de julio tuvo una caída interanual, es decir, desde mediados del año pasado hasta el actual, del 5,4%. Y en lo que va de este año de enero a julio, comparado con enero-julio del año pasado un 14,6% de caída. Por mas que se muestre que la inflación esta en torno del 4% mensual, incluso con alguna perspectiva de baja, impacta en el nivel de actividad, del empleo, por lo tanto, en las perspectivas de crecimiento del desempleo y de la pobreza. Esta semana próxima, el jueves 26, tendremos el dato de pobreza e indigencia del primer semestre, transcurrido por entero en gobierno de Milei. Todo lo que anticipo la UCA, todo lo que se viene señalando que va a ser superior al 41% que dejo la administración de Alberto Fernández. Y, por lo tanto, ese impacto socioeconómico con datos estadísticos oficiales va a señalar una realidad muy dura. También el viernes próximo se va a conocer la situación de la posición internacional de la Argentina, el balance de pagos, especialmente el tema de la deuda que viene creciendo mucho. Deuda en pesos y en dólares, atada a la negociación con el FMI, se está terminando el tema de las diez auditorias trimestrales del FMI y hay una expectativa de que está pautado de que si se cumplía con las 10 revisiones del FMI podía haber una ampliación de recursos. Tengamos en cuenta que el gobierno de Alberto Fernández desistió que el Fondo siguiera liquidando el préstamo acordado, y por lo tanto el gobierno Milei, que necesita de esos recursos, puede seguir pensando en acrecer la deuda externa. Por eso en estas horas tanto el ministro de economía como el presidente, la canciller y otros funcionarios están en EEUU para un discurso previsible en Naciones Unidas. Será de crítica a la agenda medioambiental de las Naciones Unidas y de reivindicación de su programa ultraliberal en tanto pretensión de poner agenda a la derecha mundial, para impulsar la liberalización de la economía en todo el planeta. Vamos a insistir en que estos datos de la realidad (que no modifican lo que venimos señalando en los últimos tiempos respecto de cuál es el resultado de la gestión Milei que es recesión, desempleo y deterioro de las condiciones de vida) empiezan a tener impacto en el consenso. ¿Y la política? El problema es que no alcanza con que disminuya el consenso o que crezca la valoración negativa del gobierno, el tema es siempre qué política se le opone. El plano de la política esta todo muy movido en la Argentina actual, por eso pensar en qué va a pasar en la economía argentina del próximo periodo mucho tiene que ver con qué pasa en la política y ya se está pensando en 2025 en las elecciones de medio tiempo. Hay movimientos por todos lados: hacia la derecha, el gobierno y La libertad Avanza quieren erigirse en nueva hegemonía de la derecha en la Argentina. Aquello que alguna vez fue el partido militar, que alguna vez pretendió Álvaro Alsogaray, que en algún momento Carlos Menem asumió el liderazgo de la derecha argentina, incluso en alianza con los Alsogaray. Mauricio Macri intentó a su vez ser el jefe de la derecha en la Argentina, hoy trata de mantener ese lugar, pero el actual presidente se lo está disputando con mucha fuerza. Y en la derecha hay muchos movimientos para consolidar un proyecto político con consenso social bastante ampliado, que encabeza el actual jefe de Estado. Y en el resto del escenario político hay mucho debate. En el peronismo se está discutiendo la renovación, así como a fines de los 80 Menem y Antonio Cafiero disputaron la renovación del peronismo y termino planteando un proyecto del peronismo encabezando el neoliberalismo, hoy hay una disputa clara de nuevas expresiones de liderazgo. Se da entre sectores mas jóvenes, entre ellos destaca el debate Máximo Kirchner- Axel Kiciloff como dos dirigentes muy importantes. También aparecen otros nombres, como el de Wado de Pedro. La izquierda está desafiada a mantenerse en una dinámica de acumulación tratando de recoger el descontento o de animarse a mucha más amplitud, convocando a sectores de izquierda no representados por los partidos tradicionales con representación electoral. Y por lo tanto generar un bloque político con proyección de izquierda. La dinámica la está dando el movimiento social popular. En el ámbito sindical, parece avanzar la unidad de los sectores sindicales del transporte para frenar en primer lugar la privatización de Aerolíneas. También la novedad de las CTAs que avanzan en procesos de unidad de acción, no necesariamente unidad institucional, pero si una mayor articulación de unidad sindical para confrontar con el proyecto político y económico del gobierno de ultraderecha Por lo tanto hay que ver que junto con la continuidad del deterioro, empiezan a aparecer señales de degaste político y por lo tanto se abren escenarios políticos interesantes para pensar escenarios alternativos. 22 de septiembre del 2024

Un presupuesto para el ajuste

El presidente presentó un presupuesto 2025 para el ajuste. Ratifica lo que ha hecho el gobierno de Javier Milei desde que asumió en diciembre de 2023. Las metas presupuestarias son de relativa y escasa importancia porque dependen de lo que el gobierno imagina en materia de crecimiento. En esa materia predice un rebote del 5% para una caída de este año que puede ser de un nivel similar. Con lo cual en los dos primeros años de gobierno tendríamos crecimiento cero entre la caída del 2024 y el crecimiento de 2025. Por lo demás no hay ninguna evidencia de que habrá un crecimiento este año. Y de haberlo no hay indicios de que implique distribución del ingreso y mejora de las condiciones de vida de la población para el próximo año. En particular cuando se ratifica que la prioridad es el equilibrio fiscal, orientado al pago de la deuda. Se confirma una vez más el carácter de hipoteca del endeudamiento. Se privilegia el pago de los intereses y la renovación de los vencimientos de capital, sobre todo con expectativas que siguen abriéndose respecto de que el Fondo Monetario Internacional pueda liberar nuevos recursos que ampliarían el compromiso de la Argentina a futuro. El ajuste permanente. Eso facilita los objetivos del gobierno, que están asociados al ajuste y que en este caso muy particular se consolida en el tema de jubilados y de los salarios estatales. Se potenciará asimismo la disminución de transferencias a las provincias, pidiendo a los gobernadores que actúen en consecuencia y que repliquen la política de ajuste que está planteada al nivel del estado nacional. Lo que se intenta es que los socios políticos en el parlamento que consolidan los objetivos del ajuste y de la reestructuración reaccionaria del gobierno de Javier Milei repliquen esa política en las provincias. Eso supone deterioro de las condiciones de vida en los ámbitos provinciales, disminución de los salarios de los trabajadores provinciales y municipales y declive del cumplimiento de derechos económicos y sociales en las provincias. Y por lo tanto la consolidación de una línea de ajuste. La disminución de la inflación aparece como un objetivo. Siempre a partir de un diagnóstico que se verifica como erróneo, que es el de que se trata de una cuestión monetaria. Y por lo tanto se refuerza el propósito de no emisión monetaria y una potenciación de la política del ajuste. Lo increíble. Por eso el supuesto que definen las cifras del presupuesto 2025 no es creíble en materia de recuperación de la actividad económica y caída de los precios. Especialmente de uno de los precios que es el de la divisa, el tipo de cambio, donde la apuesta del gobierno es a contener con la “tablita” que supone la pequeña devaluación del 2% mensual, tratando de que converja la devaluación con la caída de los precios en escala global. Claro que no es el único precio que interviene para definir el proceso inflacionario de la economía argentina. Sí es un precio muy importante para definir la inflación, tal como el de las tarifas que hasta ahora vienen relativamente contenidas. Hubo incrementos muy relevantes de las tarifas de servicios públicos pero todavía tienen mucho para seguir creciendo. Y deteriorar en consecuencia las condiciones de vida de la mayoría de la población. Por eso decimos que ya sea por el lado del tipo de cambio, sea por el de las tarifas o el del conjunto de los precios, es difícil que se cumpla con la propuesta de disminución inflacionaria que está planteada en el presupuesto de 2025. El horizonte es de crecimiento de la conflictividad, como se está mostrando respecto a jubilados y jubiladas. Logran una solidaridad muy extendida en el ámbito social y político para confrontar con el veto a la movilidad y la perspectiva que alienta el gobierno de una más profunda y reaccionaria reforma jubilatoria y laboral. Son objetivos estratégicos que están planteados no solo en la ley “bases” sino en la perspectiva y las demandas del capital más concentrado en la Argentina. Y obviamente contenidos en los compromisos suscritos con el FMI. 17 de septiembre de 2024

Crisis mundial y contrapunto entre Petro y Milei en la ONU

La Asamblea General de Naciones Unidas discute la situación mundial en medio de una crisis irresuelta que viene de los acontecimientos del 2007/09 y una posterior desaceleración productiva respecto de tiempos previos. En coincidencia, la directora Gerente del FMI sostiene que “períodos largos de crecimiento económico lento pueden provocar un repunte en la desigualdad”, por lo que afirma: “La economía mundial se ha atascado en un ritmo bajo de crecimiento, lo que podría suponer un serio revés en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.” Un cuadro que se agrava con la contaminación ambiental derivada de un modelo productivista de saqueo de los bienes comunes y de exacerbación de la explotación de la fuerza de trabajo, lo que genera una secuela de deterioro en los ingresos populares y las condiciones laborales y de salud de la población trabajadora. El resultado es la desigualdad, con una brutal concentración del ingreso y de la riqueza en donde, según OXFAM , desde 2020, la fortuna de 5 individuos se ha duplicado mientras decreció la de 5.000 millones de personas. Importa destacar que esa temporalidad involucra a la pandemia por el COVID (2020-23), que supuso inmensas ganancias para laboratorios medicinales y el “negocio” de la salud, en una tendencia privatizadora que se viene desarrollando en el último medio siglo de políticas liberalizadoras. La guerra y el incremento del gasto militar es otra de las características de nuestro tiempo, en territorio de Ucrania o de Palestina, entre muchos en ls que se agudiza la amenaza de conflagración global. Por eso, la ONU discute la agenda del futuro y más allá del lenguaje diplomático de éste y otros cónclaves internacionales, vale destacar el contrapunto generado entre dos presidentes sudamericanos, Javier Milei y Gustavo Petro. Puntos de vista confrontados El argentino expresa a la vanguardia de ultraderecha con sus propuestas ultra liberales, en sintonía con el programa del gran capital, que demanda condiciones de maximización de la tasa de ganancia, afectada por las formas de funcionamiento del orden económico contemporáneo. El colombiano asume la vos de los pueblos ante el fracaso de los gobiernos para resolver la crisis económica, climática, política, asumiendo la defensa de los derechos de la sociedad y de la naturaleza. Sostiene Petro que “Es la hora de los pueblos. Si los gobiernos no pudieron, como aquí se demuestra, y decidieron jugar con bombas y guerras sin sentidos y matar niños y niñas, entonces es la hora de tomar la solución de los grandes problemas de la humanidad en las manos de la misma gente, de la gente sencilla de la humanidad". Milei por su parte criticó el “colectivismo” reinante en la ONU al destacar que “la Agenda 2030, aunque bien intencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas.” Remitiendo al poder económico y a los dichos de Milei, Petro señala que “… gritan: ¡Viva la libertad, carajo!, pero es solo la libertad del 1% más rico de la población mundial que, en su sentir mercantil y libre, nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida.” Agrega que “El libre mercado no era la libertad, como decían, sino la maximización de la muerte. Ese 1% más rico de la humanidad, la poderosa oligarquía global, es la que permite que se tiren bombas a las mujeres, ancianos y niños de Gaza, del Líbano o de Sudán; o se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio, como Cuba o como Venezuela, porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99% restante de la humanidad para que los dejen seguir dirigiendo el poder del mundo y apropiándose y acumulando cada vez más su riqueza.” Milei rechaza la inclusión de la agenda ambiental y de género, por ideológica, como combate toda experiencia nacional que se proponga críticas al capitalismo, caso de Cuba o Venezuela, destacando que la ONU se compromete con proyectos de países que amenazan objetivos originarios de la organización internacional y resta credibilidad ante “los ciudadanos del mundo libre”, por lo que reivindica al Estado de Israel, “único país de Medio Oriente, que defiende la democracia liberal”. El contrapunto se expresa en la propuesta civilizatoria, concentrada en la liberalización, proyecto originario del capitalismo, como respuesta a la crisis mundial en curso y a la re-significación del socialismo en nuestro tiempo. Así como la dictadura de Chile en 1973 y las del cono sur supusieron el inicio de la experiencia “neoliberal”, sustentada en las teoría de Mises, Hayek y Friedman, ahora, en el marco de la violencia de la desigualdad, la flexibilización y precarización laboral, la mayor explotación social, la crisis sanitaria, la guerra en ascenso, la amenaza ambiental, el presidente de Argentina sustenta aquellos valores de los “austríacos” y de la escuela de Chicago para hacer realidad el capitalismo del Siglo XXI. Petro se anima a resignificar al “socialismo” desde que el “saber humano es más colectivo que nunca”. Reivindica la tradición de la bandera roja de la “revolución contra el capital” y proclama en el presente una “de todos los colores, una bandera de toda la humanidad para defender su propia existencia en el planeta.” ¿Qué rumbo asumir? Las crisis convocan a cambios y así, luego de la década del 30 del siglo pasado, el capitalismo mutó en el cambio del hegemón y ante la presencia de la propuesta socialista promovió reformas para contener el conflicto social y la disputa del poder. Esa lógica de “reformas” devino en la crisis de rentabilidad de los 60/70 del siglo pasado y la respuesta “neoliberal” por medio siglo hasta la crisis en curso, por lo que el capital reanuda en esta coyuntura, su proyecto de máxima con la bandera de las ultraderechas. Son en definitiva parte de la ofensiva del capital en contra del trabajo, de la naturaleza y de la sociedad. El problema es el “capitalismo” y su crisis, que encuentra variadas propuestas de superación, mayoritariamente en el marco del mantenimiento de las relaciones de producción capitalistas. Carlos Marx inspiró la lógica crítica a ese orden económico, social y cultural; y la dinámica de revoluciones desde entonces, sea la “comuna de Paris”, octubre del 17, la revolución en China, Vietnam, Nicaragua o Irán, con sus especificadas, no son más que experiencias por transitar procesos de construcción de un nuevo orden social. La ruptura del orden bipolar hacia fines del siglo XX habilitó la renovada ofensiva del capital, que hoy se manifiesta en los intentos vanguardistas de las ultraderechas para liquidar derechos históricos “democráticos” conquistados en la lucha popular bajo la consigna del anticapitalismo y el socialismo. Ese impulso trae al presente la experiencia de hace un siglo del fascismo, que ahora, bajo formas específicas intenta modelar a la sociedad contemporánea. Variadas son las resistencias que confrontan esas iniciativas y protagonizan nuevas búsquedas de rumbos por el anticapitalismo y el socialismo. Así, el cruce discursivo en la ONU, entre Milei y Petro se inscribe en un debate que protagonizan las clases dominantes, por un lado, para encontrar rumbos a la producción y realización de la plusvalía, y por otro lado, los pueblos para darle carnadura a la crítica del capitalismo y a la revolución. Buenos Aires, 26 de septiembre de 2024