Entrevista al economista político Julio Gambina, director del Fisyp La lucha de AGR debe ser de todo el movimiento obrero por la defensa de los derechos conquistados Mario Hernandez



Entrevista al economista político Julio Gambina, director del Fisyp
La lucha de AGR debe ser de todo el movimiento obrero por la defensa de los derechos conquistados
Mario Hernandez

M.H.: Escuchábamos el audio grabado en la puerta de Artes Gráficas Rioplatense (AGR), en la conferencia de prensa del miércoles pasado, que hoy (19/1) dio lugar a un paro nacional gráfico y a una importante movilización que partió desde el Obelisco hacia el Ministerio de Trabajo. Los trabajadores denunciaban que el verdadero objetivo era modificar el Convenio Colectivo de Trabajo y que ante su negativa el Grupo Clarín tomó la medida de lock out ofensivo. Al no poder lograr un acuerdo flexibilizador de las condiciones laborales como en Vaca Muerta con Guillermo Pereyra, se llega a esta instancia en complicidad con el Ministerio de Seguridad y el de Trabajo. Hay un hecho muy grave denunciado ayer por los trabajadores, que mientras estaban reunidos en el Ministerio de Trabajo se desencadenó una violenta represión hacía quienes acompañaban a los trabajadores desde afuera de la planta, fundamentalmente familiares, mujeres, niños y compañeros de los trabajadores que están fuera de la planta, con la intención de desalojarlos. Esto en un contexto en el que la Directora Nacional de Relaciones Laborales les comunica que ella no puede hacer nada porque es un problema que se resuelve más arriba y no dicta la conciliación obligatoria que pedían el sindicato y los trabajadores.

J.G.: La reflexión es clara. En Vaca Muerta sucede algo parecido en cuanto a los métodos. La negociación entre las petroleras, el sindicato petrolero, la Nación y las provincias petroleras del sur, viene de lejos y de alguna manera aparece como un chantaje. Ahora el chantaje en AGR es mucho más fuerte, más violento, más directo, ocurre en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que en la Patagonia apareció escamoteado, pero el chantaje es que de alguna manera el sindicato tenía que aprobar esas concesiones que cedieron en cuanto a las formas de contratación, en los niveles salariales, algo así como resignar salario a cambio de mantener el empleo. Ese chantaje va a ocurrir en todas las ramas de la economía, lo logrado en Vaca Muerta y como de alguna manera se ha logrado en algunos sectores con el SMATA (mecánicos) y se va a avanzar con todas las ramas de la actividad económica. Venimos de un año de recesión muy importante donde según las estadísticas oficiales se han perdido más de 120.000 puestos de trabajo entre el 4º trimestre de 2015 y finales de 2016. Es un año de pérdida de trabajo y sabemos que esa es una forma de disciplinar a los trabajadorxs, la amenaza de perder el empleo, el ingreso mensual, en el caso de los petroleros patagónicos estamos hablando de salarios altos, no necesariamente eso ocurre con los gráficos acá en Buenos Aires, pero la práctica del chantaje es lo que acontece. Además, el Grupo Clarín acaba de recibir cuantiosos volúmenes por publicidad estatal y es el principal receptor de publicidad del Estado. Así como Clarín tuvo su momento de luna de miel con el gobierno kirchnerista al principio del gobierno de Néstor Kirchner, también ahora tiene una luna de miel con el gobierno de Macri y, por lo tanto, se anima a avanzar en este camino, que es el que quieren y buscan las patronales pero que también el Estado. Hay cuatro ministros del gabinete nacional que están participando en Suiza en Davos y el principal objetivo es ofrecer la Argentina para atraer inversiones externas y los inversores externos lo que preguntan es qué pasa con el movimiento sindical argentino, porque hay una historia y una tradición de lucha y se está expresando ahora en Buenos Aires con la movilización de hoy, porque este es un ataque directo al movimiento de los trabajadores. Venimos de la represión a los manteros en la Ciudad de Buenos Aires y al pueblo indígena mapuche en el Sur, pero la tradición obrera en la Argentina es de mucho peso y si algo tienen que disciplinar es en eso. Parte de esto es todo el trabajo que hizo el gobierno argentino el año pasado por separar la lucha de las centrales sindicales, habíamos hecho una víspera del 1º de Mayo con todas las centrales sindicales en una jornada de protesta, una movilización masiva en todo el país y a partir de eso la estrategia del gobierno fue dividir, acercar a la CGT al diálogo, intentar mecanismos de conciliación, de alguna manera transferir recursos como un mecanismo de compra de voluntades y evitar el paro general que es lo que está dando vueltas, ahora aparece como paro gráfico, pero lo que se está buscando son condiciones sociales de una protesta más general.
Digamos que hay un objetivo económico entre las empresas y el gobierno para bajar el costo salarial y tratar de eliminar derechos largamente y dificultosamente conquistados por el movimiento obrero en su historia, pero me animo a decir que más que lo económico lo que importa es lo político, disciplinar al movimiento social, al movimiento popular, al movimiento sindical y eliminar la conflictividad en la Argentina. Esto es lo que se vio en las últimas semanas del año pasado, cuando hubo acuerdos con algunos movimientos sociales que a cambio de algunas compensaciones y concesiones de tipo económico aseguraban al gobierno la inexistencia de conflicto social por todo el período. Es poco creíble que esto vaya a durar todo el tiempo del gobierno Macri, pero toda concesión que arranque le permite consolidarse como proyecto político sobre todo en este 2017 que hay una disputa electoral, y si algo quiere mostrar el gobierno es que por un lado ante los límites de la recesión económica, de la inflación, de las dificultades y cierto descontento que hay por la economía, lo que intenta es alivianar la situación del conflicto social para disputar consenso y en todo caso pasar el primer período de gestión Macri e intentar largarse a un segundo período.
Tengamos en cuenta que estamos hablando del primer gobierno no peronista o no radical desde que hay gobiernos constitucionales en Argentina y, por lo tanto, está la aspiración de iniciar un nuevo ciclo político en la Argentina, con otros procesos de alternancia, donde la crisis de los partidos políticos es evidente, todo dicho en un marco de nuevas condiciones del sistema mundial. Mañana asume Trump en EE. UU. y hay mucha incertidumbre a nivel mundial por lo que va a significar en el vínculo con América Latina y en las disputas de la geopolítica mundial.


La economía es mundial, pero la política sigue siendo nacional


M.H.: Mencionó como al pasar, vinculado a la presencia argentina, la reunión de Davos. ¿Cuál es su reflexión acerca de ese encuentro de la gran burguesía internacional? Allí aparece una suerte de contradicción, vemos a un Primer Ministro chino defendiendo la globalización y a un Presidente norteamericano que asumirá mañana en una posición aparentemente diferente.

J.G.: Ni tanto ni tan poco. Es correcto el enfoque del interrogante, los medios lo han expresado así también. China viene en un proceso de cambio económico muy profundo, de reinserción en la economía mundial desde hace 40 años aproximadamente, con las modernizaciones hechas de la mano de la apertura de la economía china a las inversiones extranjeras, China no podría haber crecido como lo hizo sin las inversiones de EE. UU., de Europa, Japón y Taiwán.
China en 2001 se incorporó a la Organización Mundial de Comercio (OMC), que le había dado hasta el 2016 para ser reconocida por el sistema mundial como un país para ser aceptado en condiciones de libre comercio. No ha recibido el reconocimiento de sus pares del sistema mundial y en la OMC están pidiendo postergación del plazo que venció en diciembre de 2016, por lo tanto, China busca su interés nacional para ser recibido y ser parte más que de la globalización de la liberalización económica.
Ahora, desde la crisis de 2008, la orientación de la política económica china cambia de un crecimiento vía exportaciones e inserción en el comercio mundial a ser un país inversor en el resto del sistema mundial, mientras EE. UU. entra en esta etapa abandonando el liberalismo a ultranza y planteando una protección de su economía nacional, con lo cual China siente que EE. UU. puede dejarle abierta la puerta para ganar mercados, por ejemplo, el caso de América Latina donde en los últimos años China ha ganado mucho en inversiones. En Argentina la presencia de los capitales chinos ha sido creciente en los últimos años, como lo ha hecho en la mayoría de los países de América Latina. China es socio comercial, inversor económico, prestamista de última instancia a varios países de América Latina. Con lo cual China está planteando la lógica de la liberalización en el sentido de la penetración de sus capitales excedentes en el resto del mundo y favorecer al mismo tiempo el aliento del consumo interno de una masa muy grande de población china con capacidad de consumir lo que ya no coloca en el mercado mundial por la crisis, colocarlo en el mercado chino.
La realidad es que rota la polaridad socialismo-capitalismo con la caída de la URSS, lo que aparece ahora es una disputa del sistema mundial y Donald Trump toma la misma consigna de Reagan “volver a hacer grande a EE. UU.”, es tratar de lanzar una nueva ofensiva para la hegemonía estadounidense en el sistema mundial, pero en el camino entre Reagan y Trump ha crecido mucho el peso económico de China y, por lo tanto, la confrontación que en aquél momento aparecía entre la URSS y EE. UU. ahora Trump la pone como una confrontación con China.
El tema es grave y delicado para nosotros, y me refiero a toda la población del mundo porque suenan tambores de guerra, esta semana China ha contestado que si Trump quiere ir a la guerra China va a contestar con guerra. China se ha convertido en los últimos años no solo en potencia económica sino en la segunda potencia militar del mundo. Esta apuesta que plantea EE. UU. con Trump de ir contra los Tratados de Libre Comercio, de generar condiciones para que los capitales reviertan sobre EE. UU., le abre las puertas a China para negociar relaciones económicas con América Latina, con Europa, con Asia y, por lo tanto, seguir expandiendo su influencia.
Muchos imaginan que EE. UU. va a poder romper la alianza China-Rusia, algo que me parece totalmente imposible porque tanto China, Rusia como EE. UU., cada uno defiende sus intereses nacionales, esto es una contradicción que siempre marco, porque la economía es mundial, pero la política sigue siendo nacional, complementada con la política exterior de cada uno de los países para mejorar su posición en las relaciones internacionales, entonces Rusia va a seguir mandándose flores con el gobierno de Trump en tanto y en cuanto favorezca a sus intereses y su desarrollo nacional en la proyección que tiene desde el punto de vista geopolítico y geoestratégico. Y China viene desarrollando poderío económico y militar que con este posicionamiento de EE. UU. va a agudizar la disputa por la hegemonía del sistema mundial.
Hay muchas incógnitas en ese plano y para nosotros habrá que ver que el gobierno Macri, que en principio apoyó a la contrincante de Trump, Hillary Clinton, rápidamente dio una vuelta de campana y planteó el saludo, el vínculo de relaciones e incluso están los vínculos del nuevo Ministro de Economía vía empresas de construcción con la gran empresa constructora que representa Trump. Así que Argentina va a ser totalmente funcional a EE. UU., así como antes lo fue a la política claramente liberalizadora de la economía mundial, ahora lo será en esta transición entre la liberalización y el proteccionismo que no es otra cosa que agudizar el proteccionismo que ya existía y potenciar la liberalización que ya existe y Argentina solo puede funcionar si vienen capitales de afuera, esto es lo dramático de la tendencia argentina.
Por esto decimos que no alcanza con discutir cómo se gestiona el capitalismo argentino sino que realmente hay que pensar en mecanismos de confrontación que superen al orden capitalista, porque el capitalismo hoy lo que quiere es bajar los salarios, el cambio de los Convenios colectivos, sacar derechos que los trabajadores conquistaron en los ´70 en el momento de máxima acumulación de los trabajadores.
Macri dice que en el capitalismo contemporáneo, aquellos derechos conquistados en los ´70 ya no tienen sentido, por eso la lucha de AGR hay que verla en ese plano y debe ser una lucha de todo el movimiento obrero, de lxs trabajadores, los movimientos sociales, porque con los petroleros y con otros ejemplos y con esto que ocurre en AGR es la perspectiva para todo el movimiento social, es parte del ajuste y la reestructuración regresiva que plantea el gobierno Macri, en este primer año de gobierno, en la disputa por completar el primer año de gobierno, y ya empieza a animarse para un segundo período. Por eso los cambios en el gabinete que se hacen son para seguir mejorando la disciplina del equipo económico político para cumplir con objetivos estratégicos de relanzar un nuevo ciclo político económico en Argentina.


El informe Oxfam describe el fenómeno, pero no plantea una crítica de cuáles son las causas que explican la desigualdad


M.H.: Otro aspecto de la reunión de Davos, es la denuncia de la asociación humanitaria Oxfam que dice que 8 grandes empresarios internacionales poseen la riqueza de 3.600 millones de personas. Oxfam solicita en su informe un aumento en los títulos impositivos contra los particulares ricos y las corporaciones así como un acuerdo mundial para que los países dejen de competir para decretar impuestos bajos para las empresas. Una suerte de solución Piketty. Este tipo de soluciones ¿podrían llevar a una mayor equidad al mundo?

J.G.: Yo quiero ser muy claro en este tema, el informe Oxfam sirve para describir la desigualdad creciente en el mundo, lo hemos conversado y escrito a propósito del libro de Piketty en su momento (El debate Piketty sobre El Capital en el siglo XXI, Editorial Metrópolis, Buenos Aires, 2014), donde analiza el crecimiento en la desigualdad del ingreso y, sobre todo, en la riqueza desde 1850 hasta el presente. El libro de Piketty, El Capital del Siglo XXI, así como el informe Oxfam, nos muestran cómo se concentra año a año la riqueza. Hace algunos años Oxfam decía que 370 fortunas individuales tenían la misma riqueza que la mitad de la población mundial, el año pasado dijo 62 fortunas individuales y este año en el informe dice 8 y agrega “corrigiendo los datos del año pasado, incorporando los datos de China y de India, el año pasado debimos haber dicho que 9 fortunas individuales tenían la riqueza de 3.600 millones de personas”.
Creo que tanto el libro de Piketty como el informe Oxfam describen el fenómeno, pero ninguno de los dos plantea una crítica de cuáles son las causas que explican esta desigualdad que es el orden capitalista. Por lo tanto, las soluciones que plantean es algo así como planteaban los socialistas utópicos, pedirle a los ricos que humanicen el capital, que socialicen la riqueza. James Tobin en los ´70 ya planteó el impuesto Tobin que era un impuesto a las transacciones monetarias para que con los recursos que se obtengan entorpecer la lógica especulativa que había comenzado a inicios de los ´70. Ya estamos en el 2017 y la lógica especulativa creció de manera espectacular, no se aplicó la tasa Tobin que es mínima, es una medida reformista elemental y no se puede aplicar porque va contra la lógica del capital. El capital quiere ganar, esa ganancia la quiere aplicar de nuevo a la producción para obtener más ganancia y acumular y esa acumulación la quiere para la dominación. Es lo que estamos viendo ahora, incluso en la política tanto de América Latina como del mundo, Donald Trump es un empresario que está poniendo de Secretario de Estado a uno de los principales funcionarios de la Exxon Móvil, que desarrolló el fracking en EE. UU. y hoy es un tema clave para pensar la economía argentina, tanto en el gobierno anterior como en el actual.
Entonces, lo que tenemos son empresarios que se ponen a manejar el orden capitalista para regular, legislar y orientar la política de Estado en favor de los intereses de la ganancia, eso fue Piñera en Chile en su momento, que hoy vuelve a ser candidato para las próximas elecciones, en Argentina es Macri y los Ceos en el gabinete, en Uruguay ha aparecido un gran empresario como expectativa para romper con el tradicional bipartidismo e inclusive superar al Frente Amplio. El mundo empresario busca acumular, ganar y dominar el Estado capitalista que es la palanca principal para hacer viable el problema de rentabilidad que tienen los capitales en la época de la crisis capitalista. Oxfam permite denunciar el fenómeno pero no habla de la esencia, no ubica el problema  en el capitalismo y, por lo tanto, no plantea un horizonte anticapitalista y este es el problema ideológico central que tenemos para constituir una izquierda en el sistema mundial, porque el descontento que genera la globalización capitalista, hasta ahora viene saltando por derecha, el Brexit en Gran Bretaña, Trump en EE. UU., Macri en Argentina. Y el problema sigue estando en la incapacidad de articulación de las luchas populares, de la lucha de los trabajadores con un horizonte de transformación económica profunda que no imagine que los ricos van a darse cuenta que la solución está en distribuir la riqueza que ellos acumulan mediante una lógica de naturalización del proceso de reproducción del capital.


La principal aspiración es juntar fuerzas para frenar la ofensiva del capital en Argentina, en América Latina y en el mundo


M.H.: Hablaste de cómo la salida de Prat Gay y Melconián, entre otros, apuntan a homogeneizar el equipo económico, pero también escribiste en tu último artículo “Flexibilización laboral y endeudamiento público” que el año 2017 comienza con claras señales sobre la orientación de la política económica en la Argentina. ¿Cuáles son esas claras señales a las que hacés referencia?

J.G.: Una tiene que ver con esto que empezamos hablando que son los acuerdos por Vaca Muerta. Esto es estratégico, el gobierno está pensando que antes que se abran los debates en ordinarias, sacar por decreto los cambios en el régimen de ART que ya tienen media sanción en el Parlamento y antes de esperar que se resuelva por ley, negociarlo por decreto. Quieren negociar a la baja los salarios, modificar los convenios colectivos, disciplinar a los movimientos sociales, ese es un rumbo estratégico, un rumbo principal y eso es lo que está motivando el conflicto del día a propósito del de Clarín y AGR.
El otro tema es que mientras el gobierno no consigue los dólares o divisas por negociaciones externas, lo va resolviendo con deuda y se apuraron a tomar deuda antes de que asumiera Trump porque desde que fue elegido empezó a subir la tasa de interés en EE. UU. y la Reserva Federal ha señalado que para este 2017, va a aumentar la tasa de interés en 3 ocasiones y la política que anticipa Donald Trump es de crecimiento de las tasas de interés y esa es una incógnita, cuánto subirán las tasas de interés y, por lo tanto, el gran costo financiero para los países endeudados.
Argentina el año pasado entre las provincias y la Nación ha tomado un poco más de 35.000 millones de dólares de deuda pública externa y la semana pasada tomaron un préstamo de 6.000 millones de dólares otorgados por 6 bancos transnacionales que son los mismos que hoy, un día antes de la asunción de Trump, difunden que salen a colocar en el mercado mundial 7.000 millones de dólares y unos 5.000 millones de pesos en el mercado local, con lo cual es un anticipo de las necesidades financieras para todo este año.
Ese dinero viene para lubricar la macroeconomía argentina que está afectada por una recesión profunda. Los datos del Indec hablan de una caída superior al 5% respecto al año pasado del producto bruto industrial, marco la industria porque fue lo que significó la recuperación del empleo luego de la crisis del 2000/2001 y, por lo tanto, ahí se siente más fuerte el impacto y los más de 120.000 puestos de trabajo perdidos en el sector privado, a eso hay que sumarle todo lo que se despidió en el Estado y tenés una cifra que ronda los 200.000 puestos de trabajo perdidos en el 2016. Por eso es que las señales de este año son en ese plano.
Comenzó el año con una liberalización del ingreso y salida de capitales, cualquiera puede traer dinero del exterior, colocarlo sin plazo en el mercado financiero local, algo así como entrarlos un día y sacarlos al siguiente haciendo ganancias especulativas sin ninguna contribución al desarrollo productivo. Se han eliminado las restricciones a la compra-venta de dólares, que a los grandes operadores que manejan el sistema de cambio especulativo en Argentina les interesa para poder comprar y vender toda la divisa que quieran en el momento que quieran sin restricciones. Las divisas entran y salen en Argentina en función de la capacidad de producir riqueza y ésta es producida socialmente tanto en Argentina como en todo el mundo, pero la apropiación dineraria de esa riqueza social es de particulares y, por lo tanto, lo que el gobierno Macri está mostrando es una capacidad liberalizadora muy grande y una subordinación a la lógica del capital mundial que se vio muy claramente en la defensa de sus amigos, del empresario Lewis con Lago Escondido, defendiendo esa inversión espuria y en el caso del funcionario denunciado (Arribas) por el caso Odebrecht que dicho sea de paso, se acaba de caer el avión en Río de Janeiro donde iba el titular de la Corte Suprema que tenía que presentar la semana próxima el informe del Lavajato que involucra principalmente a Odebrecht, caso que salpica a varios funcionarios en la región.

M.H.: Pasan cosas raras, mencionabas a Arribas y me preguntaba qué tendrá que ver un comprador y vendedor de jugadores de fútbol con los servicios de inteligencia y con Odebrecht que es una empresa constructora. Se producen estas combinaciones extrañas a la luz de estos gobiernos neoliberales.

J.G.: Más que con calificar a los gobiernos, tiene que ver con el capitalismo, primero que Trump no es solo construcción, tampoco lo es Odebrecht, hoy hay un entrelazamiento de los capitales que son verdaderos grupos económicos que actúan transnacionalmente con capacidad de intervenir globalmente. Yo me animo a decir que es una simplificación decir que Trump está en la construcción, o que Odebrecht está solo en esto, o que el mismo Macri puede tener una empresa que sea vanguardia en su grupo económico, pero normalmente están en varios sectores. El grupo Macri supo estar en el sector automotriz pero también en la privatización del correo que se re-estatizó por los incumplimientos de pago en la gestión del grupo Macri. Hay que ver cómo el capital se mueve por distintos lugares y si ha desarrollado algo que es el mecanismo de la especulación, ya no se puede pensar en el capitalismo solo como una cuestión productiva de bienes materiales sino que crecientemente es el capitalismo delictivo, la trata de personas, la venta de drogas, de armas, y por eso cuando se piensa en estas derivaciones militaristas y de confrontación bélica a escala mundial, ahora EEUU-China, son las consecuencias de las características y formas de desarrollo del capitalismo contemporáneo.
Lamentablemente las luchas en Argentina ante todo esto son muy fragmentadas y hay que seguir trabajando mucho, ayudando a que el movimiento obrero y popular no siga alimentando luchas parciales y desarticuladas, sino ir a la confluencia, terminar con la fragmentaciones, el sectarismo y generar unidad de acción para generar éxito en el debate ideológico en la sociedad y lograr que la represión que hay desatada en Argentina no pase desapercibida. Más allá de cómo responde el activismo social más convencido, realmente en términos de electorado y consenso electoral de la sociedad todavía se orienta a que el macrismo tenga éxito en las elecciones de este año y consolide un proyecto que nos va a costar mucho revertir. La principal aspiración es juntar fuerzas para frenar la ofensiva del capital en Argentina, en América Latina y en el mundo.

M.H.: Sí. Y un tema no menor es el cerco informativo, lo hemos vivido en el tema de El Bolsón, en el de la represión a la comunidad mapuche en la provincia de Chubut y en el tema de AGR. Aunque en los tres casos se ha logrado romper el cerco informativo, ha sido con muchas dificultades.

J.G.: Para mí lamentablemente en un ámbito muy estrecho del activismo social y de los sectores más politizados, pero con el sector mayoritario de la sociedad, que es el que ha permitido el triunfo de Macri, todavía hay mucho ámbito para debatir y discutir, por eso insisto en que hacen falta argumentos sólidos sobre lo que acontece y lo que debería acontecer.

Davos atiende la agenda de la riqueza con preocupación por la desigualdad

Desde 1971 que se reúne el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, como ámbito de encuentro del poder económico y político mundial para discutir los problemas y el rumbo de la economía mundial.[1]
No es casual que sea desde entonces un tiempo coincidente con la brutal ofensiva del capital para modificar la orientación del sistema mundial que tenía para entonces a las/os trabajadoras/es y los pueblos en la ofensiva recortando las ganancias empresarias.
A comienzos de los 70 se procesa la mayor acumulación de poder popular de las/os trabajadoras/es en el mundo; no solo medido en salarios o ingresos populares, sino en la disputa de la renta y en la construcción de un imaginario civilizatorio no capitalista. Es el momento de la bipolaridad y el auge de la solidaridad mundial con Vietnam; la expectativa del triunfo de Salvador Allende y su Unidad Popular en Chile, entre los más destacados episodios de la ofensiva popular de entonces.
La destrucción de esa acumulación es lo que se comenzó a pergeñar en la nevada Davos a comienzos de los 70´, convergente con la Comisión Trilateral y otras iniciativas similares. De allí surge una recurrencia de cónclaves anuales para identificar los rumbos de acción. Ahora se proponen como el ámbito de la cooperación público-privada, el nombre que se asigna a la privatización en los tiempos que corren.
El capital ya no le teme al Estado construido entre 1930 y 1980, habiendo ganado la batalla ideológica sustentada desde el neoliberalismo y el Consenso de Washington contra el gasto estatal y a favor de la iniciativa privada.
De aquel proceso deslegitimador se avanza a una nueva legitimación del Estado capitalista al servicio del régimen del capital. Se fue de la crítica al papel del Estado a la absorción de una nueva reformulación del papel del Estado para sostener al capitalismo.
Hace algunos años, OXFAM presenta en el FEM su informe sobre desigualdad.[2] La versión 2017 señala que “Tan sólo 8 personas (8 hombres en realidad) poseen ya la misma riqueza que 3.600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad. La súper concentración de riqueza sigue imparable.”
Es curioso que en ese ámbito del poder mundial se expliciten estos datos del oprobio construido en la sociedad capitalista, cuyo eje es la ganancia, la acumulación y la dominación; y no la satisfacción de las más amplias necesidades sociales como aspira a conmover el Informe OXFAM.
Un límite serio del importante estudio de OXFAM es que no supera la descripción del fenómeno de la pobreza, la desigualdad y la concentración de riqueza. Aun cuando califica al capitalismo como “cortoplacista: el dividendo manda”, o “clientelar al servicio de las élites”, el problema de fondo es el “capitalismo” en sí mismo, su lógica por la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes.
Aun cuando se informan sobre la pobreza, la verdadera discusión del FEM es la riqueza, ahora en 2017 bajo el lema “Liderazgo responsable y receptivo”, precisamente cuando la realidad exacerba la desigualdad y la explotación condenando a la humanidad y al propio planeta Tierra.
Gobierno Macri en Davos
Hacia el FEM marcharon 4 ministros argentinos: Hacienda, Producción, Educación, Relaciones Exteriores, y el titular del BCRA; para ofrecer “oportunidades de negocios” a los inversores externos.
Estos, los inversores potenciales, demandan “control social y sindical” para asegurarse el retorno de sus inversiones.
Por eso, la principal preocupación del gobierno pasa por disciplinar al movimiento obrero y cooptar a una parte de la dirigencia sindical al objetivo estratégico de disminuir el costo salarial y laboral.
Es política y economía. Sin control político del conflicto no pueden avanzar en cambios institucionales, laborales, para incidir en la ecuación de rentabilidad de la inversión.
Por ahí viene el sendero de los acuerdos laborales y de productividad en Vaca Muerta y el chantaje de la patronal en Artes Gráficas Rioplatenses S.A., AGR, y en variados otros casos, como próximamente en la carne.
La argumentación pasa siempre por transferir el costo de oportunidad de la inversión y el crecimiento económico a las/os trabajadoras/es.
Resulta de interés el tipo de respuesta que genere el movimiento social, fragmentado en varias centrales sindicales y con debate entre sí y en el interior de ellas sobre los modos y las formas de la confrontación con el poder.
La ofensiva gubernamental pretende inaugurar un nuevo tiempo político y económico en el país, en sintonía con nuevos procesos en la región y el mundo a partir de la deslegitimación de los partidos políticos tradicionales.
Es la primera vez que bajo imperio constitucional no hay un radical o un peronista en el gobierno. Es algo que puede consolidarse en las elecciones de medio turno en octubre próximo y disputar un nuevo periodo en 1919.
Por eso es tan importante la pulseada que se juega en la unidad de acción del conflicto social, amenazado por concepciones aislacionistas que privilegian las diferencias sectoriales de la confrontación o la adhesión a tal o cual parcialidad de la respuesta política, mediado por las opciones electorales.
En simultáneo al cónclave del poder en Davos, la Argentina tomó nueva deuda pública por 7.000 millones de dólares, exponiendo en la vidriera suiza las posibilidades de fáciles ganancias que se logran en el país.
La tasa pagada por la colocación de esos títulos (6,3% promedio) es menor que la que se venía asumiendo, pero sigue estando por encima de lo que paga Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia o Chile, por solo mencionar países vecinos.
En Suiza, los funcionarios de Macri señalan que este año Argentina superará la recesión del 2016, aun cuando no existen datos oficiales al respecto y solo se confirman las pérdidas de puestos de trabajo en el sector privado y estatal, o se verifica una inflación superior al ajuste de ingresos de trabajadores regulares, en situación irregular, o pasivos.
La caída industrial del año 2016 supera el 5%, la recesión económica está por encima del 3%; la inflación superior al 40% y una proyección cercana al 25% para el 2017 impiden bajar las tasas de interés que paga el BCRA por las LEBAC (24,75%) exacerbando la especulación financiera.
Más allá de los discursos fronteras afuera, en el terreno local se avanza con disposiciones ejecutivas, sea avanzando sobre las reformas al régimen de ART más allá del debate pendiente en el Parlamento, o sustituyendo funcionarios para “homogeneizar” la política oficial de cara al proceso electoral.
Hay afinidad entre el gobierno Macri y el sentido esencial que se expresa en el FEM en Davos. En ambos discursos se habla de la pobreza y se consolida un rumbo por la riqueza y la mayor concentración económica y del poder.
Adecuarse al nuevo tiempo
El libreto del gobierno es clarísimo y apunta al crecimiento económico del capitalismo local, lo que requiere de capitales externos, vía inversión directa o préstamos, al costo más bajo posible, aun cuando sea mayor al que soportan otros países en la región.
Por las dudas señalamos que crecimiento no significa necesariamente resolver los problemas de la pobreza o la desigualdad, si los de la concentración de la riqueza.
El propósito gubernamental se procesa en el marco de un nuevo ciclo de gobierno en EEUU, con un Donald Trump “nacionalista” que ofreció en su discurso inaugural continuar privilegiando el interés de su país antes que el de cualquier otro.
¿Cuál será la novedad en la formulación? Desde Washington siempre se privilegia el interés nacional por sobre cualquier otro interés, nacional, social, o humanitario.
No hay novedad y sí, se consolida un enfoque restringido de beneficiarios futuros de la política en la mayor potencia del sistema mundial.
Pese a todo existen expectativas del bloque en el poder en Argentina en la nueva etapa, y por eso se anuncian conversaciones por inversiones en áreas estratégicas, por ejemplo en energía.
Hay que destacar que el nuevo Secretario de Estado en la era Trump es Rex Tillerson, un EXXON Mobil (ex Standar Oil) y principal motor de la fractura hidráulica (fracking) para explotar yacimientos de hidrocarburos no convencionales, los que definen al yacimiento Vaca Muerta y sus reservas de gas y petróleo.
En el gabinete de Trump existen varios hombres de negocios, del petróleo y la banca, con quienes podrán entenderse los gobernantes locales con historia y trayecto en el mundo de las empresas.
La imagen no solo fue la asunción de Trump como gobernante, sino también las protestas, anticipando las dificultades de la estabilización de una política asumida desde un lenguaje racista y de discriminación, sustentando por uno de los grandes beneficiarios del capitalismo global.
En EEUU como en nuestro país o cualquier territorio no solo existe la voluntad de los gobernantes, sino que los pueblos también tienen voz y pueden ser parte de la articulación de proyectos sociales, económicos y políticos que definan procesos civilizatorios de carácter alternativo.
Buenos Aires, 20 de enero de 2017




[1] El Foro empezó como Foro Europeo de Gestión y en 1987 asumió su nombre actual como FEM. Dicen: “En 2015, el Foro fue reconocido formalmente como una organización internacional. Es ahora en la siguiente fase de su viaje como la plataforma mundial para la cooperación pública-privada”.  .https://www.weforum.org/about/history
[2] OXFAM. Una economía para el 99%. Es hora de construir una economía más humana y justa al servicio de las personas, en:  https://www.oxfam.org/es/informes/una-economia-para-el-99

Flexibilización salarial y endeudamiento público

Comienza el 2017 con claras señales sobre la orientación de la política económica en la Argentina.
Por un lado la necesidad de atraer inversiones en el sector energético, para resolver problemas de abastecimiento y si fuera posible, generar excedente para la exportación. El argumento esgrimido es el crecimiento económico y la perspectiva de generación de nuevos empleos, dicho en el marco de un ciclo de crecientes despidos y suspensiones. La realidad marcha a contramano del discurso oficial.
Por otro lado, se anticipa la captura de fondos en el mercado financiero mundial y local para cubrir necesidades de endeudamiento público que hagan sostenibles el programa económico y político en año electoral. Desnuda las necesidades de financiar al capitalismo local con fondos externos, que al no ingresar vía inversiones productivas se reitera el mecanismo del endeudamiento público.
Inversiones energéticas
La situación energética en la Argentina motoriza uno de los principales objetivos del gobierno, que apunta a atraer inversores externos para explotar hidrocarburos no convencionales y avanzar en la diversificación de la matriz energética, eólica y nuclear, entre otras.
Para ello necesita ofrecer ventajas a las transnacionales de la energía con potencialidad de inversión en el país. El interés compartido entre Empresas y Estado apunta al acceso a los bienes comunes a costa del saqueo y la depredación; y a la flexibilización salarial y laboral para achicar el costo de producción y evitar el conflicto social propiciado por los trabajadores de la energía en defensa de sus derechos.
El tema fue claro en el cambio del año con el conflicto de Nucleoeléctrica y el sindicato de la Energía de Zárate. Los trabajadores de Luz y Fuerza de Zárate ingresaron en conflicto el 30/12/16 con la central nuclear de Atucha de la empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA). En solicitada pública denuncian los trabajadores el desconocimiento de una trayectoria histórica de la organización sindical por 29 años y señalan que “hubo “cambios” de “camiseta” pero no de política. Muy por el contrario, la política de exclusión, discriminación y otras yerbas, se agudizó con esta nueva gestión de gobierno y empresaria”.[1]
Los nuevos funcionarios son los mismos de arrastre del gobierno anterior, que sienten el apoyo a la gestión desde la impunidad de la orientación pro-mercado, explícita en el gobierno Macri.
Por su parte, la continuidad y profundización de la política energética se manifiesta en las renovadas expectativas que genera el yacimiento Vaca Muerta, segundo reservorio mundial de shale gas y el cuarto en shale oil, afectado por la baja del precio internacional y por ende, necesitado de políticas de flexibilización laboral y reducción del costo de producción. Es un proceso que viene negociándose durante los últimos meses entre la Nación, las Provincias petroleras, las empresas transnacionales y los sindicatos.
El sueño de Vaca Muerta, como gran reservorio de hidrocarburos no convencionales y el fracking como método de extracción necesitan de la reducción de costos laborales para acercar la ecuación rentable para las empresas transnacionales presentes en los yacimientos y especialmente a quienes se quieren atraer al mismo. Es el camino del acuerdo Chevron e YPF durante la gestión anterior.
Con el acuerdo arribado en la Patagonia, el gobierno logra una plataforma de reconversión regresiva de los convenios colectivos, que resulta muy favorable para los empresarios y sus expectativas de ganancias. Sienta antecedentes para otras ramas de la actividad económica y no solo del petróleo o la energía.
Al respecto, dice José Rigane, Secretario General de la FeTERA (Federación de Trabajadores de la Argentina en la CTA Autónoma) que estos acuerdos  “apuntan a reducir el salario petrolero, la punta de lanza de la reforma es ir por las condiciones laborales y el objetivo es flexibilizar aún más el trabajo y habilitar el camino a la renta extraordinaria de las empresas.” Continúa señalando que “Macri y las principales empresas petroleras como YPF, PAE, Total impulsan una fuerte modificación al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para Vaca Muerta con el objetivo de mejorar la “productividad” empresaria reduciendo “costos laborales” y ejemplifica con la pretensión de eliminar “remuneraciones adicionales”,  “baja de personal en equipos de perforación (reduciendo a la mitad cada equipo, que pasará de 24 a 12 trabajadores aprox.)”, “recorte del salario básico” ; “habilitar la “multifuncionalidad”, entre varios aspectos que manifiestan la intencionalidad de la complicidad del gobierno y las empresas por reducir el  costo laboral.[2]
Recordemos que la estrategia del gobierno Macri apunta a la modificación regresiva de los convenios colectivos de trabajo, a la reducción del costo salarial y en general a contener el conflicto y subordinar a la fuerza de trabajo a las necesidades del capital.
Nueva deuda pública
Dadas las incertidumbres del mercado financiero mundial ante la próxima asunción de Donald Trump y la previsible suba de la tasa de interés, el gobierno salió a tomar deuda pública en el comienzo del año.
La información del Ministro de Finanzas destaca una operación de préstamo con 6 bancos privados transnacionales (Santander, BBVA Francés, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y el J.P. Morgan) a una tasa de 3,8% y por 6.000 millones dólares. Se anuncian también nuevas licitaciones de bonos por 7.000 millones de dólares antes de finalizar enero. Todo para anticipar cobertura de necesidades financieras del año.
Se festeja el acceso del país al mercado mundial de créditos y se escamotea el crecimiento de la hipoteca sobre los recursos fiscales y las reservas internacionales. Argentina encabeza el ranking de tomadores de deuda en el mundo y lo hace sobre la base de la baja relación de la deuda sobre el PBI, que pese al elevado endeudamiento bajo la gestión Macri, se estima alcanzará el 58% para este año.
Durante años hemos sostenido la necesidad de investigar la deuda y mientras tanto suspender los pagos, ya que la hipoteca de la deuda se construyó en ciclos de endeudamiento que se recrean sistemáticamente desde su origen reciente en tiempos de la dictadura genocida (1976-1983) y la década de la convertibilidad (1991-2001); y otros periodos de cancelaciones parciales y renegociaciones (todos los turnos presidenciales renegociaron vencimientos de deuda) que solo sirven para retomar una política de beneficio a los acreedores y condena al país a cancelar deuda contra las necesidades de la población.
El argumento del gobierno Macri para asumir nueva deuda es el bajo nivel de endeudamiento del país, lo que hace posible la nueva inserción en el mercado financiero mundial, máxime luego de arreglar la demanda legal ante la justicia de EEUU. El Juez de Nueva York, Thomas Griesa desestimó acciones contra la Argentina luego de la oferta y cancelaciones a acreedores en conflictos, los fondos buitres, en homenaje a la voluntad de pago de la Argentina.
Con endeudamiento o desendeudamiento, los favorecidos son siempre los acreedores externos y grandes especuladores, resignando cuantiosos recursos para tender necesidades sociales insatisfechas. Pueden leerse expresiones pronunciadas por la ex Presidente CFK (2007-2011 y 2011-2015) en donde se señalaba que “En estos 12 años, hemos pagado entre deuda a tenedores de títulos privados y organismos multilaterales de crédito, 145 mil millones de dólares sin acceder a financiamiento externo, con trabajo y esfuerzo de todos los argentinos.”[3]
Son declaraciones en simultáneo a la retomada de la senda del endeudamiento, siendo emblemáticos en ese sentido el acuerdo con el Club de París y la cancelación de la expropiación parcial de YPF a REPSOL. Argentina retomó la senda del endeudamiento en simultáneo con los problemas de crecimiento de los últimos años, agravado en la coyuntura recesiva bajo la gestión Macri.
Contra la dependencia, alternativa popular
El país no puede funcionar sin el ingreso de divisas y ante la ausencia de inversiones se acude a los préstamos. Ambos mecanismos, las inversiones o el endeudamiento son formas de recreación de la dependencia y subordinación del orden local al capitalismo mundial.
Resulta necesario confrontar la actual ofensiva del poder hegemónico en la Argentina que al profundizar la dependencia, potencia la depredación de los bienes comunes y genera condiciones de mayor precariedad y explotación de la fuerza de trabajo.
La realidad demuestra que la ofensiva se consolida en tanto no se generen condiciones sociales de masividad y conciencia para construir alternativa política más allá de la crítica al gobierno actual, lo que requiere confrontar con el orden capitalista.
Buenos Aires, 13 de enero de 2017



[1] Solicitada del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate en: http://www.fetera.org.ar/index.php/8-gremiales/1595-luz-y-fuerza-zarate-solicitada-no-toleraremos-mentiras-ni-agresiones (consultada el 13/01/2017)
[2] La FeTERA rechaza la flexibilización salarial de Macri, en: http://www.fetera.org.ar/index.php/8-gremiales/1599-la-fetera-rechaza-la-flexibilizacion-laboral-de-macri (consultada el 13/01/2017)
[3] La cancelación del Boden 2015 es un hito más en la política de desendeudamiento argentino. OCTUBRE 6, 2015; en: http://www.cfkargentina.com/hoy-la-argentina-ha-cerrado-el-ultimo-capitulo-del-gran-endeudamiento-argentino-%E2%80%AA%E2%80%8Eboden-2015%E2%80%AC/ (consultado el 13/01/2017)

La economía argentina en año electoral

Empezó el 2017 con renovación gubernamental en el área de la Economía, y entre las primeras medidas aparece la liberalización del ingreso de capitales, que ya no deberán mantenerse inmovilizados por un tiempo. El libre movimiento de los capitales es una demanda de estos tiempos especulativos del capitalismo mundial. Es una medida coherente con el saldo acrecido en reservas internacionales apenas por 8.000 millones de dólares durante el 2016, en comparación con salidas de recursos por pago de deuda, remesas de utilidades al exterior y otros giros que cuadriplican esa cifra de nuevas reservas.
La liberalización al ingreso de capitales tiene como principal propósito el financiamiento de la salida de capitales y la constante recreación del ciclo especulativo, especialmente estimulado con altas tasas de interés ofrecidas por el BCRA. Es curioso el señalamiento, ya que al tiempo que se estima exteriorizar capital fugado por 120.000 millones de dólares hacia fines de marzo próximo, las medidas asumidas ofrecen clara señal de continuidad de la apertura para el ingreso y salida de los capitales.
El ingreso de capital especulativo es en el imaginario gubernamental, el anticipo del desembarco de inversiones productivas, ausentes en un presente recesivo que acumula en el año calendario a noviembre 2016 una caída del PBI industrial cercano al 5%.
Puede señalarse la convergencia de política económica y monetaria entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, una de las motivaciones del cambio de responsable del manejo presupuestario (Dujovne por Prat Gay).
El Nuevo ministro Nicolás Dujovne sintoniza con el enfoque liberalizador del BCRA y se predispone a cumplir con los registros para el ajuste que impone el Presupuesto 2017, y si hay que abrir la importación para contener precios, se avanzará por ese camino, dijo el Ministro, aun cuando tenga costo social y dificultades en empresas locales.
El problema para el gobierno es como mantener el ajuste y ganar las elecciones de medio tiempo previstas para este año. Sus principales figuras no disputan cargos y se reconoce que la economía es un dato clave en el clima social a la hora de votar para disputar el consenso de la sociedad. En ese marco se entienden ciertas continuidades de políticas de arrastre, como el caso de precios cuidados e incluso su ampliación, o el “Ahora 18” extendiendo la financiación en cuotas para sostener el consumo a crédito.
Reformas estructurales
Claro que no hay resignación al plan de fondo y los precios se sostienen en alza con la actualización de combustibles, o la recurrente suba de los tarifas de servicios públicos, por caso el agua.
Según principales voceros del gobierno, entre ellos el titular del INDEC, se destaca que el problema de la distorsión de precios se mantendrá por un largo periodo. Sobre distorsiones, tanto en Hacienda como en Trabajo se predisponen a reducir los aportes patronales y personales con destino a la seguridad social.
El argumento apunta al carácter distorsivo de esas imposiciones que alejarían inversiones. Argumentan que el costo laboral impide el arribo de inversores para la producción, avalando sus dichos con comparaciones internacionales sobre el tema.
Más allá de cualquier comparación, la realidad del capitalismo mundial es el crecimiento de la irregularidad en el empleo, la flexibilización salarial y laboral, como la precariedad derivada de la impunidad empresaria construida por casi medio siglo de ofensiva capitalista.
En el imaginario discursivo del gobierno se supone que la reducción de la carga social sobre el empleo animará a los inversores internacionales. No es lo que ocurrió desde que se disminuyeran las aportaciones patronales y niega la realidad de la ofensiva del capital sobre el trabajo por décadas, no solo en la Argentina.
Claro que lo que se busca es ser atractivo a los inversores, a su rentabilidad y no otra racionalidad por el empleo y menos por la mejora de ingresos populares.
Para hacer atractiva la medida se propone no solo reducir las aportaciones patronales, sino también la de los trabajadores y así dejar la impresión que se mejoran los ingresos de bolsillo de los de abajo.
Se omite el desfinanciamiento de la seguridad social, que alimentará la demanda de reforma previsional sustentada desde el FMI para hacer viable el mantenimiento de la cobertura previsional actual y futura.
Por ello es que la recaudación fiscal cuenta y junto a los ingresos extraordinarios por el blanqueo, se actualizan las imposiciones del monotributo, que afectan a unas tres millones de personas. En muchos casos, son empleos encubiertos que animan la elusión fiscal y previsional de las patronales, las que sostienen trabajadores contratados contra facturación para obviar el pago de las cargas sociales.
Se sostiene la necesidad de luchar contra la irregularidad del empleo y la realidad monotributista indica la importancia de la impunidad empresaria descargada sobe una parte importante de la población trabajadora.
Claro que si no alcanza con la recaudación genuina, siempre queda la posibilidad de acrecentar el endeudamiento público y para eso ascendieron a Ministro a Luis Caputo, ex Secretario de Finanzas.
Consenso en disputa
En la cuestión fiscal se juega una variable esencial para el consenso social y la disputa electoral.
Ante la recesión y la inflación se buscará sustentar la estrategia de atraer inversores a cualquier costo y por eso la libre circulación de capitales.
Se trata de hacer los deberes en un momento de la economía mundial estará más atenta a los estímulos estadounidenses con Trump gobernando desde el próximo 20/1 que a lo que pueda significar la demanda inversora de la Argentina.
Pero también se busca ralentizar la escalada de precios y arrimar un diagnóstico social favorable aun con impacto social regresivo, con responsabilidades endosadas a la situación mundial o al arrastre del gobierno anterior.
Está en disputa el consenso electoral y por eso se apunta a un Ministro “comunicador”, que pugne por el sentido común (reaccionario) y mantenga la cuota de apoyo para gestionar el capitalismo local.
Con el cambio ministerial se apuesta a recrear cierta credibilidad en el primer gobierno argentino que en tiempos constitucionales no proviene ni del peronismo ni del radicalismo.
Es un nuevo ensayo en la representación política de la Argentina y no sirve la reiteración de propuestas que evocan viejas expresiones del sentido social mayoritario, y demanda ensayos populares de nuevo tipo para pensar en alternativas más allá de aquellas que se imaginan para competir por la gestión del capitalismo local.
Desde el gobierno se busca consolidar un nuevo tiempo político bajo renovados paradigmas liberalizadores y liderazgos. En otro sentido, algunos imaginan que solo alcanza con recrear sentidos de consenso reciente, el kirchnerismo, o más antiguos, el peronismo. Son apuestas que se completan con otras, el radicalismo o el pan-radicalismo, que recrean las dificultades de la política para construir nuevos imaginarios sociales de un destino social y nacional que recupere sentido integral a las motivaciones de la población, especialmente los de abajo, respecto del destino del país.
Hay necesidad y posibilidad de construir un nuevo imaginario social para un proyecto colectivo de emancipación social, cuya materialización supera una instancia electoral y se define en la constitución de sujetos colectivos conscientes para la transformación social.

Buenos Aires, 7 de enero de 2017