Macri y su política monetaria ortodoxa generan su propia bomba

El objetivo explícito de Macri y su equipo era bajar la inflación, y para eso, nada mejor que un monetarista ortodoxo al frente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Su lógica, respondiendo a la teoría, era disminuir la cantidad de dinero en circulación. Había que “secar” la plaza, que no hubiera mayor circulación de dinero, con impacto, claro está, en el consumo y en la producción, por eso el “enfriamiento”, pero con el propósito de disminuir la escalada de precios, que anualizada al presente supera el 40%.
Para cumplir con el cometido de sacar dinero de circulación, el BCRA ofreció endeudarse desde diciembre pasado con tasas que llegaron al 38% y estimuló la especulación con el peso, al tiempo que incrementó a niveles muy elevados el endeudamiento del BCRA. Las cabezas financieras dejaron de especular con el dólar, liberado desde diciembre pasado de toda restricción para la compra-venta. El resultado es que ahora la divisa estadounidense perdió atractivo para la inversión con rápida rentabilidad, y en reemplazo, las colocaciones en pesos ganaron atractivo, a costa del fuerte endeudamiento del Banco Central.
Macri y su gente aún hablan de la bomba que dejó el kirchnerismo con las restricciones a la compra y venta de divisas y otros menesteres del gasto público. Ahora, el macrismo genera su propia bomba, con la cotización del dólar a la baja, un nuevo ciclo de endeudamiento público, con mayor gasto en intereses, y con el fantasma de la inflación continua en el presente,
Sube el dólar y suben los precios, pero al bajar la divisa, los precios no lo hacen, y el estímulo especulativo de la política oficial sostiene la recesión y la inflación con un cuadro de recreación de mayorías sociales perjudicadas y muy pocos ganadores.
Baja la cotización del dólar
El asunto es que ingresaron dólares por préstamos (para cancelar deuda pública y arreglar con buitres y otros acreedores) y por liquidación de exportaciones, especialmente soja. Esto último se dio por la eliminación o reducción de retenciones y suba de los precios de exportación. Todas a favor de grandes productores y exportadores agrarios.
Las divisas ingresan por el Banco Central y ya no hay quien demande esos dólares, ya que las colocaciones en peso son más rentables. Si bien ahora el BCRA paga 32,25% por los LEBAC, cuando llegó a pagar 38% anual a 35 días. La tendencia a la baja proviene de presiones del propio gobierno que teme licuar el consenso político por la recesión económica inducida por el costo elevado del dinero. La discusión desde la ortodoxia está tensionada por la rigidez ideológica en el monetarismo o la disputa del consenso electoral hacia las elecciones de medio tiempo en 2017.
Como opción de inversión mejoraron las colocaciones financieras, entre ellos los títulos ofrecidos por el BCRA, también por las letras del Ministerio de Hacienda y los plazos fijos de la banca comercial.
La retracción económica también deprime el precio de la divisa. A la menor reactivación industrial crecerá la demanda de bienes intermedios y presionará la cotización del dólar por importaciones, y con ello el déficit comercial, junto a una demanda de mayores recursos fiscales para atender vencimientos de la deuda pública.
Al mismo tiempo, los exportadores explican que con la inflación acumulada desde diciembre pasado ya se comieron la devaluación del comienzo del gobierno Macri, con lo que no debiéramos sorprendernos con nuevas y renovadas políticas para la devaluación monetaria para seguir favoreciendo a los grandes productores y exportadores.
El problema es que siempre pierden los de abajo, cuando aumenta el precio del dólar, o cuando baja, ya que el movimiento de los precios siempre es ascendente y los ingresos populares se deterioran por ausencia de actualización o disminución del poder de compra.
Precios en alza
El INDEC dio su primera medición tras un largo silencio, que en mayo fue del 4,2% y pronostica una evolución futura a la mitad, haciendo coincidir el pronóstico con el objetivo del 25% anunciado por el Ministro de Hacienda al comienzo del mandato.
Para que ello sea posible, el macrismo deberá alimentar su propia bomba y parece condenado a no poder bajar la tasa de interés por debajo del 30% para sostener su ideología sobre la inflación y claro, eso le provoca contradicciones para sostener el apoyo político de la sociedad.
Esa es la incógnita: ¿cuánto ajuste soporta la sociedad? El conflicto social crece en dinámica y resta la articulación de esa conflictividad en un proyecto social y político que vaya más allá de las reivindicaciones por los ingresos populares.
La realidad es de fragmentación política de un conflicto social ascendente. Por eso se sostiene la unidad de acción, reconociendo proyectos políticos diferenciados. Sin esas diferencias, no se entiende la unidad de proyectos políticos que incluso aparecen antagónicos, por lo menos en sus perspectivas organizacionales, por ejemplo, entre las CGTs y las CTAs.
No cierra a muchos esa “unidad de acción”, sin embargo, es la mínima acción indispensable para la generación de una densidad social que facilite la emergencia de un proyecto emancipador, claro que también habilita a la disputa de proyectos de contención del conflicto, y/o de acumulación de poder para restablecer una perspectiva posibilista de retorno a los años recientes.
Así se dirime la disputa política en el movimiento popular actual, no solo contra el macrismo, sino con variantes favorables a la dinámica del capitalismo. Ese es el territorio concreto de la lucha de clases contemporánea, con presencia de la identidad peronista reivindicada especialmente desde el movimiento sindical; de quienes imaginan una perspectiva nacional popular desde la transversalidad y más allá del peronismo y claro, de quienes aspiramos a constituir nueva identidad popular más allá del capitalismo, el imperialismo, el patriarcalismo, el racismo y la discriminación.

18 de junio de 2016

Macri y seis meses de gobierno para alfombrar la inserción subordinada

Los primeros seis meses del gobierno Macri sirven para preparar las condiciones institucionales de subordinación reclamadas por los grandes capitales.
El programa de máxima de los capitales apunta a bajar el costo del salario en el proceso de producción y circulación, y al mismo tiempo, abaratar las condiciones de explotación de los bienes comunes.
Los afectados son los derechos humanos de la mayoría trabajadora y los derechos ambientales.
El ajuste del primer semestre se consolida con una inflación que favorece a los formadores de precios y afecta a la mayoría empobrecida, al tiempo que desalentó la producción local y estimuló la producción externa, con invasión de importaciones que compiten y desalojan la producción local.
Inflación y recesión fueron dos efectos consecuencia de la política económica del gobierno Macri.
La especulación derivada de altas tasas impulsadas por el BCRA y festival de bonos externos emitidos por el Ministerio de Hacienda, asociado al acuerdo y pago a los acreedores externos hipoteca el presente y el futuro de la economía local a las demandas del capital externo.
Es más, en esta semana se anuncia el ascenso de la calificación del mercado de capitales de la Argentina.
Son tres las categorías de los mercados de capitales: a) la de los países capitalistas desarrollados; b) la de los emergentes (Brasil, India, China, otros); c) la de los fronterizos (sin confianza entre inversores externos).
La nueva calificación apunta a escalar de la categoría c a la b; a mercado emergente, y receptar así el interés de inversores internacionales que buscan mejores opciones de rentabilidad en el marco de la crisis capitalista mundial.
Apertura económica, liberalización e integración subordinada
Argentina ha sido aceptada como “observador” en la Alianza del Pacífico, remedo del ALCA luego de la derrota del 2005 y base de lanzamiento del acuerdo transpacífico, TPP.
Este acuerdo se propone disputar las relaciones internacionales en medio de la crisis capitalista y la emergencia de China como potencia mundial, con peso creciente en la región Nuestramericana de la última década.
La disputa global es por la hegemonía de la apertura y la liberalización de la economía mundial en crisis.
El papel del gobierno argentino es clave para modificar las relaciones de fuerza que se habían construido en el último tiempo y que habilitaban la discusión sobre integración alternativa.
Lo real es que las expectativas se frustraron por límites de los procesos de cambio político y la ofensiva de las clases dominantes.
Con Argentina definida en el campo de la subordinación a la política exterior de EEUU y la posible convergencia con el Brasil luego del “golpe blando neoliberal” se facilita la discusión al interior del Mercosur.
Allí, hace rato que Paraguay empuja la apertura y Uruguay ha dado señales de aperturismo (adhesión al TISA, más allá de su contramarcha). Solo Venezuela mantiene una posición crítica, por lo que resulta fundamental activar el movimiento popular “Nuestramérica mejor sin TLC” cuya versión local se despliega bajo la consigna: “Argentina mejor sin TLC”.
El gobierno Macri estará en la Cumbre de la Alianza del Pacífico en Chile EL 1/7 pregonando las ventajas del aperturismo, base para la atracción de inversiones externas.
Anticipará sus opiniones en el Foro Económico regional que realiza esta semana en Colombia y al igual que en Davos en enero, tratará de mostrar que no solo la Argentina es favorable a la circulación de los capitales globales.
El mensaje apuntará a señalar que la región está en un cambio de orientación hacia políticas de “mercado”, coherentes con lo que señalan los organismos financieros internacionales como “programa deseable” para nuestros países sudamericanos.
Convengamos que las dificultades para atraer inversiones no son solo para la Argentina, sino que la situación brasileña y en particular de Sudamérica en su conjunto, no favorecen la demanda de elevada rentabilidad ofrecida hasta hace poco tiempo.
La conflictividad no controlada por los gobiernos es un dato de la realidad y habilita a pensar en un escenario político abierto para disputar sentido social mayoritario para el proyecto del poder, o nuevas recreaciones de proyectos alternativos al orden capitalista en crisis.
Segundo semestre de ajuste y posposición de la recuperación
Todos los pronósticos auguran caída del PBI de la Argentina para el 2016 y quizá, recuperación para el 2017. Es cierto que alguna vez se rebota desde el piso de la recesión, pero consolidando una pauta de empobrecimiento estructural que supera todo parámetro histórico.
La pobreza crece y no remito a los picos de la pobreza, sino a los pisos que se consolidan en cada ajuste estructural acecido en este tiempo constitucional desde 1983.
En los 90 se consolidó un piso de empobrecimiento que fue extendido y luego reducido, pero aun así, el resultado logró estabilizar un nuevo basamento de la pobreza y la indigencia que modifica sustancialmente la estructura económica y social del país.
La Argentina de las clases dominantes y el gobierno se predispone, desde las nuevas condiciones políticas, a facilitar el funcionamiento del orden capitalista global, asegurando un papel dependiente y subordinado de la economía local al programa liberalizador de las transnacionales que actúan en el país, y de otras que son invitadas para la apropiación del trabajo social local.
¿Aceptará la población este destino de subordinación, o en vísperas del bicentenario de la independencia política se generan condiciones para avanzar en la independencia económica?
En 1910, año del centenario de mayo, el conflicto intentaba ocultarse en pleno despliegue de la inserción subordinada de la Argentina en la división internacional del trabajo liderada por Inglaterra.
Ahora, a 200 años del 9 de julio de 1816, Independencia de la Argentina, el conflicto social, especialmente de trabajadoras y trabajadores, discute el sentido de la inserción internacional del país y abre interrogantes sobre las condiciones de posibilidad para la independencia.
Buenos Aires, 13 de junio de 2016


Elecciones en Perú abonan la crisis política en Nuestramérica

Antes del balotaje se presumía el triunfo de Keiko Fujimori (KF), quien había liderado la votación en primera instancia con más de 6,1 millones de votos. Pedro Pablo Kuczynski (PPK) había obtenido en primera vuelta más de 3,2 millones  votos.
La diferencia establecía la dificultad para modificar la correlación de fuerzas establecida. Sin embargo, mientras se acercaba la fecha de la segunda vuelta, la decisión de los votantes viró hacia el triunfo escueto de PPK que creció hasta los 8,6 millones (166% de crecimiento en votos) cuando aún faltaba contabilizar pocas mesas. KF solo creció un 39% y alcanzó los 8,5 millones de votos.
Los propios datos remiten a una profunda crisis política, donde el voto blanco, nulo o impugnado no tuvo incidencia en el resultado definitorio para el gobierno de Perú.
Ambos candidatos están a la derecha de las opciones electorales y el arco político peruano. Sin embargo, en los últimos días la opción de masas se volcó contra la tradición fujimorista asociada al narcotráfico, el crimen y el autoritarismo. La opción ganadora, involucrada en el reaccionario proceso peruano desde los 90´ de Fujimori y vinculado históricamente al Banco Mundial, no aparecía asociado a la corrupción y el delito fragrante. (Eduardo Toche, DESCO, http://www.desco.org.pe/).
El primer comentario es el papel de los sujetos en este gran acontecimiento de masas, que sin opción alternativa distinguió entre el retorno al régimen del presidiario ex presidente Alberto Fujimori, o habilitar un tiempo para una transición, aun difícil de definir. Esta opción no está clara, es un programa a construir desde la lucha y la organización social y política del pueblo de Perú.
Por ello, aun con una votación masiva, nos anima la caracterización de crisis política, que involucra a los proyectos de las clases dominantes y a las subalternas. Es lógico pensar que sectores sociales de escasos ingresos y de elevada vulnerabilidad hayan votado en primera y segunda instancia al dúo más votado y que dirimió elecciones el pasado domingo 5 de junio.
Los de abajo necesitan construir y hacer visible una alternativa política que pueda confrontar con el orden capitalista y el proyecto de las clases dominantes expresado en este proceso electoral.
Más liberalización y búsqueda de alternativas
Perú es un importante protagonista de la liberalización y la apertura económica, retomando las banderas del libre comercio derrotado hace una década en Mar del Plata (Argentina, 2005 contra el ALCA).
Luego del ALCA, la agenda se transitó en la Alianza del Pacífico, el TPP, el TISA y variadas formas de defensa y promoción de la seguridad jurídica de las inversiones externas.
Ahora, los Tratados de Libre Comercio vuelven a escena en la región de la mano del gobierno de derecha en Argentina (Mauricio Macri, diciembre 2015) y el reciente “golpe blando” contra el gobierno del PT en Brasil.
La presión estadounidense y de las clases dominantes en la región y en el Perú, empuja la agenda de la liberalización y la profundización del capitalismo extractivista, dependiente y subordinado a la transnacionalización de la economía mundial en crisis. Por lo que se abre el debate sobre la potencialidad de una transición en camino adverso.
PPK sabe de sus limitaciones, que no son votos propios lo que le permitió acceder a la presidencia. Tiene dos rumbos posibles. Uno es negociar con KF y acercarse al objetivo retorno que imaginó el fujimorismo contra Ollanta Humala, y ahora. Otro camino es acercarse a otras variantes parlamentarias, hacia la izquierda del arco político y construir otra agenda, que necesitará ser coherente y convergente con las demandas de los trabajadores, campesinos y sectores populares, que sienten escasa vinculación entre sus demandas y los debates del régimen político.
Cambios en la región y la crisis mundial
Estas elecciones deben considerarse en el marco del proceso de cambio político que vive Nuestramérica a comienzos del Siglo XXI. Al proceso de liberalización y hegemonía de las políticas neoliberales se le presentaron luchas populares que habilitaron un tiempo de cambio y proyectos alternativos, incluso, de integración no subordinada, aun inconclusos.
La dinámica socio política y la agudización de la crisis mundial interviene en las redefiniciones que se vienen operando en la región y lo que acontece en Perú es parte de ese fenómeno. En definitiva, serán los pueblos de Nuestramérica los que resolverán las incógnitas del destino por la liberalización o por la liberación contra la dependencia y subordinación a la lógica del capitalismo y el imperialismo.

Buenos Aires, 11 de junio de 2016

La calle disputa la agenda a la dominación

¡Multitudinaria marcha NI UNA MENOS! La violencia contra las mujeres es en todo los terrenos. Hay más mujeres que hombres en la Argentina. Sin embargo, hay menos mujeres registradas en el mercado laboral. Los salarios de las mujeres son menores a los de los varones. La mayoría de las mujeres hacen gratis los trabajos de cuidado. Trabajan gratis en sus casas y en tareas sociales. La desocupación es mayor entre mujeres que entre varones. Las amas de casa no son consideradas mujeres trabajadoras desocupadas y por su tarea no se les paga. La violencia de género ejercida contra las mujeres es cotidiana y más común de lo reconocido. ¡No al femicidio, a la discriminación de género y al patriarcalismo!
Hasta acá el post en mi muro del “face”, que resulta uno de los más compartidos y comentados a pocos minutos de colocado. Varios “me gusta” y “reacciones”, junto a comentarios: “bien dicho” y “basta de capitalismo colonial patriarcal”. Probablemente se incrementen los comentarios y quizá cierta polémica. Son muchas/os las/os que postearon mensajes relativos a la movilización callejera en variadas ciudades de todo el país. Casi nadie estuvo afuera del fenómeno de conciencia sobre la cuestión y familias enteras se movilizan, incluidos algunos que no se mueven por ninguna otra causa. La razón de la movilización es la asunción de un tema generalizado que se hizo evidente con la movilización callejera.
El tema existe y existía, pero adquirió relevancia con la multitudinaria movilización, y no solo del 3/6 del 2015, sino con las marchas de las mujeres y con la militancia consecuente del movimiento de mujeres, que en trabajosa militancia social popular extendida tiene el logro del presente movilizado. La consigna por la reivindicación de género atraviesa a las distintas clases y necesita hacerse más compleja en la consideración de la explotación y discriminación hacia las mujeres en el trabajo. Por eso mi reflexión sobre el “mercado laboral”[1] y el trabajo del “cuidado”. Es parte de lo mismo y además tiene especificidad, que se reproduce cotidianamente en la lógica de acumulación capitalista.
Trabajadoras y trabajadores para construir un paro nacional
Por eso, las mujeres también protagonizaron la movilización del día anterior, el 2/6, convocada contra el Veto a la ley anti despidos y contra los tarifazos. La cita fue promovida por las CTA y nutrida con varios sindicatos de las CGT y organizaciones sociales y políticas, más muchas/os indignadas/os que querían y demandan el paro nacional. Es que si los trabajadores en general están afectados por las políticas de ajuste del gobierno Macri, las mujeres lo sienten en mayor magnitud y no solo por lo señalado al comienzo, sino que también existe discriminación al interior del ámbito de trabajo y en la propia organización social o política, que reproduce las lógicas sistémicas. No podría ser de otro modo, pues la hegemonía cultural atraviesa a todas las organizaciones.
Es curioso como la “dirigencia” se sorprende de la masividad de la protesta y queda atrás del sentimiento popular masivo. El pasado 3/6/15 sorprendió la masividad del “ni una menos”. Igual sorprendió a propios y extraños la masividad de la movilización del 29/4/16 convocada por las CGT y las CTA contra el ajuste, el veto a ley anti despidos y los tarifazos. Igual se sorprenderán ante la construcción de un paro nacional.
La bronca es grande contra los despidos, la inflación y la baja del poder adquisitivo de los ingresos populares, el tarifazo y la impudicia de la fuga de capitales y la lógica de que “pobres hubo y habrá siempre” manifestada en declaraciones de funcionarios de Macri. Son los que señalan: “si el combustible es caro, que no compren”, o “creían que podían tener acceso a una TV u otros consumos”. Son expresiones de los que se consideran la elite privilegiada y con acceso a bienes y servicios negados para los de abajo, la mayoría de la población.
Las centrales sindicales demandaron al Parlamento la emergencia ocupacional y así se elaboró la legislación para suspender los despidos, que muchos suponían de escaso efecto concreto, aun cuando pudo instalar la agenda de la gravedad y extensión de las cesantías. El movimiento obrero organizado pudo instalar agenda de debate político en la sociedad. Claro que no es el único tema y quizá ni siquiera el que involucre a más población, tal como ocurriría si se pudiera instalar la cuestión de la indigencia o la pobreza, la malnutrición o la ausencia de salud y educación, entre muchos temas que incluyen el ingreso y calidad de vida de las/os jubiladas/os. Lo que pretendemos resaltar es que sobre la ofensiva del gobierno Macri por lograr hegemonía política desde su mayoría electoral, el movimiento obrero pudo instalar desde la movilización una agenda política más cercana a sus intereses.
Claro que el poder mueve también sus fichas e intenta desmarcar al movimiento obrero y por eso negocia con el sindicalismo tradicional para desalojar la calle y seguir disputando hegemonía. La lógica discursiva de las CGT es que la “gente no está para protestas”. La realidad lo desmiente y en todo caso, se trata de la disposición a desplegar iniciativas políticas para disputar el poder. Es una cuestión de miles y de millones de personas, por lo que se demanda masividad y ello supone juntar lo diverso, tanto en las movilizaciones obreras como entre las mujeres.
La sociedad movilizada disputa agenda, por derecha y por izquierda. Recordemos las movilizaciones “Blumberg”, o las protestas de la Mesa de Enlace. No todo lo movilizado era por derecha y sin embargo, la agenda era reaccionaria.
Disputa del consenso
Existe en la actualidad razones para la movilización popular. El gobierno disputa hegemonía convocando al consenso pasivo y si puede al activo y lo hace desde la crítica a 12 años de kirchnerismo, algo que ya le dio réditos en el voto, quizá la mitad de lo cosechado en noviembre del 2015.
Ahora pretende que sea consenso activo y por eso publica “El Estado del Estado”[2] para mantener viva la llama de la crítica al gobierno anterior y avivar el rechazo de buena parte de la sociedad, incluso de los de abajo. Allí no se condena el acuerdo del poder, como las concesiones petroleras y mineras, los acuerdos secretos, caso Chevron, o el conjunto de iniciativas estatales que confirman el modelo productivo y de desarrollo de promoción de la dependencia tecnológica y productiva a mano de las transnacionales, en el agro, la industria o los servicios.
También disputa consenso con la articulación legislativa del “pago a jubilados” con el “blanqueo de capitales”. El fondo es limpiar la fuga de capitales, interés de pocos enriquecidos y además, fuente de ingreso de divisas, indispensable para la lógica de la política económica del gobierno Macri. Parece atractivo compensar a los beneficiarios estafados por malas liquidaciones previsionales, aun cuando se ocultan quitas y pagos en cuotas, tanto como desfinanciamiento del Fondo de Garantías y Sustentabilidad (FGS). El FGS está generado con recursos previsionales que pertenecen a las/os trabajadoras/es jubiladas/os, administrado por ANSES, y que se nutre, entre otros, de la renta generada por acciones privadas que pretenden ser liquidadas y retornadas a la propiedad y gestión de particulares.
El movimiento de jubiladas/os también se moviliza, y desde hace mucho tiempo por asegurar fondos previsionales suficientes para satisfacer las necesidades de las personas mayores. Por eso rechazan el proyecto y exigen se compensa a los litigantes con sentencia o no, como a los que reciben liquidaciones por debajo de lo que corresponde; y más aún el 82% móvil con relación a las/os trabajadoras/es en actividad. Se propone que los recursos para tal fin provengan de rentas generales y no desfinancien el FGS. La reforma previsional en curso, contenida en la propuesta legislativa, será resultado de la movilización gestada desde abajo o la que promueva el discurso oficial relativo a lo que se puede o no.
En rigor, la cuestión es si la iniciativa del gobierno y del poder se impone en la disputa del consenso social, o si la movilización popular genera consenso para otro proyecto político, social y cultural de confrontación con la lógica del capital, la de la ganancia, la acumulación y la dominación.
Esta última consideración no está instalada en la mayoría social y muchos creen que es ilusorio convocar a cualquier actividad anti capitalista, bajo el argumento que la sociedad no está para disputas mayores.
Se equivocan, los ilusos son los que creen que todo se resuelve con solo ir por reivindicaciones democráticas (salario, empleo, condiciones de trabajo) hasta que se consolide una potencia para ir por más, contra el régimen del capital.
No tienen razón los líderes sindicales que agotan las iniciativas en que la gente no está para más y que es un tiempo de cerrarse en la defensa corporativa.
Es erróneo. Este es un tiempo para ir por más organización y movilización, en el espíritu originario de la CTA, que sostenía un nuevo modelo de organización de las/os trabajadoras/es, que son la mayoría de la sociedad, estén regularizados o no, tengan salario o no. Es desde ahí que en el 2002 se sostuvo la necesidad de superar la crisis política con la construcción de un movimiento político social y cultural de liberación. La constituyente social fue un intento, que siempre puede ser relanzado más allá de como se la nomine.
Manipulación del poder o masividad movilizada en la disputa
Por eso hay que pensar en la capacidad de movilización manifestadas el 2 y el 3 de junio pasados, aun con diferencias de participantes y motivaciones, ya que ambas ponen en evidencia que los debates en la sociedad se manipulan desde el poder con el peso de los medios privados y monopólicos (cadenas) de información del poder, o se instalan democráticamente desde la masividad de la movilización popular.
Es cierto que no alcanza con movilización, e incluso con organización, ya que se requiere definir el proyecto que indique el rumbo, para mí, anticapitalista, pero este requiere de aquel. No es un detalle menor, que la CTA Autónoma se auto define como una Central clasista, anticapitalista y antiimperialista.
Sin proyecto o rumbo puede ser estéril cualquier iniciativa, pero no hay proyecto posible sin la dinámica social masiva y movilizada. Eso requiere articular lo diverso, y ensayar búsquedas de acciones que promuevan sujetos para el cambio, que construyan programas y rumbos estratégicos, y en ese camino, resuelvan los adecuados instrumentos para la disputa integral del poder.
Buenos Aires, 4 de junio de 2016  



[1] Para mayor información y detalle leer el Informe sobre la situación laboral de las mujeres publicitado por el IEF-CTA Autónoma, en: http://media.wix.com/ugd/12e354_8bc74960947844a4a58a5e84ff6addac.pdf