No alcanza con diagnosticar la crisis del capitalismo De cara al Primero de mayo se requiere recomponer una estrategia por la revolución
La política económica de Donald Trump expresa la crisis mundial del capitalismo, ya que el jefe del gobierno estadounidense pretende intervenir en el desarrollo capitalista para mantener el statu quo de la dominación estadounidense en el orden capitalista contemporáneo. Aludo a una situación de dominación que viene desde el orden mundial construido desde 1945, y en decadencia desde los albores del siglo XXI. Entre otros aspectos, la decadencia de EEUU se asocia a la expansión acelerada en este siglo del papel económico, comercial, financiero de China, tanto en su expansión local como global, una cuestión acelerada en los últimos tiempos, que se proyecta en el corto y mediano plazo como disputa por la hegemonía del sistema capitalista.
En rigor, se trata de un fenómeno estrechamente relacionado, ya que la caída de uno está asociado al auge del otro. La dinámica del capitalismo supone el crecimiento de la inversión productiva, punto de partida del ciclo de valorización, acumulación y reproducción ampliada. La tendencia inversora se trasladó desde occidente hacia oriente en busca de contrarrestar la baja de la rentabilidad manifestada entre los 60 y 70 del siglo pasado, especialmente en los principales países del capitalismo. La política de modernización en China desde 1978, atrajo capitales en busca de costos de producción más bajos, asociados a la inmensa fuerza de trabajo barata del gigante asiático, aunque no solo. La corriente inversora se extendió por el sudeste asiático y la India, en lo que se caracterizó como la nueva “emergencia” del capitalismo, incluyendo variados territorios del sur global.
La realidad de la desaceleración económica en “occidente”, especialmente luego de la recesión del 2009, y un mayor registro de la evolución de la producción y circulación en China o la India, expresa la complejidad de la situación del presente. Esa contradicción señalada expresa la expansión relativa de las relaciones sociales de producción bajo el régimen del capital, con base en la innovación tecnológica y científico técnica. En este aspecto, China está mostrando evidentes expresiones de estímulo a su preeminencia en la capacidad de su fuerza laboral y en la frontera tecnológica, caso reciente de la inteligencia artificial, la digitalización de la economía y especialmente de su moneda, ofrecida para el uso y difusión de la circulación mundial de bienes, servicios y capital. La pretensión en última instancia es lograr avances en la búsqueda de constituir al yuan en moneda de reserva mundial.
Estamos aludiendo a un movimiento contradictorio de crisis y desarrollo del capitalismo, que anima la crítica renovada de la civilización capitalista, una invariante en el pensamiento crítico desde que Karl Marx esbozara su búsqueda en un recorrido que transitó desde el Manifiesto en 1847/8 hasta su máxima obra, El Capital, entre 1857/67. Ahora, promediando la tercera década del siglo XXI, resulta imprescindible retomar al pensador y revolucionario de origen alemán para pensar críticamente el capitalismo. A pocos días del primero de mayo, fecha histórica de conmemoración de las reivindicaciones obreras y ante la ofensiva reaccionaria del capital por disminuir o eliminar históricas conquistas, se impone revalidar la crítica al orden vigente y actualizar las demandas, caso de la jornada laboral.
Hace mucho se luchaba por las 12 horas y luego por las 8, un tiempo que se quedó instalado pese al inmenso desarrollo de las fuerzas productivas, lo que amerita una importante reducción de la jornada laboral, sin afectación de los ingresos populares, no solo del salario, sino de las pensiones, las jubilaciones y la política social que hace al bienestar de la población. Es un rumbo en la perspectiva crítica y de volver a instalar una lógica reivindicativa por otra sociedad, sin explotación ni saqueo, una aspiración histórica de la clase trabajadora. Por eso es que no alcanza con el diagnóstico de la crisis capitalista o sobre los problemas y cambios en el régimen del capital, sino de volver a pensar en términos de emancipación y liberación social, por otro mundo posible.
Todo un desafío en la Argentina con un gobierno de ultraderecha que retoma la ofensiva con el aval financiero y político del gobierno de EEUU, con recursos del FMI por 20.000 millones de dólares que habilitan otros fondos para recomponer reservas internacionales y sostener la antipopular política oficial, más el apoyo del Secretario del Tesoro del gobierno Trump. Scott Bessent visitó a Caputo y a Milei en clara señal de compromiso estratégico para atar a la Argentina a la lógica de reordenamiento mundial que impulsa Washington. La instrumentación de una estrategia en contra del capitalismo supera las fronteras nacionales, aun cuando las respuestas nacionales a las ofensivas del capital y las derechas, configuran experiencias que suman en un imaginario alternativo al orden capitalista global.
Desde los tiempos del Manifiesto Comunista la unidad del proletariado es la consigna a levantar, lo que requiere en el presente una cuidadosa lectura en las mutaciones y extensión de la relación de explotación y saqueo de los bienes comunes para recuperar un imaginario global por la revolución en contra del capitalismo y por el socialismo. Es una tarea local y mundial ante la ofensiva de los Milei y sus cómplices en el entramado institucional del capitalismo local, y de los Trump y sus socios, o incluso “adversarios” de occidente, que pugnan por recrear las condiciones de su dominación imperialista ante cambios sustanciales del régimen del capital contemporáneo.
Retomar las banderas de la unidad de trabajadoras y trabajadores en todo el mundo constituye el requisito indispensable para hacer realidad un primero de mayo que reinstale una perspectiva por la revolución.
Buenos Aires, 20 de abril de 2025
FMI con más deuda, inflación y ajuste regresivo
El acuerdo con el FMI llegó con alza de precios, aumento de la deuda pública y compromisos para continuar con el ajuste fiscal y las reaccionarias reformas estructurales, especialmente laborales y previsionales.
Resultado del acuerdo se levantó parcialmente el cepo, las restricciones a las operaciones con divisas. Era una demanda del capital concentrado, que los medios y redes oficialistas instalaron como necesario para la salud de la economía local. Lo curioso es que muchísima gente no tenía ni idea de que era el “cepo” y que aun celebrando su levantamiento no le genera ninguna posibilidad de ahorrar o invertir en divisas.
En efecto, al nuevo tipo de cambio, de 1.230 pesos por dólar, en las primeras horas de la nueva política cambiaria, para comprar 100 dólares, lo permitido para efectuar por la ventanilla de un banco, el comprador tiene que tener un excedente de 123.000 pesos. Pretendemos señalar que luego de pagar todo lo necesario para la reproducción de la vida cotidiana, personal o familiar, al eventual comprador de divisas tiene que sobrarle esa magnitud para adquirir 100 dólares.
Además, es una operación que podría hacer todos los días hábiles por ventanilla bancaria. Es a todas luces imposible con los ingresos populares actuales, por ende, aun parcial, el levantamiento del cepo solo favorece a sectores concentrados del ingreso y la riqueza.
Por si fuera poco, por vía bancaria, con una cuenta en dólares, no hay límite para adquirir divisas. Algunos dicen “con mi dinero hago lo que quiero” y claro, falta agregar, con mucho dinero sobrante luego de satisfacer inmediatas necesidades, que es lo que no le ocurre a la población empobrecida de la Argentina, sean los 38% de pobres, los 42% de trabajadores/as en situación irregular, y muchos otros/as que apenas satisfacen las mínimas necesidades.
Levantar el cepo es la demanda de los grandes capitales que quieren libertad para ingresar capitales y sacar los excedentes que ellos generen en actividades económicas para remesar utilidades al exterior.
El FMI coloca recursos que, así como ingresan salen por una puerta giratoria para acumular en cualquier territorio del mundo.
La devaluación de la moneda, pasar de un tipo de cambio de 1.074 pesos por dólar a 1.230 o a donde llegue en el futuro cercano, es un mayor deterioro de la capacidad de compra de la mayoría de la sociedad que vive de ingresos fijos.
Además, como se esperaba la devaluación, aun cuando el gobierno juraba que no, los precios escalaron, tal como señala el INDEC en 3,7% en marco. Se esperan índices similares para abril e incluso mayo, lo que lleva al gobierno a imaginar que luego se recuperará una tendencia a la baja e incluso a cero a mediados del 2026. De ilusión también se vive. La realidad es el crecimiento de los precios, de la deuda pública, que convoca a mayor ajuste fiscal y más sufrimiento popular.
¿Es posible transitar otro rumbo?
La respuesta es afirmativa, si la sociedad hace crecer la resistencia a la política oficial y de sus cómplices, al tiempo que se enarbola una política alternativa, que privilegie resolver las necesidades elementales de la población empobrecida.
Se trata de confrontar con la lógica gubernamental y de poder en el país, lo que puede lograrse construyendo otro poder, que desarme lo construido durante esta gestión y especialmente rechace el acuerdo y la subordinación al FMI.
Buenos Aires, 15 de abril de 2025
Anuncios económicos en Argentina
El viernes 11 de abril hubo anuncios económicos en Argentina, enunciados en conferencia de prensa por el Ministro de Economía y el Presidente del BCRA. Luego se conoció el comunicado oficial del FMI informando del acuerdo del directorio para nueva deuda de la Argentina por 20.000 millones de dólares. Finalmente, Javier Milei en cadena nacional trasmitió un mensaje que oculta las enormes dificultades de la economía local, especialmente para los sectores de ingresos fijos, los más afectados por el ajuste fiscal encarado desde diciembre del 2023.
Milei augura buenas noticias para el futuro, tal como Fernando De la Rúa anunció a fines del 2000 un blindaje del FMI para un mejor 2001, y ya sabemos que ese año culminó con una profunda crisis, movilizaciones populares, represión y muerte de manifestantes y renuncia del gobierno. No sustento que ahora es igual, pero la inflación de 3,7% de marzo, en ascenso, y la suba por la devaluación anunciada con la flotación cambiaria, aun cuando perjuren que “flotar” no necesariamente sea devaluar, más la nueva deuda asegura más AJUSTE permanente y reformas reaccionarias. Es un escenario de creciente conflicto social.
El acuerdo con el FMI incluye compromisos de reformas estructurales, como la eliminación de fondos fiduciarios, la privatización de empresas públicas incluidas en la Ley Bases, y la presentación de un nuevo régimen previsional, en contra de las reivindicaciones de la recurrente movilización semanal del movimiento de jubiladas y jubilados, que el pasado 9 de abril convocó la solidaridad de las centrales sindicales en un paro de 36 horas.
Lo que Milei propone y escamotea es una nueva ofensiva contra el régimen laboral y previsional, vestido de reformas estructurales, en rigor, una demanda del capital concentrado para mejorar la rentabilidad.
Estos anuncios significan una mayor injerencia del FMI en el monitoreo y dirección de la política económica local, agravando las penurias sociales de la población empobrecida, incluso de sectores pequeños y medianos del empresario que asocian su destino en el consumo popular, tremendamente deteriorado por las condiciones de la política económica del libertario en el gobierno.
Son anuncios en el marco de turbulencias en la economía mundial, que incorporan incertidumbres al horizonte político cercano, atravesado por un proceso electoral que se transita entre mayo y octubre.
En ese contexto, el camino múltiple de resistencias se profundizará para frenar el daño libertario y generar condiciones para una política alternativa.
Buenos Aires, 12 de abril de 2025
La política arancelaria de Trump agrava la situación social
El fenómeno de la crisis actual se presenta como caídas de las bolsas de valores en todo el mundo. Un proceso en desarrollo durante el mes de abril, que más allá de las idas y vueltas del presidente estadounidense en materia arancelaria, la incertidumbre no cesa. Es el resultado del anuncio de “aranceles para todos”, formulado por Trump bajo el pomposo anuncio de la “independencia” estadounidense del sistema mundial. En menos de una semana tuvo que dar marcha atrás, salvo para China, a quien elevó la carga arancelaria en una escalada sin fin, por ahora encima del 130%.
Más allá de las idas y vueltas, son millonaria las perdidas en término de valorización bursátil de las empresas, que arrastra perjudicados no solo entre los principales accionistas, sino que afecta a inversores diversos, muchos de ellos de baja magnitud que confiaron en el capitalismo de cupones. Entre otros, se ven afectados los fondos de pensión, impactando en los ingresos presentes y futuros de jubilados/as y pensionados/as. Aun cuando pierden grandes capitalistas, el impacto se difunde entre los sectores de menores ingresos, sin perjuicio del horizonte inflacionario y recesivo que se anuncia y que perjudica a la población empobrecida, especialmente a las/os trabajadoras/es.
El fenómeno comentado anticipa un horizonte complejo de inflación y recesión. La suba de precios en EEUU está asociada al encarecimiento de los bienes de consumo provenientes desde China, el tercer socio comercial de la economía estadounidense. Los primeros son Canadá y México, cuyos aranceles están en suspenso luego de variados anuncios de incrementos y sustanciales modificaciones realizados por Trump. Nadie sabe cómo terminará la película arancelaria, ni con China, ni con los vecinos que suscribieron oportunamente un tratado de libre comercio con Washington y que ya modificara Trump en el primer mandato. Trump devuelve la arbitrariedad de su gestión, incumpliendo acuerdos y forzando nuevas situaciones multilaterales desde su condición hegemónica histórica en el capitalismo. Estas medidas explican el debilitamiento de la hegemonía y tensiona al sistema mundial, con impactos en el propio territorio y en todo el mundo, agudizando la crisis del capitalismo. La inflación y la recesión estadounidense impactará en todo el planeta.
Impactos regresivos
La incertidumbre arrastra inestabilidad a varias puntas. Suben los precios de los alimentos y baja el precio del petróleo ante la segura caída de la producción, poniendo en duda la posibilidad de producir hidrocarburos no convencionales por vía de la fractura hidráulica, solo rentable si el piso de la “commoditie” no continua su tendencia a la baja. Vale recordar que EEUU recuperó su preeminencia en la producción petrolera hace 10 años con base en los no convencionales, incluso, la Argentina está supeditada a esa producción para intentar resolver su déficit de divisas. La inflación y la recesión golpeará muy fuerte entre los sectores de más bajos ingresos, agravando la situación social de millones de personas en todo el planeta.
Todos estos intentos de la política de Trump pretenden sostener a EEUU en el timón de mando de la economía mundial. Para ello imagina que podrá restituir capacidad de producción y circulación de bienes, servicios y capitales. Con la extensión de las cadenas globales de valores resulta difícil suponer que EEUU recupere capacidad inversora productiva, ni que pueda subordinar a China y a otros “castigados” vía aranceles, ante los canales alternativos desarrollados desde Beiging. Es más, hasta el dólar pierde terreno ante los avances de canales financieros y de compensación internacional desarrollados desde China, sustentados en el yuan digital y la tecnología blockchain, que involucra a un conjunto de países y define nuevos conjuntos de articulación de la producción y circulación mundial.
Donald Trump pretende frenar el deterioro económico social y político de EEUU, que sostiene su hegemonía por el peso global del dólar, en decadencia como sostenemos, sin precisar plazos, pero, sobre todo, por el peso militar y su capacidad de acción global. En este sentido, acaba de aprobar el gasto militar más alto de la historia, intentando distanciarse del acercamiento que le genera China y su asociación con Rusia, con ventajas operativas en varios terrenos de la confrontación de equipamiento. No es bueno para la humanidad esta aceleración de la carrera armamentista que se difunde en aumento del gasto bélico en la mayoría de los países, restando recursos para atender necesidades sociales agravadas por la política estadounidense, la que impacta en la suba de precios y condiciona la posibilidad de satisfacer necesidades sociales de alimentación, educación o salud, entre muchas otras.
El presidente de EEUU le habla a su país y al mundo e intenta que la Reserva Federal baje la tasa de interés, a contramano de la lógica monetarista que teme por el recalentamiento de la economía y una tendencia al fuerte endeudamiento de la economía estadounidense, no solo del Estado y de las empresas, sino y muy especialmente de las familias, estimulados por una lógica consumista y a crédito. Es un combo complejo que muestra el límite del endeudamiento ante la pérdida de posibilidad de seguir captando financieramente el excedente económico chino. Durante décadas, China financió los déficits gemirlos de EEUU. Japón y China son los principales tenedores de títulos estadounidense, algo que empieza a modificarse, especialmente por las restricciones que Trump impone a China.
Trump difunde un mensaje de reindustrialización, que ven con buenos ojos algunos sindicalistas y votantes del magnate. Son quienes vieron desaparecer la industria local por décadas de migración de inversiones hacia China y a otros países, la India o el sudeste asiático. Se buscaba mano de obra barata, bajo costo de producción y alta rentabilidad, un objetivo esencial del régimen del capital. Trump quiere que esos inversores retornen e incluso relocalizar en EEUU a inversores externos que exportan bienes y servicios en ese territorio.
El capitalismo está siendo desafiado por la iniciativa Trump, más allá de idas y vueltas. Es un signo de debilidad, sí, pero peligroso y con un costo social inmediato muy serio. Por eso puede ser también, una ocasión adecuada para una iniciativa de signo contrario, a favor de los pueblos por otro orden posible. La crisis del “capital” habilita a retomar la consigna que enarbolaron movimientos populares a comienzos de este siglo por “otro mundo posible”.
Buenos Aires, 11 de abril de 2025
Trump pateó el tablero de la economía mundial
NOTA publica en Izquierda Diario, el 4 de abril del 2025, en: https://www.laizquierdadiario.com/Trump-pateo-el-tablero-de-la-economia-mundial
Las bolsas del mundo en caída expresan la incertidumbre de la economía mundial ante los anuncios de elevación generalizada de los aranceles a las importaciones de EEUU, anunciadas en estos días por Donald Trump bajo el pomposo eslogan de la libertad y la independencia del país del norte. El horizonte previsible es la suba de precios y la mayor desaceleración, incluso recesión, de la economía estadounidense y mundial.
El gobierno de EEUU pretende reindustrializar su economía y por eso, atraer capitales productivos a su territorio. No se trata solo del retorno de las corporaciones yanquis que invirtieron en países emergentes en el último medio siglo, especialmente en China. Lo que pretende Trump es que aquellos que hoy venden producción extranjera en territorio estadounidense, radiquen allí sus plantas, con expectativas de generación de empleos y salarios para millones de trabajadoras/es. Obviamente, los jefes del capitalismo europeo, japonés o de cualquier país, rechazan esa propuesta y generan reactivos, no solo subiendo sus aranceles en contra de las importaciones estadounidenses, sino subsidiando a lso capitales insertos en sus territorios.
Desde el imaginario de la economía de Trump, se pretende terminar con el ciclo de expansión aperturista, de libre circulación de mercancías, servicios y capitales, en tanto paradigma teórico y político del capitalismo a la salida de la crisis mundial de los 60/70. La crisis del 2007/09 inició el proceso de crisis mundial de esa apuesta liberalizadora, que se desplegó con fuerza por casi medio siglo, y que ahora, demanda una reestructuración del orden capitalista.
¿Es el fin de la mundialización tal como se concibió en el último medio siglo? Es lo que aparece a primera vista. En todo caso, la respuesta es una remodelación de los circuitos de valorización del capital, de relocalización productiva y muy especialmente del comercio, con extensión a la demanda financiera y las necesidades de nuevas referencia dinerarias del valor.
La lectura que se hace desde el gobierno en Washington es que esa liberalización extendida entre 1980 y 2020, le hizo perder relevancia a EEUU en el proceso de decisión sobre la producción y circulación capitalista. Se estima que el ganador de la “globalización liberalizadora” fue China y subsidiariamente otros países, caso de la India, por ejemplo.
Es que la dinámica de valorización mundial del capital tuvo como eje el traslado desde occidente, principalmente desde EEUU, a oriente de las principales inversiones productivas.
Así, China, con el 1% de la producción mundial a comienzos del siglo, hoy representa un 17% y en expansión, constituyéndose en la fábrica del mundo. China no solo atrajo capitales para la producción y reproducción a escala local y mundial, sino que amplió el papel en la circulación global, facilitada por su incorporación a la OMC y a las reglas liberalizadoras impuestas por las potencias hegemónicas en el sistema mundial. De una posición marginal a fines del siglo XX, en la actualidad, el gigante asiático explica el 12% del comercio mundial, contra un 10% de EEUU.
El proteccionismo estadounidense puede ser un punto más a favor de la ampliación del papel de China en la producción y circulación mundial del capital. Si la globalización terminó favoreciendo a China, la política proteccionista de suba de aranceles puede ampliar el lugar de organizador mundial contemporáneo de la producción y circulación mundial de bienes y servicios.
La Revista especializada londinense The Economist coloca en tapa a Trump serruchando las fronteras de un mapa de EEUU, señalando el proteccionismo y el cierre fronterizo a la circulación de mercancías con la suba de aranceles. The Wall Street Journal califica a esta guerra comercial como la más estúpida de la historia. La mayoría de la prensa mundial, que por décadas levantó loas al “libre comercio” no termina de asimilar la iniciativa arancelaria de Trump, quien intenta desafiar la crisis contemporánea del capitalismo bajo liderazgo de Washington.
No es novedad la ofensiva de Trump
Trump instaló bajo su primera gestión en 2016 el fenómeno de las sanciones unilaterales, especialmente contra China y cualquier intento de pronunciamiento de organización socio económica contra el capitalismo, por eso las sanciones se profundizaron contra Cuba y se extendieron al marco de asociados con el enemigo principal, China, que disputa el mando de la producción y circulación de capitales en el mundo.
Ahora, bajo el segundo mandato, la confrontación no es solo contra China y asociados, sino contra todos los países del mundo, especialmente Europa y sus vecinos americanos, Canadá y México, por lo que desafía al conjunto del capitalismo a una reestructuración y relocalización de la producción mundial. El tema se anticipó con los anuncios de apropiación de Groenlandia o el Canal de Panamá, como el desafío hacia Canadá para subordinarse a EEUU, incluso la re-nominación del Golfo de México.
Trump lidera un rediseño del funcionamiento del capitalismo estadounidense, con importante consenso institucional y una base de consenso social sustentada en el descontento de trabajadores y trabajadores que han visto deteriorare su calidad de ingresos y de vida bajo imperio de la política tradicional de demócratas y republicanos. Por eso la expectativa en el extraño personaje que emergió desde fuera de la tradición política estadounidense, aun cuando hoy lidera al Partido Republicano.
Es una expresión similar a la de otros procesos que en el mundo optan por personajes y propuestas de ultraderecha, con planteos simplistas y acelerados de reivindicación de la demanda de millones de personas afectadas por las formas de gestión del capitalismo en las últimas décadas.
Hace tiempo que el capitalismo dejó las reformas sociales, con las cuales competía al proyecto socialista mientras este sostuvo la bipolaridad del sistema mundial entre 1945 y 1991.
El derrumbe de la URSS facilitó la ofensiva del capital en contra del trabajo y desplegó un conjunto de iniciativas de supresión, disminución y anulación de históricas conquistas sociales, concedidas ante la lucha y el conflicto que tenía detrás la amenaza del comunismo, más allá de cualquier valoración que se haga del socialismo real en el este de Europa, o de otros países que enuncian su propósito por el socialismo y el comunismo.
La ultraderecha crece en el mundo ante la insatisfacción social a las promesas del liberalismo “neo” emergente con la liberalización de la economía y desplegado en los 80/90 de siglo pasado, acelerado con la debacle del este europeo.
Esa insatisfacción social no quiere volver hacia paradigmas previos, y en la renovación política buscada, encuentra la audacia propositiva de la ultraderecha, alentada por medios y redes sociales que instalan un imaginario de soluciones estimuladas por el “merito individual”. A eso se suma una campaña ideológica propagandística sobre valores “occidentales” que atrasan ante la relocalización del mando de la producción y la circulación global del capital.
Lo nuevo aparece vestido de derecha, de ultraderecha, contra las normas construidas en décadas de lucha de clases, que, bajo la preeminencia de la propiedad privada de los principales medios de producción, encontraron lugar y formas de establecer derechos económicos, sociales y culturales que en lo económico restringen la capacidad de producir y acumular plusvalía al capital concentrado.
Trump y otros ultraderechistas en los gobiernos, caso de Milei en Argentina, es el corolario de una ofensiva iniciada con la violencia del terrorismo de Estado con las dictaduras genocidas del cono sur a comienzos de los 70. Por eso, si la ofensiva tuvo un sentido contrarrevolucionario, el sueño de nuestro tiempo apunta a crear condiciones de acumulación de poder popular para reinstalar un proyecto político social y cultural por la revolución.
Buenos Aires, 4 de abril de 2025
Autoritarismo en expansión para disciplinar a la sociedad
Existe una tendencia al autoritarismo en los procesos que confirman el acceso al gobierno de proyectos de ultraderecha, entre ellos, Donald Trump o Javier Milei.
Lo que hay, es un crecimiento de la propuesta política hacia la derecha del arco político.
Se trata de un fenómeno que está asociado en el descrédito de la “política tradicional” asentada en la lógica keynesiana instalada luego de la segunda guerra mundial.
El consenso es que luego de 1945 se consolidó un sistema mundial bipolar, en donde uno de los polos proponía como horizonte el “socialismo”, y el otro el “capitalismo”.
Ambos sostenían una fuerte participación estatal en la definición de la política pública y competían en quien “resolvía” las mejores condiciones de vida.
No solo se comparaba la magnitud de la riqueza generada, sino condiciones de alimentación, de salud, educación. En la jerga usual se dirimía la mayor eficacia de los países de “economía centralmente planificada” o los de “economía de mercado”.
En rigor, la dinámica de la macroeconomía keynesiana asimilaba los paradigmas en discusión y el socialismo realmente existente no lograba organizar las relaciones sociales de un modo alternativo, tal como sugería Karl Marx.
Se trata de un tema que aún está en discusión a propósito de las disputas hegemónicas en el sistema mundial y desafía a pensar rumbos civilizatorios en defensa de la vida social y natural.
¿Qué hay que producir, cómo y para quién?
Son interrogantes poco debatidos en la esfera pública, pero esenciales ante las variadas situaciones de crisis, por el armamentismo, la guerra, el clima y su afectación, la pobreza y la desigualdad, entre muchos indicadores de la decadencia epocal.
Más allá de que el “socialismo” se realizara, el tema se discutió luego de 1989, con la caída del muro de Berlín y más aún con la desarticulación de la URSS en 1991 y la subsistencia de países que sostienen el propósito por el socialismo.
Aparecieron a fines del siglo pasado las concepciones de fin de la historia y la rápida conclusión del triunfo del capitalismo, con el formato de la “democracia occidental”, la que se oponía al “totalitarismo” con que se identificaba a los proyectos por el socialismo.
El debate sobre las formas de gobierno y su eficacia para resolver problemas de época se reabre con la inmensa acumulación económica de los países asiáticos, especialmente de China y su preeminencia fabril.
La decadencia productiva en “occidente” estimula tendencias autoritarias en la gestión del capitalismo contemporáneo, programa que asumen sin complejo las derechas en expansión en el mundo y con acceso relevante a gobiernos en el planeta, especialmente con Trump en EEUU.
El imaginario por el socialismo parecía imposible a fines del Siglo XX, y la recurrencia de la crisis capitalista, especialmente luego del 2007/09 reabre la discusión sobre un horizonte civilizatorio en contra y más allá del capitalismo.
Tiemblan las bolsas
Cada tanto aparecen elementos disruptivos en la economía mundial. Ahora el fenómeno se manifiesta como caída de las bolsas en el mundo.
La noticia se presentó en el comienzo de semana con el desplome de los valores bursátiles y financieros en Tokio. Lógica por la temprana apertura de los mercados globales.
Luego, el fenómeno impactó en Europa y en todo el mundo.
Hay coincidencia en los análisis, que el tema está asociado a la política arancelaria de Trump, una guerra comercial para superar los problemas internos del capitalismo en EEUU e intentar disciplinar al mundo en esos objetivos.
El mensaje de MAGA (Make Again Great America) es claro, hace falta reestructurar el orden capitalista para sostener el lugar de privilegio de las transnacionales yanquis y de Washington en la dominación global.
Trump define política económica desde su carácter de gestor del Estado capitalista estadounidense, y con ello busca disciplinar a la sociedad en su país, que, por su lugar en el mundo, se traslada a las relaciones internacionales, y genera incertezas e incertidumbres.
El modelo de expansión asiático, especialmente de China, asentado en la planificación centralizada, induce el imaginario autoritario del gobernante estadounidense que pretende marcar rumbo en el sistema mundial.
Milei sigue los pasos de Trump e intenta disciplinar a la sociedad local desde su estrategia de austeridad, ajuste y regresivas reformas estructurales para insertar al capitalismo local en el orden global que define la política exterior de EEUU.
La subordinación se legaliza de manera autoritaria, vía “Decretos de Necesidad y Urgencia”, que no son ni necesarios, ni urgentes, pero que otorgan legalidad a los actos de gobierno facilitado por la complicidad de parte importante de la oposición institucional.
Resulta importante considerar que a Trump o a Milei solo lo puede frenar una nueva iniciativa política popular que tenga por horizonte no solo terminar con el autoritarismo creciente de estos gobiernos, sino con otras políticas, alternativas, orientadas a la emancipación social y a resolver acuciantes necesidades populares.
En rigor, no es solo una cuestión nacional referido a los países en cuestión, sino que es válida en el debate civilizatorio contemporáneo, demandando un clima de revolución.
Buenos Aires, 31 de marzo de 2025
Más deuda y dependencia con el FMI
En conferencia en la Bolsa de Comercio, el ministro Luis Caputo confirmó que el gobierno argentino discutió con el staff del FMI una cifra de 20.000 millones de dólares como parte del acuerdo que se discute con el organismo internacional.
Es un anuncio en momentos de fuerte presión para una devaluación de la moneda local. El BCRA vende dólares acudiendo a recursos que gestiona pero que no le pertenecen.
Hay que recordar que el Ministro habló hace unos días, en un reportaje concedido a Antonio Lage, con la intención de calmar los ánimos y presiones sobre el tipo de cambio. En realidad, la embarró, ya que aludió q que “habría cambios” en la política cambiaria.
Así, los operadores en el mercado de cambio, una minoría con capacidad de ahorro e inversión salieron a dolarizarse, elevando los tipos paralelos, superando los 1.300 pesos por dólar, quebrando la lógica de la tablita (1% mensual).
Eso explica el mensaje difundiendo el monto solicitado, para intentar calmar a las fieras. Todavía resta la aprobación del Directorio del organismo e incluso, luego de ello, cuál será el cronograma de desembolsos. De ninguna manera llegarán rápido esos 20.000 millones.
Por ahora, los principales países del sistema mundial, con peso en el FMI, son favorables al apoyo al gobierno de la ultraderecha en la Argentina.
Es explícito el apoyo de EEUU, de Francia, tras conversación telefónica con Emmanuel Macron y claro, China expuesta con el swap también estaría interesada en el sostenimiento del FMI y otros organismos internacionales.
Todos quieren cobrar, especialmente el FMI.
Duplicar las Reservas
Además, Luis Caputo divulgó que está en tratativas con el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), para un financiamiento que permita redondear unos 50.000 millones de dólares de Reservas Internacionales (RRII), las que hoy están en unos 26.500 millones de dólares.
Vale considerar como se dilapidan las RRII. A comienzos de enero del 2025 las RRII alcanzaron casi 33.000 millones de dólares, por lo que en menos de tres meses se perdieron unos 6.500 millones de dólares, que se quemaron en favor de acreedores externos por cancelación de deuda y para otros mecanismos de salida o fuga de capitales.
Después dicen que “no hay plata”. Lo dilapidado en menos de tres meses es la mitad del ajuste a los/as jubilados/as en un año de ajuste de las pensiones y jubilaciones.
Lo que escuchamos de parte del funcionario a cargo de la política económica es que la Argentina sumará más deuda y dependencia, con un lógico resultado de más ajuste perpetuo en desmedro de derechos sociales de la población.
Caputo develó el misterio del monto solicitado y en debate, pero nada dice del cronograma de desembolsos, que lo suponemos en cuenta gota y asociado a los vencimientos del préstamo odioso, ilegal e ilegitimo del 2018, renegociado en 2022.
Dice Caputo que son recursos para fortalecer el balance del BCRA. En ese sentido, la duda remite a cuanto de esos desembolsos podrán ser utilizados por el gobierno para sostener la actual política cambiaria, un interrogante que recorre la corrida cambiaria de estos últimos días.
Inversores piden levantar restricciones
Parece que el gobierno pierde confianza entre los principales operadores del mercado financiero, en un contexto en que las inversiones no terminan de definirse, pese a los beneficios del RIGI, mientras no haya garantías de libre disponibilidad de los excedentes, es decir, que se levanten las restricciones al movimiento internacional de capitales, especialmente a la salida, lo que vulgarmente se denomina CEPO.
Esa es la interna del debate en el gabinete de Milei, con Sturzenegger que propone la urgente liberación del mercado cambiario y Caputo que se aferra a la tablita, en tanto ancla cambiaria para contener la suba de los precios.
Milei estira la apuesta por el actual ministro y la tablita, con un ojo puesto en el índice de inflación, aun sabiendo que es un indicador desactualizado, pero que actúa en las expectativas esperanzadas de millones de personas empobrecidas que sustentan el consenso político en el gobierno.
Es cierto que es un consenso que se deteriora por errores no forzados, sea el discurso en Davos contra la diversidad sexual; la estafa de la cripto moneda $Libra; la designación por decreto de dos jueces de la Corte Suprema y la fortísima represión a una causa que gana simpatía y solidaridad en la sociedad, como es el caso de la lucha de jubilados y jubiladas.
Horizonte regresivo y alternativa
Más deuda y condicionantes para la política económica local, que auguran más y mayor ajuste y reestructuración regresiva en un horizonte más allá de la coyuntura.
La deuda es impagable y promueve mayor achique del gasto público y profundas reformas reaccionarias en material laboral, previsional y tributaria, con más liberalización de la economía.
En 2019 se debió impugnar el préstamo del 2018 y al no hacerlo generó la agonía y el perjuicio sobre el conjunto de la población empobrecida que sufre el ajuste y la reaccionaria política en curso, responsabilidad del gobierno y sus cómplices en gobiernos provinciales y los poderes legislativo y judicial.
La demanda es por un amplio movimiento social de rechazo a las negociaciones con el FMI y al repudio de esa deuda odiosa, lo que supone confrontaciones con el poder económico local y global y, por ende, una amplia base de apoyo político para un rumbo alternativa de la economía en el país.
Hace falta una alternativa política en la Argentina. Milei cuenta a su favor la inexistencia de un proyecto de poder que entusiasme a buena parte de la sociedad, que no quiere volver a recetas del pasado reciente y que transita en el descontento, la protesta y en la búsqueda de un proyecto político alternativo para otro rumbo.
El punto de partida será desandar lo ejecutado en este tiempo de gobierno de la ultraderecha y sus complicidades, para desde ahí, asumiendo las reivindicaciones de las luchas populares en curso, encaminar una política económica que modifique la ecuación de perjudicados y beneficiarios actuales.
Sin dudas, a la cabeza de esa política está la denuncia del crédito con el FMI, la suspensión de los pagos, la auditoria con participación popular, que defina la legalidad de las acreencias. Eso requiere de una enorme acumulación de poder popular.
Buenos Aires, 27 de marzo de 2025
En la víspera de un nuevo acuerdo con el FMI
Argentina negocia a ritmo acelerado un acuerdo con el FMI. En estas horas la operación se discute entre el Directorio del Fondo y el equipo de técnicos que vino analizando con el gobierno argentino los términos de la condicionalidad, que por supuesto nadie conoce.
Por ahora tiene el apoyo explícito del gobierno de EEUU, el accionista con poder de veto en el organismo internacional. Ahora Milei, tras conversación con Emmanuel Macron, logra el apoyo de Francia.
Los principales accionistas del FMI apoyan el nuevo préstamo, que amplía la exposición de Argentina ante el Fondo y profundiza la hipoteca de la Argentina. Con casi 45.000 millones de dólares, el país es el mayor deudor del FMI, con el 28,3% de las acreencias, seguido por Ucrania con el 10,1%.
Sin guerra, curiosamente, la Argentina aumentará la exposición ante el organismo internacional, por lo que los principales accionistas intentan evitar la gran debacle y seguir sosteniendo ideológicamente a su socio político cultural, pero intentar evitar el colapso financiero de una cesación de pagos del país.
Todos quieren cobrar, especialmente el FMI. Resulta interesante confirmar también que existen otros actores globales comprometidos, que verían con satisfacción el sostén financiero del Fondo.
Remito al caso de CHINA expuesta con el swap facilitado a la Argentina, que consolidó una relación económica financiera del gigante asiático con Buenos Aires, de una operación que atravesó a los gobiernos de cuño kirchnerista, macristas y ahora a Milei, quien perjuraba no tener interés en negociar con “comunistas”, hasta que fue necesario.
Más ajuste con la renovación
El problema es que el costo de la renovación y la ampliación de los fondos afecta a las condiciones de vida de la mayoría social, especialmente los empobrecidos, porque el gobierno ratifica el privilegio con los acreedores y entonces augura más ajuste para cumplir con las cancelaciones de intereses, descontando la renovación de los vencimientos de capital.
Se reconoce que el capital se renueva “sine die”, y el flagelo de los intereses compite con el gasto social en derechos consagrados constitucionalmente, del modo que la deuda es una hipoteca que gerencia el gran capital mundial vía el FMI, con un crédito odiosos en 2018, renegociado en 2022 y ahora en 2025.
No se sabe la magnitud, pero el gobierno acelera cualquier alivio, ya que, si las reservas internacionales llegaban a 32.903 millones de dólares al 7 de enero del 2025, el día 19 de marzo alcanzaron 27.046 millones, reflejando una pérdida de 5.857 millones de dólares en menos de tres meses.
Lo cierto es que luego de ese dato el BCRA continuó vendiendo divisas quedando por debajo de los 27.000 millones, agravando la ausencia de dólares para contener el tipo de cambio, principal ancla inflacionario con la que apuesta políticamente el gobierno Milei en este año electoral.
Como lo que manda es la política, el gobierno apura el acuerdo subordinado con el FMI, a cualquier costo y condicionalidad, con tal de sostener su principal activo, la baja del índice de precios, para intentar mantener todo lo posible el consenso social.
Las movilizaciones del 24 de marzo en todo el país es la contracara de la política oficial. No solo se trató de la recuperación de la memoria, sino de un crecimiento del descontento que avanza como protesta y busca cauce para constituirse en alternativa de política a la hegemónica oficialista y sus cómplices en los gobiernos provinciales, el poder legislativo y el judicial.
No se trata de volver hacia atrás, sino de transitar nuevos rumbos de la política para habilitar un nuevo tiempo de esperanza por cambios que resuelvan las necesidades que pueblan las demandas de los movilizados, sean jubiladas/os, trabajadores/as y múltiples reivindicaciones de organizaciones sociales, territoriales, ambientales y del conjunto social.
Buenos Aires, 25 de marzo de 2025
Negociación con el FMI por DNU
Finalmente se envió al congreso un DNU para avalar la negociación con el FMI. ¿Qué se negocia? Lo que negoció Alberto Fernández y Martín Guzmán en 2022, que habían negociado el “odioso” préstamo otorgado a Mauricio Macri en 2018. Un préstamo odioso en 2018 lo sigue siendo en 2022 y en 2025.
Es odioso porque no sirve ni al pueblo ni a la Nación, ya que el acreedor y el deudor sabían que no había destino para el “desarrollo” y además, de la imposibilidad de cancelación. Fue una operación ilegítima e ilegal.
Lo que ahora se negocia se hace de manera ilegal, por anticonstitucional, ya que no había ni necesidad ni urgencia en pleno periodo de sesiones ordinarias del congreso, por lo que debió enviarse una ley y no un DNU.
Más allá de esta irregularidad, lo que se negocia tiene problemas de origen, sin perjuicio que lo que ingresó en 2018, lo hizo por una puerta giratoria, agigantando la fuga de capitales.
Existe ilegitimidad de origen y de proceso 2018-25), con identificados beneficiarios inmediatos, según informe del BCRA del 2020, y un pasivo que se cargó a las cuentas de la sociedad, que es lo que viene soportando el flagelo de la deuda, especialmente los más empobrecidos, sujetos principales del ajuste sempiterno de la gestión Milei.
Con el DNU nos enteremos que los fondos que se liberen, por ahora una incógnita respecto de su magnitud, solo podrán usarse para cancelar deuda con el FMI y “letras intransferibles”, otorgadas al BCRA a cambio de reservas internacionales por parte del tesoro nacional.
Esas letras intransferibles son papeles que figuran en el balance del BCRA, que no se negocian en el mercado secundario y que generan un bajísimo interés. Es una deuda entre organismos del Estado Nacional.
El BCRA tendría unos 23.084 millones de dólares en Letras intransferibles, que en distintos momentos entregó el Tesoro Nacional a cambio de divisas de las Reservas Internacionales que gestiona el BCRA.
Esas Letras estaban valorizadas en 67.350 millones de dólares y bajo la gestión actual al frente del BCRA, de Bausili, se revaluaron esos activos en menos de 20.000 millones de dólares.
Las razones para el cambo de la valorización remiten a que aquel valor no era real, “recuperable”, y como no existe posibilidad de colocarlas en un mercado secundario se hizo una valoración menor del valor nominal. La realidad es que esas letras hoy alcanzan a 23.084 millones de dólares.
El Gobierno de Milei y Caputo pretenden cancelar parcial o totalmente esa deuda con el BCRA. Todo dependerá de la magnitud de los recursos que se logren, no solo en la renegociación con el FMI, sino de otros organismos internacionales que podrían complementar el financiamiento demandado por la Argentina.
Las estimaciones periodísticas oscilan entre 11.000 y 20.000 millones de dólares, entre lo que surja del acuerdo con el FMI y de otros prestamistas globales.
Más allá de cualquier objeción, se trata de un pésimo negocio, ya que se canjea una deuda manejable con el BCRA, que podría renegociarse recurrentemente, a bajo costo y de legislación nacional, por otra con el FMI, a mayor tasa de interés, con condicionalidades y bajo legislación extranjera.
Los condicionantes que imponga el FMI serán en materia cambiaria, monetaria o fiscal, adicionando a ello la amenaza de ir por remanentes de capital público o bienes comunes ante el impago a futuro de esta u otras acreencias.
No es ocioso mentar, que podría ocurrir lo que acontece hoy en Ucrania, con EEUU demandando contratos beneficiosos en la explotación de bienes comunes. No debemos olvidar el carácter decisorio de EEUU en el FMI.
Lo que acontece es un canje de deuda entre organismos del Estado argentino por una deuda con un organismo internacional, profundizando la dependencia local respecto del capital transnacional gestionado por la potencia hegemónica del capitalismo global.
Además, el gobierno pretende aprobación congresal a libro cerrado vía Decreto de Necesidad y Urgencia.
La estafa es la $Libra, la deuda y el conjunto de la política que afecta a millones de empobrecidos en el país.
Con esa operación, mejoran las Reservas Internacionales del BCRA que vienen bajando de manera abrupta. Si el 7 de enero alcanzaban casi 33.000 millones de dólares, el 5 de marzo bajaron a poco menos de 28.000 millones de dólares.
Son unos 5.000 millones dilapidados para el negocio especulativo del “carry trade” y una política antiinflacionaria asentada en la intervención estatal sobre el tipo de cambio, a contramano de un discurso de libre mercado.
Los efectos de la política gubernamental son desastrosos para la mayoría, pero beneficiosa para una minoría enriquecida.
El destino del préstamo en el 2018 fue la fuga de capitales en beneficio de unos pocos, y ahora también, a lo que se suma el peligro de profundizar la entrega del patrimonio público y de los bienes comunes para una explotación extranjerizada bajo la modalidad exacerbado del extractivismo depredador.
Más allá de las acciones jurídicas en curso y el debate parlamentario que el DNU habilita, la sociedad debe movilizarse para decirle “Basta al FMI” y rechazar esta nueva estafa que contribuye a profundizar la dependencia de la Argentina al capital concentrado transnacional y a la primarización extractivista del modelo productivo.
Buenos Aires, 11 de marzo de 2025
Crece la movilización como condición de posibilidad para la disputa de poder
La causa de jubiladas y jubilados se ha instalado nacionalmente con la movilización del miércoles 12 de marzo, seguida de una brutal represión de las fuerzas de seguridad. No es curioso, pero se constata la importancia para el gobierno la suba del presupuesto en el gasto de seguridad para seguir pertrechando las fuerzas represoras en contra de las reivindicaciones del movimiento de jubiladas y jubilados.
Se confirma el profundo ajuste y el recorte en el gasto previsional. Desde que asumió Javier Milei, lo que tenemos, el principal recorte, el principal ajuste es el gasto previsional. Son más de 11,3 billones de pesos lo que ha ahorrado el gasto público en materia previsional. Digamos que solo crece más en el recorte del ajuste la obra pública.
No hay ninguna duda que el superávit fiscal tiene base en la contención de la inversión pública y en el recorte previsional.
A eso sumemos el impacto que ha tenido la quita de subsidios medicinales, los impactos colaterales de lo que hace a la vida de los jubiladas y jubilados, que en los de la mínima reciben un complemento, vía bono, congelado desde que asumió Javier Milei. Un bono deteriorado por la inflación acumulada, aun en baja. La suba de precios afecta los ingresos de jubiladas y jubiladas.
La movilización es antigua, creció mucho en los últimos tiempos, pero la verdad es que los jubilados se juntan los miércoles desde que Cavallo y Menem iniciaron la privatización del régimen jubilatorio.
Entonces la tradición de los miércoles de los jubilados tiene más de tres décadas de convocatoria desde la Mesa Coordinadora de organizaciones de jubilados y pensionados.
Los encuentros de los miércoles crecieron desde que llegó Milei al gobierno porque son los jubilados y jubiladas los principales afectados por el ajuste libertario.
Resulta interesante la solidaridad de las hinchadas de futbol, que extiende la solidaridad al reclamo del movimiento de jubiladas y jubilados.
Afines de febrero fue represaliado un jubilado que vestía la camiseta del Club Chacarita Juniors, motivando la reacción de los seguidores de esa parcialidad deportiva y gestaron una movilización solidaria el miércoles 5 de marzo.
Eso generó una respuesta de otras hinchadas, de “hinchadas”, no de “barras bravas”, como se intenta instalar mediáticamente.
Así, se generó un espacio de solidaridad muy grande que involucró a muchas aficciones deportivas y actividades diversas, sociales, barriales, comunales. Se generó un clima de solidaridad muy importante que motorizó la gran concentración del miércoles 12.
En rigor, la represión empezó antes de que se constituyera el acto y movilización, actividad tradicional de los miércoles en frente del Congreso Nacional.
La represión anticipada intentó restarle visibilidad a una movilización solidaria con la causa de las jubiladas y jubilados.
El gobierno y la mediación ideológica de la prensa afín a la ultraderecha esgrimió la intencionalidad política de la movilización, en contra del rumbo del gobierno y sus cómplices. Claro, siempre hay intereses políticos en todo reclamo, porque ajustar a los jubilados es una decisión política.
Se podría decir que el ajuste debería provenir por la suspensión de pagos de la deuda, y denunciar el carácter odioso de la deuda asumida con el su carácter ilegal e ilegitimo.
Lo que acaba de hacer el gobierno es plantar un DNU con la intencionalidad de avalar la negociación que está haciendo con el FMI y profundizar la hipoteca de la duda restando fondos para jubilaciones, pensiones y otros destinos de satisfacción de derechos constitucionalmente consagrados.
Es política la acción del gobierno y sus cómplices, como las acciones de resistencia y protesta de lso afectados por la política gubernamental.
La realidad es que la movilización del pasado miércoles 12 de marzo instaló en la sociedad la justeza de la reivindicación de jubilados. Solo resta ahora, que el conjunto de la sociedad reconozca que no es un tema de jubiladas y jubilados, sino de una política que afecta al conjunto empobrecido de la sociedad.
Aun cuando el gobierno quiere descalificar la violencia de los manifestantes, la realidad es que los afectados principales de la represión son un reportero gráfico que está en situación de salud muy delicada, producto de la represión, donde fue directamente a su cabeza un disparo, una jubilada de 87 años que recibe un golpe de un policía uniformado, otros impactados de bala y unos 150 detenidos.
Hubo infiltración, con un policía filmado que deja un arma tirada en el suelo para incriminar a la manifestación. Es sospechoso el móvil policial incendiado, que estaba sin custodia y ventanas abiertas, toda una provocación para acusar de violenta a la movilización.
Bueno, es todo muy sospechoso. el comunicado de la ministra de seguridad no tiene nada que ver con la propia jueza que libera a gran parte de los detenidos, que fueron cazados en contra del derecho a manifestarse.
El miércoles 19 de marzo continuará la lucha de jubiladas y jubilados, como hace más de 30 años. Habrá más solidaridad y puede ser que este sea un punto más de quiebre en el consenso que hasta ahora viene teniendo el gobierno.
La movilización está sustentada en el sector social más afectado por el ajuste fiscal.
Una gran movilización se está gestando, con anuncios de paro general en los próximos días.
Son iniciativas que se despliegan en todo el país y que son el marco adecuado para construir alternativa política que es lo que falta en el país para entusiasmar a un nuevo ciclo de disputa de gobierno y de poder.
14 de marzo de 2025
La deuda que se negocia con el FMI
Según dicen los informes oficialistas, los recursos que libere el FMI serán para cancelar LETRAS INSTRANSFERIBLES que el Tesoro Nacional le debe al BCRA.
El BCRA tendría unos 23.084 millones de dólares en Letras intransferibles, que en distintos momentos entregó el Tesoro Nacional a cambio de divisas de las Reservas Internacionales que gestiona el BCRA. Recordar que Néstor Kirchner en 2006 canceló 9.500 millones de dólares al FMI por este mecanismo.
Esas Letras estaban valorizadas en 67.350 millones de dólares y bajo la gestión actual, de Bausili, se revaluaron esos activos en menos de 20.000 millones de dólares. Esgrimieron que aquel valor no era real, “recuperable” y como no existe posibilidad de colocarlas en un mercado secundario se hizo una valoración menor del valor nominal.
La realidad es que esas letras hoy son como dijimos de 23.084 millones de dólares. El Gobierno Milei Caputo pretende cancelar parcial o totalmente esa deuda con el BCRA, por lo que destinaría con ese fin los fondos frescos del FMI, que hoy negocian. Las estimaciones periodísticas oscilan entre 11.000 y 20.000 millones de dólares.
Lo que ocurre es que una deuda manejable con el BCRA, que como se ve, estaba valorizada en 67.350 millones y se re-valuaron a menos de 20.000, ahora sería una deuda dolarizada con el FMI como acreedor, más los condicionantes que imponga esa entidad, sea en materia cambiaria, monetaria o fiscal.
Además, ante el impago a futuro de esta u otras acreencias, podría ocurrir lo que acontece hoy en Ucrania, en que EEUU demanda contratos beneficiosos en la explotación de bienes comunes. No olvidemos el carácter decisorio de EEUU en el FMI.
Sería un canje de deuda entre organismos del Estado argentino por una deuda con un organismo internacional, profundizando la dependencia local respecto del capital transnacional gestionado por ola potencia hegemónica del capitalismo global.
Además, el gobierno pretende aprobación congresal a libro cerrado vía Decreto de Necesidad y Urgencia.
La estafa es la $Libra, la deuda y el conjunto de la política que afecta a millones de empobrecidos en el país.
Con esa operación, mejoran las Reservas Internacionales del BCRA que vienen bajando de manera abrupta. Si el 7 de enero alcanzaban casi 33.000 millones de dólares, el 5 de marzo bajaron a poco menos de 28.000 millones de dólares.
Son unos 5.000 millones dilapidados para el negocio especulativo del “carry trade” y una política antiinflacionaria asentada en la intervención estatal sobre el tipo de cambio, a contramano de un discurso de libre mercado.
Los efectos de la política gubernamental son desastrosos para la mayoría, pero beneficiosa para una minoría enriquecida.
El destino del préstamo en el 2018 fue la fuga de capitales en beneficio de unos pocos, y ahora también.
Buenos Aires, 7 de marzo de 2025
¿Capitalismo y democracia? La gestión Milei
Publicado en TRAMAS, en: https://tramas.ar/2025/03/02/capitalismo-y-democracia-la-gestion-milei/
Inició el año legislativo del 2025 con creciente autoritarismo en la gestión gubernamental, aun cuando repliquen desde el oficialismo que los “Decretos” son constitucionales, incluida la designación transitoria de jueces de la Corte Suprema de Justicia, a días del inicio de las deliberaciones congresales; que el “protocolo de seguridad” tiene base legal; o que se restrinja la cobertura periodística en el recinto parlamentario del mensaje del comienzo de actividades del Congreso.
La propuesta de país es autoritaria, aun cuando se reglamente en un cuerpo legal al estilo de la ley de Bases, porque la desregulación sustentada o la restructuración regresiva de relaciones, como sugiere el discurso presidencial referido a la reforma laboral o previsional, incluso la quita de impuestos al capital, supone un orden social de jerarquización del ingreso de los propietarios de medios de producción en desmedro de la mayoría de la sociedad. Es un mecanismo de asignación de privilegios propio de un régimen autoritario.
El autoritarismo también se manifiesta en las formas y los modos del discurso presidencial, las agresiones y descalificaciones, incluso la manipulación de cifras y datos de la realidad, como las omisiones en el mensaje presidencial, caso de la estafa cripto (de eso no se habla) que involucra a Milei y a otros integrantes del gobierno, esenciales en el núcleo de poder, como la manifestación de incluir entre sus colaboradores en el Gabinete al Presidente del BCRA, organismo supuestamente autónomo del poder ejecutivo.
La novedad pasa por la creciente forma autoritaria de ejercicio del gobierno de la “democracia” realmente existente, que supera la consideración del gobierno argentino y que puede verificarse en otros casos nacionales, por ejemplo, en la gestión estadounidense. Son signos de la época, en que la crisis de valorización de los capitales tiene impacto en la “política” y el descontento social ante insatisfacción en las respuestas a demandas sociales insatisfechas. Ello impacta en las formas de gobierno, haciendo evidente el poder dictatorial de la clase dominante y de sus representantes.
Son formas que suponen confrontaciones con los de abajo, las clases subalternas, sobre quienes cae el costo del ajuste de las políticas hegemónicas. Pero también por arriba, entre distintas fracciones del poder y del capital, para redefinir rumbos de recomposición del régimen de acumulación. Así puede entenderse la crítica a medios de comunicación hegemónicos, caso de Clarín, o la verborragia en contra de capitales industriales prebendarías, ¿Techint, quizás?
Esas confrontaciones con los de abajo y las que se procesan por arriba, son parte de la dialéctica de la lucha de clases y que muestran un horizonte abierto en el imaginario del país resultante. ¿Quién vence a quién? ¿Los de abajo a los de arriba? ¿Cómo se dirime la disputa por arriba? Es más, ¿quién expresa o expresará a la fracción dominante del capital hegemónico? Interrogante que incluye la disputa entre Milei y su vice, Victoria Villarroel, y más allá a Mauricio Macri y al macrismo, entre varios aspirantes a la representación política del poder real.
Todo ocurre en tiempos de internacionalización de la producción y transnacionalización del capital, afectado en tiempos de turbulencias y desorden del “orden mundial” definido en 1945, reestructurado en 1971 a partir de la ruptura de los acuerdos de posguerra en materia monetaria, y más recientemente ante la ruptura de la bipolaridad global entre capitalismo y socialismo en los noventa del siglo pasado.
Más aún a partir de la crisis 2007/09 y la aparición en escena de la ultra derecha en la disputa reciente de los gobiernos, muy especialmente con la primera gestión Trump desde 2016 y las sanciones unilaterales a países que no se subordinan a la lógica imperial dominante, agravadas en este segundo turno, involucrando redefiniciones de las relaciones internacionales para defender la posición dominante de EEUU.
La democracia
El capitalismo desarrolló una forma histórica de gestión gubernamental que generalmente se denomina “democracia”, que asume formas parlamentarias o presidencialistas. En cualquiera de sus variantes, constituye una forma de legitimación del poder del capital, institucionalizado con formas específicas, a la cabeza de las cuales están las “constituciones”. Por ser éstas, históricas, en el régimen de capital, asumen como prioridad la defensa de la propiedad privada de los medios de producción.
Toda la legislación está subordinada a esta máxima del poder institucional, aun cuando esa propiedad privada es también un proceso histórico, resultado de iniciativas violentas del poder en determinados momentos del desarrollo histórico. Para el caso nuestro, de lo que hoy llamamos Argentina, sobresale el periodo de la conquista y colonización, luego el proceso de “organización nacional” y claro, culminando una etapa: el genocidio indígena, que fuera coronado con la campaña oligárquico militar en el territorio patagónico, junto a la centralización y capitalización de la ciudad portuaria de Buenos Aires. En el centro, la apropiación privada de la tierra y la subordinación a una lógica de acumulación capitalista.
Así, “el poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”, máxima democrática, se subordina a la dinámica de la explotación de la fuerza de trabajo y al saqueo de los bienes comunes de la humanidad, que sustenta y reproduce al régimen del capital.
Lo curioso es que en el “sentido común”, que es el que imponen las clases dominantes, existe un vínculo que suena virtuoso entre “capitalismo y democracia”. En todo caso, una forma de gobierno llamada democracia que está al servicio de la lógica de producción y reproducción del orden capitalista, de la explotación y el saqueo. Es cierto que a veces acontecen crisis política y las formas democráticas se transforman en autoritarias, incluso anticonstitucionales. La Argentina tiene ejemplos de sobra en los recurrentes golpes de Estado y dictaduras militares entre 1930 y 1983. La realidad es que no solo los “militares” quiebran el orden constitucional. De hecho, las fuerzas armadas como las de seguridad, constituyen brazo armado en defensa de la lógica nacional del orden capitalista.
Así, amenazado el régimen del capital por la dinámica en lucha y organización de las clases subalternas, explotadas, el poder del capital recurre a la violencia de las armas para restaurar el funcionamiento “normal” del régimen del capital, que, si es posible, lo hace bajo importantes cuotas de consenso social. Si no existe suficiente consenso, se vulneran “derechos democráticos” consagrados constitucionalmente productos de la lucha social.
La democracia real en el capitalismo es un proceso de lucha de clases que vuelca la balanza a favor de las clases dominantes, más allá de contradicciones en su seno. La réplica en lucha del poder del pueblo arranca concesiones que no afectan la esencia del poder del capital, pero suponen confrontaciones por mejores condiciones de vida, aun en el capitalismo. Por eso, la lucha por la democracia, aun burguesa, es parte del programa de las/os trabajadoras/es en contra del poder burgués.
Superar al capitalismo
La revolución contra el régimen del capital es la tesis que motivó los estudios teóricos y la práctica política de pensadores y promotores de iniciativas y experiencias de organización alternativa del sistema capitalista.
Remito a una historia que se procesa en la cuna del capitalismo desde la revolución europea de 1848, pero también a los estudios contemporáneos que recogen las múltiples resistencias de los originarios a los diversos procesos colonizadores sustentados en la esclavización y el saqueo.
Son siglos por la instalación del orden capitalista en el sistema mundial, que en su desarrollo fue modelando “formas de gestión” que se configuran como “democracia”, con un formato prevalente que se fue imponiendo, con matices, a escala mundial.
En ese proceso se gestaron experiencias de resistencia y una historia de la revolución, antiesclavista triunfante en el caso de Haití hacia 1804, convergente en tiempo con la derrotada rebelión irlandesa contra la dominación británica. Se habilita un tiempo de consolidación colonial e imperialista del capitalismo mundial, tanto como su contrapartida de lucha anticolonial, anticapitalista y antiimperialista.
La dinámica de la lucha por otro orden social, a contramano del régimen del capital, atraviesa la historia de luchas que son simultaneas a la consolidación del poder burgués bajo las formas de la “democracia” realmente existente. La denominación de la nueva organización social transitó bajo diferentes modalidades de “socialismo”, en contra de la propiedad privada de los medios de producción y novedosas formas de gestión de la producción y la vida cotidiana, incluso en la relación de la humanidad con la naturaleza y su mutua armónica reproducción.
Es un debate actual, que supone la crítica al capitalismo tal como se desarrolla en el presente, como a la gestión gubernamental del sistema. En ambas consideraciones se requieren nuevas formas de organización y reproducción de la cotidianeidad, en la esfera de la economía, de la política, de las relaciones humanas. Remito al protagonismo social en la organización y toma de decisiones para la producción y reproducción de la sociedad y de la naturaleza.
No se trata de un debate abstracto, sino muy concreto, ya en que, en sentido histórico, el presente de la Argentina resume una ofensiva del capital y de la derecha política que tiene antecedentes en los objetivos de reestructuración regresiva del capitalismo local que instaló la dictadura genocida, y que en sucesivas etapas se desplegó estos años. Un proceso coronando con las pretensiones hegemonistas manifestadas en el discurso presidencial del 1 de marzo ante la asamblea legislativa.
Por eso, no alcanza con la crítica al autoritarismo del gobierno Milei, sino que la crítica sustancial debe incluir a las formas y al contenido del momento del capitalismo local. Es algo no disociado de la crítica al orden capitalista global. En ese sentido la critica a las formas democráticas del gobierno capitalista resulta sustancial. Unas nuevas experiencias de protagonismo social para construir nuevos instrumentos de intervención política son necesarias para confrontar con éxito a las propuestas de dominación contemporánea.
Son consideraciones que trascienden la coyuntura electoral del 2025, pero que requieren ser abordadas en sentido estratégico de construcción política alternativa, con suficiente densidad de protagonismo social en la resistencia, al tiempo que se define proyecto político para una sociedad en contra y más allá del capitalismo.
Buenos Aires, 2 de marzo de 2025
Todo vale para la restauración conservadora
(Buena parte de esta nota fue publicada en Perfil, en: https://www.perfil.com/noticias/opinion/estafas-y-consensos-para-la-restauracion-conservadora.phtml)
Entre quienes debatimos en torno a la alternativa política se habilita una discusión relativa a cuanto le afecta el “cripto gate” a Javier Milei.
Mientras esto se discute, el libertario acelera su plan con la transformación en S.A. del BNA y se pasea en Washington con funcionarios del gobierno de EEUU, del FMI y otros organismos internacionales, junto a sus diatribas ideológicas en el cónclave de la derecha conservadora.
Lo visible del fenómeno es la estafa por $Libra, cuando en rigor, debiera discutirse la esencia, en la estafa gigantesca que supone el ajuste a la mayoría empobrecida.
En ese conjunto social empobrecido anida parte importante del consenso electoral y un “apoyo silencioso” en la expectivas de mejora futura ante la baja del índice inflacionario. Por eso el empecinamiento en sostener el ancla cambiaria, aunque ello suponga perdida de la competitividad local respecto del capital foráneo. No es que no le preocupe el cierre de empresas, el desempleo y el deterioro por la pérdida de actividad económica, sino que toda la apuesta es a bajar el índice de inflación, por ahora, la principal variable que contribuye al sostén del consenso social.
Claro que el núcleo concentrado del poder económico también apoya, siendo los principales beneficiarios estructurales, aun cuando no tengan aun resultados en términos de ganancias, al tiempo que desconfían por los modos de actuación del libertario. No se lo acepta en su totalidad, pero se le concede que hizo lo que nadie en el objetivo de disciplinar la demanda de los de abajo. Las centrales patronales señalan algunas críticas para sostener sus reivindicaciones, especialmente relativas a la devaluación, por lo que Milei les contesta a los profesionales de la economía a ellos vinculados como “econo-chantas” porque se constituyen en voceros de la demanda por la corrección del tipo de cambio, la devaluación.
Ocurre que saben que el libertario pretende disciplinarlos a ellos también y solidificar cambios en el bloque de poder de larga tradición en los golpes de estado desde 1930.
La restauración conservadora es una demanda del poder concentrado desde comienzos del Siglo XX y ahora, primero bajo gestión Macri y luego con Milei, los propósitos parecen materializarse, con consenso “democrático”, aun cuando se abuse de los decretos y de formas autoritarias legitimadas por profesionales de la manipulación ideológica en los medios de comunicación y las redes sociales.
Los cambios en el capitalismo
Cuesta entender a Milei porque no se reconocen los cambios en el capitalismo, en las relaciones sociales de producción del capitalismo contemporáneo, una dinámica procesada en el último medio siglo.
Es un desafío para la crítica del capitalismo asumir estos cambios, no solo para la confrontación, sino para pensar en términos de sujetos para el cambio revolucionario, programas a sustentar y formas de articulación del bloque socio político para la transformación social y la revolución.
Milei es el resultado de los cambios en el capitalismo local, del mismo modo que Trump lo es respecto de EEUU y del mundo. No son ellos los que hacen la realidad, sino que ésta los constituye a ellos como cabezas visibles de gobiernos nacionales, que pretenden, desde sus gestiones y articulación con otros, intervenir en la dinámica de la lucha de clases global. Es una iniciativa a favor del régimen del capital en un nuevo tiempo del trayecto civilizatorio, en crisis.
Se modificó la relación laboral, creciendo la irregularidad y la pérdida de seguridad social, afectando ingresos populares y jubilaciones en perspectiva.
Es parte de la mercantilización de la cotidianeidad, por eso crece la salud y educación privada y todo tiende a cotizarse y "resolverse" en el mercado, claro, para quien tenga dinero.
Son cambios que fragmentan la realidad social y promueven el individualismo, a contramano de una lógica solidaria asumida como cultura hegemónica en la historia reciente de las relaciones sociales de la mayoría de la población.
Remite a procesos complejos que impacta en las formas tradicionales de organización popular, especialmente a los sindicatos y centrales sindicales, incluso formas económicas asociativas, cooperativas o mutuales que atravesadas por esta realidad se debaten entre la renovación hacia un clasismo de nuevo tipo, por cambios revolucionarios, o subordinarse en una lógica corporativa de defensa de derechos de grupo, más allá del acontecer en la clase en su conjunto.
También cambió la relación estatal, con el desarme desde hace medio siglo de las distintas formas del "estado de bienestar", una tarea inconclusa que se agrava tendencialmente, con menos gasto social y mayor gasto militar y en seguridad para la represión al conflicto social.
Por eso crecen las privatizaciones con venta de empresas públicas o transformación de empresas estatales en Sociedades Anónimas, caso ahora del Banco Nación, para introducir al capital privado en una lógica de gestión y valorización de capitales.
Son cambios que estimulan una nueva inserción internacional de la Argentina, subordinada a los cambios globales y a la política exterior de EEUU. Por eso no se aceptó el ingreso a los BRICS, aunque si el SWAP con China, más por ausencia de prestamistas globales.
Así se sigue acudiendo al FMI, como prestamista de última instancia, lo que explica la negociación en curso, con la pretensión de sumar recursos frescos para aliviar la perdida recurrente de reservas del BCRA. Imaginan así llegar a las elecciones de medio término sin tocar el tipo de cambio. El resultado es el agravamiento de la hipoteca que condiciona, vía presupuesto, al recurrente destino de los recursos públicos para atender la demanda de los acreedores y postergar la satisfacción de derechos que reivindica el movimiento popular en el país.
Alternativa
El problema es el capitalismo y sus cambios, por lo que el desafío para construir alternativa, supone la confrontación contra este capitalismo real y su jefatura: Milei y sus socios en gobernaciones, en el Congreso y en el poder judicial.
Apunto a un nuevo ciclo histórico, que, así como procesa cambios en el bloque de poder, necesita reconfigurar el bloque social afectado y constituir nuevas subjetividades, programas y formas de acción política que disputen otro destino para el futro de la sociedad en la Argentina.
No se trata de abandonar identidades preexistentes, sino de pensar y construir nuevas síntesis políticas que abran la posibilidad de una nueva representación popular que dispute gobierno y poder.
Apunto a un diverso arco que involucra a la izquierda con representación parlamentaria; a una amplísima izquierda de contenido programático asentado en la solidaridad con los procesos de lucha y transformación revolucionaria en la región; a una izquierda social, cultural, intelectual, de grupos y personalidades, junto a una inmensa tradición que anida en partidos tradicionales de la cultura política argentina y que asumen diagnósticos críticos sobre el orden capitalista contemporáneo y concreto, expresado en contra de la iniciativa del bloque político en el poder; aludo a peronistas, radicales, socialistas, comunistas y diversas tradiciones políticas que buscan su lugar en la construcción de un gran frente popular en contra y más allá del capitalismo.
Muchas veces me preguntan si ello es posible. Mi respuesta se concentra en la práctica cotidiana del movimiento de jubilados y pensionadas, que todos los miércoles recrean una práctica de unidad, aun con matices discursivos, en ocasiones confrontados, pero todos detrás de un micrófono abierto que renueva la resistencia por reivindicaciones propias, que trasciende a los adultos mayores para ser parte constitutiva del programa del pueblo trabajador. Es una señal política de unidad en acción, en lucha y debate, que semana a semana construye síntesis política más allá de diferencias, tácticas o estrategias subyacentes de quienes constituyen un amplio espacio de unidad para sentar bases de nueva síntesis política.
La alternativa no se constituye en un acto, es un proceso que requiere de una importante densidad social en lucha y la articulación de un proyecto político que organice la perspectiva de la emancipación y la revolución.
Buenos Aires, 22 de febrero de 2025
Milei en el ojo de la tormenta por la estafa de $LIBRA
Milei apuesta a la “iniciativa privada” y a la “innovación tecnológica”, por eso se acerca a Trump y a Elon Musk, entre muchos otros “capos” del capitalismo contemporáneo.
En ese marco alentó al empresario privado Julian Pehde, de la plataforma Kip protocol en donde se promovió la cripto moneda $LIBRA, que del desconocimiento saltó, gracias al posteo de Milei a cifras astronómicas motorizadas por unos 44.000 inversores tentados por la plata fácil de la economía especulativa.
No contaban con la estafa de unos 5 retiros por casi 100 millones de dólares, que desplomó la valorización en el mercado de capitales y que conmueve al país y a buena parte del mundo, especialmente a los inversores estafados.
Antes las variadas denuncias, Milei posteó que "no estaba interiorizado de los pormenores del proyecto" de la cripto $LIBRA.
Sin embargo, contribuyó con su promoción a la iniciativa privada a consumar una gran estafa, que por estas horas se estima en casi 100 millones de dólares.
Solo para comparar, vale considerar que al Senador Kuider lo expulsaron por contrabandear 200.000 dólares en la frontera paraguaya.
Los funcionarios gubernamentales y los seguidores de Milei minimizan el episodio. Señalan que solo se trató de un posteo, como si fuera un “influencer” despojado de su función de gobierno.
Además, en un tema sensible como es el DINERO, en tiempos de tecnología de la comunicación que favorece la difusión del posteo de un liberal libertario que destacan los principales operadores periodísticos del mundo especializado del capitalismo global.
Vale interrogarse en estas horas como estarán opinando quienes consideran al gran ajuste del argentino como un milagro económico, donde las cuentas macroeconómicas cierran aun con inmenso deterioro de las condiciones de vida de la mayoría social empobrecida.
Habrá que exigir pronunciamientos e investigaciones de los poderes del Estado: la Justicia y el Congreso; que operen los órganos de regulación, como la CNV y que la sociedad asuma la irresponsabilidad de delegar al sector privado asuntos tan sensibles como el DINERO.
Además, no es la primera vez que Milei opina sin conocer, de hecho, es lo que hace con la TEORIA, especialmente con las denuncias de "plagio" en sus libros.
Su "liberalismo" es tanto una estafa como esta, surgida desde su promoción de una cripto moneda que promocionaba como un logro de la Argentina liberal, que atraía capitales para la promoción de la economía liberal sustentada por el proyecto Milei.
La realidad nos devuelve este escándalo, que el presidente y su equipo intentan minimizar.
Es obvio que la oposición política actúa y el debate recién empieza. En rigor, el tema está en la sociedad, siendo evidente que el interés “privado” sigue la lógica de la maximización de la ganancia.
No solo ocurre con las estafas piramidales, sino también con el “adelanto” de los precios que explica el Ministro de Economía sin impulsar acciones concretas.
Solo alcanza con citar el ejemplo de la réplica oportuna del Ministro Caputo a las empresas pre-pagas de salud, que solo sirvió como propaganda, pero sin efecto para usuarios que quedaron subordinados a la lógica re-marcadora del capital privado invertido en salud.
Kuider escondía 200.000 dólares, y quienes blanquearon durante el 2024 habían escamoteado al fisco unos 22.000 millones de dólares en billetes.
La estafa en curso remite a unos 100 millones de dólares, parte de múltiples estafas, entre las que vale destacar es el préstamo del FMI por 45.000 millones de la moneda estadounidense. Crédito “logrado” en la gestión de Mauricio Macri bajo gobierno en EEUU de Trump en 2018.
Todo, para que esos recursos se movieran por una puerta giratoria y consolidaran la fuga de capitales, con beneficios para pocos y a cargo de una cuenta a cancelar por el conjunto de la sociedad.
Hay que investigar todas las estafas, algunas de las cuales las mencionamos, especialmente la actual de $LIBRA, que convengamos no son las únicas.
Si esto es propio del capitalismo, habrá que pensar en políticas que nos lleven a una lógica alternativa, pensando en resolver necesidades de la población y superar el fetiche del “mercado”, la lógica “privatizadora” y cualquier estrategia económica que imagina que solo es posible la vida en el marco del régimen del capital.
Buenos Aires, 15 de febrero de 2025
Trump y la ofensiva capitalista como amenaza
nota publicada en Revista Izquierda #120, de Colombia, en: https://revistaizquierda.com/trump-y-la-ofensiva-capitalista-como-amenaza/
Los ultra-ricos del capitalismo contemporáneo rodean y financian a Donald Trump, recién asumido al frente del gobierno estadounidense entre 2025 y 2029. Elon Musk, Mark Zuckerber o Jeff Bezos, entre otros, son la expresión de la expectativa de la vanguardia de la burguesía mundial que en el ámbito de la tecnología diseña los rumbos del desarrollo capitalista actual. La mayor competitividad del capital se asienta en la innovación tecnológica, la inteligencia artificial (i.a.) en particular, mecanismos contemporáneos de estímulo a la mayor producción de plusvalor y, por lo tanto, a una mayor explotación de la fuerza de trabajo y apropiación de bienes comunes por intenso uso de la energía.
Asistimos a una nueva etapa de la ofensiva del capital en contra del trabajo, por la apropiación de los bienes comunes y el disciplinamiento social bajo la cultura consumista del régimen del capital. Remite a una subsunción del trabajo, la naturaleza y la sociedad en el capital. La nueva gestión Trump intentará avanzar sobre los derechos laborales y sociales al interior de la formación socio económica estadounidense, y como anunció en su discurso inaugural, promoverá la explotación local de los recursos petroleros no convencionales sin preocupación por la afectación ambiental, todo en aras de la reducción del costo de producción empresario. La amenaza es sobre las trabajadoras y trabajadores, especialmente inmigrantes y sobre la propia naturaleza y el conjunto de la sociedad.
La producción es el punto de discusión en la disputa por la hegemonía económica que sostiene EEUU con China, que ahora lo desafía en la carrera por el dominio de la vanguardia tecnológica, la inteligencia artificial. La planificación oriental bajo gestión del Partido Comunista de China hegemonizó la producción fabril global en esta primera parte del Siglo XXI, y EEUU disputa la preeminencia en el proceso integral de producción y circulación de bienes y servicios desde las mejoras en la productividad vía i.a. y el peso mundial del dólar, de las finanzas transnacionales, y el poder militar, por lo que la gestión del magnate Trump se asocia a esa expectativa por sustentar los objetivos del capital más concentrado y de vanguardia del sistema capitalista. China crece en todos los ámbitos de esa dominación, aunque muestra un retraso relativo en términos monetarios, militares e ideológicos culturales.
En la defensa de la hegemonía estadounidense emerge la amenaza civilizatoria, la que se extiende bajo el signo de la guerra, el armamentismo y el militarismo, incluyendo agresiones y chantajes sobre pueblos y naciones. Un escenario que puede agravarse bajo la gestión Trump.
Convengamos que esos capitales transnacionalizados aspiran a la liberación del mercado mundial y seguir extendiendo el dominio de las relaciones capitalistas de producción, para lo que necesitan de la iniciativa del Estado estadounidense, que se asume “proteccionista” bajo la gestión Trump. ¿Es acaso una contradicción? No, es parte de la realidad que supone la competencia entre la dinámica global de acumulación de las empresas de origen chino, con fortísima participación estatal, “ruta de la seda” mediante, y el capital más concentrado de EEUU e incluso de otros países capitalistas desarrollados.
El proteccionismo del capitalismo desarrollado es una característica histórica de los países hegemónicos del orden capitalista. La promoción del libre cambio en los orígenes del capitalismo suponía al mismo tiempo el aperturismo a la libre circulación del capital, de las relaciones de producción capitalistas, en el ámbito mundial, en los territorios a colonizar. Por caso, Javier Milei sustenta desde su gobierno en la Argentina un aperturismo exacerbado mientras Trump enuncia el privilegio a la protección del capital local. No hay contradicción en tanto este ejerce un papel dominante, de potencia imperialista y aquel, el de un país dependiente, subordinado a la lógica hegemónica de EEUU y el capital concentrado transnacional.
Asistimos al gobierno de la potencia imperialista asentado en el gran capital de origen estadounidense, más allá de cualquier contradicción entre distintas fracciones, incluso, con la particularidad de condiciones óptimas de hegemonía institucional. De ser Trump un outsider del Partido Republicano en tiempos de su primera gestión en 2016, se transformó en el jefe de las diferentes facciones políticas republicanas, con una orientación de ultra derecha. Todos los poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial al servicio de una lógica con pretensión de superar la crisis capitalista explicitada hacia 2007/09 y un desarrollo capitalista ralentizado desde entonces. La “democracia” liberal de EEUU avanza en un rumbo de autoritarismo o de totalitarismo propio del capitalismo de nuestro tiempo, bajo mecanismos de violencia explícita, verbal o física, que se convierte en norma recurrente de la cotidianeidad.
La expulsión de migrantes como una de las primeras medidas asumidas en la gestión son clara expresión del sesgo autoritario, incluso más allá de cualquier prédica moral, como intentó la obispa Mariann Edgar Budde de la Diócesis Episcopal de Washington solicitando "misericordia" para los "niños gays, lesbianas y transgénero" e inmigrantes que "temen por sus vidas" ante el acceso de Trump al gobierno estadounidense. La respuesta lapidaria de Trump da cuenta que el mensaje desde la moral no le llega y persistirá en su mensaje y política reaccionaria, signo del tiempo que vivimos, que no es solo ofensiva del “capital”, sino de la ultraderecha en la gestión del capitalismo.
Es una fortísima convicción del magnate presidente de la potencia imperialista ante los problemas del capitalismo mundial y especialmente de EEUU. Entre otras cuestiones, Yanet Yellen, la Secretaria del Tesoro saliente, informó por escrito a los legisladores, un mes antes de finalizada la gestión, que alcanzarían el techo de deuda permitido a fin del mandato Biden, y que realizarían ajustes contables para evitar el límite de la deuda permitida, afectando pagos de jubilaciones y de seguridad social. Anticipa el crecimiento del endeudamiento estadounidense, el mayor del mundo, que para sostenerse requiere del mantenimiento de la hegemonía del sistema mundial.
Puede entenderse desde esa perspectiva que una prioridad del gobierno Trump será la reducción de un gigantesco déficit fiscal que se acrecienta por décadas y que se sostiene en la emisión de moneda y un endeudamiento que alcanza el 140% del PBI de EEUU. Elon Musk, el multimillonario designado al Gabinete para hacer “eficiente” al Estado, será el responsable de achicar ese déficit, principalmente recortando gasto social y compromisos asociados a campañas por el medio ambiente en contra del cambio climático y todo aquello asociado a derechos conquistados en estos últimos años en materia de derechos sociales, de minorías o de género. En rigor, una parte de las medidas asumidas por decreto en el primer día de gestión convalidan este diagnóstico.
Se asegurará Musk de mantener los contratos estatales o los subsidios gigantescos receptados por sus empresas, al tiempo que potenciará el papel del Estado capitalista para el desarrollo del régimen del capital. En rigor, son beneficios logrados más allá del territorio estadounidense, por lo que utilizará su jerarquía de funcionario gubernamental para incidir en concesiones de otros Estados nacionales del capitalismo mundial. El Estado capitalista está gobernado por grandes empresarios, entre ellos Donald Trump y Elon Musk.
Esos objetivos pretenden mundializarse y son funcionales a una oleada de ofensiva política de la ultraderecha, sea la italiana Giorgia Meloni, Bukele en El Salvador, Javier Milei en Argentina, Víctor Orban en Hungría, Donald Tusk en Polonia, Benjamín Netanyahu en Israel o Donald Trump en EEUU, sin perjuicio de otros que, sin ser gobierno, son parte de la disputa, caso especial de Jair Bolsonaro o su proyecto político para Brasil. Son emergentes de una política funcional al proyecto “libertario, liberalizador, de ultra derecha”, afirmando el rumbo autoritario del capitalismo en nuestro tiempo, en tanto resulta un signo de época, que requiere de la crítica para contribuir a desarrollar imaginarios alternativos de otro mundo posible.
¿Qué esperar para la región?
Entre las primeras medidas adoptadas y que nos dan la pauta del sentido del gobierno Trump para la región remite a Cuba. En efecto, como señal de ofensiva contra la experiencia más importante de crítica al capitalismo e intento de construir alternativa por el socialismo, Trump revocó la decisión de Joe Biden de retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. La medida había sido recogida con expectativa ante una demanda mundial solidaria con la isla. Trump no duda y ratifica un rumbo de agravamiento del embargo y bloqueo sobre Cuba, ratificando la batería de sanciones aplicadas en su primera gestión, agudizando los problemas económico sociales que ello apareja a la difícil situación cubana.
Resalto la situación de Cuba, porque la amenaza de Trump y la ultraderecha mundial es una ofensiva del capital en contra de todo proyecto que intente alejarse o confrontar con la estrategia del capital hegemónico y su política, mediados por los Estados capitalistas, por restablecer la dominación burguesa en el marco de incertidumbre que genera la crisis actual desatada desde el 2007 y que aún no encuentra rumbo de superación. El gobierno Trump es un nuevo intento por superar una crisis irresuelta.
Es un llamado de atención a todos los gobiernos que asumieron la gestión con un discurso crítico a las “derechas” y al “liberalismo”, neo o viejo. Para la política exterior de EEUU, más aún en la gestión Trump, no habrá posibilidad de disenso. Lo que se busca es la subordinación, explicitado en su mensaje sobre el Canal de Panamá o el Golfo de México, la demanda sobre Groenlandia o sobre Canadá, incluso las presiones por establecer suba de aranceles a sus socios en el “libre comercio”, México y Canadá, con las negociaciones inmediatas que llevaron a ambos países a disponer gastos adicionales de seguridad de frontera para frenar la amenaza arancelaria de Trump. Ningún territorio le es ajeno al mandamás del imperialismo estadounidense. Más allá de Cuba, Venezuela o Nicaragua, la mirada se orienta a México, Brasil, Colombia, Chile o Bolivia en el objetivo imperialista para la región, tal como en otro momento lo estuvieron Ecuador o el Salvador, como Argentina o Uruguay.
Los designados para atender la política exterior hacia la región son parte del núcleo histórico que imagina una revancha contra Cuba y sobre la influencia de esta en la disputa revolucionaria de los 60/70 en Latinoamérica y el caribe. Más aún, con el peso que adquirió Cuba en la primera década del Siglo XXI en la nueva institucionalidad regional, especialmente en una perspectiva de integración no subordinada, en donde sobresalió la presidencia cubana de la CELAC en 2013. El Secretario de Estado es Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y propiciador del intervencionismo estadounidense en todo el mundo, acérrimo crítico del comunismo y, por ende, de Cuba y de China. También cubano americano es el ex BID, Mauricio Claver Carone, designado como “Enviado Especial del Departamento de Estado para América Latina”, con el propósito de poner orden en la frontera, como parte esencial de un “muro” a la migración regional hacia EEUU.
Trump propone un alineamiento sin concesiones, con eje en desestabilizar a los países que aparecen en confrontación, casos de Cuba, Venezuela o Nicaragua, más allá de la reactivación de las compras de petróleo a Caracas o los contratos favorecidos para las petroleras estadounidenses. Las sanciones, una política desplegada en la primera gestión, se profundizarán en este segundo mandato, por lo que, al proteccionismo local, la gestión Trump inducirá el aperturismo para todos los países de la región. Por eso reorganizó en su anterior gestión el NAFTA y ahora amenaza con aranceles a sus socios, Canadá y México. América primero reitera el eslogan de volver a hacer fuerte y grande a EEUU (Make Again Great America, MAGA).
Entre los problemas estructurales del capitalismo estadounidense aparece el déficit fiscal y comercial, por lo que junto al ajuste sobre partidas del gasto social y aquel orientado a morigerar el calentamiento global y el cambio climático, tanto como los fondos asociados a las minorías, privilegiará el “estímulo a las exportaciones”. Esto aparece difícil, porque para generarse condiciones de venta al exterior tiene en contra la valorización del dólar operada en estos últimos tiempos. Más aún, preocupa la creciente presencia de China durante este siglo como socio comercial, económico (inversor) y financiero en la región. China está desplazando en sus relaciones económicas, comerciales y financieras al histórico papel de EEUU en lo que considera su patio trasero. La nueva guerra comercial lanzada desde EEUU contra China está en pleno desarrollo, cuyo impacto inmediato será el crecimiento de los precios y el retorno del problema de la inflación, asociado a un tiempo de ralentización de la economía mundial. Amenazan retomar los tiempos de la estanflación.
Ante la amenaza de Cuba en los 60 del siglo pasado, desde EEUU se propuso la Alianza para el Progreso, en un intento de aislar a la revolución cubana y consolidar el rumbo capitalista y el alineamiento de la región a la política de Washington. Ese fue el camino elegido en los 90, primero con la Iniciativa para las Américas, de Bush (padre), y del Área de Libre Comercio para las Américas, ALCA, propiciada bajo la gestión Clinton y Bush hijo, obturada en Mar del Plata, Argentina, en la Cumbre de las Américas en 2005, por el accionar conjunto de la Cumbre Popular y la articulación de los Países del Mercosur más Venezuela, condición de posibilidad para el aliento a una nueva institucionalidad regional excluyendo a EEUU y a Canadá, especialmente expresada por la CELAC.
Es en ese marco que debe entenderse la iniciativa política contra todo intento de gobierno autónomo, como fueron los casos recientes de los golpes de Estado de “nuevo tipo” en Honduras en 2009, en Paraguay en 2012, en Brasil en 2016; y la militancia para instaurar gobiernos funcionales a la política de Washington de la derecha en Argentina en 2015, en Brasil en 2019, en Uruguay en 2020 y la obstaculización de procesos que habían generado expectivas de cambios sobre la base de la movilización popular, casos de Chile o Colombia en 2019, o el triunfo y gobierno de México con Andrés Manuel López Obrador en 2018 y la continuidad ahora con Claudia Sheinbaum. Nada de lo que ocurre en la región le es ajeno a EEUU, por lo que intervino para desestabilizar procesos en Ecuador o el Salvador, con saldo favorable a la derecha y la sumisión a la política exterior estadounidense.
Cerrar la frontera para evitar la migración latinoamericana y caribeña, establecer castigos arancelarios para definir vínculos comerciales y obstaculizar todo proceso de autonomía y promoción de soberanías nacionales, constituye la base de la relación política de la gestión Trump con la región nuestramericana. Cuenta con fieles aliados en los gobiernos de la derecha regional y muy especialmente a Javier Milei, el libertario presidente de la Argentina.
Milei se entusiasma con el vínculo estrecho con el gobernante estadounidense, a quien apoyó de manera temprana en la campaña electoral, cuando aún no estaba clara la posibilidad del retorno al gobierno del magnate naranja. No importa en EEUU que Argentina aprecie su moneda, a contramano de las devaluaciones que se generalizan en la región, ya que en un caso o en otro, los perjudicados serán siempre los sectores de ingresos fijos empobrecidos por políticas monetarias que se aplican para restaurar la posibilidad del régimen de explotación en cada territorio.
Un nuevo tiempo de liberalización capitalista se pretende, por lo que Milei, presidente pro tempore del Mercosur buscará favorecer las realizaciones de tratados de libre comercio de cada país con EEUU, una forma de desarmar el Mercosur y retomar la agenda del ALCA. El gobierno argentino cuenta con el apoyo de Trump y del FMI, especialmente de su Directora Gerente para renovar la impagable deuda de la Argentina con el organismo internacional y así, garantizar mecanismos de estabilización, aun temporaria, para restauraciones regresivas de la dominación oligárquico imperialista en la argentina y marcar rumbo en la región.
Vale quizá aquí una hipótesis que sostennos, que, así como la experiencia chilena de la dictadura de Pinochet fue el ensayo para la luego generalización de lo que se denominó “neoliberalismo”, la experiencia ya de más de un año de gestión Milei, puede ser el ensayo de un brutal ajuste y una cruda reestructuración regresiva de las relaciones capitalistas para relanzar al capitalismo global ante la crisis. Trump cuenta con el gobierno argentino como socio privilegiado de una estrategia para alinear a toda la región a los propósitos y objetivos de la política imperialista de Washington.
Discutir la estrategia
Está clara la iniciativa política del poder y la ofensiva del capital y de la ultraderecha. La discusión es que hacer, un interrogante suscitado en diversas ocasiones en la región. Durante la conquista fue resistencia o colaboración. Las resistencias fueron ahogadas en sangre, pero sobreviven en la memoria histórica de los pueblos originarios. Más tarde los pueblos protagonizaron la gesta independentista por la Patria Grande, aunque vencieron los que subordinaron el proyecto a “patrias chicas nacionales” para asociarse de manera subordinada a la estrategia de la burguesía hegemónica, articulando la explotación del capital local y externo.
Las luchas obreras y populares alentaron nuevas propuestas políticas en tiempos de revolución, que le darían la impronta al siglo XX. En esas luchas de emancipación también confrontaron proyectos, entre quienes aspiraban al desarrollo del capitalismo para esperar maduraran las condiciones para la revolución por el socialismo, y quienes detrás de lo sustentado por Mariátegui imaginaban al socialismo como horizonte necesario e inmediato, en tanto debate de hace un siglo. La revolución cubana zanjó el debate, dando cuenta de la realidad del objetivo por la revolución y el socialismo. El mito por el socialismo del amauta peruano adquiría carta de realidad desde la tierra de José Martí.
Otros imaginaban la posibilidad del capitalismo nacional, bajo la ilusión de un “tercerismo” que solo era posible por la contradicción entre el propósito del orden capitalista y el desafío por el socialismo, una experiencia en desarrollo entonces en la URSS, en China y en Cuba. La corriente hegemónica en Economía Política sustentaba estrategias de desarrollo, el “desarrollismo” en diferentes variantes, que aparecían resolviendo ganancias para los inversores capitalistas, al tiempo que empleo extendido, salarios y seguridad social que alejaba la situación de empobrecimiento de grandes sectores sociales.
El “reformismo” parecía solución ante la ofensiva de la revolución y la acumulación gigantesca de poder popular en todo el mundo. La respuesta empezó en Chile con el golpe de 1973 y el ensayo neoliberal que luego se generalizaría, especialmente en la década del 90. Parecía el triunfo del régimen del capital y su estrategia liberalizadora del desarrollo. Ahora vuelve la discusión, con la ofensiva capitalista y sin las condiciones que ofrecía la bipolaridad entre 1945 y 1991. Ahora, transcurrido un cuarto del Siglo XXI se requiere retomar la propuesta por el socialismo sustentada hace un siglo por el revolucionario peruano y tres décadas después por la revolución cubana.
Hay que discutir el signo de la derrota de estos tiempos, los que demandan con mayor fuerza la reivindicación de la crítica al capitalismo que fundara Karl Marx y Friedrich Engels, junto a las experiencias emancipadoras de los distintos momentos de confrontación con la dominación en Nuestra América. Se trata de recuperar la historia y la experiencia de las luchas contra la conquista, pasando por la gesta emancipadora de la “patria grande”, al proyecto socialista sustentado desde la emergencia de colectivos que levantaron propuestas revolucionarias por el socialismo. Incluso, como dijo Mariátegui, no se trata de calcar el pasado, sino de resignificar el proyecto en contra del capitalismo y por el socialismo, que anida en múltiples experiencias comunitarias, de autogestión, solidarias, cooperativas, de reproducción de la vida cotidiana y la naturaleza, más allá y en contra de la ley del valor.
La amenaza de Trump y sus aliados en la región es resultado de experiencias que generaron expectativas de mejora social sin confrontar al régimen del capital. Parar la amenaza supone reinstalar el objetivo en contra del capitalismo y por el socialismo.
Buenos Aires, 5 de febrero de 2025
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