Economía y Política marchan en
conjunto, son inescindibles. Es lo que sostengo desde la enseñanza hace más de
tres décadas y que la vida devuelve cotidianamente.
La desaparición forzada de
Santiago Maldonado es un hecho político, de represión y violencia estatal para
sostener una estrategia económica de larga data, asociada a la propiedad
extranjera en la Patagonia desde los tiempos del genocidio indígena en la
campaña de aniquilación comandada por el Estado y s ejercito a fines del Siglo
XIX. Las 900.000 hectáreas de Benetton suponen intereses económicos enfrentados
a la demanda territorial de los pueblos originarios y el Estado capitalista
actúa políticamente en consecuencia con el sostenimiento de una estrategia más
que centenaria de consolidación de un capitalismo subordinado a la lógica
mundial de acumulación desde “La Compañía” en el Siglo XIX hasta la
trasnacional textil de origen italiana que actúa en este Siglo XXI.
Hay manipulación ideológica en
los principales medios de información y comunicación desde un relato histórico
legitimador del accionar de las clases dominantes, donde los pueblos
originarios constituyen el “otro” a desplazar, vencer y disciplinar para
apropiar territorios a la lógica de explotación, para el caso, las ovejas, la
lana y la producción textil transnacional, aunque no solo, sino también las
riquezas diversas contenidas en el suelo argentino y que definen el modelo
productivo y de desarrollo del capitalismo contemporáneo en la Argentina actual
Manipulación
relativa al consenso electoral
Hay manipulación informativa con
relación al consenso electoral también, más allá del recuento definitivo en la
Provincia de Buenos Aires. El gobierno y la prensa hegemónica descuentan el
triunfo electoral del oficialismo en los próximos comicios de octubre y actúan
para la generación de acuerdos ideológicos en la sociedad sobre las políticas
de ajuste y reestructuración regresiva que el poder económico demanda aplicar
en el país, sean la reforma laboral, previsional, impositiva, y más allá en lo
educativo y lo penal para disminuir la edad de imputación a menores.
Aun siendo Cambiemos una primera
minoría nacional, con algo así como el 35/37% de consenso electoral, en crecimiento
respecto del piso del inicio en diciembre del 2015, la euforia triunfalista fue
el tono en el Consejo de las Américas reunido el pasado 24 y 25 de agosto
pasado en Buenos Aires. El Consejo tiene una larga trayectoria de “lobby”
empresarial para los negocios de empresas estadounidenses con intereses en
Argentina, un tema largamente denunciado y explicado por intelectuales como
Jaime Fuchs, especialmente como promotores del terrorismo de Estado y
principales beneficiarios de su accionar económico y político.
El vocero en el cónclave de la
dependencia fue el Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, y el Ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne, que en busca de inversores estadounidenses asociaron
el crecimiento del consenso electoral con los datos recientes de la evolución
del nivel de actividad, que salvo la minería, muestra un recuperación respecto de
la fuerte caída del 2016, aun cuando todavía no se recuperan los magros niveles
del 2015. La construcción y las finanzas lideran la recuperación, asociado a la
obra pública y el amanecer de los créditos hipotecarios para sectores de medios
y altos ingresos.
Claro que en simultáneo tuvieron
que disimular el bloqueo estadounidense al ingreso del biodiesel argentino a
EEUU. No es un tema menor, cuando la lógica política del gobierno es de amistad
y acercamiento al capitalismo mundial, a la apertura de la economía con libre
circulación de mercancías, servicios y capitales. La decisión soberana de EEUU
pone de manifiesto que existen los intereses nacionales de las empresas
estadounidenses que pierden ante la competencia de la productividad en la
Argentina. El Estado de EEUU no duda en interponer obstáculos a cualquier
demanda externa en contradicción con sus propios intereses locales. Es un
negocio de 1.250 millones de dólares, incluso por mucho menos, durante años se
obstaculizó el negocio de los limones ante la presión de productores de EEUU.
Vale destacar que no alcanza con
la amistad personal de Macri con Trump, o la subordinación política de un país
dependiente como la Argentina a la potencia imperialista hegemónica en el
ámbito mundial para que de allí se deriven complementariedades económicas. No
solo EEUU es competidor de Argentina en términos de especialización productiva,
por caso, ambos principales productores mundiales de soja, sino que ellos ejercen
la dominación tecnológica, financiera y económica desde los mecanismos de
fijación de los precios internacionales de las comodities.
Existen las amistosas relaciones
“políticas” entre los gobiernos de EEUU y Argentina, y pasó hace pocos días por
el país el Vice Presidente de Trump, Mike Pence, y se informó a la sociedad de
acuerdos para mejorar las relaciones “económicas” bilaterales. La realidad política
y económica es más dura que las buenas y cordiales relaciones. No es creíble
que Mike Pence no estuviera al tanto de los que se procesaba en el Departamento
de Comercio de su país contra los intereses de los productores y exportadores
de combustible, muchos de ellos asociados con empresas estadounidenses.
Los intereses económicos tienen
correlato en la política a favor de la dominación mundial, como una lógica histórica
de la supremacía asociada a la más elevada composición orgánica del capital concentrado.
El gobierno manipula
información, ya que alude al crecimiento de la economía, que proyecta por
encima del 3% para el 2017, y escamotea el crecimiento del déficit comercial en
el primer semestre del 2017 con los principales “socios” de la Argentina, sean
Brasil, China o EEUU, ahora agravado con la restricción a las exportaciones de
estos combustibles derivados del agro negocio para la energía.
Los
trabajadores y las trabajadoras como el “otro” a disciplinar
Durante siglos el “otro” fue el
indígena originario, sobre el que se pretendía subordinar como dócil fuerza de
trabajo barata para las compañías extranjeras con pretensión de incorporar a la
Patagonia al ciclo de acumulación mundial de capitales. Antes había ocurrido
con la colonización integral del territorio de las Provincias Unidas del Río de
la Plata y previamente con todo el territorio denominado América (los más de
500 años).
El propósito del capital fue
subordinar al “otro” originario como fuerza de trabajo, pre condición necesaria
para la instauración de la relación entre el capital y el trabajo. Ante las
limitaciones del proceso, en la Argentina el “tema” se solucionó con
inmigración, similar al proceso estadounidense, logrado con aportes de
población que incorporó fuerza de trabajo pero también y más allá de lo
requerido y pensado “cultura proletaria de organización y lucha”. No se trata
de historiar acá la lucha por la disciplina del movimiento obrero en EEUU y en
Argentina, pero esa es la síntesis del objetivo de las clases dominantes de allá
y de acá.
Para el caso local, la
disciplina de la fuerza laboral se desplegó con inusitada violencia desde
1975/76, acompañadas de sucesivos intentos de reformas laborales regresivas en
tiempos constitucionales, matizados con despliegues represivos contenidos por
la organización y lucha del movimiento obrero. Con el gobierno Macri, el tema
es estratégico y demanda la baja del costo laboral a costa de modificar
regresivamente convenios colectivos de trabajo, lo que se pretende realizar por
sector, al estilo de los acuerdos con los petroleros patagónicos, los del
sector automotor o ciertos ámbitos del Estado. En ese camino se apunta a
finalizar con una reforma legal negociado en el Parlamento, la que se
favorecería con el aumento de la capacidad negociadora del gobierno en el
Congreso.
Esa es la razón para que desde
el gobierno se busque manipular la información de una masiva protesta social del
22/08 convocada por la CGT y acompañada por las CTAs y variados movimientos
sociales con demandas relativas al ingreso salarial, popular y previsional,
junto a la defensa de derechos sociales y sindicales. Se manipula sesgando las imágenes
de la masiva movilización, evidenciando problemas muy serios del modelo
sindical hegemónico en la Argentina e instalar la crítica al orden sindical desde
la óptica del poder y consensuar la necesidad de abatir derechos largamente
conquistados por el movimiento obrero en su historia. Todo en lógica con la
necesidad de lograr la competitividad para las inversiones en el país.
Claro que esa manipulación es
posible por la fuerte iniciativa política e ideológica del poder económico y
del gobierno de Cambiemos, junto a los límites por hacer visible en la sociedad
el nuevo modelo sindical y de organización territorial de las trabajadoras y
los trabajadores que animó la construcción originaria de la CTA, en tanto
proyecto estratégico de la clase obrera ante los cambios del capitalismo operados
a fines del siglo pasado y que hoy se profundizan.
Es una necesidad discutir la “otredad”,
antes el indígena originario, ahora del trabajador o la trabajadora, todo en
aras del capital y el capitalismo, para pensar en la “alteridad” de otro modelo
de producción y de desarrollo, que suponga la transición del objetivo por la
maximización de las ganancias a la satisfacción de necesidades.
Buenos
Aires, 26 de agosto de 2017
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