A comienzos de abril se desarrolló la cumbre nuclear en EEUU. Las expectativas se presentaronn por el lado del desarme nuclear y la posibilidad de evitar todo enfrentamiento bélico con armas nucleares. Claro que la cumbre tuvo también connotaciones económicas, especialmente para quienes observan a la energía nuclear como sustituto de la energía basada en el uso extensivo de los hidrocarburos. El agotamiento de las reservas internacionales de petróleo y el crecimiento de los precios, incluso por razones especulativas, pone la mirada en las fuentes alternativas de energía. Claro que desde otro ángulo, defensores del medio ambiente cuestionan la energía nuclear por la potencial contaminación y la no solución sobre los desechos nucleares. La basura nuclear ha generado discusiones sustentadas en su irresoluble tratamiento.
La Argentina participó en la cita con la presencia de la presidente Cristina Fernández. Argentina no pertenece al club de las armas nucleares, pero si aparece en el cónclave por su desarrollo en el campo del desarrollo científico y de la economía.
Es conocido el desarrollo científico asociado al Instituto Balseiro en Bariloche; de algunas universidades públicas como la de Cuyo, o la Facultad de Exactas en la UBA; los trabajos de la Comisión Nacional de Energía Atómica, CNEA. Existen actividades de alto impacto potencial en materia de nanotecnología con aplicación creciente en procesos productivos diversos.
Desde el punto de vista económico con importante inserción como proveedor extra territorio se destaca el INVAP, ubicada al lado del Nahuel Huapi, es un emprendimiento conjunto entre la CNEA y el gobierno provincial de Río Negro. Es un emprendimiento que escapó al desmantelamiento del Plan Nuclear y a las privatizaciones durante los 90. Tiene oficinas fuera de la Argentina en Australia y Egipto; con empresas subsidiarias en EEUU y Brasil. Se ocupa de la producción de reactores, y ya ha instalado sus productos en Sidney (Australia), en Argelia y el Cairo (África), en Perú, compitiendo con la producción del norte se ha posicionado como un proveedor confiable. Ha desarrollado la tecnología nucleoeléctrica e interviene en la medicina nuclear, con usos extensivos a la actividad económica. Actúa en la reparación y mantenimiento de centrales nucleares. El INVAP actúa también en el área aeroespacial, energética (desarrollo de la energía eólica), en la esfera industrial y por cierto en la defensa.
Son algunas de las razones por las que la Argentina participa del cónclave en Washington. Insistamos que lo central, en el discurso de la convocatoria de la cumbre, pasa por las armas nucleares y el desarme, especialmente luego de las políticas de intervención militar, incluyendo las de base nuclear instaladas por George Bush luego del 11 de septiembre. Pero lo económico, ante la crisis energética y del medio ambiente le otorga especial interés, especialmente, cuando desde la reflexión ambiental se duda y critican los desarrollos nucleares por los impactos generados ante desastres, entre los cuales sobresale el ejemplo de Chernobyl de hace ya dos décadas.
Es un debate en el escenario mundial que requiere ser procesado en la Argentina, involucrando a los movimientos ambientalistas, a la comunidad científica y a los trabajadores de la energía. Es necesario que además del desarrollo fáctico exista una discusión consciente sobre el tema. Es una de las tantas asignaturas pendientes.
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