Por un lado el tema de la deuda, ratificando los anuncios de reapertura del canje, a punto de implementsarse. No se conoce aún la letra chica del ofrecimiento a los acreedores, pero se estima que el stock de deuda podría acrecentarse en una cifra cercana a los 10.000 millones de dólares, los cuales habrá que pagar en el futuro.
Otra novedad fue un nuevo embargo de la justicia estadounidense por poco más de 100 millones de dólares, con el argumento del pago de deuda con reservas internacionales realizado por el gobierno. Hasta ahora la defensa de la Argentina sustentaba la "autonomía" del BCRA y por lo tanto aducía la inembargabilidad de las reservas internacionales.
No es el primer embargo. Todos esos embargos han sido protestados por la Argentina, cayéndose la estrategia de los fondos embargadores y del Juez que los impulsa: Griesa. Los embargos no han prosperado. Es probable que en este caso tenga el mismo destino.
Asociando ambos temas, lo que llamó la atención del discurso presidencial fue el argumento de uso alternativo de las reservas, pagar deuda en este caso, siguiendo los consejos del FMI. Hasta ahora, lo que se escuchaban eran críticas al FMI.
En rigor, la sugerencia del FMI apuntaba a estimular el gasto de las reservas en los países del norte para estimular y reactivar la economía mundial. El argumento apunta a que no queden inmovilizadas (las reservas internacionales del Sur) en momentos de crisis de la economía mundial. Se trata de que los países utilicen sus reservas para la reactivación de la economía mundial. Es parte del cambio que se opera en los organismos internacionales y en varios gobernantes del capitalismo mundial, que abandonan sus recetas ortodoxas y de restricción monetaria para ser expansivos en el uso de la liquidez. El neokeynesianismo impulsa al FMI a inducir gastar las reservas internacionales.
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