El Blog de Julio C. Gambina
Notas y artículos de análisis sobre la actualidad político-económica.
Fuerte intervención estatal de los libertarios
El gobierno del “libre mercado” interviene fuertemente en la economía para contener el tipo de cambio y los salarios, inducir altas tasas de interés y condicionar a la banca para orientar el crédito al sector público, acrecentando la deuda pública.
Son acciones con graves y regresivas consecuencias para la mayoría social, al tiempo que contribuyen a la concentración del ingreso y de la riqueza en sectores minoritarios de la sociedad, agravando la dinámica de la dependencia y extranjerización del capitalismo local.
Inflación y corrupción
El consenso electoral se gestó por la promesa de bajar la inflación y combatir la corrupción de la “casta” en la política.
La inflación bajó gracias a un costo social elevado por el ajuste fiscal y los despidos en el Estado, afectando con ello el gasto social y la satisfacción de derechos de salud, educación y otros. Los principales afectados fueron jubiladas y jubilados, junto al deterioro de la infraestructura ante la nulidad de la inversión pública, federalizando la miseria.
El menor registro mensual ocurrió con el índice de mayo pasado, con 1,5%, que sucesivamente creció al 1,6%, al 1,9% y se estima un mayor número para el mes de agosto.
Para contener los precios, el gobierno estableció dos anclas: el tipo de cambio y los ingresos populares, salarios y jubilaciones.
Al dólar lo frena con una fuerte intervención estatal, más allá del discurso libertario. Desde el Tesoro y desde el Banco Central se ofrecen divisas y títulos para abaratar la cotización, al tiempo que se acrecienta el endeudamiento público.
Es una operatoria que podría modificarse luego de un resultado “exitoso” para el gobierno en las próximas elecciones, en la provincia de Buenos Aires y en las nacionales.
¿Qué seria exitoso? Perder por poco en territorio bonaerense en septiembre y sumar legisladores en octubre, que le mejore su capacidad de negociación con la oposición amigable (cómplices) para avanzar en las reaccionarias reformas laborales, previsionales y tributarias en carpeta.
A los ingresos populares los deprime interfiriendo en la dinámica de las negociaciones paritarias y reduciendo arbitrariamente salarios estatales y jubilaciones.
La corrupción le estalló con el caso $Libra, y muy especialmente con las fuertes sospechas en el área de salud, sea por el caso de las muertes por el “fentanilo adulterado”, como por las coimas enunciadas en los audios del despedido titular de la Agencia de Discapacidad, ANDIS.
Este último episodio afecta a la cúpula del gobierno y más allá de cualquier sentencia judicial, el tema se instaló fuertemente en la sociedad. Solo resta verificar el impacto que pueda tener en el consenso electoral.
Lo que sí hizo evidente es el enriquecimiento a costa del Estado de ciertos empresarios. Los libertarios propagandearon que el Estado obstaculiza al sector privado y la práctica está demostrando que el Estado capitalista es un instrumento del enriquecimiento de minorías.
En la coyuntura se le dificulta al gobierno sostener el “logro” de la baja en la inflación en el imaginario social, tanto como la credibilidad en materia de verdugo de la corrupción estatal.
Tasas y deuda
Además, condiciona el crédito, subiendo tasas de interés que rondan el 60/70% y eleva el encaje legal a los bancos hasta el 53%, por lo que la banca solo tiene un 47 de capacidad prestable, que, con suba de tasas, orienta su crédito a títulos de la deuda pública.
El gobierno aumenta su deuda y condiciona el futuro del país, agravando un tema que viene de arrastre desde la dictadura genocida, empeorado con el retorno del FMI en 2018, la renegociación del 2022 y el nuevo préstamo del 2025.
Son cuantiosos los recursos destinados a cancelar intereses de la deuda, los que compiten con el gasto social, crecientemente afectado por el privilegio a la usura y la especulación.
Es un horizonte recesivo, agravando los límites al consumo popular por la bajo de salarios y jubilaciones.
Además, la práctica del gobierno apunta a capitalizar intereses de la deuda, por lo que puede propagandear su equilibrio fiscal, a tal nivel que esos intereses casi duplican lo pagado por jubilaciones en los primeros siete meses del año.
Beneficiarios de la “libertad”
La “libertad” que pregonan desde el gobierno es pura falacia y devuelve la realidad de un Estado que siempre interviene. En todo caso, en cada momento hay que indagar quienes son los beneficiados.
En la coyuntura del gobierno Milei se benefician los grandes inversores especulativos y el gran capital invertido en el núcleo concentrado de la acumulación capitalista local.
Remitimos al sector minoritario agroexportador, de la energía y la minería. Sectores en donde predomina el capital externo transnacionalizado.
La gran mayoría afectada debe revertir la situación, lo que demanda además del descreimiento y la desazón, ganar la calle con movilización y organización popular para construir un proyecto político que modifique sustancialmente la ecuación de beneficiarios y perjudicados.
Buenos Aires, 1 de septiembre de 2025
Tensiones en tiempo electoral. Corrupción y altas tasas de interés
La coyuntura presenta crecientes tensiones políticas y económicas en Argentina.
En lo político, destaca el tema de la corrupción gubernamental, centrado en las coimas denunciadas por el accionar de la Agencia Nacional de Discapacidad, ANDIS, agravando casos previos como las muertes por el “fentanilo contaminado” y el caso $Libra, todos involucrando a la cúpula gubernamental.
Amplían las tensiones políticas la actividad del Congreso revirtiendo el veto presidencial sobre discapacidad, aunque no el de jubilaciones y la moratoria previsional, lo que adiciona conflictos en tiempos electorales, en septiembre en la Provincia de Buenos Aires y en octubre en todo el país.
Las tensiones en lo económico tienen epicentro en la preocupación del gobierno por contener la suba de los precios en la disputa por el consenso electoral. Por eso se interviene para que la cotización del dólar no llegue al techo de la banda cambiaria (1.451 pesos por dólar a fines de julio).
En ese marco se induce una fuerte suba de las tasas de interés, lo que dificulta el crédito y afecta la producción.
Así, la economía se estanca por la merma del consumo popular y la inflación, pese a los esfuerzos oficiales, lo que define límites a la disminución inflacionaria, generando preocupación en la sociedad.
Esta combinación de tensiones económicas y políticas agrega incertidumbre en la dinámica política de la Argentina.
Corrupción y capitalismo
La agenda mediática, medios y redes, está y estará atravesada por el debate en torno a la corrupción.
Responde a una lógica de tiempo electoral. Es un problema, ya que, a los convencidos, al núcleo duro de consenso parece no afectar. Es una lógica verificable para este y otros casos anteriores.
Las coimas se presentan por los denunciados como “operaciones” urdidas por la oposición de turno y encima, la “justicia” resulta poco creíble, por sus tiempos de gestión y su carácter esencial de “poder” de reaseguro sistémico del orden capitalista.
La corrupción en la ANDIS se suma a variados casos en discusión permanente, especialmente lo relativo a las muertes por el fentanilo contaminado, ya con un empresario preso.
Es también el caso de $Libra, con procesos judiciales en curso en el país y en el exterior.
Todos los casos impactan en la economía y en la política, producto de la mercantilización de la vida cotidiana, caso de la salud, convertida en “negocio” desde un consenso social construido por medio siglo de ofensiva liberalizadora del régimen del capital.
Los consensos actuales remiten a la consolidación de ese rumbo privatizador, en contra del derecho a la salud, a la educación, o a la alimentación, entre otros, en una dinámica que interviene en los consensos más allá de la corrupción bajo hegemonía libertaria.
Se activa el Congreso en procesos de investigación, caso $Libra o convocatorias a funcionarios a rendir cuenta por la salud; incluso revirtiendo el veto sobre discapacidad, no sobre jubilaciones o moratoria previsional, pero queda de fondo el trabajo ideológico propagandístico a favor del mercado y en contra de los derechos. Son consensos masivos construidos desde la dictadura y potenciado por la no reversión de esos cambios estructurales, más allá de algunos paliativos temporales.
El rumbo privatizador se agrava en cada gestión de gobiernos liberales, más aún bajo la actual administración de la ultraderecha.
Los poderes legislativo y judicial actúan, pero vale recordar que, junto al ejecutivo, constituyen la institucionalidad de la forma representativa del orden capitalista local.
Incluso, el accionar judicial en el exterior no modifica la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, evidente en el caso YPF y que no se espera sea diferente en el tratamiento de las causas penales derivadas de la corrupción actual.
La corrupción en el “mileismo” pretende justificarse por sonados episodios previos, quedando de fondo el debate orgánico sobre los cambios sustanciales que operan desde la política pública como ajuste y regresiva reestructuración de las relaciones capitalistas, en el ámbito laboral, estatal y de las relaciones internacionales.
El capitalismo y la corrupción constituyen una afinidad electiva, del mismo modo que ocurre con la violencia y el régimen del capital. El cohecho y la violencia son consustanciales al orden vigente bajo el orden capitalista.
Tasas, dólar e inflación
El poder ejecutivo aspira sostener el suficiente consenso para ampliar su capacidad de acción legislativa, incluso simbólica en el resultado electoral de septiembre y de octubre.
Para eso interviene con subas de tasas de interés, aun cuando afecte a la producción.
Más le preocupa que el indicador de inflación no se dispare y mantenga la tendencia a la baja, aun cuando existan alzas temporales de precios al consumidor en torno al 2%.
No interesa que cierren empresas y crezca el desempleo, que baje el consumo popular, mientras el crecimiento del núcleo concentrado de la acumulación capitalista, agro, energía, minería, finanzas, interviene para que el dato macroeconómico exprese una expansión en torno al 5/6% para el año.
Con eso hacen propaganda falaz respecto a que los beneficios se extenderán con el tiempo hacia el conjunto de la sociedad, manteniendo la expectativa sobre futura satisfacción de la demanda social.
La calle se pronuncia en sentido opuesto, especialmente jubilados y jubiladas, que tenían alguna expectativa en que el Congreso pudiera hacer caer el veto presidencial.
Se habilita entonces una nueva dinámica en la lucha callejera, que sumado a la activación parlamentaria en el debate para restringir la “facultades delegadas”, suman incertidumbre a la economía con alza de las tasas de interés y la desconfianza del poder económico sobre si el libertario podrá disciplinar el conflicto social y reorganizar la política en general.
El gobierno ratifica el rumbo pese a los escándalos de la corrupción y endurece la receta del ajuste fiscal y la propuesta de transformación regresiva del modelo productivo, afirmando el rumbo exacerbado del extractivismo sobre base de inversores externos en bienes comunes y una organización empresarial local a su servicio.
Se trata del abandono de una estrategia industrial que está en la lógica productiva local desde fines del Siglo XIX y que se sostuvo durante el XX.
La sociedad es quien define si se consolida ese rumbo o si se habilita un debate necesario para un rumbo que privilegie la organización productiva local para resolver la demanda por satisfacer amplias necesidades locales, lo que requiere mirar para adelante y no al pasado.
Buenos Aires, 25 de agosto de 2025
Incertidumbre económica. ¿Certidumbre política?
El gobierno libertario imaginaba a esta altura del año político, con renovación parlamentaria en octubre próximo, tener domesticado el índice de precios.
No pareciera ocurrir de ese modo. En mayo se festejó tempranamente un 1,5% de crecimiento de los precios al consumidor, que subieron al 1,6% en junio y al 1,9% en julio.
Todo indica que para agosto el dato podría escalar, especialmente en el rubro alimentación, con dificultades para asegurar un clima de abatimiento de la inflación, el principal problema a resolver que demanda la sociedad y que explicaría el ascenso del gobierno de la ultraderecha en la Argentina.
Para ello y desde una lógica de ortodoxia monetarista se profundiza la política contra la mejora de los ingresos populares y el control del tipo de cambio.
El efecto inmediato es la baja de la capacidad de compra de la mayoría de la población que vive de ingresos fijos: salarios y jubilaciones.
Con la contención del tipo de cambio pretende estimular actividades financieras en moneda local, para lo que incrementa la tasa de interés vía la política del Banco Central, agravando la situación del costo financiero para la producción.
Resulta un agravante en el deterioro de la actividad económica del sector privado que no participa del sector especulativo financiero o del núcleo de acumulación primario exportador concentrado en el agro, la energía, o la minería.
Todo se hace en aras de contener los precios y ganar consenso para continuar con el ajuste y la regresiva reestructuración del capitalismo local, lo que quiso y no pudo la dictadura, ni los 90, ni el macrismo, aun cuando sembraron el camino para el consenso electoral de este tiempo, más allá del crecimiento del ausentismo por descontento.
Acumulación y distribución regresiva
Vale resaltar que el sector financiero y ese núcleo de la acumulación capitalista define datos importantes del crecimiento económico, en torno al 5,5% anual, según el FMI.
Son datos que están por encima del promedio pronosticado para la región latinoamericana (2%) y mundial (3%), con escaso impacto en la distribución del ingreso y de la riqueza, pero efectivo a la hora del argumento propagandístico del ajuste y la regresiva reestructuración del capitalismo local.
Argentina crece, pero no distribuye, por lo que existe una fuerte concentración de ingresos y riqueza, en simultáneo con una dinámica de extranjerización de la economía local, coherente con un empobrecimiento estructural de millones de personas.
De ahí la importancia por la argumentación en la disputa del consenso electoral, en tiempos que el gobierno de la ultraderecha pretende crecer en representación parlamentaria.
El rechazo a la política gubernamental se afirma en la negación, sin instalar nuevos imaginarios de propuestas que no signifiquen el retorno a lo existente previamente al ascenso al gobierno de los libertarios, que afirmaban, además, el modelo productivo y de desarrollo de esa acumulación sesgada al agro, la energía y la minería.
Resulta interesante la predica en el rechazo a la política del libertario y sus cómplices, a veces disfrazados de oposición, especialmente en horas en que se discute el veto a políticas esenciales como el caso de los subsidios por discapacidad y las actualizaciones, mínimas, a jubiladas y jubilados.
Elecciones en ciernes
Las alianzas y las listas de candidatos para octubre ya están cerradas y no hay novedad significativa que modifique el marco ideológico político del debate sobre el rumbo económico del país.
El gobierno insiste en su lógica de austeridad por el ajuste fiscal, sostenido con el endeudamiento favorecido por el FMI y el gobierno estadounidense detrás del organismo internacional, más un crecimiento sostenido de la deuda en moneda local con altas tasas de interés en un tiempo de rentabilidades disminuidas del sector privado.
La oposición no termina de presentar un rumbo más allá de la crítica a la ofensiva libertaria por el ajuste y la regresiva reestructuración. Es un tema central para motivar el entusiasmo de una mayoría de la población que optó por la propuesta libertaria ante los límites de las políticas previas.
No alcanza con el rechazo al ajuste. La demanda es por otro rumbo que genere consenso y supere los límites que el “progresismo” mostró en la región, tal como se visibiliza por estas horas en Bolivia.
Estas políticas previas mantenían el modelo productivo propuesto desde la dictadura genocida, potenciado en los 90 y por el macrismo en tiempos recientes.
No da lo mismo quien se alce con mayores votos o legisladores, pero es un límite la continuidad de propuestas que verbalizan una crítica al ajuste, pero reproducen la lógica de acumulación del capitalismo local.
Más allá de lo dicho, hay que destacar que desde la izquierda se presenta la “novedad”, con la apertura de las listas a otras expresiones partidarias.
Es lo que ocurre con “Vientos del Pueblo. Frente por el poder popular”, un conjunto de agrupamientos políticos por fuera de la hegemonía trotskista del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad, el FITU.
Falta precisar cuánto amplía electoralmente esa apertura de la izquierda a estos grupos políticos, con matices respecto al FITU en la caracterización de la situación regional y mundial, con interesante inserción social y en el conflicto y con relativa capacidad de interacción, en algunos de ellos, con sectores asociados a la identidad del peronismo.
Lo relevante y a destacar en la coyuntura es la búsqueda de una mayor articulación de la izquierda, en un intento por superar cualquier vocación testimonial y disponerse a la disputa de gobierno y de poder.
Es un tema a explorar, que puede contribuir a extender la influencia política lograda por los principales dirigentes y organizaciones del FITU. Un logro asociado a la persistencia en la unidad, pese a las diferencias públicas de los componentes.
Con esa propuesta de ampliación de la unidad de la izquierda, asociada a una voluntad por la unidad de acción más allá de lo ideológico, facilita la posibilidad de contrarrestar la fragmentación en el movimiento popular.
Economía y política
Las tensiones en la economía agregan incertidumbre a la realidad local, aun cuando todo parece no modificar las correlaciones de fuerzas construidas desde el ascenso al gobierno de Milei.
Sin embargo, el descontento social y el crecimiento de las protestas constituyen un interrogante sobre la realidad política del presente y el futuro cercano.
Las incertidumbres económicas pueden incidir contra las aparentes certidumbres de la política, aun cuando el gobierno sume legisladores en el congreso nacional y lo celebre como un triunfo, que puede ser pírrico, tal como le sucedió al macrismo luego de ganar el medio término en 2017.
No solo debe contabilizarse lo institucional o disputa de votos para pensar la política, sino y fundamental en la tradición de la Argentina, importa la organización y lucha del movimiento popular, base material para pensar en términos de alternativa política.
Vale señalar que en política no hay conclusión definitiva y el curso puede definirse desde imponderables, más allá de elecciones, que involucran la voluntad política de la sociedad.
Buenos Aires, 18 de agosto de 2025
Pensar y actuar para la emancipación social. Actuar pensando y pensar actuando para la vida.
LA PONENCIA ABAJO FUE PRESENTADA AL PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL "CEREBRISTA" (El cerebro vs la inteligencia artifical) y fue leida en la sesión del sábado 9 de agosto del 2025.
Pensar y actuar para la emancipación social
Actuar pensando y pensar actuando para la vida
Por Julio C. Gambina
La historia larga de la hominización nos trajo hasta el presente, con prolongación de la expectativa de vida y en simultáneo amenazas sobre la vida social y natural.
Son amenazas propias de nuestra historia de construcción como especie, de trayectos individuales y colectivos, que cada generación necesita reconsiderar para evaluar críticamente el presente y desafiar el porvenir.
La historia de la humanidad es cuento largo, desarrollada en un proceso de trasformación de la vida social y de la naturaleza, que se recrea con cada generación en disputa de cosmovisiones sobre el ser y el deber ser en sociedad y en armonía con la naturaleza.
Por todo eso hay que pensar y al mismo tiempo actuar para hacer realidad cosmovisiones del “vivir bien”, o el “buen vivir”, de la tradición ancestral andina en nuestro tiempo.
No se trata de volver en la historia, sino de construir colectiva y de manera consciente nuestra historia.
Actuar pensando y pensar actuando es un desafío de época, en tiempos de progreso y devastación, propios de la sociedad capitalista, de inteligencia artificial y contaminación, de robótica y toxicidad, de avance y retroceso.
Hoy se impone al mundo la razón de la “sin razón”, que es la de la desigualdad creciente sustentada en la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes, al tiempo que se amenaza a la vida de los seres humanos y de la naturaleza.
También existe la solidaridad, la cooperación, el comunitarismo, la autogestión, la amistad, la lucha y la organización popular y el humanismo internacionalista en contra de la guerra, el racismo y toda forma de discriminación.
La violencia, el racismo, la discriminación, la guerra, la militarización, la especulación, la destrucción social y natural es la lógica que impone el privilegio de una sociedad monetario-mercantil sustentada en el lucro, que concentra la riqueza y el poder en una minoría en contra de la abrumadora mayoría.
Es una dinámica que estimula el capitalismo delictivo, del tráfico de drogas, de armas o de personas.
Es tiempo de crítica
Resulta entonces un desafío de crítica y transformación para la mayoría, en tanto procesos dialecticos, individuales y colectivos.
A la hegemonía del poder se le opone la contra hegemonía del contrapoder, de los de abajo contra los de arriba, de los subalternos a los que dominan.
Es la razón y la lógica del poder y los poderosos la que condiciona y limita la creatividad humana para una vida de plenitud en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la humanidad y el hábitat.
Ante el control propietario de la tecnología y los mecanismos de manipulación ideológica, de la conciencia y la cotidianeidad, resulta imprescindible el aliento y estímulo a la creatividad superadora del orden jerarquizado del dinero, del intercambio basado en el lucro, la explotación y el saqueo.
Es una cuestión de recuperación ética en la sociedad.
Sustentamos una creatividad para la vida que recupere la memoria de la hominización y la existencia en, para y por la comunidad, en contra de todo tipo de control definido por poderes transitorios que reproducen las condiciones de la violencia e inequidad actuales.
Una recuperación de la cultura de la ética, de una cultura en sentido antropológico, relativo a lo cultural como creación humana, más allá del arte y la literatura, la música y la fantasía creativa, concretada en la materialidad de la cotidianeidad, en la alimentación y los derechos humanos en sentido integral.
La historia en nuestra América está llena de aspiraciones irresueltas que marcan posibles caminos:
desde la lucha anticolonial de los pueblos originarios;
de la experiencia de Haití albergando la primera revolución contra la esclavitud triunfante en la historia;
de las luchas contra el colonialismo y por la independencia, hasta el intento cubano de un nuevo orden socioeconómico,
a las expectativas esperanzadas de la emancipación social que anida en la larga lucha de los/as trabajadores/as, los feminismos populares, la lucha ambiental, entre muchas reivindicaciones que sustentan los pueblos en nuestra región y en el mundo.
Son experiencias, todas boicoteadas por el poder, construidas como imaginario por la emancipación en la región, que se potenciaron al comienzo del Siglo XXI y sembraron esperanzas más allá del continente.
El problema es que el poder global no resigna sus cuotas de ganancia y acumulación para la dominación, lo que provoca la multiplicación recurrente de las experiencias sociales de carácter popular para asumir un programa permanente por la emancipación social como esperanza de los pueblos para el presente y el futuro.
La emancipación como asignatura pendiente demanda pensamiento crítico y acción transformadora, como parte de una iniciativa colectiva que estimule prácticas de sujetos conscientes en rumbos a favor de la vida social y natural.
Buenos Aires, 21 de julio de 2025
Los datos de Milei no coinciden con la realidad
En la cadena nacional del 8/8/25 del presidente de la Argentina: “Medidas para amurallar el déficit cero y la política monetaria del Gobierno” (en: https://www.casarosada.gob.ar/slider-principal/51044-cadena-nacional-del-presidente-de-la-nacion-javier-milei-medidas-para-amurallar-el-deficit-cero-y-la-politica-monetaria-del-gobierno) se señalan datos falaces.
Relata Milei que “La inflación se ha desplomado, pasando de una tasa interanual del 300% cuando asumimos a una tasa interanual del 25%”. Los datos del INDEC invalidan el relato presidencial. Ocurre lo mismo con las referencias a la reducción de la pobreza, la indigencia y los salarios del sector privado.
Son referencias para criticar la asignación de recursos parlamentaria a legislación sobre salud, discapacidad y jubilaciones, exagerando el impacto en el presupuesto público.
Inicia Milei su cadena nacional recordando que el mandato del voto en 2023 era para terminar con la inflación y hacer crecer la economía argentina. Para confirmar ese rumbo alude a una inflación interanual del 300% al asumir el gobierno en diciembre del 2023. Veamos los datos difundidos por el INDEC.
Discurso y realidad
La inflación interanual a noviembre 2023 era de 160,9% y en diciembre de ese año alcanzó los 211,4%, ya bajo gobierno Milei; para luego crecer sucesivamente a 254,2%, 276,2%, 287,9% y 289,4% para abril del 2024. A posteriori empieza la baja interanual hasta el último dato disponible, del 39,4% a junio del 2025. Este último registro difiere del relato presidencial que la ubica en 25%.
Es verdad que la inflación está en baja, para el registro interanual, desde abril/mayo del 2024 respecto de la escalada de precios bajo el gobierno anterior (160,9% a noviembre del 2023) y exacerbada desde la asunción de Milei en diciembre 2023 (211,4%), devaluación mediante que llevó el tipo de cambio de un dólar por 400 pesos a uno de 800 y ahora en torno a los 1.320.
Digamos que a partir de ahí se presenta la tendencia a la baja de los precios, más allá de discutir cómo se baja la inflación, con el ajuste fiscal y a quién perjudica ese proceso. La baja de inflación con ajuste fiscal y restricciones monetarias y cambiarias la pagaron los sectores empobrecidos con reducción sustancial de salarios y jubilaciones; el gasto social en salud y educación, con fuerte impacto en la sociedad, y también con la clausura de la inversión para obra pública y las transferencias a las provincias.
Es un mensaje de campaña electoral con la intención de manipular a la opinión pública, cargando las tintas sobre la herencia y con una benévola lectura del presente de los precios, que muestran una tendencia creciente luego del piso de mayo (1,5%) que ascendió a 1,6% en junio y probablemente en alza en julio y más aún en agosto con la modificación del tipo de cambio de las últimas semanas, devaluando la moneda local en un 14/15%.
La inflación interanual enunciada por Milei no se corresponde con la información oficial del INDEC, ni tampoco el guarismo actual.
Pobreza e ingresos populares
Es una visión edulcorada de la realidad que le permite señalar: “Sacamos de la pobreza a más de 12 millones de personas de los cuales más de 2,5 millones son jóvenes y la indigencia pasó del 20,2% al 7,3%, es decir, que cerca de 6 millones de personas que no les alcanzaban para comer, hoy comen.” Aseveración complementada con el dato relativo a que “los salarios privados le vienen ganando sistemáticamente a la inflación desde el mes de abril del año pasado.”
Al respecto, los datos remiten para una base 100 a diciembre del 2023, que el salario del sector privado a mayo 2025, último dato disponible, se disminuyó en 8 puntos, es decir, a un registro de 92. Es cierto que a marzo 2024 había bajado a 86 y desde abril de ese año inició una recuperación con un máximo de 93 para noviembre del 2024 y luego se estanca al nivel actual de 92.
No hay mejora de los salarios del sector privado, aun sin recuperar la pérdida desde la asunción de Milei.
El mensaje presidencial nada dice de la pérdida salarial de los trabajadores en situación irregular, ni de los estatales o jubiladas y jubilados.
Son sectores asalariados y perceptores de ingresos fijos que pierden contra los precios, aun con una inflación con tendencia a la baja.
Ajuste, gasto y deuda
Toda la argumentación presentada se hace para sustentar otra falacia, la del gasto y el impacto que supone la asignación presupuestaria definida por la legislación aprobada en materia de salud, discapacidad, jubilaciones entre otras.
Dice el presidente libertario: “Los proyectos aprobados por el Congreso, si los sumamos todos —que incluyen reinstalar la moratoria previsional, aumentar el salario de docentes y las pensiones por discapacidad, entre otros—, representan un gasto anualizado de prácticamente 2,5% del PBI” y agrega: “…implicaría un endeudamiento adicional de más de 300.000 millones de dólares…” Alarma con las cifras, muy alejadas de la realidad.
Si el PBI aproximado del 2024 fue equivalente a 625.000 millones de dólares, el 2,5% alcanzaría los 15.625 millones dólares, lejos del incremento de deuda mencionado, equivalente al 48% del PBI. Una gran exageración.
Son falacias en el discurso presidencial que intervienen en la disputa del consenso electoral, ratificando su base de votación del 30% en la primera vuelta del 2023, y con pretensión de alcanzar una votación en octubre próximo en torno al 40%. De ese modo, pretende ratificar el rumbo del gobierno de la ultraderecha.
Pese al mensaje de “equilibrio fiscal y fin de la emisión monetaria”, la realidad es la continuidad asociada al endeudamiento, agravando la hipoteca sobre el conjunto de la sociedad.
Debate teórico
El mensaje de Milei nos trae un debate teórico sobre la formación de los precios, insistiendo en su conocida formulación “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, por lo que afirmó que: “la única relación causal que existe es desde la cantidad de dinero hacia el nivel de precios”.
Se trata de una discusión que inicia con los “clásicos” de la Economía Política y la ley del valor trabajo, resignificada con la crítica de Karl Marx y su propia teoría del valor. Con Marx y su teoría del valor se explicita el origen del excedente: la plusvalía.
Los precios deben explicarse entonces, desde la producción de valor y plusvalor. O sea, desde la explotación, e incluso por la competencia por la apropiación de cuotas de plusvalor, y no por la moneda o la circulación, base de sustentación de la teoría subjetiva del valor asumida por los monetaristas.
No es el Dinero a los Precios, sino desde el Valor a los Precios. Desde la Producción y no desde la Circulación. Son enfoques contrapuestos con los que los neoclásicos y los monetaristas ocultan el fenómeno de la explotación.
Desde los dichos por el libertario presidente se puede explicar la “razón” del ajuste vía reaccionarias reformas laborales, previsionales o tributarias, en curso y en perspectiva.
No le preocupa a Milei bajar o anular retenciones, aunque eso perjudique el equilibrio de las cuentas fiscales. El ajuste no se piensa por ahí, ni eliminando intereses de una deuda odiosa e ilegal, sino disminuyendo gasto social orientado a la mayoría de la población.
Para combatir la inflación se necesita discutir el modelo productivo, el estímulo a la investigación científico tecnológica para intervenir sobre la productividad del trabajo.
Es algo a contramano de la apuesta al ingreso de inversiones externas para la explotación y saqueo vía exportaciones de los bienes comunes locales y una estructura empresarial al servicio de esa lógica de extranjerización y subordinación dependiente.
Debates ausentes y pendientes
La crítica presidencial al poder legislativo por asignación de gastos puede revertirse hacia el poder ejecutivo que funciona sin ley de Presupuesto, ya por dos años, por incumplimiento de la Constitución que remite al Congreso Nacional la sanción de un presupuesto Nacional.
Es en esa legislación en donde se puede considerar el destino del gasto y el origen de los ingresos fiscales.
Discutir el modelo productivo y el presupuesto debiera ser un debate participativo que involucre, más allá de los poderes del Estado, al conjunto de la población.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2025
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