Milei se impuso a pesar de los problemas económicos y políticos

El resultado electoral de medio término en la Argentina otorgó un triunfo político al gobierno de la ultraderecha de Javier Milei, pese a los problemas económicos, financieros y políticos de los últimos tiempos. En efecto, hubo corridas cambiarias y turbulencias financieras en el marco de una caída del consumo popular y tendencias recesivas en la producción, con recrudecimiento del alza de precios y límites importantes para la reactivación productiva. En simultáneo, crecieron las denuncias de corrupción, los escándalos políticos por vínculos de personajes libertarios con el narco tráfico y las fracturas al interior del oficialismo. A pesar de las turbulencias y pronósticos críticos, el voto positivo organizó más del 40% de consenso electoral, para un partido competitivo electoralmente en todo el país, una de las novedades de la política local. El liderazgo de Milei arrastró consenso electoral con figuras ignotas en todo el país. El marketing fue el presidente y su narrativa en contra de la política tradicional, aún con su alocado concierto musical y la pésima imagen de su entorno. Claro que hubo el mayor ausentismo de la historia contemporánea, un 32%, que sumados al voto nulo o impugnado alcanza a más de 12 millones de personas, incrédulas de la política como forma de resolución de problemas- Lo relevante es el triunfo de Milei y el ausentismo, lo que convoca a pensar los cambios económicos y políticos en la sociedad argentina. Una esperanza es el tercer lugar de la izquierda en varios distritos, especialmente en la Ciudad Capital del país y en la Provincia de Buenos Aires. Apoyo de Trump Puede afirmarse que estos resultados están asociados al sostenimiento económico y político de la gestión Trump. Un apoyo interesado en el marco de las dificultades del capitalismo contemporáneo y muy especialmente el estadounidense, desafiado por la expansión China. Aunque parezca minúscula la Argentina, en términos económicos y su contribución al PBI regional o global, el peso relativo se agiganta ante una realidad esquiva para los intereses de la política exterior estadounidense. El país es la punta de lanza de una ofensiva contra la impugnación liberalizadora que supuso el cambio político en la región en los primeros años del siglo XXI. Por eso el agravamiento del bloqueo sobre Cuba y el despliegue de tropas en el Caribe, contra Venezuela, las agresiones hacia el gobierno colombiano y a cualquiera que no se subordine a las expectativas y deseos de Washington. EEUU interviene con fuerza para cambiar la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe, para blindar políticamente a la región en sus objetivos globales de sostenimiento de la hegemonía amenazada. La afluencia de dólares desde el Tesoro de EEUU destinados a sostener a Milei fue parte de una campaña para el logro de los intereses de MAGA. Más allá de la crítica de los Demócratas, incluso de algunos Republicanos, de la prensa “gringa” o los afectados económicos, incluso trabajadores que no cobran por el shutdown, la inversión monetaria de Trump y Bessent es parte de una estrategia global para enfrentar la crisis capitalista. El gobierno Milei es parte de esa propuesta estratégica, que tiene impacto en el capitalismo global y local. Hemos sostenido que Milei es un ensayo asimilable al chileno del 73 del siglo pasado, que marcó el rumbo para una nueva experiencia de la organización capitalista bajo la dimensión “neoliberal”. El capitalismo en crisis necesita reorganizarse y encontrar formas y mecanismos que otorguen sentido a la búsqueda de ganancias y a la acumulación para la dominación y reproducción sistémica. Por eso la apuesta a la innovación tecnológica, la digitalización y la IA, que necesita ser consensuada más allá del crecimiento de la desigualdad y la miserabilización en una amplia franja de la sociedad. Esa perspectiva necesita ser consensuada socialmente, incluso vía manipulación cultural mediada por redes y falsas noticias (fakes). Trump necesita de Milei y de su “éxito”, aunque sea transitorio, para dar otras batallas de consolidación de las ultraderechas funcionales al poder de EEUU. Hemos sostenido que no debe subestimarse a Trump o a Milei, que más allá de cualquier excentricidad, expresan la voluntad de una parte del capital más concentrado para otorgarle rumbo al capitalismo en crisis. Por eso, Trump asistía financieramente a Milei mientras negociaba, una vez más, con China la provisión de las tierras raras y una reiterada tregua en la guerra comercial. El terreno del capitalismo es global. Por eso, la iniciativa política del poder trasciende las especificidades nacionales. La acumulación local y la alternativa El poder local necesita consensos para recrear el modelo de acumulación, que en los últimos 40 años fue el agro negocio de exportación y las finanzas apalancadas por el endeudamiento público y las privatizaciones. Ahora es tiempo de complementar con la explotación de hidrocarburos no convencionales y minería metalífera asociada a la innovación de la IA y la digitalización de la economía. Para eso se requieren inversiones y es la aspiración y expectativa del gobierno Milei. Se requiere una reorganización del capitalismo local, enunciada en 1975/76 y en proceso continuo más allá de los obstáculos interpuestos por la tradición política de las clases subalternas y su organicidad en movimientos sindicales, territoriales, populares e incluso del entramado burgués asociado al modelo de la industrialización sustitutiva hegemónico por décadas en el país. Por eso sostuvimos en variadas ocasiones que Milei pretendía disciplinar por abajo y por arriba a la sociedad local. El resultado electoral del 26/10 no supone el logro del objetivo, pero si un avance en ese sentido. Por eso resulta imprescindible pensar y actuar en términos de alternativa política, la principal ausencia en la Argentina. Reorganizar al movimiento popular y otorgar un nuevo horizonte de sentido transformador es el imperativo del momento. El radicalismo fue respuesta en un momento de la historia local y hoy aparece diluido bajo la hegemonía libertaria. El peronismo irrumpió como respuesta popular en los 40 y resurgió bajo facetas diferentes, entre Menem y Kirchner, y en esta coyuntura aparece desorientado aun con un caudal de votos importante que lo mantiene como segunda fuerza política. No se sabe su destino, pero convoca a pensar en reformulaciones políticas para un nuevo momento del capitalismo local y global. La izquierda merece ser discutida, desde su visibilidad en CABA y en la Provincia de Buenos Aires y en Jujuy, aun cuando no retuvo su legislador en la Cámara de Diputados. Se trata de estudiar y comprender el momento del capitalismo local, los cambios estructurales gestados en medio siglo de reestructuración reaccionaria, que ahora pretenderán consolidarse con regresivas reformas laborales, previsionales y tributarias. Todo impacta en la subjetividad y la conciencia social. Por todo lo que acontece existe algarabía de los “mercados”, inversores especulativos que hacen bajar las cotizaciones de las divisas, que hasta ayer especulaban contra la moneda local; baja el riesgo país y suben los títulos y acciones en la expectativa de inversiones hasta ahora esquivas. Habrá que ver si el horizonte esperado por la clase dominante desde hace tiempo se materializa. Mientras, la resistencia se hará presente todos los miércoles de las jubiladas y los jubilados, junto a la diversidad de reclamos salariales, por la educación y la salud, contra el saqueo y por tanta insatisfacción de irresueltas necesidades sociales. Son solo unas primeras reflexiones para pensar la coyuntura de un tiempo electoral de ofensiva liberalizador reaccionaria, que no dan ni para el pesimismo ni para el optimismo, sino para buscarle la vuelta a los desafíos actuales de los perjudicados por la ofensiva del capital y de la ultraderecha. Buenos aires, 27 de octubre de 2025

Trump y Milei constituyen una sociedad peligrosa

La gestión Trump decidió un apoyo incondicional al gobierno argentino de Javier Milei (cuya gestión se extiende desde diciembre del 2023 a diciembre del 2027), sometido en la coyuntura a una importante crisis económico y a una elección de medio turno el próximo 26 de octubre. El Presidente de EEUU afirmó que, si Milei no gana las elecciones, el apoyo no se continuará, lo que debe entenderse como la continuidad de una política de gobierno en la Argentina que sostenga el alineamiento incondicional del país sudamericano a la política exterior de EEUU bajo la gestión Trump. Antecedentes del apoyo estadounidense nos remite al 2018, en la primera presidencia de líder de MAGA. En aquella ocasión, el FMI rescató a la Argentina de una profunda crisis, en tiempos del gobierno de derecha de Mauricio Macri. El salvataje financiero consistió en un préstamo de 57.000 millones de dólares, de los que se desembolsaron 45.000 millones. Sin el apoyo de Trump, el FMI no habría convertido a la Argentina en su principal deudor. Los salvatajes a sus socios de la derecha regional no son novedad, pero se potencian en este 2025, ante el aislamiento de Washington respecto de los gobiernos de los principales países de Latinoamérica. En efecto, de los 5 de mayor peso relativo, Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, EEUU solo puede presentar el acompañamiento incondicional del liberal libertario Milei. ¿Quién es Milei y como llega a la crisis y al salvataje de Trump? Durante el siglo XX, el sistema político de la Argentina transitó bajo gobiernos constitucionales y dictaduras militares. Estas dictaduras se sucedieron entre 1930 y 1983 con golpes de Estado propiciados por las Fuerzas Armadas a instancias de sectores empresariales y eclesiales asociados al poder económico concentrado, de origen local y externo. Desde 1916, salvo en tiempos de golpes de Estado, se sucedieron gobiernos constitucionales, liderados por dos partidos políticos, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista (Peronismo). El primero, la UCR gobernó entre 1918 a 1930 (primer golpe militar); en 1963 (abortado por otro golpe de Estado; y en 1983 a 1999 liderado por Raúl Alfonsín, recordado por su polémica con Ronald Reagan en los jardines de la Casa Blanca, denunciando el accionar de EEUU sobre América Latina y el caribe. El radicalismo volverá al gobierno entre 1999 y la crisis y rebelión popular del 2001. Por su parte, el peronismo gobernó entre 1945 a 1955, interrumpido ese año por un Golpe militar; luego fue proscripto hasta un nuevo periodo de gobierno entre 1973 y 76, concluido por el último golpe de carácter genocida en marzo de 1976. El peronismo volverá al gobierno bajo Carlos Menem entre 1989 y 1999. Una década asociada a la estabilización monetaria del régimen de convertibilidad que estableció la equivalencia entre el dólar y el peso argentino en una paridad de uno a uno. Desde 1976 se inicia un proceso de profundas transformaciones económicos sociales y culturales del orden socioeconómico en el país, del cual emerge el proceso de empobrecimiento que llevará al 57% la pobreza por ingresos en 2002 y al 21% de desempleo en ese año. El 2001 es un momento bisagra en la política y la democracia local, el sistema político ya no será bipartidista, UCR y PJ, sino que se transformará en una disputa de dos coaliciones, que en su seno reunía a radicales y peronistas. Las coaliciones serán lideradas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el “kirchnerismo”; y por Mauricio Macri, el “macrismo”. Macri se constituye en el primer presidente no radical ni peronista (2015/2019). Es la primera vez que la “derecha” llega al gobierno sin acudir al golpe militar y lo logra con consenso electoral. El kirchnerismo gobierno entre 2003 y 2015, para ser desplazado por el macrismo entre 2015 y 2019 y retomar el gobierno entre 2019 y 2023 (Alberto Fernández) en que irrumpe el outsider Javier Milei en 2023. Un nuevo tiempo se inicia con el gobierno Milei, expresión de la ultraderecha y autodenominado 2liberl libertario”, “anarco-capitalista” y seguidor de la escuela austríaca, muy especialmente del neoyorkino Murray Rothbard (1926-1995). Desde diciembre del 2023, la gestión Milei instrumento una impopular política de eliminación del déficit fiscal, sustentado en un ajuste que tiene en primer lugar hasta el momento de esta nota la suspensión de la inversión en obra pública por 20,9 billones de pesos (un dólar = 1450 pesos); en segundo lugar un recorte en pensiones y jubilaciones por 15,6 billones de pesos; tercero una quita a programas sociales por 12,9 billones; cuarto eliminación de subsidios a la energía por 10,2 billones y luego caída de salarios estatales por 7,7 billones y de educación pública por 5,5 billones. La suma equivale a más de 50.000 millones de dólares al tipo de cambio actual. Es una cuantificación del ajuste fiscal para el logro del déficit cero del que alardea el gobierno Milei. Pese a ese gigantesco costo social, la realidad económica del país se encuentra con datos de dos trimestres de caída de la actividad económica, o sea, en recesión. Existe una tendencia decreciente de la tasa de inflación, frenada en el último trimestre y con tendencia al alza y una amenaza de devaluación que se trasladaría a precios y en desmedro de la mayoría social empobrecida. Salvataje de EEUU La cotidianeidad gubernamental se sustenta con endeudamiento que ya supera los 300.000 millones de dólares. La novedad es la intervención directa del Tesoro de EEUU en el mercado cambiario argentino, vendiendo dólares y comprando pesos con futuro de devaluación y perjuicio para las arcas fiscales estadounidenses. Ahora, la asistencia financiera del Tesoro se materializa con un swap por 20.000 millones de dólares y un consorcio de bancos que asistirían por otros 20.000 millones de dólares y más créditos de organismos internacionales, entre ellos, 10.000 millones del Banco Mundial. Un nuevo consenso de Washington a pleno para inducir condicionalidades para el acceso a bienes comunes que Argentina tiene en cantidades considerables, tierra, agua, hidrocarburos no convencionales, minerales, etc. Pero más aún, se trata del salvataje al socio política en la región y en el mundo. El gobierno Milei enuncia la subordinación sin matiza a EEUU y a Israel, que en este momento de disputa entre Washington y Beiging resulta imprescindible en la perspectiva MAGA. Existe resistencia al salvataje en EEUU, de sectores económicos y de intelectuales y políticos ante los problemas propios del orden interno; pero especialmente crece la crítica desde la Argentina, destacando los sectores empobrecidos y que soportan el ajuste. Sobresalen entre ellos, los pensionados y jubilados, recientemente galardonados por el IPS con el Premio “Letelier – Muffitt” el pasado 9 de octubre. En esa fecha estaban negociando en Washington la sumisión a la política estadounidense las autoridades económicas de la Argentina y el titular del BCRA, en antesala a la visita a la Casa Blanca de Javier Milei el 14 de octubre pasado. Que avance el rumbo definido por Milei fortalece las perspectivas de la política exterior de la gestión Trump, y viceversa. Por eso, las condicionalidades de los acuerdos entre Trump y Milei son muy peligrosos para ambas sociedades y el conjunto de los pueblos del mundo. Buenos Aires, 17 de octubre de 2025

Ni el swap tapa el desastre económico y político

Argentina ya tiene libre disponibilidad por 20.000 millones de dólares con la oficialización del swap suscrito con EEUU. El gobierno podrá usar parte de esos dólares para frenar la corrida por la devaluación del peso que viene ocurriendo desde hace unas semanas, especialmente luego del resultado electoral del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires. Claro que el gobierno perjuro que solo los utilizará para cancelar vencimientos de deuda para el 2026 por más de 18.000 millones de dólares. Si así fuera vale interrogarse sobre la premura en anunciar la asistencia financiera estadounidense, que no se agota con el swap e incluye un préstamo de un consorcio de bancos transnacionales por otros 20.000 millones de dólares. Esta realidad del swap fue largamente anunciada y queda claro que los anuncios e incluso su materialización no resuelven los problemas ante la gravedad de la situación económica y política en el país. Más aún, el Tesoro de EEUU ya intervino en tres ocasiones “comprando pesos”, o sea, inyectando dólares al mercado cambiario para que la demanda de divisas se satisfaga. Se trata de un barril sin fondo, ya que ni la billetera más importante del sistema capitalista contiene la corrida hacia el dólar de quienes tienen excedentes de pesos, una minoría que interviene en los mercados de la especulación en la Argentina. A propósito de la intervención del Estado estadounidense para el salvataje del gobierno de ultraderecha de Javier Milei, la crítica en EEUU crece y se interrogan sobre porqué el “salvataje” a la Argentina con tantas necesidades, problemas y demandas en el país del Norte. Con el gobierno cerrado (shutdown) ya por tres semanas, hay trabajadores que no perciben sus ingresos, con un alza de precios derivadas de la suba de aranceles dispuesta por Trump desde abril pasado. Es una guerra comercial que no termina y puede escalar si no hay acuerdo con China en un cara a cara del empresario gobernante en Washington y el titular del gigante asiático. La realidad es que no solo critican trabajadores con ingresos suspendidos, sino que el arco de productores agrarios, los farmer, demandan atención. Con ellos, suben la vos los representantes de la oposición, que exigen respuestas institucionales que justifiquen la razones de la intervención en Argentina, comprometiendo cuantiosos recursos. No se trata solo de economía, sino principalmente de política. En efecto, Trump cuida a su principal socio en la región, territorio plataforma para una estrategia global de sostenimiento del papel rector de EEUU en el capitalismo mundial. La esencia es la reconfiguración A días de la elección de medio término, el bloque de ultraderecha que expresa la relación Trump – Milei, necesita sostener un resultado que facilite continuar con la tarea del ajuste y la reestructuración reaccionaria del capitalismo en Argentina. Esa alianza política sustenta un proyecto económico que supone mantener a la cabeza del sistema mundial a EEUU, por lo tanto frenar el empuje desplegada en las últimas décadas por China, quien disputa la hegemonía del orden mundial. Ambos jefes de Estado se necesitan, aun cundo la incidencia de la Argentina en el Producto mundial sea mínima. Argentina está en el podio de los tres grandes de la región, luego de Brasil y México. Además, la estrategia de Washington supone modificaciones hacia la derecha en las elecciones próximas de Colombia y de Chile. Por eso la presión en estas horas sobre el gobierno colombiano y sobre Venezuela. Pretende Trump culpabilizar a ambos países en el negocio narco, cuando lo que le interesa es el petróleo venezolano y la anuencia y subordinación del vecino. Correr hacia la derecha a Colombia y a Chile, colocaría a tres países en el bloque de afinidad derechista con Trump, intentando minimizar la capacidad de acción de los gobiernos de Brasil y México. Lo esencial es la crisis en el capitalismo mundial, especialmente en EEUU, que este fin de semana movilizó millones de personas en prácticamente todo el país en contra del autoritarismo de la Casa Blanca. El capitalismo está en reconfiguración y por eso toda la emisión monetaria para el salvataje del capitalismo en la crisis del 2008 se orienta en estas horas a la modernización y la innovación tecnológica, cuya bandera de vanguardia es la Inteligencia Artificial, IA. A esto apuestan Milei y Trump, por eso el interés en la producción energética, especialmente la nuclear, en el uso del agua y en la minería metalífera. Todo un combo necesario para la producción sustentada en IA. De ahí la asociación de las grandes tecnológicas con Trump y la oferta de Milei para radicar “Centros de datos” en la Patagonia, territorio de abundancia de agua, con clima adecuado y centro de la acumulación productiva energética sustentada en hidrocarburos no convencionales. Esa es la apuesta y por eso la respuesta de Trump a la prensa de EEUU, en el sentido de que “no sabes nada” y en la Argentina “se están muriendo”. No es por humanismo que EEUU asiste a la Argentina, sino en defensa propia, para defender una propuesta de orden global bajo la dirección de Washington. Eso se juega el 26/10 La asistencia de EEUU está en el centro de la campaña electoral, aun cuando tiene poco efecto, por ahora, en los mercados bursátiles y de cambio, territorio de accionar de una minoría, pero vidriera de la economía y la política. El gobierno trata de mostrar su vínculo con la sociedad “ideal”, o quizá idealizada, del sistema mundial. Queremos ser como EEUU, incluso mejor que ellos en una década, si seguimos este rumbo, sostiene Milei. La incógnita es la respuesta electoral de la sociedad y más aún, la capacidad del movimiento popular para construir una alternativa política más allá de la elección del domingo 26. El gobierno aun pregona la herencia recibida. Sabe que una parte de la población no quiere volver atrás, y que aun decepcionada con los resultados de la motosierra, la licuadora y la desregulación, mantienen expectativas. Se trata de una crisis de representación que demanda la emergencia de una propuesta política que entusiasme al colectivo social con un horizonte de acciones de transformación de la economía y la política en beneficio de la mayoría social. Es la tarea más allá del resultado electoral. Asistimos a un momento de reconfiguración mundial y local del capitalismo, con el interrogante reiterado sobre quien vencerá a quien, segundos afuera dirían en el cuadrilátero del box. 21 de octubre de 2025

El detrás del rescate estadounidense a la Argentina

Lo peor ya pasó sostuvo Milei a comienzos de septiembre. Sin embargo, a los pocos días, tras la corrida cambiaria que llevó el tipo de cambio al tope de la banda, se acudió nuevamente a la asistencia financiera de EEUU. Era la segunda en seis meses. La primera fue un préstamo de 20.000 millones de dólares del FMI en abril, del que ya desembolsó 14.000 millones que alimentaron la fuga de capitales Ahora, la novedad es un swap por otros 20.000 millones de dólares y la intervención directa del tesoro estadounidense en el mercado cambiario de la Argentina. En su primera operación alcanzaron unos 100 millones de dólares, que evidencian el compromiso firme de las autoridades de Washington para sostener la política cambiaria del gobierno Milei. Se trata de una señal que podrá reiterarse con la compra de moneda local o de títulos públicos. Si bien son operaciones menores para la potencia del norte, dan cuenta del interés de la gestión Trump en favorecer al gobierno de Milei. Algo está mal con la economía local para solicitar asistencia urgente en dos ocasiones en seis meses al todo poderoso del norte. En efecto, Argentina está atrapada en un endeudamiento y vencimientos de corto y mediano plazo imposibles de cancelar, pero más aún, sin capacidad de generar divisas suficientes para atenderlos. Sin acceso al mercado de crédito mundial, la asistencia estadounidense resulta indiuspensable. La situación se agrava por una política pública que privilegia el equilibrio fiscal para bajar la inflación. Esa suba de precios estuvo sostenida por dos décadas y se constituyó en la principal demanda económica de la sociedad, según entendió para la disputa del consenso electoral La Libertad Avanza (LLA). Resulta así un impacto catastrófico en el funcionamiento de la economía, con tendencias actuales preocupantes en la evolución del nivel de actividad, la baja de los ingresos populares, salarios y jubilaciones, e incluso una evolución descendente del superávit comercial. Todo agravado con un creciente endeudamiento público, cuyos vencimientos inducen una profundización del ajuste fiscal. Interés de EEUU La pregunta es sobre el interés de EEUU en el rescate, lo que remite a objetivos políticos y económicos. Entre los políticos se destaca la afinidad ideológica política de Argentina con EEUU, no solo en la competencia con China, sino y muy especialmente en la visión sobre la perspectiva del capitalismo ante la crisis mundial. La consigna MAGA (Make America Great Again) supone subordinar a los aliados históricos de EEUU a las necesidades de política local, nacional, de Washington. Vale para Europa, Japón, Medio Oriente o América Latina y el caribe. Queda claro que, en la región, Trump necesita recuperar un protagonismo perdido entre los países de mayor peso relativo. Solo basta considerar los cinco más grandes de Latinoamérica y el caribe para entender la lógica del gobierno estadounidense. Argentina es la única alineada sin matices con la política exterior de Trump. No ocurre lo mismo con Brasil, México, Chile o Colombia. Además, el peso relativo de China en comercio, inversiones y finanzas creció de manera importante durante este siglo XXI. Sin embargo, el interés económico es sustancial en este tiempo de innovación tecnológica evidenciado con las inversiones en inteligencia artificial, IA. Esas gigantescas inversiones necesitan ser abastecidas por energía y abundante uso de agua. La Argentina ofrece enormes posibilidades en ese sentido, especialmente en la Patagonia. Un ejemplo es la producción y exportación de hidrocarburos no convencionales, en donde el país se presenta como la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo. Argentina dejó atrás su vulnerabilidad como importador de energía y se transformó en un exportador, con perspectiva de igualar o superar a mediano plazo su ventaja relativa en la exportación de commodities agro ganaderas. Existe un consenso ampliado del poder local para producir y exportar esos hidrocarburos no convencionales, más allá de cualquier resistencia local o global en defensa del medio ambiente. Más aun, el país ofrece una perspectiva de transformarse en importante productor de minería metalífera, convergente con las iniciativas estadounidenses en proyecto de competencia con China. La gestión Trump se involucró en estos días en la compra de activos canadienses para la producción minera en Alaska. Pretende con ello disputar el acceso a insumos estratégicos que Argentina está dispuesta a ofrecer a cambio de la asistencia financiera en el presente. EEUU necesita la subordinación política de sus aliados tradicionales y por eso disputa en todos los terrenos. En el comercial con la guerra arancelaria y en lo económico financiero con su política monetaria y cambiaria para sostener el dominio del dólar en la economía mundial. Pero también presiona militarmente para involucrar más claramente a Europa en la OTAN y resulta evidente en las gestiones en los países árabes para inducir el tratado entre Hamas e Israel. La iniciativa de Trump apunta a una estrategia de intervención política del Estado estadounidense en la superación de la crisis capitalista en curso, coincidente con el programa sostenido por el libertario gobernante en Argentina. Dependencia y reestructuración capitalista No alcanza con denunciar la profundización de la dependencia política y económica de la Argentina con EEUU. En rigor, lo que acontece es un proyecto de reestructuración regresiva del capitalismo local para insertarlo en la dinámica que propone la ultraderecha global liderada desde Washington. Por eso, las premisas son las reaccionarias reformas laborales, tributaria y previsionales para disciplinar la capacidad de lucha del pueblo argentino y desde allí reorganizar el modelo productivo y de desarrollo bajo el que funcionó el capitalismo local desde fines del siglo XIX. Argentina inició ese proceso en 1975/76 y tras medio siglo de avances y pausas, la aceleración intenta consumarse en la gestión Milei. El fin de la conciliación de clases para el desarrollo capitalista en Argentina fue el objetivo de la dictadura genocida, potenciado en los 90 del siglo pasado y con la gestión macrista. La propuesta del poder concentrado pretende disciplinar por abajo y por arriba para afirmar esa transformación del modelo productivo con un país que diversifique su matriz productiva primaria, con la exportación agro-ganadera, energética y minera, sustentada en inversiones externas. En ese marco hay que analizar el acuerdo secreto YPF Chevron para la utilización de la tecnología de la fractura hidráulica que hizo posible la producción y exportación de hidrocarburos no convencionales. Del mismo debe considerarse el anuncio de OPEN IA para una inversión de 25.000 millones de dólares en el sur del país. Argentina proveedora de bienes comunes para la innovación tecnológica y productiva contemporánea liderada por capitales foráneos, principalmente estadounidenses, es el destino de los acuerdos actuales entre Argentina y EEUU. Buenos Aires, 13 de octubre de 2025

De "La construcción del milagro" a la crisis

Milei presenta su nuevo libro con un show en donde tiene el doble carácter de cantor y autor expositor., haciendo ensayos mientras crece la crisis económica y politica. Las ideas del libro y de su discurso no son novedosas: se reitera el mismo balance que sostiene el “milagro” del crecimiento económico, la baja de la inflación y la pobreza; junto a la suba de los ingresos populares. Todas falacias de propaganda que se justifican con cifras discutibles que escamotean la realidad. El crecimiento de la economía puede remitirse al 2024 hasta el primer trimestre del 2025 y sesgado hacia algunos sectores primarios exportadores, caso del agro, la energía y la minería, también el turismo emisivo al exterior, la venta de automotores, de inmuebles y las finanzas. El resto de la economía, en general vinculada al mercado interno y con ingresos populares deteriorados muestran la otra cara de la moneda. Los datos señalan que la inflación detuvo la baja en julio y agosto, con un registro del 1,9%, que es muy probable que se mantenga para el pasado mes de septiembre y el presente. Ello ocurre, entre otras cuestiones, por el aumento del tipo de cambio y la especulación con nuevas devaluaciones, antes o después de las elecciones de medio término, más allá de las afirmaciones oficialistas en sentido contrario. El salario de los estatales desmiente la referencia presidencial de mejora de los ingresos, con una caída del 19% respecto a diciembre del 2023, habiendo resignado caca estatal más de 8 millones en promedio. El salario del sector privado está 5% por debajo del inicio de la gestión Milei, con una pérdida promedio de más de 1,7 millones de pesos. Las jubilaciones están abajo un 23%, con una pérdida promedio de más de 3,9 millones por beneficiario. Los datos son aportados por “MATE”, el mirador de la actualidad del trabajo y la economía. Crítica realidad La realidad es una economía estancada por esa baja de ingresos populares, con cierres de empresas, incluso retirada de algunas de capital externo y variados cierres de pequeñas y mediana, con un saldo de desempleo en torno al 8% y una creciente informalidad laboral, con un registro del 44%, el más alto en este siglo. Esa informalidad es expresión de la irregularidad del empleo derivado de la impunidad empresarial y la política pública de deterioro de los ingresos populares y condiciones de vida de las/os trabajadoras/es. Bajo estas condiciones y para sostener la lógica del equilibrio fiscal, crece el endeudamiento externo, que ya supera los 300.000 millones de dólares, de una cuenta en perspectiva de incremento bajo asistencia del gobierno de EEUU. Este año hubo asistencia del FMI por 20.000 millones de dólares, con desembolsos por 14.000, utilizados para la fuga de capitales, esencialmente compra de billetes por una minoría con excedentes de pesos en sus cuentas. Sin la mediación de Donald Trump ello no es posible. Ahora en Washington, el quipo económico profundiza la dependencia con mayor endeudamiento y condicionalidades que afectan el manejo soberano de la economía local. Un “milagro” reaccionario El “milagro” del libro de Milei es que haya durado este tiempo, vale señalar, con la complicidad de un Congreso Nacional que empezó a ser esquivo en este tiempo. El cambio de actitud y de votaciones en el Parlamento se explican por el cambio de humor en la sociedad ante los problemas económicos, pero, sobre todo, por los problemas políticos derivados de la corrupción en el gobierno. Se trata del fraude $libra, con juicios en el exterior y en el país, las denuncias sobre coimas en la ANDIS, las denuncias en el área de salud y más aún, con el caso Espert y las vinculaciones al narcotráfico. Es un combo que suma crisis política a la situación económica. El Diputado Espert abandona la campaña y la presidencia de la comisión de Presupuesto de la cámara baja, impactando en el proceso electoral a pocos días de la votación, considerada estratégica para el gobierno y el poder. No hay milagro económico, tan valorado en ámbitos asociados a la corriente principal liberalizadora, sino un intento por continuar la lógica de disciplinar, por abajo y por arriba, a la sociedad en Argentina. Por eso es un “milagro reaccionario”, una tarea esencial definida en 1975/76 para reestructurar regresivamente al capitalismo local y que se procesó en etapas, en la dictadura genocida, en los 90 con Menem y De la rúa, luego con Macri y ahora con Milei. Claro que ante las dificultades de la gestión, el “banco de suplentes” ya está listo, agrupando a diferentes sectores del peronismo, del radicalismo y del PRO, bajo las figuras de gobernadores con referencias territoriales en todo el país. Se proponen asumir con mejores modales y diplomacia de relaciones políticas, la reaccionaria reestructuración para una inserción en la lógica mundial de acumulación capitalista, cuya tendencia preocupante se orienta hacia el capitalismo criminal y guerrerista. El objetivo del gobierno y sus cómplices, ahora dispuesto a sustituir al gobierno en la gestión, pretenden avanzar luego de asumido el nuevo congreso Nacional en diciembre próximo, con las reformas tributarias a favor de los capitales la ganancia; la reforma laboral y la previsional. Resulta coincidente con el propósito global de los capitales más concentrados en todo el mundo. La resistencia a la política pública viene creciendo, pero aún resulta insuficiente, especialmente en la construcción de un consenso político para orientar un rumbo en favor de las trabajadoras y los trabajadores, del mercado interno y las economías regionales. Buenos Aires, 6 de octubre de 2025