Derrota electoral de Milei y promesa de más ajuste

Milei aceptó la derrota por más de 13 puntos en territorio bonaerense e insistió en la continuidad de la política de ajuste. Con el rechazo al veto por “incapacidad” insistió en que acrecentará el achique del gasto público. El tema que no reconoce es que se trató en esta elección de un acontecimiento masivo de rechazo a la política pública, que legitima la ampliación de la protesta social y búsqueda de constituir alternativa política. Al mismo tiempo, el partido de gobierno, La Libertad Avanza (LLA) se constituyó como segunda fuerza partidaria en el territorio bonaerense, y pretenderá revertir el resultado en la elección nacional de fines de octubre. Es un tema a considerar pensando el peso político logrado en la primera vuelta del 2023, lo perdido ahora de lo sumado en la segunda vuelta de aquel año, que había imaginado mantener al subordinar en la absorción electoral del PRO para esta elección de 2025. Asistimos a un nuevo episodio en el proceso de reconfiguración de la derecha en la Argentina. En rigor, del ámbito político en su conjunto emás allá del territorio bonaerense. La primera fuerza fue el peronismo, Fuerza Patria mediante, que habilitó un debate por la conducción y el perfil electoral peronista hacia la renovación presidencial del 2027. El discurso de Axel Kicillof desafió a Milei para un diálogo orientado a la gestión, en sintonía con otros mensajes de gobernadores afines al gobierno libertario, afirmando el federalismo y ampliando el debate sobre la gestión del capitalismo local. La sorpresa de la irrupción de la ultraderecha entre 2021 y 2023 parece haber encontrado un límite en esta elección, en un capítulo que tendrá continuidad a fines de octubre. Se trata de un acontecimiento de masas, que con un 61% aproximadamente de participación interviene en el debate político restringiendo la ofensiva libertaria, aun cuando destacamos la consolidación de una fuerza competitiva electoral con un programa reaccionario por el ajuste y la regresiva reestructuración de la economía, del estado y de la sociedad. Por su parte, la disidencia peronista y radical se hizo presente con “Somos Buenos Aires”, intentando constituir una fuerza intermedia entre la LLA y Fuerza Patria, entre la ultraderecha y el peronismo. La izquierda completa el cuadro de las propuestas que lograron obtener presencia legislativa, en un intento de ir más allá de la tradición trotskista, al abrir sus listas a candidaturas de “Vientos del Pueblo. Un frente por el poder popular”, que integran 8 grupos políticos, algo que se reitera en la elección de octubre. Eso le otorga visibilidad parlamentaria a una expresión importante de la resistencia, con posibilidad de crecer en representación institucional. Economía y política Las dificultades sociales impuestas por la política económica, bajos ingresos populares y del consumo, elevación del desempleo, cierres de empresas y el freno a la economía, se sumaron a los problemas políticos de un gobierno asociado a escándalos de corrupción. En efecto, el caso $Libra, el fentanilo contaminado y los audios del ex titular de la ANDIS, con denuncias ventiladas de coimas y negociados de grandes empresas favorecidos por funcionarios del gobierno, restó expectativas de anteriores votantes o simpatizantes de la propuesta liberal libertaria. Pero no solo es la “política económica” de ajuste, sino el orden económico que venía anunciando el gobierno, de desindustrialización y concentración financiera en el ámbito del negocio especulativo, y una fuerte apuesta al ingreso de inversores internacionales para consolidar el núcleo de acumulación asentado en el sector agroexportador, la energía y la minería. Se trata de una propuesta que deja afuera a millones de personas que, insatisfechas con el orden económico previo, desde la reestructuración iniciada con la dictadura genocida, tienen expectativas por cambios que resuelvan la cotidianeidad de un vivir bien. Esa es la búsqueda que hoy se manifiesta en la votación al peronismo, y a la izquierda, que entre ambas propuestas superan al 51% de las/os votantes. Ahí se abre un debate interesante. Kicillof convocó a ampliar la propuesta actual, explicitando la necesaria participación de organizaciones sociales sindicales y de empresarios. Un interrogante es el alcance o límite de dicha convocatoria a sectores de la política más allá de quienes sustentan sus límites en la gestión del capitalismo. Por su parte, la izquierda está desafiada a construir amplios espacios de protagonismo, con amplitud en la construcción de alternativa política, en defensa de la soberanía alimentaria, energética, financiera, contra la deuda, ampliando el espectro de la perspectiva y posibilidad anticapitalista. La política se dinamiza por acciones de masas y los procesos electorales lo son, desafiando a las fuerzas intervinientes a realizar nuevas interpretaciones de la demanda social en tiempos de incertidumbres globales de un orden capitalista amenazado por la guerra y la destrucción de la naturaleza. Se abre un tiempo de enormes expectativas por cambios, los que estarán atravesados por nuevas presiones por la devaluación y la suba de precios y tasas de interés, próximos vencimientos impagables de una deuda pública eterna, odiosas, ilegítima e ilegal, con más cierres de empresas y renovadas protestas sociales contra la política antipopular de la derecha libertaria y sus cómplices. Buenos Aires, 8 de septiembre de 2025

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