Impresionante
movilización por el 8M y el paro internacional de mujeres en varios territorios
del mundo.
Resulta
un dato muy importante y
de proyección mundial la movilización protagonizada
por el movimiento de mujeres, que se apoya en una lucha histórica por el
reconocimiento de derechos por la igualdad de género con capacidad de
intervenir en la transformación de la sociedad y que vale para pensar
críticamente nuestro tiempo.
El
8M constituye crecientemente un acontecer que define una nueva subjetividad
transformadora en la sociedad contemporánea, en una dinámica alternativa a
otros fenómenos contrarios del presente, como la presencia de nuevos
autoritarismos legalizados por procesos electorales, evidentes para el caso Bolsonaro
en Brasil; Trump en EEUU, o las nuevas derechas europeas; y en ese marco, la
deriva represiva y ajustadora del gobierno Macri y sus aliados en la oposición
que estimulan políticas de seguridad y defensa de la propiedad y el
individualismo por encima de derechos sociales y la seguridad social.
Ambos
fenómenos, contradictorios son parte de nuestra realidad. Uno es el avance de
las derechas y los autoritarismos, pero también queremos destacar la presencia
de novedades sociales que entusiasman en la emergencia de nuevas subjetividades
por la transformación social, del cual el feminismo extendido en su masividad permite
dinamizar prácticas sociales tradicionales en el movimiento popular,
articulando viejas y nuevas contradicciones entre el capital y el trabajo;
entre aquel y la naturaleza o contra la sociedad en su conjunto.
No
es cuestión de adornar o edulcorar un movimiento que siendo masivo contiene en
su seno lecturas y propuestas contradictorias que aun requieren de síntesis que
pretendo revolucionarias. En todo caso es para relativizar las convicciones que
quieren naturalizar por un tiempo prolongado las opciones por derecha y avizorar
que en el presente también existen pretensiones de un futuro diferenciado por
ampliación de derechos e igualdad.
Por
ello es necesario estudiar el fenómeno de la lucha feminista en la historia,
porque ésta es rica en acontecimientos que modificaron la realidad, desde la
movilización de las mujeres en Rusia que dieron la voz de inicio para derrocamiento
del régimen zarista en febrero de 1917, a las mujeres trabajadoras de Chicago
víctimas de la represión y la crueldad empresarial, que evidenciaron al mundo las
diferencias de género para hacer visibles las demandas por el reconocimiento
específico de un día internacional de las mujeres. Es una historia larga, con
debates y contradicciones que merecen ser revindicadas.
En
ese recorrido está el aporte local al movimiento global del “ni una menos” y la
instalación del Paro Internacional de Mujeres como forma de movilización y
organización del 8M, que a esta altura expresa un cruel diagnóstico de la
discriminación y el patriarcalismo.
La
dinámica anti-patriarcal crece en todo el mundo, con sus contradicciones, por
cierto, y desafía a pensar la realidad con perspectiva de género.
Es
muy importante como emerge con enorme visibilidad la cuestión de la desigualdad
laboral, de ingresos y de oportunidades de las mujeres; una verdadera
discriminación que ofende, en el marco del alarmante feminicidio que
constatamos recurrentemente.
Si
vamos por los ingresos, las mujeres trabajadoras perciben menos recursos y
aunque pueda haber un ejemplo en contrario, la norma es que las mujeres
perciben menores ingresos que los varones. Si apuntamos al desempleo, las más
afectadas son las mujeres trabajadoras y entre la juventud, donde el desempleo
es mayor respecto de los y las mayores, se verifica que son más afectadas las jóvenes
trabajadoras.
En
este sentido señala un documento de la Sociedad Latinoamericana de Economía
Política y Pensamiento Crítico, SEPLA, que “En Nuestra América, las mujeres
destinamos al trabajo no remunerado un promedio de 37 horas semanales, mientras
que los varones sólo 13 horas (CEPAL, Observatorio de igualdad de género). De
no ser mercantilizado, este trabajo no entra a la formación del valor de la
fuerza de trabajo en general, aunque sea esencial para reproducirla. La
explotación del trabajo doméstico femenino es esencial a la reproducción
capitalista.”[1]
Agregan
también que “A la vez, de no ser siempre mercantilizado, el cuidado y el trabajo
femenino crean prácticas solidarias y comunitarias que pueden servir como
germen para nuevas construcciones societarias en la lucha anticapitalista.” En
esta frase anticipan una perspectiva de organización alternativa a la economía cotidiana
del lucro.
Señala
la SEPLA que “La explotación de las mujeres en la división social del trabajo
es a la vez la base para la apropiación patriarcal sobre nuestros cuerpos,
también necesaria a la reproducción capitalista y de ella indisociable en el
momento presente. Según la CEPAL, 2.795 mujeres fueron asesinadas por ser
mujeres en Nuestra América el 2017. Es la región donde ser mujer es más
peligroso fuera de una zona de guerra abierta. Según la ONU Mujeres, el 69% de
las mujeres de 15 países de la región que manifestaron ya haber sufrido
violencia lo fueron por parte de sus parejas. El 47% han sido víctimas de al
menos un ataque sexual durante el transcurso de su vida. La situación es peor
mientras menor sea el nivel de renta.”
Hay
que señalar que el INDEC ha comenzado un seguimiento por ahora parcial, según
señala sobre los casos de violencia de género en la Argentina, recogiendo
información parcial entre 2013 y 2018.[2]
Resulta imprescindible formalizar los estudios y cuantificaciones que den
cuenta de la cruel realidad de la discriminación de género en el país y en el
mundo. Conocer y fundamentar la realidad resulta imprescindible para
modificarla.
Queda
claro que el 8M se consolida como un día de lucha contra la explotación, el
patriarcado, el racismo y la discriminación y que es un tema que nos atañe a todas
y todos, mujeres y hombres.
Reivindicaciones económicas con perspectiva de género
Las
reivindicaciones económicas por derechos están largamente contenidas en los
documentos que circularon en torno al 8M, los que ponen el foco más allá de las
especificidades de género en la política económica en curso, acordada y
monitoreada con el FMI y que en esta semana pareció concentrarse en la
polaridad contradictoria del dólar y las tasas de intereses pagadas por el BCRA.
Es
más, algunos festejaron que la cotización del dólar bajó del jueves pasado al
viernes, de $43,5 a $42,20 por unidad de moneda estadounidense, obviando que el
saldo es una nueva devaluación que impacta en la disminución de la capacidad de
compra de la mayoría empobrecida y en el aumento de los precios. Además, el
BCRA llegó a pagar tasas de interés del 59,06% por las leliq (letras de
liquidez), un título al que acceden solo entidades financieras que gestionan el
mercado especulativo de inversores externos y locales. Sigue el festival del
endeudamiento público que hipoteca las cuentas del fisco, agravando las
condiciones del ajuste fiscal.
Se
trata de una carrera entre la cotización del dólar y el nivel de la tasa de interés
de referencia, la que se traslada con valores usurarios a cualquier crédito
destinado a ampliar la producción o a satisfacer necesidades personales. El
dólar aparece como una de las claves en la estrategia del gobierno para
intentar controlar esa variable de alto impacto en la precepción social de la
realidad económica. El instrumento de control es la política monetaria
restrictiva y la elevación de la tasa de interés, favoreciendo así la dinámica
especulativa y recesiva de la economía local.
La
cuestión preocupa, porque más allá de la especulación y las cuentas
macroeconómicas, la realidad material de la economía se deteriora en el marco
de la creciente inflación que ya se proyecta por encima del 30% en las propias
consultoras que hacen al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de BCRA[3].
Pero también de una recesión que según el REM escala al -1,9% para este año,
alejado del -0,5% previsto en el presupuesto aprobado por el Parlamento hace
apenas un par de meses.
En
ese marco, según el INDEC, la producción industrial argentina anualizada cayó a
enero 2019 el -10,8%[4]. Más
grave es que automotores cayó -28,2%; Equipos, Aparatos e Instrumentos un -26,3%;
Productos metálicos, Máquinas y Equipos un -22,3% y Minerales no metálicos y
metales básicos un -16,8%. Destacamos al sector automotor por el peso en la
cadena de valor que involucra a muchas medianas y pequeñas empresas
proveedoras, además del impacto laboral directo e indirecto que supone sobre
autopartes, siderurgia y metalurgia, pero muy especialmente a la producción de
medios de producción que es la más afectada por la recesión productiva del
sector fabril.
Remitimos
a un sector que es estratégico en la producción, aun cuando la población
consume de manera directa bienes de consumo, los que requieren previamente de
esa generación de medios de producción. Los bienes de consumo también
disminuyeron, pero queremos enfatizar la gravedad que reviste el deterioro de
la capacidad productiva de las fábricas de medios de producción. Es una
cuestión que no solo impacta en mercado interno y el empleo, sino que
profundiza la dependencia industrial y productiva de la Argentina.
Además
de la caída industrial sobresale en los datos aportados por el INDEC en la baja
de la construcción en un 15,7% para los últimos 12 meses.[5]
Por
todo ello es que insistimos en que existen problemas estructurales en el
proceso de producción y sin perspectivas de resolución por ausencia de
inversiones del sector privado o del público.
La
estrategia oficial, con complicidad en parte importante de la oposición política
se concentra en los intereses de los sectores hegemónicos de la clase dominante,
destacando los grandes productores y empresarios de la exportación junto al
sector especulativo asociado al mercado financiero mundial.
Desde
nuestro lado importa una agenda alternativa para satisfacer las demandas
sociales de la mayoría de la población, que necesariamente necesita incluir una
perspectiva de género para superar no solo el capitalismo, sino el
patriarcalismo.
En
ese sentido, la SEPLA demanda que “Hoy día, las mujeres luchamos en todos los
espacios de la vida. Luchamos a diario para nutrir y hacer sobrevivir a la
humanidad, en momentos de ofensiva burguesa contra la clase trabajadora y
profundización capitalista-neoliberal. El rasgo neoconservador necesario a la
reconfiguración capitalista profundiza la división sexual del trabajo y la
división racial del trabajo.”
Por ello,
la SEPLA recupera el 8M y “…se suma a las protestas organizadas por mujeres en
todas las regiones de Nuestra América, a la lucha por la legalización del
aborto y a la huelga internacional de mujeres. La lucha feminista debe ser
anticapitalista. Mujeres y hombres debemos reconocer que la lucha
anticapitalista que a diario construimos debe ser antirracista y anti-patriarcal,
o no será.”
Una
clave para pensar alternativas de orden económico requiere en primer lugar la construcción
de una subjetividad consciente para la experiencia de un nuevo orden. En ese
sentido, la visibilidad del movimiento del 8M y sus reivindicaciones habilitan
a la construcción colectiva de un programa de transformaciones más allá de la
coyuntura y que se proyecte con perspectiva de género por la emancipación
social.
Buenos Aires, 9 de marzo de 2019
[1] SEPLA: ¡QUE VIVA LA LUCHA DE
LAS MUJERES!!! En: https://sepla21.org/comunicado-de-sepla-por-el-8m/ (consultado el 9/3/2019)
[2] INDEC. RUCVM, registro único
de casos de violencia contra las mujeres, resultados 2013 – 2018, en https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/rucvm_03_19.pdf
(consultado el 9/3/2019)
[3] BCRA. Relevamiento de
Expectativas de Mercado (REM), en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/rucvm_03_19.pdf
http://www.bcra.gov.ar/PublicacionesEstadisticas/Relevamiento_Expectativas_de_Mercado.asp
(consultado el 9/3/2019)
[4] INDEC. Índice de producción
industrial manufacturero. Enero de 2019, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipi_manufacturero_03_19.pdf
(consultado el 9/3/2019)
[5] INDEC. Indicadores de
coyuntura de la actividad de la construcción. Enero de 2019, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/isac_03_19.pdf
(consultado el 9/3/2019)
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