La novedad en política económica
provino de la oferta del gobierno argentino a Repsol para cerrar el conflicto
de la expropiación parcial de YPF.
Se trata, hasta donde
trascendió, de la entrega de títulos públicos de la deuda argentina por 5.000
millones de dólares. Serían bonos a 10 años con tasas de interés por debajo del
9% y con 4 años de gracia. El verbo en potencial remite a los trascendidos, ya
que la negociación y acuerdos finales permitirá conocer los detalles del cierre
de la operación. Repsol, por su parte, deberá cerrar los canales
internacionales de demanda judicial encarados.
En la operación intervino el
gobierno mexicano junto al español, el argentino y las empresas involucradas. El
motivo de la presencia mexicana se explica en el interés de PEMEX, la petrolera
de México, socio minoritario de Repsol, por ser parte de la explotación del
yacimiento de Vaca Muerta, importante reservorio mundial de reservas de
hidrocarburos no convencionales.
Se estima que Vaca Muerta es el
segundo reservorio mundial de gas y el cuarto de petróleo. En paralelo, la
Argentina sufre la creciente factura por importación de energía y se ha
planteado revertir la situación en el mediano y largo plazo con la producción
de gas y petróleo no convencional. Eso demanda de tecnología que manejan
empresas extranjeras, especialmente estadounidenses, y por eso el primer
acuerdo con Chevron.
Eliminar la conflictividad con
Repsol es considerado esencial para habilitar el ingreso de nuevos socios
inversores para la explotación de hidrocarburos no convencionales.
Es conocida la incidencia de
EEUU sobre México y el fuerte vínculo de dependencia de la economía mexicana
con la principal potencia del capitalismo mundial.
Desde Washington se apuesta a
resolver la crisis petrolera iniciada a comienzos de los 70´ con la explotación
de los hidrocarburos no convencionales. Pese a las resistencias de varias
poblaciones y a la suspensión de los trabajos en algunas regiones ante la
crítica de los pobladores por los impactos de la fractura hidráulica (fracking),
la apuesta del gobierno Obama es decisiva y se manifiesta en subsidios
estatales para la extracción de gas y petróleo. EEUU compra petróleo a México y
a Venezuela, y más allá del continente americano, con la secuela de
militarización global que ello implica.
El cuadro completo es que el
capitalismo mundial apuesta a superar la crisis energética con un salto
tecnológico muy a pesar de la crítica social por la militarización o la
depredación de la naturaleza. En Argentina, unos 20 municipios han manifestado su
rechazo a la tecnología depredadora de los bienes comunes vía fractura hidráulica.
Es un tema en debate que la sociedad requiere en la coyuntura.
En rigor, la discusión se
extiende al modelo productivo extractivista, sea por la soja, el oro y otros
minerales, el gas o el petróleo. En todos los casos se afectan los bienes
comunes de la naturaleza, la cultura social y el medio ambiente.
Junto al debate sobre las
cuestiones ambientales, culturales y productivas, lo concreto es el incremento
del endeudamiento externo si progresa el acuerdo con Repsol.
La empresa española valoró el
ofrecimiento y se apresta en estos días a discutir la letra chica de la
propuesta, intentando mejorar su posición relativa. Recordemos que la demanda
empresaria era superior a los 10.000 millones de dólares y que las
declaraciones de las autoridades argentinas eran que Repsol debía compensar a
la Argentina por el incumplimiento de la pauta inversora, la depredación de las
reservas y el medio ambiente.
Está claro que la Argentina
además de reducir la factura de energía requiere del ingreso de divisas, por
inversiones o por préstamo para frenar la sangría de reservas internacionales,
que ya suman 12.000 millones de dólares en lo que va del 2013.
La oferta a Repsol se inscribe
en la decisión de política económica de la Argentina por retomar el camino de
inserción en el mercado mundial de préstamos, inducir facilidades para el
ingreso de capitales externos y al mismo tiempo mejorar el tipo de cambio para
hacer atractivas las condiciones a inversores externos.
Estas tres cuestiones: las
depreciaciones continuas del tipo de cambio, la búsqueda de préstamos externos
y de inversores foráneos hacen converger en la coyuntura la demanda de los
sectores económicos hegemónicos con la política oficial.
Buenos
Aires, 2 de diciembre de 2013
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