El chantaje del ajuste en EEUU (publicado hoy en Tiempo Argentino, en: http://t.co/wu3zCfs5N2

Publicado hoy en Tiempo Argentino, en: http://t.co/wu3zCfs5N2

Son 800.000 trabajadores estatales que sufren el chantaje del debate político del bipartidismo gobernante en EEUU. El shutdown se traduce como “no hay recursos públicos para atender ese gasto”. Es una negociación a saldar en las próximas semanas y si no se resuelve, el ajuste se traslada al empleo público, con serio impacto en el consumo popular y reflejo en la continuidad de la situación de crisis económica. La medida supone unos 10.000 millones de dólares semanales en ingresos salariales, casi 40.000 millones al mes, y que curioso, la Reserva Federal, al mismo tiempo emite mensualmente más del doble, unos 85.000 millones de dólares para sostener la política de salvataje al propio Estado capitalista estadounidense, a los bancos y empresas en problemas. Es evidente que la crisis mundial impacta seriamente en EEUU y afecta especialmente a sectores vulnerables, entre ellos a los trabajadores estatales y sus familias. El fondo de la cuestión es un déficit fiscal que asciende a los 1,5 billones de dólares desde hace unos 4 años y sin horizonte de disminuir. A eso debe sumarse un estructural déficit comercial de casi 550 millones de dólares anuales. Entre ambos guarismos definen la deuda pública más elevada del mundo, un 100% del PBI de EEUU y que requiere acuerdo parlamentario para seguir creciendo. La crisis en EEUU se sostiene con financiamiento de todo el mundo, para sufragar un gasto que incluye esencialmente el financiamiento del gasto militar. Un gasto que imponen las bases militares desplegadas en todo el planeta, junto a las aventuras bélicas, actos de espionaje o invasiones a que nos tiene acostumbrada la impunidad del poder estadounidense. El interrogante es la capacidad de aguante del pueblo de EEUU ante la agresión del sistema político. En el mismo sentido tenemos que interrogarnos sobre el límite que debe imponerle la sociedad popular mundial al orden capitalista, a su potencia hegemónica y a las complicidades globales que aseguran la impunidad de EEUU, sea en la ONU, en el G20, o en cualquiera de los ámbitos de articulación de un poder global que transfiere la crisis sobre los más pobres.

Buenos Aires, 1 de octubre de 2013

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