Por
la construcción de alternativa política desde la movilización de los
trabajadores
I
El principal problema político de la Argentina es la
construcción de alternativa política popular. Es la asignatura pendiente desde
la crisis del 2001.
Luego de una década de crecimiento económico los
problemas estructurales de la pobreza y la súper-explotación continúan junto a
gigantescas ganancias del capital dominante, local o extranjero. La desigualdad
es el dato relevante.
Las disputas políticas en la Argentina son por la
administración del capitalismo, y nosotros bregamos por la construcción de una
sociedad anticapitalista y antiimperialista.
II
La lucha de clases contemporánea hace evidente la
recomposición de las clases dominantes desde la crisis del 2001.
Ello se expresa en la recomposición de la
acumulación de riquezas, poder y ganancias de una economía sustentada en la
sojización, la mega-minería, y el ensamble industrial donde sobresalen la
siderurgia y las automotrices.
El Estado capitalista mejoró en 10 años su
capacidad de administración económica con solvencia fiscal (en disminución) y
comercial (sostenida con restricciones a las importaciones y a la circulación
de divisas), constituyéndose en activo pagador de la deuda pública externa. Pero
también en la promoción de estratégicas medidas institucionales, tales como la
aprobación de la Ley antiterrorista y la reforma a la legislación de riesgos
del trabajo.
Pese a la recomposición capitalista, la disputa
política está exacerbada entre el gobierno y una oposición sistémica donde
predomina la “derecha” (la mesa
de enlace en el 2008; Clarín actualmente; los partidos tradicionales: parte
importante del PJ y la UCR, junto a otras expresiones menores). La discusión es
quien gobierna el capitalismo local. Ambos espacios se necesitan mutuamente
para obturar la emergencia de alternativa política.
Luego de la crisis en el 2009, la ofensiva de la
iniciativa política del gobierno derivó en el 54% de consenso electoral en
octubre del 2011. Es una iniciativa sostenida en medidas como la estatización
de las AFJP, la ley de medios o el matrimonio igualitario, y que se continúan
hasta hoy con la expropiación parcial de YPF e incluso la potencialidad de
re-estatizar los ferrocarriles.
El gobierno tiene dificultades sobre su
continuidad en el futuro cercano y constituyen desafíos muy importantes los
procesos electorales del 2013 y el 2015 para revalidar hegemonía gubernamental.
La oposición sistémica no encuentra aún su armado
político para disputar la hegemonía gubernamental. Incapaz de articular la
mayoría parlamentaria transitoria lograda en 2009, transita un discurso en
defensa del republicanismo, con denuncias de corrupción, sin abandonar acuerdos
por conveniencia, tal como ocurre en la Legislatura porteña entre el PRO y el
Kirchnerismo.
III
Desde el otro lado de la lucha de clases, el dato
es la emergencia del movimiento de trabajadores en la calle, especialmente
remitimos a las movilizaciones del 20 de noviembre y del 19 de diciembre.
Esas movilizaciones son producto principal de la
iniciativa política de la CTA y del nuevo liderazgo colectivo que propiciamos.
El año termina con visibilidad de la CTA en la
calle, una propuesta que se trabajó desde la fractura orgánica resultante desde
las elecciones de la Central en 2010.
Que en 2011 supuso la preparación organizada del
activo militante, desde el Congreso de 10.000 Delegados el 23 de marzo,
preparando la intervención en el conflicto, para construir sujeto social y
político en la disputa por un programa que sustentamos en 32 puntos y que junto
a la lucha por mejores condiciones de vida de los trabajadores y sus familias,
nos disponemos a la disputa del poder en el país.
Que el 2012 significó el aliento a la movilización
callejera, especialmente animada desde el 8 de Junio, desafiando y convocando a
otros espacios de agrupamiento de trabajadores.
En ese marco se destaca la “unidad de acción” con
la CGT, alejada de su alianza con el gobierno.
La unidad de acción convocó a los trabajadores
organizados en sindicatos y el territorio a la lucha por el salario mínimo de
$5.000, a la universalización de las asignaciones familiares, a la suba
actualizada del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, e incluso a
su eliminación. Se trató de evidenciar la presencia generalizada de la
precariedad, la tercerización y la flexibilidad salarial y laboral. Es un
programa de los trabajadores más allá de sus opciones o preferencias
electorales, constituyéndose en un programa de la clase trabajadora.
Son estructurales las diferencias de proyecto y
modelo sindical sustentado por la CTA desde el inicio a comienzos del 90´ con
el sindicalismo tradicional, burocrático y empresario. Esas diferencias
explican también la ruptura política y orgánica transitada en la CTA entre el
2006 y el presente. La CTA asume una propuesta anticapitalista,
antiimperialista, clasista y de autonomía de los patrones, los gobiernos y los
partidos políticos, siendo un proyecto que agrupa a trabajadores, más allá de
su organicidad en sindicatos o el territorio.
Pretendemos destacar que lo mejor en la política
argentina es la movilización de los trabajadores por sus reivindicaciones, con
voluntad de constituirse en sujetos para la transformación política. Es un
camino de construcción de política propia de los trabajadores, de instrumentos
adecuados para la disputa política. Ese es el principal desafío, constituirnos
en sujeto visible que luche por cambios favorables a la clase trabajadora, que
pueda constituirse en programa hegemónico del pueblo y dispute el poder en la Argentina, como parte de
una acumulación de poder popular superadora de la despolitización y/o
despartidización, signo de un tiempo reciente.
Quienes suscribimos esta “Declaración” somos parte
de una corriente en la CTA que promovemos una actividad militante es un
recorrido coherente con la emergencia del Encuentro Sindical Nuestra América,
el ESNA, que este año concentró en México a miles de delegados de más de 300
organizaciones de trabajadores, principalmente del continente nuestroamericano.
En la tierra mexicana pudimos discutir un modelo de construcción de organicidad
de los trabajadores diferenciado y en contra de la complicidad y claudicación de
la burocracia sindical mundial asociada al ajuste y a las patronales.
Con el ESNA y la Federación Sindical Mundial
salimos a la calle en Argentina
el 3 de octubre pasado, como parte de un día de lucha mundial
contra el saqueo de nuestros recursos naturales y por los derechos de los
trabajadores. También cerramos el año el pasado 2 y 3 de noviembre con un
Seminario del Capítulo argentino del ESNA donde homenajeamos a dos grandes
luchadores clasistas de nuestro país: Agustín Tosco y Roberto Mandrik.
IV
Pretendemos para el 2013 consolidar nuestra
presencia en el conflicto social y político en la Argentina, donde las
movilizaciones recientes de fines del 2012 muestran los límites de la situación
económica y social de la Argentina.
Nos proponemos ser activos en el fortalecimiento
de la CTA, del ESNA y la FSM; para ser parte de la experiencia de cambio
político que vive Nuestramérica, con el socialismo cubano, o las innovaciones
del “Socialismo del siglo XXI” propuesto desde Venezuela, o el “Socialismo Comunitario”
sostenido desde Bolivia. Nuestra inspiración de lucha socialista se asocia a la
proclama de José Carlos Mariátegui en el sentido de que el socialismo no será
calco ni copia sino creación heroica de los pueblos. Asumimos la centralidad de
la clase como punto de partida de todo proyecto emancipador de carácter
civilizatorio de época.
La realidad del capitalismo en la región,
manifestado en el importante crecimiento económico, más que el promedio de la
economía mundial en crisis, se sustenta en la explotación de la fuerza de
trabajo y de los recursos naturales, nuestros bienes comunes.
Es por ello que no vemos perspectivas en el modelo
productivo y de desarrollo capitalista, y nos desafiamos a ser parte de la
novedad en Nuestramérica por alumbrar un mundo nuevo, una sociedad sin
explotación de sus trabajadores y pueblos y sin depredación de su naturaleza,
de sus bienes comunes.
El movimiento popular de la Argentina fue
activo protagonista del comienzo del cambio político procesado desde el 2001
hasta el presente, y el desafío que asumimos es avanzar en el despliegue de una
propuesta integral de poder popular con hegemonía del movimiento de
trabajadores.
Buenos
Aires, 27 de diciembre de 2012
Víctor Mendibil, José
Rigane, Julio Gambina,
Elia Espen, Marcos Wolman, Manuel Gutiérrez, Carlos Chile, Maria Carla
Rodríguez, Hugo Blasco,
Pola Monti, Nestór Jeifetz, Julio Acosta,
Matías Fachal, Carlos Oroz, Guillermo Díaz, Susana Colli, José Luis Ronconi,
Gabriel Martínez, Leandro del Greco,
Gustavo Teres, José Lualdi, Cristina Camusso, María Elena Saludas,
Fernando Pita, Fernando Cardozo, Marisa López, Beatriz Rajland, Eduardo
Schmidt, Elsa Picado, Mariano Randazzo, Adrián Ruiz, Néstor Dimilia, María
Teresa Nuñez, Daniel Campione, siguen
las firmas…..
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