Mauricio Macri en Canadá recibió el aval del FMI y sus
principales accionistas, los integrantes del G7: EEUU, Canadá, Alemania,
Inglaterra, Francia, Italia y Japón. Invitado en su calidad de coordinador del
G20, el Presidente de la Argentina participó de la Cumbre de los países
capitalistas desarrollados del sábado
9/6. Sin la decisión de estos países resulta impensable el acuerdo financiero entre
el gobierno argentino y el organismo internacional.
El préstamo es muy superior a la relación por
tenencias de Derechos Especiales de Giro (DEG) de la Argentina, lo que
evidencia la voluntad política de la hegemonía capitalista mundial por sostener
el rumbo del gobierno local y su papel en la región y en el mundo. El préstamo “stand
by” asciende a 50.000 millones de dólares por tres años; a los que debe sumarse
préstamos de otros organismos internacionales: a) del BID por 2.500 millones de
dólares; b) del Banco Mundial por 1.750 millones de dólares y c) de la CAF por
1.400 millones de dólares.
Suman en total 55.650 millones de dólares de nuevo
endeudamiento público de la Argentina.[1] Son
montos que deben adicionarse a los 232.952 millones de dólares de deuda externa registrados a diciembre
del 2017 y a los 320.953 millones de dólares de deuda pública, también a fines del 2017.
De este modo, la DEUDA
EXTERNA asciende ahora con estos datos a 288.602 millones de dólares, con un crecimiento del 24%. Del monto
total de Deuda Externa correspondían al sector gobierno unos 142.375 millones
de dólares, que ahora ascienden a 198.025 millones de dólares, con un
incremento de 39%. La DEUDA PÚBLICA registra
ahora un total de 376.585 millones de
dólares, que si hacia fines del 2017 representaba un 57,1% del PBI, ahora
puede estimarse en un crecimiento en 10 puntos, algo así como el 67% del PBI.
Los datos en sí mismo expresan la gravedad de la
hipoteca a que se compromete la Argentina, lo que representará una carga
dolorosa sobre el conjunto de la sociedad, especialmente los sectores de menos
ingresos.
¿Por qué tamaño apoyo
financiero y político del poder mundial?
Asistimos a un momento de reordenamiento del orden
mundial y vale como anécdota el final de la Cumbre del G7 en Quebec, con un
Donald Trump desairando el cónclave con críticas al anfitrión, el titular del
gobierno de Canadá, con acusaciones de falsedad y rechazando la suscripción del
documento final.
Tuiteó el Presidente de EEUU: "El primer ministro
Justin Trudeau de Canadá ha actuado de forma mansa durante las reuniones del
G-7 sólo para poder dar una rueda de prensa después de que yo me fuera, en la
que poder decir que los aranceles de Estados Unidos son insultantes y que
"no dejará que le manejen". Deshonesto y débil. Nuestros aranceles
son una respuesta a sus impuestos del 270% en los lácteos"[2]
No hay acuerdo mundial sobre cómo superar los
problemas actuales del orden global y la potencia hegemónica gobernada por
Trump desarma toda la racionalidad de la mundialización construida por cinco
décadas. EEUU reclama volver a discutir el orden mundial y para eso retoma concepciones
proteccionistas y reposicionarse como principal beneficiario del capitalismo en
tiempos de la transnacionalización. Claro que Europa no acepta mansamente un
papel subordinado, como tampoco el asignado al vecino Canadá. Ni hablar de China,
que no integra el G7, pero que sus políticas intervienen en la nueva
geopolítica del sistema mundial, más aún con sus renovadas y crecientes
relaciones con Rusia y otros países, las que afectan la estrategia imperialista.
En ese marco se destaca el rumbo asumido por
Nuestramérica durante los tres primeros lustros del Siglo XXI. El territorio
que fuera el ensayo de las políticas neoliberales en los primeros años de la
década del setenta del siglo pasado, se constituyó en el laboratorio de crítica
e intentos de cambios de esa estrategia desde el inicio del presente siglo.
Solo a modo de ejemplo consignemos la perdida de
funciones de la OEA, quien no hace mucho solicitaba el reingreso de Cuba luego
de la expulsión de comienzos de los sesenta y que ahora, el organismo
dependiente de la política exterior estadounidense promueve con variadas
complicidades en la región la expulsión de Venezuela.
Fue un golpe para la estrategia de la
transnacionalización de la economía, la liberalización y libre movimiento de
capitales, mercancías y servicios, la nueva concepción de integración
alternativa propuesta desde la región y que pretendía coronarse con la CELAC.
El aislamiento de EEUU en la región no podía permitirse y mucho menos la
disputa global a manos de China o de un poder compartido con los socios
europeos, mucho menos si algunos empezaban a proclamar el objetivo socialista.
La voz de mando apuntaba entonces a retrotraer la situación al auge de las
políticas de apertura y subordinación sustentadas en los años 90, los del
Consenso de Washington.
Ese es el marco para los golpes blandos en la región,
sea Honduras, Paraguay o Brasil, como las “guarimbas” en Venezuela que
pretenden instalarse contra cualquier intento de confrontar con la lógica capitalista
dominante.
Por eso la importancia de la Argentina, que por
primera vez en su historia constitucional un gobierno con programa explícito de
derecha asume por el voto de su población. En el imaginario del poder mundial,
sea el FMI o el G7 (aun con sus diferencias) Macri expresa la posibilidad de
restaurar un rumbo amigable a las inversiones y las necesidades del gran
capital, y no solo para la Argentina.
No es un dato menor que Buenos Aires haya sido sede de
la 11° Ministerial de la OMC en noviembre del 2017 y reciba la cumbre del G20 en
noviembre y diciembre próximos, en el marco de la coordinación del ámbito durante
el 2018.
Hay discusión sobre el orden mundial y Nuestramérica ofreció
una perspectiva de cambio social que motivó a otras experiencias similares en
otras latitudes, en Europa o el Norte de África.
Ese proceso de cambio político se mantiene abierto no
solo en expresiones gubernamentales, sino en la memoria viva de los movimientos
populares en la región. Es una realidad que convoca a las clases dominantes a
desplegar una enorme iniciativa y con fondos suficientes para revertir ese clima
de época crítico al neoliberalismo y/o al capitalismo para recuperar la
ofensiva capitalista cuestionada.
No exageramos si decimos que el papel de la OEA y del
FMI, organizaciones deslegitimadas y con pérdida de funciones en los últimos
tiempos, renuevan su papel para subordinar a Nuestramérica en la lógica de
acumulación capitalista, aún en tiempos de turbulencias y desorden en la
disputa por la hegemonía.
El gobierno argentino incorpora lo propio en este
programa, que suena muy bien en las expectativas de los capitales dominantes,
caso de las reformas estructurales en materia laboral y previsional.
La ganancia gran empresaria exige bajar costos de
producción y entre ellos el gasto social que suponen las jubilaciones y
pensiones en momentos de crecimiento de la posibilidad de vida. El
envejecimiento de la sociedad es un problema para los inversores capitalistas,
ya que la longevidad compite con la apropiación del excedente económico. Ni
hablar de los derechos laborales que resienten las mejoras de ganancias, móvil
esencial del régimen del capital.
La letra chica del “stand
by”
La información ofrecida es sobre metas globales y aún
falta conocer el impacto concreto del ajuste comprometido a cambio del préstamo
a desembolsar, que por ahora serán solo 15.000 millones de dólares. El resto se
desembolsará en la medida que sea necesario, dice el Ministro de Finanzas”[3] y que
se cumplan los acuerdos para bajar el déficit fiscal y la inflación, según sostiene
el acuerdo firmado con el FMI.
Por lo pronto, en las metas se establece un recorte
del déficit fiscal por 20.000 millones de dólares entre 2018 y 2021. Podemos
imaginar que el achique afectará al gasto social, sea en presupuesto asignada a
salarios y empleos en el Estado, tal como se deduce de las medidas en curso,
sean el congelamiento de la planta de personal o la política de “retiros
voluntarios”. No debería sorprender que educación o salud sufran reducciones o
congelamientos, tal como sugiere la política presupuestaria hacia las universidades
públicas o al sistema educativo en general. En el mismo sentido puede pensarse
en restricciones a la salud pública.
El Ministro de Finanzas anticipa que este respaldo servirá
para resolver las necesidades de financiamiento más allá de la gestión y en
efecto, en 18 meses termina el gobierno Macri y el acuerdo es por 36 meses,
comprometiendo a la futura gestión, que podrá ser o no del mismo signo y sesgo
político.
Se pretende utilizar unos 20.000 millones de dólares
para cancelar parte del stock de LEBAC que registra en su cuenta el BCRA. Si el
stock es de unos 46.000 millones de dólares, el gobierno pretende morigerar el
efecto de esa bomba reduciéndola a un poco menos de la mitad. Para eso,
ofrecerá nuevos instrumentos y activos financieros para inducir un canje de
tenencias de deuda en pesos a corto plazo por vencimientos más largos en
títulos que serán muy atractivos para esos inversores especulativos.
Resulta grave la consideración de todos los temas, ya
que la hipoteca en dólares hace imprevisible nuestro futuro cercano y de
mediano plazo. El dólar cerró la semana en 26 pesos por unidad de dólar y nadie
puede prever su evolución, con impacto en el conjunto de los precios de la
economía. La inflación continuará siendo una incógnita y un modo de
redistribución regresiva del ingreso en la Argentina.
Las metas de inflación del 2018 saltaron por el aire.
Ya no son del 10% o del 15% tal como se corrigieron y el anuncio remite a 17%
en el 2019. Ver para creer podríamos decir, ya que no existen fundamentos que
avalen la seriedad de los nuevos pronósticos, mientras el dólar sube, como los
combustibles o las tarifas, los alimentos y todo aquello que hace a la calidad
de vida de la población.
Contentos y amargados como
el tango “Cambalache”
El poder está conforme y avala, los grandes empresarios
también y se explica con subas en la Bolsa y mayores valorizaciones de las
empresas cotizantes en las Bolsas. Los especuladores reciben noticias de nuevos
y renovados instrumentos para apostar con sus colocaciones. Los acreedores
cobran e incluso diversifican sus carteras. Los que pueden trasladan a precios
y suman ganancias en sus balances, con posibilidad de remitir utilidades al
exterior si fuera ello necesario, o incluso fugar capitales ahora que las
reservas internacionales serán reconstituidas y acrecentadas con préstamo de
organismos internacionales.
En lo ideológico programático, los principales
comunicadores y operadores afines al sistema y al gobierno, o a la oposición
que disputa el gobierno de una política similar, explican que no había otro
camino y menos mal que se actuó con rapidez. Al mismo tiempo, desestiman la crítica
porque no imaginan la viabilidad de una política alternativa.
Los perjudicados son la mayoría de la población, sea
por el AJUSTE fiscal que como señalamos afectará al gasto social, como por las
REFORMAS ESTRUCTURALES que se anuncian, especialmente las reformas laborales y
previsionales.
En la estrategia oficial se incluye la contención o
represión del conflicto social y para eso, al mismo tiempo que anunciaba el acuerdo
con el FMI convocaba a la CGT para sacarla del paro general. La CGT hablaba de
convocar a Paro y que solo restaba definir la fecha, sobre todo luego del veto
a la legislación que establecía límites al tarifazo. Con las negociaciones
entre gobierno y la cúpula sindical de la CGT la medida de fuerza fue
postergada.
La realidad de protesta social y el descontento está
más allá de lo que expresa la dirección del sindicalismo tradicional y por eso
desde las CTAs emergió la convocatoria al Paro General para el jueves 14/06,
con movilización. Es una medida convergente con las suscitadas por otras
organizaciones sindicales, entre ellos el Sindicato de Camioneros o la Corriente
Federal que lideran los bancarios.
Están echadas las cartas y las iniciativas políticas
confrontan. Por un lado la coherencia, aun con contradicciones y matices del
poder local y mundial, “los beneficiarios”; y por otro, en el campo de “los perjudicados”,
con mucha fragmentación, la dinámica de descontento y protesta que busca
canales de articulación para constituirse en opción y disputar poder.
Claro que hace falta mucha argumentación para la
socialización de caminos alternativos a los del poder. No se trata de recuperar
programas que imaginan reformas en el marco capitalista, que es como es y no
como algunos imaginan que podría ser.
El imaginario por el anticapitalismo se nutre de la subjetividad
consciente, pero también de experiencias que en el presente anticipan el futuro
de organización de la sociedad más allá de la búsqueda de la ganancia y en una
perspectiva de satisfacción de necesidades sociales.
Buenos Aires, 10 de junio
de 2018
[1] Información obtenida del Ministerio
de Finanzas de la República Argentina. En: https://www.argentina.gob.ar/finanzas
(consultado el 10/06/2018
[2] Trump
rompe el 'acuerdo de mínimos' del G7 e insulta a Trudeau. Redacción ElHuffPost
del 10/06/2018. En: https://www.huffingtonpost.es/2018/06/10/trump-rompe-el-acuerdo-de-minimos-del-g7-e-insulta-a-trudeau_a_23455206/
(consultado el 10/06/2018)
[3] Finanzas
explicó el acuerdo con el FMI al mercado local e internacional. En: https://www.argentina.gob.ar/noticias/finanzas-explico-el-acuerdo-con-el-fmi-al-mercado-local-e-internacional-0
(publicado el 8/6 y consultado el 10/6/2018)
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