Recuperando pensadores para los debates actuales en el homenaje a Darcy Ribeiro

El pasado 26 de octubre se cumplieron 99 años del nacimiento del pensador brasileño Darcy Ribeiro (1922-1997). En la ocasión se realizó un encuentro virtual de homenaje en el que fui invitado a participar. En mi presentación recuperé la memoria de un intelectual crítico argentino, contemporáneo del brasileño. Me refiero a Jaime Fuchs (1920-2021), que con 101 años nos acaba de dejar, con una extensa obra sobre la economía local y el capitalismo contemporáneo. La cuestión viene a cuento sobre la lectura de nuestra realidad a través del tiempo, en la región y en el mundo, especialmente considerando los desafíos a futuro. Ambos pensadores cavilaron desde el marxismo, cada uno desde las improntas militantes y especificidades de la historia de vida y de sus países. Respecto de Ribeiro recuperé dos grandes momentos, uno relativo a futuros esperanzadores vividos en tiempos de industrialización de los países en la región, proceso que se recorre (con matices) especialmente en el medio siglo entre 1930 y 1980; el otro, asociado a la ruptura de la bipolaridad del sistema mundial y la hegemonía liberalizadora en los 80/90 hasta hoy. Este, un tiempo de “derrota”, expresión utilizada por el antropólogo nacido en Minas Gerais, al considerar la destrucción operada sobre su actividad como funcionario universitario y del Estado del país hermano, luego del golpe de 1964 y durante 20 años de dictadura. Las esperanzas en el “desarrollo” fueron obturadas por los sucesivos golpes y el terrorismo de Estado, con secuelas que llegan a nuestros días de empobrecimiento social, mayor explotación de la fuerza de trabajo y saqueo de los bienes comunes en los países de América Latina y el Caribe, proveedores de insumos estratégicos al capital transnacional. Pese a las coincidencias de una inserción subordinada en la economía mundial, entre las preocupaciones del intelectual brasileño se encuentra la caracterización de los pueblos en la región. Ribeiro diferencia a los pueblos “trasplantados” entre los que destaca a la Argentina o Uruguay, respecto de los “testimonios”, caso de Bolivia, Ecuador o México entre otros, de los “nuevos” caso de Brasil y los “emergentes” con relación a Cuba y la expectativa en los 60 por el curso socialista de la revolución. La preocupación central del intelectual mineiro es la posibilidad de una crítica a la “civilización” contemporánea y a las “civilizaciones” en su interior, por caso América Latina y el Caribe. Se trata de un análisis situado en variados textos, especialmente entre 1968 y 1972, en el exilio por la región y la lectura de la realidad desde prácticas en Uruguay, Chile, Perú o Venezuela, ampliada en múltiples debates en variados países de la Patria Grande. El tema es la “civilización” resultante del orden capitalista y la impronta de las revoluciones tecnológicas en la estructura social, el proceso de desigualdad generado y un rescate muy especial de lo antiguo y lo nuevo en las poblaciones indígenas y los nuevos habitantes producto de las migraciones. El sentido apunta a los dilemas y confrontaciones entre el poder y las fuerzas insurgentes (en tiempos de bipolaridad mundial), tanto como a definir al Brasil, a los brasileños y el lugar de estos en la región y de ésta en el mundo. Resulta de interés la recuperación intelectual de aportes a la discusión sobre el continente y la dependencia, especialmente cuando asistimos a las incertidumbres del presente. Incógnita por el presente amenazado por la pandemia en aparente reflujo, pero con la amenaza del “cambio climático” y la destrucción inmanente, con futuro cercano y mediato incierto para la vida y la naturaleza. Del optimismo en el futuro promisorio de los 60/70 a los interrogantes actuales de horizontes pesimistas. ¿Hacia dónde se dirige la civilización contemporánea y que papel para América Latina y el Caribe? Nildo Ouriques convocó a la juventud a profundizar en el estudio de nuestras raíces, recordando que, en tiempo de dictaduras, los jóvenes recorrían los caminos de estudio y discusión del pensamiento clásico y la crítica, mientras que ahora en democracia esos textos aparecen lejanos y en su lugar, se reemplazan y privilegian modas efímeras y desechables. Luciana Ghiotto convocó a pensar la centralidad global de la relación entre el capital y el trabajo, para descreer de propuestas civilizatorias que siguen condenando la vida cotidiana a la mercantilización y la universalidad del régimen del capital. Me tocó recordar que en tiempos de Darcy Ribeiro, Rector de la reciente constituida Universidad de Brasilia, convocó a dictar clases al joven André Gunder Frank (1929-2005), quien tuvo entre sus alumnos a Theotonio dos Santos, a Vania Bambirra y a Rui Mauro Marini, todos animadores del surgimiento de la Teoría marxista de la dependencia, que animó los debates de esos años y los siguientes para sistematizar las expectativas de cambio y transformación social en la región. Vale la recuperación de pensadores universales, surgidos de la experiencia en la región para ayudar a sistematizar los nuevos problemas que se nos presentan en tiempos que demandan desafíos civilizatorios. Buenos Aires, 27 de octubre de 2021

No hay comentarios: