Los datos de Milei no coinciden con la realidad

En la cadena nacional del 8/8/25 del presidente de la Argentina: “Medidas para amurallar el déficit cero y la política monetaria del Gobierno” (en: https://www.casarosada.gob.ar/slider-principal/51044-cadena-nacional-del-presidente-de-la-nacion-javier-milei-medidas-para-amurallar-el-deficit-cero-y-la-politica-monetaria-del-gobierno) se señalan datos falaces. Relata Milei que “La inflación se ha desplomado, pasando de una tasa interanual del 300% cuando asumimos a una tasa interanual del 25%”. Los datos del INDEC invalidan el relato presidencial. Ocurre lo mismo con las referencias a la reducción de la pobreza, la indigencia y los salarios del sector privado. Son referencias para criticar la asignación de recursos parlamentaria a legislación sobre salud, discapacidad y jubilaciones, exagerando el impacto en el presupuesto público. Inicia Milei su cadena nacional recordando que el mandato del voto en 2023 era para terminar con la inflación y hacer crecer la economía argentina. Para confirmar ese rumbo alude a una inflación interanual del 300% al asumir el gobierno en diciembre del 2023. Veamos los datos difundidos por el INDEC. Discurso y realidad La inflación interanual a noviembre 2023 era de 160,9% y en diciembre de ese año alcanzó los 211,4%, ya bajo gobierno Milei; para luego crecer sucesivamente a 254,2%, 276,2%, 287,9% y 289,4% para abril del 2024. A posteriori empieza la baja interanual hasta el último dato disponible, del 39,4% a junio del 2025. Este último registro difiere del relato presidencial que la ubica en 25%. Es verdad que la inflación está en baja, para el registro interanual, desde abril/mayo del 2024 respecto de la escalada de precios bajo el gobierno anterior (160,9% a noviembre del 2023) y exacerbada desde la asunción de Milei en diciembre 2023 (211,4%), devaluación mediante que llevó el tipo de cambio de un dólar por 400 pesos a uno de 800 y ahora en torno a los 1.320. Digamos que a partir de ahí se presenta la tendencia a la baja de los precios, más allá de discutir cómo se baja la inflación, con el ajuste fiscal y a quién perjudica ese proceso. La baja de inflación con ajuste fiscal y restricciones monetarias y cambiarias la pagaron los sectores empobrecidos con reducción sustancial de salarios y jubilaciones; el gasto social en salud y educación, con fuerte impacto en la sociedad, y también con la clausura de la inversión para obra pública y las transferencias a las provincias. Es un mensaje de campaña electoral con la intención de manipular a la opinión pública, cargando las tintas sobre la herencia y con una benévola lectura del presente de los precios, que muestran una tendencia creciente luego del piso de mayo (1,5%) que ascendió a 1,6% en junio y probablemente en alza en julio y más aún en agosto con la modificación del tipo de cambio de las últimas semanas, devaluando la moneda local en un 14/15%. La inflación interanual enunciada por Milei no se corresponde con la información oficial del INDEC, ni tampoco el guarismo actual. Pobreza e ingresos populares Es una visión edulcorada de la realidad que le permite señalar: “Sacamos de la pobreza a más de 12 millones de personas de los cuales más de 2,5 millones son jóvenes y la indigencia pasó del 20,2% al 7,3%, es decir, que cerca de 6 millones de personas que no les alcanzaban para comer, hoy comen.” Aseveración complementada con el dato relativo a que “los salarios privados le vienen ganando sistemáticamente a la inflación desde el mes de abril del año pasado.” Al respecto, los datos remiten para una base 100 a diciembre del 2023, que el salario del sector privado a mayo 2025, último dato disponible, se disminuyó en 8 puntos, es decir, a un registro de 92. Es cierto que a marzo 2024 había bajado a 86 y desde abril de ese año inició una recuperación con un máximo de 93 para noviembre del 2024 y luego se estanca al nivel actual de 92. No hay mejora de los salarios del sector privado, aun sin recuperar la pérdida desde la asunción de Milei. El mensaje presidencial nada dice de la pérdida salarial de los trabajadores en situación irregular, ni de los estatales o jubiladas y jubilados. Son sectores asalariados y perceptores de ingresos fijos que pierden contra los precios, aun con una inflación con tendencia a la baja. Ajuste, gasto y deuda Toda la argumentación presentada se hace para sustentar otra falacia, la del gasto y el impacto que supone la asignación presupuestaria definida por la legislación aprobada en materia de salud, discapacidad, jubilaciones entre otras. Dice el presidente libertario: “Los proyectos aprobados por el Congreso, si los sumamos todos —que incluyen reinstalar la moratoria previsional, aumentar el salario de docentes y las pensiones por discapacidad, entre otros—, representan un gasto anualizado de prácticamente 2,5% del PBI” y agrega: “…implicaría un endeudamiento adicional de más de 300.000 millones de dólares…” Alarma con las cifras, muy alejadas de la realidad. Si el PBI aproximado del 2024 fue equivalente a 625.000 millones de dólares, el 2,5% alcanzaría los 15.625 millones dólares, lejos del incremento de deuda mencionado, equivalente al 48% del PBI. Una gran exageración. Son falacias en el discurso presidencial que intervienen en la disputa del consenso electoral, ratificando su base de votación del 30% en la primera vuelta del 2023, y con pretensión de alcanzar una votación en octubre próximo en torno al 40%. De ese modo, pretende ratificar el rumbo del gobierno de la ultraderecha. Pese al mensaje de “equilibrio fiscal y fin de la emisión monetaria”, la realidad es la continuidad asociada al endeudamiento, agravando la hipoteca sobre el conjunto de la sociedad. Debate teórico El mensaje de Milei nos trae un debate teórico sobre la formación de los precios, insistiendo en su conocida formulación “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, por lo que afirmó que: “la única relación causal que existe es desde la cantidad de dinero hacia el nivel de precios”. Se trata de una discusión que inicia con los “clásicos” de la Economía Política y la ley del valor trabajo, resignificada con la crítica de Karl Marx y su propia teoría del valor. Con Marx y su teoría del valor se explicita el origen del excedente: la plusvalía. Los precios deben explicarse entonces, desde la producción de valor y plusvalor. O sea, desde la explotación, e incluso por la competencia por la apropiación de cuotas de plusvalor, y no por la moneda o la circulación, base de sustentación de la teoría subjetiva del valor asumida por los monetaristas. No es el Dinero a los Precios, sino desde el Valor a los Precios. Desde la Producción y no desde la Circulación. Son enfoques contrapuestos con los que los neoclásicos y los monetaristas ocultan el fenómeno de la explotación. Desde los dichos por el libertario presidente se puede explicar la “razón” del ajuste vía reaccionarias reformas laborales, previsionales o tributarias, en curso y en perspectiva. No le preocupa a Milei bajar o anular retenciones, aunque eso perjudique el equilibrio de las cuentas fiscales. El ajuste no se piensa por ahí, ni eliminando intereses de una deuda odiosa e ilegal, sino disminuyendo gasto social orientado a la mayoría de la población. Para combatir la inflación se necesita discutir el modelo productivo, el estímulo a la investigación científico tecnológica para intervenir sobre la productividad del trabajo. Es algo a contramano de la apuesta al ingreso de inversiones externas para la explotación y saqueo vía exportaciones de los bienes comunes locales y una estructura empresarial al servicio de esa lógica de extranjerización y subordinación dependiente. Debates ausentes y pendientes La crítica presidencial al poder legislativo por asignación de gastos puede revertirse hacia el poder ejecutivo que funciona sin ley de Presupuesto, ya por dos años, por incumplimiento de la Constitución que remite al Congreso Nacional la sanción de un presupuesto Nacional. Es en esa legislación en donde se puede considerar el destino del gasto y el origen de los ingresos fiscales. Discutir el modelo productivo y el presupuesto debiera ser un debate participativo que involucre, más allá de los poderes del Estado, al conjunto de la población. Buenos Aires, 11 de agosto de 2025

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