Milei se impuso a pesar de los problemas económicos y políticos
El resultado electoral de medio término en la Argentina otorgó un triunfo político al gobierno de la ultraderecha de Javier Milei, pese a los problemas económicos, financieros y políticos de los últimos tiempos. En efecto, hubo corridas cambiarias y turbulencias financieras en el marco de una caída del consumo popular y tendencias recesivas en la producción, con recrudecimiento del alza de precios y límites importantes para la reactivación productiva. En simultáneo, crecieron las denuncias de corrupción, los escándalos políticos por vínculos de personajes libertarios con el narco tráfico y las fracturas al interior del oficialismo.
A pesar de las turbulencias y pronósticos críticos, el voto positivo organizó más del 40% de consenso electoral, para un partido competitivo electoralmente en todo el país, una de las novedades de la política local. El liderazgo de Milei arrastró consenso electoral con figuras ignotas en todo el país. El marketing fue el presidente y su narrativa en contra de la política tradicional, aún con su alocado concierto musical y la pésima imagen de su entorno. Claro que hubo el mayor ausentismo de la historia contemporánea, un 32%, que sumados al voto nulo o impugnado alcanza a más de 12 millones de personas, incrédulas de la política como forma de resolución de problemas-
Lo relevante es el triunfo de Milei y el ausentismo, lo que convoca a pensar los cambios económicos y políticos en la sociedad argentina. Una esperanza es el tercer lugar de la izquierda en varios distritos, especialmente en la Ciudad Capital del país y en la Provincia de Buenos Aires.
Apoyo de Trump
Puede afirmarse que estos resultados están asociados al sostenimiento económico y político de la gestión Trump. Un apoyo interesado en el marco de las dificultades del capitalismo contemporáneo y muy especialmente el estadounidense, desafiado por la expansión China. Aunque parezca minúscula la Argentina, en términos económicos y su contribución al PBI regional o global, el peso relativo se agiganta ante una realidad esquiva para los intereses de la política exterior estadounidense. 
El país es la punta de lanza de una ofensiva contra la impugnación liberalizadora que supuso el cambio político en la región en los primeros años del siglo XXI.  Por eso el agravamiento del bloqueo sobre Cuba y el despliegue de tropas en el Caribe, contra Venezuela, las agresiones hacia el gobierno colombiano y a cualquiera que no se subordine a las expectativas y deseos de Washington. EEUU interviene con fuerza para cambiar la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe, para blindar políticamente a la región en sus objetivos globales de sostenimiento de la hegemonía amenazada.
La afluencia de dólares desde el Tesoro de EEUU destinados a sostener a Milei fue parte de una campaña para el logro de los intereses de MAGA. Más allá de la crítica de los Demócratas, incluso de algunos Republicanos, de la prensa “gringa” o los afectados económicos, incluso trabajadores que no cobran por el shutdown, la inversión monetaria de Trump y Bessent es parte de una estrategia global para enfrentar la crisis capitalista. El gobierno Milei es parte de esa propuesta estratégica, que tiene impacto en el capitalismo global y local.
Hemos sostenido que Milei es un ensayo asimilable al chileno del 73 del siglo pasado, que marcó el rumbo para una nueva experiencia de la organización capitalista bajo la dimensión “neoliberal”. 
El capitalismo en crisis necesita reorganizarse y encontrar formas y mecanismos que otorguen sentido a la búsqueda de ganancias y a la acumulación para la dominación y reproducción sistémica. Por eso la apuesta a la innovación tecnológica, la digitalización y la IA, que necesita ser consensuada más allá del crecimiento de la desigualdad y la miserabilización en una amplia franja de la sociedad. Esa perspectiva necesita ser consensuada socialmente, incluso vía manipulación cultural mediada por redes y falsas noticias (fakes).
Trump necesita de Milei y de su “éxito”, aunque sea transitorio, para dar otras batallas de consolidación de las ultraderechas funcionales al poder de EEUU.
Hemos sostenido que no debe subestimarse a Trump o a Milei, que más allá de cualquier excentricidad, expresan la voluntad de una parte del capital más concentrado para otorgarle rumbo al capitalismo en crisis.
Por eso, Trump asistía financieramente a Milei mientras negociaba, una vez más, con China la provisión de las tierras raras y una reiterada tregua en la guerra comercial. 
El terreno del capitalismo es global. Por eso, la iniciativa política del poder trasciende las especificidades nacionales.
La acumulación local y la alternativa
El poder local necesita consensos para recrear el modelo de acumulación, que en los últimos 40 años fue el agro negocio de exportación y las finanzas apalancadas por el endeudamiento público y las privatizaciones. Ahora es tiempo de complementar con la explotación de hidrocarburos no convencionales y minería metalífera asociada a la innovación de la IA y la digitalización de la economía. Para eso se requieren inversiones y es la aspiración y expectativa del gobierno Milei.
Se requiere una reorganización del capitalismo local, enunciada en 1975/76 y en proceso continuo más allá de los obstáculos interpuestos por la tradición política de las clases subalternas y su organicidad en movimientos sindicales, territoriales, populares e incluso del entramado burgués asociado al modelo de la industrialización sustitutiva hegemónico por décadas en el país. Por eso sostuvimos en variadas ocasiones que Milei pretendía disciplinar por abajo y por arriba a la sociedad local.
El resultado electoral del 26/10 no supone el logro del objetivo, pero si un avance en ese sentido. Por eso resulta imprescindible pensar y actuar en términos de alternativa política, la principal ausencia en la Argentina.
Reorganizar al movimiento popular y otorgar un nuevo horizonte de sentido transformador es el imperativo del momento. 
El radicalismo fue respuesta en un momento de la historia local y hoy aparece diluido bajo la hegemonía libertaria. El peronismo irrumpió como respuesta popular en los 40 y resurgió bajo facetas diferentes, entre Menem y Kirchner, y en esta coyuntura aparece desorientado aun con un caudal de votos importante que lo mantiene como segunda fuerza política.  No se sabe su destino, pero convoca a pensar en reformulaciones políticas para un nuevo momento del capitalismo local y global. La izquierda merece ser discutida, desde su visibilidad en CABA y en la Provincia de Buenos Aires y en Jujuy, aun cuando no retuvo su legislador en la Cámara de Diputados.
Se trata de estudiar y comprender el momento del capitalismo local, los cambios estructurales gestados en medio siglo de reestructuración reaccionaria, que ahora pretenderán consolidarse con regresivas reformas laborales, previsionales y tributarias. Todo impacta en la subjetividad y la conciencia social.
Por todo lo que acontece existe algarabía de los “mercados”, inversores especulativos que hacen bajar las cotizaciones de las divisas, que hasta ayer especulaban contra la moneda local; baja el riesgo país y suben los títulos y acciones en la expectativa de inversiones hasta ahora esquivas. Habrá que ver si el horizonte esperado por la clase dominante desde hace tiempo se materializa. Mientras, la resistencia se hará presente todos los miércoles de las jubiladas y los jubilados, junto a la diversidad de reclamos salariales, por la educación y la salud, contra el saqueo y por tanta insatisfacción de irresueltas necesidades sociales.
Son solo unas primeras reflexiones para pensar la coyuntura de un tiempo electoral de ofensiva liberalizador reaccionaria, que no dan ni para el pesimismo ni para el optimismo, sino para buscarle la vuelta a los desafíos actuales de los perjudicados por la ofensiva del capital y de la ultraderecha.
Buenos aires, 27 de octubre de 2025
Trump y Milei constituyen una sociedad peligrosa
La gestión Trump decidió un apoyo incondicional al gobierno argentino de Javier Milei (cuya gestión se extiende desde diciembre del 2023 a diciembre del 2027), sometido en la coyuntura a una importante crisis económico y a una elección de medio turno el próximo 26 de octubre. 
El Presidente de EEUU afirmó que, si Milei no gana las elecciones, el apoyo no se continuará, lo que debe entenderse como la continuidad de una política de gobierno en la Argentina que sostenga el alineamiento incondicional del país sudamericano a la política exterior de EEUU bajo la gestión Trump.
Antecedentes del apoyo estadounidense nos remite al 2018, en la primera presidencia de líder de MAGA. En aquella ocasión, el FMI rescató a la Argentina de una profunda crisis, en tiempos del gobierno de derecha de Mauricio Macri. 
El salvataje financiero consistió en un préstamo de 57.000 millones de dólares, de los que se desembolsaron 45.000 millones. Sin el apoyo de Trump, el FMI no habría convertido a la Argentina en su principal deudor.
Los salvatajes a sus socios de la derecha regional no son novedad, pero se potencian en este 2025, ante el aislamiento de Washington respecto de los gobiernos de los principales países de Latinoamérica. 
En efecto, de los 5 de mayor peso relativo, Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, EEUU solo puede presentar el acompañamiento incondicional del liberal libertario Milei.
¿Quién es Milei y como llega a la crisis y al salvataje de Trump?
Durante el siglo XX, el sistema político de la Argentina transitó bajo gobiernos constitucionales y dictaduras militares. 
Estas dictaduras se sucedieron entre 1930 y 1983 con golpes de Estado propiciados por las Fuerzas Armadas a instancias de sectores empresariales y eclesiales asociados al poder económico concentrado, de origen local y externo.
Desde 1916, salvo en tiempos de golpes de Estado, se sucedieron gobiernos constitucionales, liderados por dos partidos políticos, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista (Peronismo). 
El primero, la UCR gobernó entre 1918 a 1930 (primer golpe militar); en 1963 (abortado por otro golpe de Estado; y en 1983 a 1999 liderado por Raúl Alfonsín, recordado por su polémica con Ronald Reagan en los jardines de la Casa Blanca, denunciando el accionar de EEUU sobre América Latina y el caribe. El radicalismo volverá al gobierno entre 1999 y la crisis y rebelión popular del 2001.
Por su parte, el peronismo gobernó entre 1945 a 1955, interrumpido ese año por un Golpe militar; luego fue proscripto hasta un nuevo periodo de gobierno entre 1973 y 76, concluido por el último golpe de carácter genocida en marzo de 1976. El peronismo volverá al gobierno bajo Carlos Menem entre 1989 y 1999. Una década asociada a la estabilización monetaria del régimen de convertibilidad que estableció la equivalencia entre el dólar y el peso argentino en una paridad de uno a uno.
Desde 1976 se inicia un proceso de profundas transformaciones económicos sociales y culturales del orden socioeconómico en el país, del cual emerge el proceso de empobrecimiento que llevará al 57% la pobreza por ingresos en 2002 y al 21% de desempleo en ese año. 
El 2001 es un momento bisagra en la política y la democracia local, el sistema político ya no será bipartidista, UCR y PJ, sino que se transformará en una disputa de dos coaliciones, que en su seno reunía a radicales y peronistas.
Las coaliciones serán lideradas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el “kirchnerismo”; y por Mauricio Macri, el “macrismo”. 
Macri se constituye en el primer presidente no radical ni peronista (2015/2019). Es la primera vez que la “derecha” llega al gobierno sin acudir al golpe militar y lo logra con consenso electoral.
El kirchnerismo gobierno entre 2003 y 2015, para ser desplazado por el macrismo entre 2015 y 2019 y retomar el gobierno entre 2019 y 2023 (Alberto Fernández) en que irrumpe el outsider Javier Milei en 2023.
Un nuevo tiempo se inicia con el gobierno Milei, expresión de la ultraderecha y autodenominado 2liberl libertario”, “anarco-capitalista” y seguidor de la escuela austríaca, muy especialmente del neoyorkino Murray Rothbard (1926-1995).
Desde diciembre del 2023, la gestión Milei instrumento una impopular política de eliminación del déficit fiscal, sustentado en un ajuste que tiene en primer lugar hasta el momento de esta nota la suspensión de la inversión en obra pública por 20,9 billones de pesos (un dólar = 1450 pesos); en segundo lugar un recorte en pensiones y jubilaciones por 15,6 billones de pesos; tercero una quita a programas sociales por 12,9 billones; cuarto eliminación de subsidios a la energía por 10,2 billones y luego caída de salarios estatales por 7,7 billones y de educación pública por 5,5 billones. 
La suma equivale a más de 50.000 millones de dólares al tipo de cambio actual. Es una cuantificación del ajuste fiscal para el logro del déficit cero del que alardea el gobierno Milei.
Pese a ese gigantesco costo social, la realidad económica del país se encuentra con datos de dos trimestres de caída de la actividad económica, o sea, en recesión. 
Existe una tendencia decreciente de la tasa de inflación, frenada en el último trimestre y con tendencia al alza y una amenaza de devaluación que se trasladaría a precios y en desmedro de la mayoría social empobrecida.
Salvataje de EEUU
La cotidianeidad gubernamental se sustenta con endeudamiento que ya supera los 300.000 millones de dólares. La novedad es la intervención directa del Tesoro de EEUU en el mercado cambiario argentino, vendiendo dólares y comprando pesos con futuro de devaluación y perjuicio para las arcas fiscales estadounidenses.
Ahora, la asistencia financiera del Tesoro se materializa con un swap por 20.000 millones de dólares y un consorcio de bancos que asistirían por otros 20.000 millones de dólares y más créditos de organismos internacionales, entre ellos, 10.000 millones del Banco Mundial. 
Un nuevo consenso de Washington a pleno para inducir condicionalidades para el acceso a bienes comunes que Argentina tiene en cantidades considerables, tierra, agua, hidrocarburos no convencionales, minerales, etc.
Pero más aún, se trata del salvataje al socio política en la región y en el mundo. El gobierno Milei enuncia la subordinación sin matiza a EEUU y a Israel, que en este momento de disputa entre Washington y Beiging resulta imprescindible en la perspectiva MAGA.
Existe resistencia al salvataje en EEUU, de sectores económicos y de intelectuales y políticos ante los problemas propios del orden interno; pero especialmente crece la crítica desde la Argentina, destacando los sectores empobrecidos y que soportan el ajuste. 
Sobresalen entre ellos, los pensionados y jubilados, recientemente galardonados por el IPS con el Premio “Letelier – Muffitt” el pasado 9 de octubre.
En esa fecha estaban negociando en Washington la sumisión a la política estadounidense las autoridades económicas de la Argentina y el titular del BCRA, en antesala a la visita a la Casa Blanca de Javier Milei el 14 de octubre pasado.
Que avance el rumbo definido por Milei fortalece las perspectivas de la política exterior de la gestión Trump, y viceversa. Por eso, las condicionalidades de los acuerdos entre Trump y Milei son muy peligrosos para ambas sociedades y el conjunto de los pueblos del mundo.
Buenos Aires, 17 de octubre de 2025
Ni el swap tapa el desastre económico y político
Argentina ya tiene libre disponibilidad por 20.000 millones de dólares con la oficialización del swap suscrito con EEUU. 
El gobierno podrá usar parte de esos dólares para frenar la corrida por la devaluación del peso que viene ocurriendo desde hace unas semanas, especialmente luego del resultado electoral del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires. 
Claro que el gobierno perjuro que solo los utilizará para cancelar vencimientos de deuda para el 2026 por más de 18.000 millones de dólares. 
Si así fuera vale interrogarse sobre la premura en anunciar la asistencia financiera estadounidense, que no se agota con el swap e incluye un préstamo de un consorcio de bancos transnacionales por otros 20.000 millones de dólares.
Esta realidad del swap fue largamente anunciada y queda claro que los anuncios e incluso su materialización no resuelven los problemas ante la gravedad de la situación económica y política en el país.
Más aún, el Tesoro de EEUU ya intervino en tres ocasiones “comprando pesos”, o sea, inyectando dólares al mercado cambiario para que la demanda de divisas se satisfaga.
Se trata de un barril sin fondo, ya que ni la billetera más importante del sistema capitalista contiene la corrida hacia el dólar de quienes tienen excedentes de pesos, una minoría que interviene en los mercados de la especulación en la Argentina.
A propósito de la intervención del Estado estadounidense para el salvataje del gobierno de ultraderecha de Javier Milei, la crítica en EEUU crece y se interrogan sobre porqué el “salvataje” a la Argentina con tantas necesidades, problemas y demandas en el país del Norte.
Con el gobierno cerrado (shutdown) ya por tres semanas, hay trabajadores que no perciben sus ingresos, con un alza de precios derivadas de la suba de aranceles dispuesta por Trump desde abril pasado. 
Es una guerra comercial que no termina y puede escalar si no hay acuerdo con China en un cara a cara del empresario gobernante en Washington y el titular del gigante asiático.
La realidad es que no solo critican trabajadores con ingresos suspendidos, sino que el arco de productores agrarios, los farmer, demandan atención. 
Con ellos, suben la vos los representantes de la oposición, que exigen respuestas institucionales que justifiquen la razones de la intervención en Argentina, comprometiendo cuantiosos recursos.
No se trata solo de economía, sino principalmente de política. En efecto, Trump cuida a su principal socio en la región, territorio plataforma para una estrategia global de sostenimiento del papel rector de EEUU en el capitalismo mundial.
La esencia es la reconfiguración
A días de la elección de medio término, el bloque de ultraderecha que expresa la relación Trump – Milei, necesita sostener un resultado que facilite continuar con la tarea del ajuste y la reestructuración reaccionaria del capitalismo en Argentina.
Esa alianza política sustenta un proyecto económico que supone mantener a la cabeza del sistema mundial a EEUU, por lo tanto frenar el empuje desplegada en las últimas décadas por China, quien disputa la hegemonía del orden mundial.
Ambos jefes de Estado se necesitan, aun cundo la incidencia de la Argentina en el Producto mundial sea mínima. Argentina está en el podio de los tres grandes de la región, luego de Brasil y México. Además, la estrategia de Washington supone modificaciones hacia la derecha en las elecciones próximas de Colombia y de Chile.
Por eso la presión en estas horas sobre el gobierno colombiano y sobre Venezuela. Pretende Trump culpabilizar a ambos países en el negocio narco, cuando lo que le interesa es el petróleo venezolano y la anuencia y subordinación del vecino.
Correr hacia la derecha a Colombia y a Chile, colocaría a tres países en el bloque de afinidad derechista con Trump, intentando minimizar la capacidad de acción de los gobiernos de Brasil y México.
Lo esencial es la crisis en el capitalismo mundial, especialmente en EEUU, que este fin de semana movilizó millones de personas en prácticamente todo el país en contra del autoritarismo de la Casa Blanca.
El capitalismo está en reconfiguración y por eso toda la emisión monetaria para el salvataje del capitalismo en la crisis del 2008 se orienta en estas horas a la modernización y la innovación tecnológica, cuya bandera de vanguardia es la Inteligencia Artificial, IA.
A esto apuestan Milei y Trump, por eso el interés en la producción energética, especialmente la nuclear, en el uso del agua y en la minería metalífera. Todo un combo necesario para la producción sustentada en IA.
De ahí la asociación de las grandes tecnológicas con Trump y la oferta de Milei para radicar “Centros de datos” en la Patagonia, territorio de abundancia de agua, con clima adecuado y centro de la acumulación productiva energética sustentada en hidrocarburos no convencionales.
Esa es la apuesta y por eso la respuesta de Trump a la prensa de EEUU, en el sentido de que “no sabes nada” y en la Argentina “se están muriendo”. No es por humanismo que EEUU asiste a la Argentina, sino en defensa propia, para defender una propuesta de orden global bajo la dirección de Washington.
Eso se juega el 26/10
La asistencia de EEUU está en el centro de la campaña electoral, aun cuando tiene poco efecto, por ahora, en los mercados bursátiles y de cambio, territorio de accionar de una minoría, pero vidriera de la economía y la política.
El gobierno trata de mostrar su vínculo con la sociedad “ideal”, o quizá idealizada, del sistema mundial. Queremos ser como EEUU, incluso mejor que ellos en una década, si seguimos este rumbo, sostiene Milei.
La incógnita es la respuesta electoral de la sociedad y más aún, la capacidad del movimiento popular para construir una alternativa política más allá de la elección del domingo 26.
El gobierno aun pregona la herencia recibida. Sabe que una parte de la población no quiere volver atrás, y que aun decepcionada con los resultados de la motosierra, la licuadora y la desregulación, mantienen expectativas.
Se trata de una crisis de representación que demanda la emergencia de una propuesta política que entusiasme al colectivo social con un horizonte de acciones de transformación de la economía y la política en beneficio de la mayoría social. Es la tarea más allá del resultado electoral.
Asistimos a un momento de reconfiguración mundial y local del capitalismo, con el interrogante reiterado sobre quien vencerá a quien, segundos afuera dirían en el cuadrilátero del box.
21 de octubre de 2025
El detrás del rescate estadounidense a la Argentina
Lo peor ya pasó sostuvo Milei a comienzos de septiembre. Sin embargo, a los pocos días, tras la corrida cambiaria que llevó el tipo de cambio al tope de la banda, se acudió nuevamente a la asistencia financiera de EEUU. 
Era la segunda en seis meses. La primera fue un préstamo de 20.000 millones de dólares del FMI en abril, del que ya desembolsó 14.000 millones que alimentaron la fuga de capitales 
Ahora, la novedad es un swap por otros 20.000 millones de dólares y la intervención directa del tesoro estadounidense en el mercado cambiario de la Argentina. 
En su primera operación alcanzaron unos 100 millones de dólares, que evidencian el compromiso firme de las autoridades de Washington para sostener la política cambiaria del gobierno Milei. 
Se trata de una señal que podrá reiterarse con la compra de moneda local o de títulos públicos. Si bien son operaciones menores para la potencia del norte, dan cuenta del interés de la gestión Trump en favorecer al gobierno de Milei.
Algo está mal con la economía local para solicitar asistencia urgente en dos ocasiones en seis meses al todo poderoso del norte. 
En efecto, Argentina está atrapada en un endeudamiento y vencimientos de corto y mediano plazo imposibles de cancelar, pero más aún, sin capacidad de generar divisas suficientes para atenderlos. Sin acceso al mercado de crédito mundial, la asistencia estadounidense resulta indiuspensable.
La situación se agrava por una política pública que privilegia el equilibrio fiscal para bajar la inflación. 
Esa suba de precios estuvo sostenida por dos décadas y se constituyó en la principal demanda económica de la sociedad, según entendió para la disputa del consenso electoral La Libertad Avanza (LLA). 
Resulta así un impacto catastrófico en el funcionamiento de la economía, con tendencias actuales preocupantes en la evolución del nivel de actividad, la baja de los ingresos populares, salarios y jubilaciones, e incluso una evolución descendente del superávit comercial. 
Todo agravado con un creciente endeudamiento público, cuyos vencimientos inducen una profundización del ajuste fiscal. 
Interés de EEUU
La pregunta es sobre el interés de EEUU en el rescate, lo que remite a objetivos políticos y económicos.
Entre los políticos se destaca la afinidad ideológica política de Argentina con EEUU, no solo en la competencia con China, sino y muy especialmente en la visión sobre la perspectiva del capitalismo ante la crisis mundial. 
La consigna MAGA (Make America Great Again) supone subordinar a los aliados históricos de EEUU a las necesidades de política local, nacional, de Washington. Vale para Europa, Japón, Medio Oriente o América Latina y el caribe.
Queda claro que, en la región, Trump necesita recuperar un protagonismo perdido entre los países de mayor peso relativo. 
Solo basta considerar los cinco más grandes de Latinoamérica y el caribe para entender la lógica del gobierno estadounidense. 
Argentina es la única alineada sin matices con la política exterior de Trump. 
No ocurre lo mismo con Brasil, México, Chile o Colombia. 
Además, el peso relativo de China en comercio, inversiones y finanzas creció de manera importante durante este siglo XXI.
Sin embargo, el interés económico es sustancial en este tiempo de innovación tecnológica evidenciado con las inversiones en inteligencia artificial, IA. 
Esas gigantescas inversiones necesitan ser abastecidas por energía y abundante uso de agua. 
La Argentina ofrece enormes posibilidades en ese sentido, especialmente en la Patagonia. 
Un ejemplo es la producción y exportación de hidrocarburos no convencionales, en donde el país se presenta como la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo.
Argentina dejó atrás su vulnerabilidad como importador de energía y se transformó en un exportador, con perspectiva de igualar o superar a mediano plazo su ventaja relativa en la exportación de commodities agro ganaderas. 
Existe un consenso ampliado del poder local para producir y exportar esos hidrocarburos no convencionales, más allá de cualquier resistencia local o global en defensa del medio ambiente.
Más aun, el país ofrece una perspectiva de transformarse en importante productor de minería metalífera, convergente con las iniciativas estadounidenses en proyecto de competencia con China. 
La gestión Trump se involucró en estos días en la compra de activos canadienses para la producción minera en Alaska. Pretende con ello disputar el acceso a insumos estratégicos que Argentina está dispuesta a ofrecer a cambio de la asistencia financiera en el presente.
EEUU necesita la subordinación política de sus aliados tradicionales y por eso disputa en todos los terrenos. En el comercial con la guerra arancelaria y en lo económico financiero con su política monetaria y cambiaria para sostener el dominio del dólar en la economía mundial. 
Pero también presiona militarmente para involucrar más claramente a Europa en la OTAN y resulta evidente en las gestiones en los países árabes para inducir el tratado entre Hamas e Israel.
La iniciativa de Trump apunta a una estrategia de intervención política del Estado estadounidense en la superación de la crisis capitalista en curso, coincidente con el programa sostenido por el libertario gobernante en Argentina.
Dependencia y reestructuración capitalista
No alcanza con denunciar la profundización de la dependencia política y económica de la Argentina con EEUU. 
En rigor, lo que acontece es un proyecto de reestructuración regresiva del capitalismo local para insertarlo en la dinámica que propone la ultraderecha global liderada desde Washington.
Por eso, las premisas son las reaccionarias reformas laborales, tributaria y previsionales para disciplinar la capacidad de lucha del pueblo argentino y desde allí reorganizar el modelo productivo y de desarrollo bajo el que funcionó el capitalismo local desde fines del siglo XIX. 
Argentina inició ese proceso en 1975/76 y tras medio siglo de avances y pausas, la aceleración intenta consumarse en la gestión Milei.
El fin de la conciliación de clases para el desarrollo capitalista en Argentina fue el objetivo de la dictadura genocida, potenciado en los 90 del siglo pasado y con la gestión macrista. 
La propuesta del poder concentrado pretende disciplinar por abajo y por arriba para afirmar esa transformación del modelo productivo con un país que diversifique su matriz productiva primaria, con la exportación agro-ganadera, energética y minera, sustentada en inversiones externas.
En ese marco hay que analizar el acuerdo secreto YPF Chevron para la utilización de la tecnología de la fractura hidráulica que hizo posible la producción y exportación de hidrocarburos no convencionales. 
Del mismo debe considerarse el anuncio de OPEN IA para una inversión de 25.000 millones de dólares en el sur del país. 
Argentina proveedora de bienes comunes para la innovación tecnológica y productiva contemporánea liderada por capitales foráneos, principalmente estadounidenses, es el destino de los acuerdos actuales entre Argentina y EEUU.
Buenos Aires, 13 de octubre de 2025
De "La construcción del milagro" a la crisis
Milei presenta su nuevo libro con un show en donde tiene el doble carácter de cantor y autor expositor., haciendo ensayos mientras crece la crisis económica y politica. 
Las ideas del libro y de su discurso no son novedosas: se reitera el mismo balance que sostiene el “milagro” del crecimiento económico, la baja de la inflación y la pobreza; junto a la suba de los ingresos populares. Todas falacias de propaganda que se justifican con cifras discutibles que escamotean la realidad.
El crecimiento de la economía puede remitirse al 2024 hasta el primer trimestre del 2025 y sesgado hacia algunos sectores primarios exportadores, caso del agro, la energía y la minería, también el turismo emisivo al exterior, la venta de automotores, de inmuebles y las finanzas. El resto de la economía, en general vinculada al mercado interno y con ingresos populares deteriorados muestran la otra cara de la moneda.
Los datos señalan que la inflación detuvo la baja en julio y agosto, con un registro del 1,9%, que es muy probable que se mantenga para el pasado mes de septiembre y el presente. Ello ocurre, entre otras cuestiones, por el aumento del tipo de cambio y la especulación con nuevas devaluaciones, antes o después de las elecciones de medio término, más allá de las afirmaciones oficialistas en sentido contrario.
El salario de los estatales desmiente la referencia presidencial de mejora de los ingresos, con una caída del 19% respecto a diciembre del 2023, habiendo resignado caca estatal más de 8 millones en promedio. El salario del sector privado está 5% por debajo del inicio de la gestión Milei, con una pérdida promedio de más de 1,7 millones de pesos. Las jubilaciones están abajo un 23%, con una pérdida promedio de más de 3,9 millones por beneficiario. Los datos son aportados por “MATE”, el mirador de la actualidad del trabajo y la economía. 
Crítica realidad
La realidad es una economía estancada por esa baja de ingresos populares, con cierres de empresas, incluso retirada de algunas de capital externo y variados cierres de pequeñas y mediana, con un saldo de desempleo en torno al 8% y una creciente informalidad laboral, con un registro del 44%, el más alto en este siglo. 
Esa informalidad es expresión de la irregularidad del empleo derivado de la impunidad empresarial y la política pública de deterioro de los ingresos populares y condiciones de vida de las/os trabajadoras/es.
Bajo estas condiciones y para sostener la lógica del equilibrio fiscal, crece el endeudamiento externo, que ya supera los 300.000 millones de dólares, de una cuenta en perspectiva de incremento bajo asistencia del gobierno de EEUU. 
Este año hubo asistencia del FMI por 20.000 millones de dólares, con desembolsos por 14.000, utilizados para la fuga de capitales, esencialmente compra de billetes por una minoría con excedentes de pesos en sus cuentas. Sin la mediación de Donald Trump ello no es posible.
Ahora en Washington, el quipo económico profundiza la dependencia con mayor endeudamiento y condicionalidades que afectan el manejo soberano de la economía local.
Un “milagro” reaccionario
El “milagro” del libro de Milei es que haya durado este tiempo, vale señalar, con la complicidad de un Congreso Nacional que empezó a ser esquivo en este tiempo. El cambio de actitud y de votaciones en el Parlamento se explican por el cambio de humor en la sociedad ante los problemas económicos, pero, sobre todo, por los problemas políticos derivados de la corrupción en el gobierno.
Se trata del fraude $libra, con juicios en el exterior y en el país, las denuncias sobre coimas en la ANDIS, las denuncias en el área de salud y más aún, con el caso Espert y las vinculaciones al narcotráfico. 
Es un combo que suma crisis política a la situación económica. El Diputado Espert abandona la campaña y la presidencia de la comisión de Presupuesto de la cámara baja, impactando en el proceso electoral a pocos días de la votación, considerada estratégica para el gobierno y el poder. 
No hay milagro económico, tan valorado en ámbitos asociados a la corriente principal liberalizadora, sino un intento por continuar la lógica de disciplinar, por abajo y por arriba, a la sociedad en Argentina. 
Por eso es un “milagro reaccionario”, una tarea esencial definida en 1975/76 para reestructurar regresivamente al capitalismo local y que se procesó en etapas, en la dictadura genocida, en los 90 con Menem y De la rúa, luego con Macri y ahora con Milei.
Claro que ante las dificultades de la gestión, el “banco de suplentes” ya está listo, agrupando a diferentes sectores del peronismo, del radicalismo y del PRO, bajo las figuras de gobernadores con referencias territoriales en todo el país.  
Se proponen asumir con mejores modales y diplomacia de relaciones políticas, la reaccionaria reestructuración para una inserción en la lógica mundial de acumulación capitalista, cuya tendencia preocupante se orienta hacia el capitalismo criminal y guerrerista.
El objetivo del gobierno y sus cómplices, ahora dispuesto a sustituir al gobierno en la gestión, pretenden avanzar luego de asumido el nuevo congreso Nacional en diciembre próximo, con las reformas tributarias a favor de los capitales la ganancia; la reforma laboral y la previsional. 
Resulta coincidente con el propósito global de los capitales más concentrados en todo el mundo.
La resistencia a la política pública viene creciendo, pero aún resulta insuficiente, especialmente en la construcción de un consenso político para orientar un rumbo en favor de las trabajadoras y los trabajadores, del mercado interno y las economías regionales.
Buenos Aires, 6 de octubre de 2025
Momento crítico en el sistema político
La descomposición política no es solo del gobierno, sino del conjunto del sistema político, de la forma del ejercicio de la “democracia realmente existente” en el país. Atañe a los diferentes poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, tanto como al conjunto de los partidos que disputan la representación política institucional. Extensivo a la objeción a las formas históricas de la organización social y su burocratización, en el ámbito sindical, territorial, económico, cultural, etc.
Por esa descomposición, muchos se interrogan sobre qué habría que hacer, especialmente en el ámbito de la política económica. ¿Devaluar? ¿Suspender los pagos de la deuda pública o subordinarse al ajuste perpetuo y la regresiva reestructuración de la condicionalidad externa? ¿Inducir reformas, pero…, qué reformas? En la agenda de la dominación aparecen las reaccionarias en el ámbito laboral, previsional o tributario, ¿cuáles desde la izquierda o el progresismo? ¿Privilegiar la inserción internacional o el mercado interno, incluso que inserción mundial? ¿Cuál es la prioridad económico social para atender de manera inmediata?
No existe consenso sobre estos y otros temas. Tiene sentido, porque todo depende de los intereses que se defiendan o los sectores que se pretenda representar. Más complejo aun si la fragmentación política es lo que prevalece en la sociedad, bajo creciente influencia mediática, incluso de redes sociales, atravesadas por la mercantilización y concentración del capital hegemónico en las comunicaciones, lo que les otorga prevalencia en la batalla por el sentido común. Un sentido construido en el último medio siglo, en contra de los “derechos” y a favor de la “mercantilización”.
El resultado del cambio estructural en el capitalismo local, como parte de las transformaciones operadas en el sistema mundial, en contra de los “derechos” y a favor de la rentabilidad de los capitales más concentrados, constituye la base explicativa del retroceso político y cultural, operada culturalmente con la mediación comunicacional. Allí radica la descomposición de las tradiciones políticas y culturales construidas durante el siglo XX y que estallaron en la rebelión del 2001. 
Para ese momento, se asiste a un tempo de consolidación de un nuevo patrón en el modelo productivo y de desarrollo, sobre el que se construye, o se intenta, un nuevo régimen político. Ya no se trata de la disputa entre “dictadura” y regímenes constitucionales, prevaleciente entre 1930 y 1983, ni entre radicalismo y peronismo en tiempos de normalización constitucional. Todo el siglo XX se transitó en el privilegio al mercado interno y una determinada inserción subordinada al capitalismo global. Desde el último cuarto del Siglo XX se gestaron las bases para el privilegio a la producción y exportación primaria, bajo la condicionalidad de la deuda pública, verdadera hipoteca que amenaza la soberanía.
El capitalismo en Argentina sufre cambios trascendentes en este último medio siglo, acelerado bajo los gobiernos de la dictadura, de los 90 (Menem y De la Rúa), el macrismo y ahora Milei. Son todas etapas de un proceso de regresiva reestructuración de la economía, del estado y de la sociedad. Con la llegada de Milei se experimenta el momento más audaz de esa reconversión reaccionaria, imposible sin los cuatro fenómenos políticos anteriores, que sembraron las condiciones de posibilidad para la irracionalidad ajustadora del gobierno de ultraderecha. En rigor, se trata de la racionalidad de la descomposición del régimen político local.
¿Cómo salir de la trampa?
En primer lugar, hay que profundizar el diagnóstico, ya que los escasos momentos políticos en este medio siglo, de crítica a la lógica económica y política, denominada neoliberal, apenas fueron más allá en intentos de distribución del ingreso, sin impacto en la afectación de la distribución de la riqueza, y menos en la transformación del modelo productivo primario exportador, de fuerte condicionalidad por el endeudamiento público y sustentado en la especulación de una legislación y régimen financiero de subordinación a la transnacionalización del capital.
Sin consenso en el diagnóstico sobre la profundidad de los cambios en el capitalismo local y los límites de la crítica sustentados en paliativos que no modifican esencialmente el orden devenido del modelo productivo y de desarrollo, resulta imposible favorecer un nuevo rumbo en contra y más allá del poder construido por medio siglo. Se trata de un diagnóstico construido desde las múltiples resistencias de este largo tiempo que demandan una síntesis política que no se visibiliza en la coyuntura. 
Es una dinámica a resolver más allá del proceso electoral, bajo una nueva identidad político popular que resuma la experiencia de las mejores tradiciones de la cultura política asumida en la historia de la lucha de clases en el país. Remitimos al anarquismo, el socialismo, el comunismo, el radicalismo, el peronismo; cada una de las cuales tuvo prevalencia en momentos históricos de la construcción de identidad política para la mayoría popular.
La organización y resistencia popular cotidiana y regular construye la subjetividad necesaria para pensar en alternativa política. En ese devenir ya se ha construido un programa, que son las reivindicaciones de las/os trabajadoras/es; las/os jubiladas/os; de los movimientos territoriales y su demanda por el hábitat y la autogestión; las luchas contra el FMI, los organismos internacionales y el endeudamiento público; los feminismos populares y las luchas por la soberanía y en defensa del medio ambiente en contra del extaractivismo promovido por el modelo primario exportador de saqueo; del colectivo cultural. Desde esa subjetividad resistente creciente y ese programa de demandas socioeconómicas es que puede construirse la propuesta política que entusiasme y otorgue nuevo rumbo a un tiempo de lucha por la emancipación social.
Esa tríada de “subjetividad, programa y propuesta política” constituye la base para construir identidad superadora de los problemas que sufre el pueblo argentino. De manera democrática, participativa, asamblearia, es que ese colectivo de organización y lucha consciente podrá definir las prioridades del cambio necesario. Ello supone definir por dónde empezar los cambios y qué hacer, desde un consenso ampliado y consiente que pueda dar vuelta la taba, como sostiene el dicho popular.
No se trata de medidas técnicas, por muy correctas que parezcan, sino de una construcción social y política para enfrentar el poder económico que está detrás de la transformación reaccionaria del gobierno Milei, y del banco de suplentes que ya se predispone a sustituirlo para continuar con el plan estratégico iniciado en 1975/6. Es un desafío gigantesco a resolver más allá de estas próximas elecciones de medio término, que están muy alejadas del debate necesario que intentamos instalar.
Las propuestas sostenidas desde la crítica a la hegemonía y que no transforman la realidad estructural, terminan habilitando nuevos turnos de consolidación del programa más reaccionario de la derecha local. Por su parte, las propuestas radicalizadas, necesitan disputar el consenso social con amplitud, sin sectarismo, en la perspectiva de habilitar un nuevo tiempo para la revolución, el anticapitalismo y el socialismo.
Buenos Aires, 2 de octubre de 2025
Los problemas financieros del gobierno ocupan el centro del debate
La agenda mediática y política se concentra en estas horas en la evolución del tipo de cambio y las cotizaciones de acciones, títulos o bonos, escamoteando el problema de ingresos populares deteriorados por las políticas de austeridad, del ajuste fiscal, la motosierra y la licuadora. 
Por eso, más allá de la volatilidad cambiaria, la acumulación de reservas y el crecimiento del endeudamiento público, el problema es la “economía real”, es decir, la producción y circulación de bienes y servicios, y en consecuencia el empleo y la seguridad social. 
Las tendencias recesivas son propias del circuito económico en el que actúa la mayoría de la población. El crecimiento solo se registra en sectores asociados al intercambio mundial (agro, energía, minería) y a la especulación, lo que se resume en la expansión del consumo de sectores de elevados ingresos y la fuga de capitales.
El gobierno Milei está atrapado sin salida en su lógica libertaria y monetaria ortodoxa, aunque sea en lo discursivo, en la convicción de un sostén de consenso electoral suficiente que le permita sortear con éxito la elección de medio termino el próximo 26 de octubre. 
Luego vendrán profundas reformas estructurales en lo laboral, previsional y tributario, si es que la nueva composición del Congreso Nacional lo permite.
De hecho, el aval político de Donald Trump y Scott Bessent apunta en ese sentido, anticipando financiamiento en tanto y en cuanto exista correspondencia con evidentes señales de “estabilización política”, no solo en términos de votos, sino de alianzas que reiteren la capacidad de gobernabilidad del primer año de gestión.  
En ese sentido se encamina el dialogo retomado de Javier Milei con Mauricio Macri y los convocados al Consejo de Mayo. La disputa por la hegemonía política de la derecha en Argentina, incluye las negociaciones de las principales referencias de la política y las corporaciones del ámbito socioeconómico. 
No alcanza con la captura de los votos por La Libertad Avanza (LLA), que parecen disminuir en la coyuntura. 
La exigencia del momento apunta a contener todas las voces de ese espacio político, especialmente cuando algunas terceras voces intentan, el radical Pullaro o los peronistas Llaryora/Schiaretti, aparecer por un carril del medio, entre libertarios y el peronismo. En la jerga del fútbol se podría decir que hay movimientos en el banco de suplentes.
En este sentido, la actividad parlamentaria no parece acompañar la demanda gubernamental por disciplinar la institucionalidad en pos de reaccionarias reformas, mucho menos la calle, crecientemente poblada por organizaciones populares que demandan reivindicaciones económico sociales urgentes.
Improvisación vestida de teoría
El poder ejecutivo vendió la ilusión liberal libertaria, la del anarco capitalismo, la que se sustentaría en la “escuela austríaca”, la difundida por Ludwig von Mises (1881-1973) o Friedrich von Hayek (1889-1992), especialmente el estadounidense Murray Newton Rothbard (1926-1995) e incluso el monetarista de la “escuela de Chicago” Milton Friedman (1912-2006). 
Una concepción históricamente asociada a procesos autoritarios de ultraderecha, que se visibilizarían desde la dictadura chilena en 1973 y desde allí al terrorismo estatal de Sudamérica, mundializándose en los 80´ del siglo pasado como “neoliberales” con Margaret Thatcher y Ronald Reagan.
La ilusión se alimentó en el rebote económico luego de la mega devaluación de diciembre del 2023, expresado como crecimiento hasta marzo/abril del 2025, para iniciar un proceso de derrumbe y retroceso económico que se potencia en estas semanas. 
En rigor, asistimos a nuevas versiones de la lógica del capitalismo local y su tendencia al estancamiento estructural desde 2010. 
La baja de los índices de inflación sostuvo las expectativas entre sectores esperanzados, que, a la luz del freno a la reducción inflacionaria, y a la baja de los ingresos populares, salarios y jubilaciones, que impactan en la caída del consumo cotidiano, hacen dudar sobre cualquier posibilidad de resolver necesidades insatisfechas.
Milei, Caputo o Sturzzenegger insisten en la ilusión monetarista y libertaria, desreguladora, anunciando etapas en un plan, que, en realidad, solo propone adecuación de la sociedad a una política de subordinación a la lógica transnacionalizada dirigida desde Washington.  
Es un liberalismo que hace intervenir al Estado según la necesidad, sea para eliminar transitoriamente las retenciones a las exportaciones agro ganaderas, negociación mediante con un núcleo concentrado de cerealeras, que en tres días de operatoria, menos de una decena de ellas se apropiaron de más de 1.500 millones de dólares. 
Se resignaron recursos fiscales para beneficiar al gran capital transnacional altamente concentrado.
No existe respaldo teórico, sino improvisación y pragmatismo edulcorado con teorizaciones vacías. 
Lo que existe es un discurso desregulador, junto a una práctica de intervención desembozada, no solo en materia de retenciones, sino con relación a las restricciones cambiarias al comercio exterior, sacando o retomando parcialmente el CEPO, según conveniencia gubernamental.
Todo acompañado de una intervención violenta en la represión a la organización y movilización popular.
El problema no es solo la política pública, sino la discusión relativa al que hacer más allá de la crítica al oficialismo y las complicidades opositoras. 
Lo que hace falta es discutir, en un contexto de reconfiguración económica global, que modelo productivo y de desarrollo, incluso, en que inserción internacional para el país. Las elecciones parlamentarias de medio tiempo pueden ser un momento para un debate que parece ausente.
Buenos Aires, 29 de septiembre de 2025
La deuda pública externa es un mecanismo sistemático de la acumulación capitalista en Argentina
NOTA PUBLICADA EN: https://www.diagonales.com/opinion/la-deuda-externa-es-un-mecanismo-sistematico-de-la-acumulacion-capitalista-en-argentina_a68d7d8dc521b6b853ed72c14 
Euforia en el gobierno nacional antes los anuncios de EEUU, entre el lunes 22 y el martes 23 de septiembre por “hacer lo necesario para apoyar a Argentina”, según tuiteó Scott Bessent, Secretario del Tesoro estadounidense. Aumentada la satisfacción con la tan ansiada reunión y foto de Milei y sus acompañantes con Trump, quien calificó al libertario como un “aliado”, todo en el marco de la Asamblea anual de la ONU.
La algarabía se extendió al mercado financiero con suba de los títulos y bajas del riesgo país y de la cotización del tipo de cambio, más la baja de intereses del BCRA al 25%. La satisfacción estaba precedida por la eliminación, transitoria por ahora, hasta fines de octubre, de las retenciones al “campo”, una demanda, desde el inicio de las mismas en 2002, del gran capital agro-ganadero exportador. 
En sentido inverso transcurrió la semana previa, con bajas de las cotizaciones de acciones y bonos, junto a una presión a la suba del tipo de cambio, promoviendo el alza del riesgo país hasta los 1.500 puntos. Para intentar frenar la corrida cambiaria se vendieron reservas internacionales por más de 1.100 millones de dólares en tres días.
Así, la crisis financiera estaba estallada y se sumaba a la crítica situación de la economía real, con bajas del consumo popular, de las inversiones, el cierre de empresas y una tendencia creciente a la suba de las importaciones contra exportaciones en descenso.
En rigor, no solo lo económico y financiero estaba en crisis, sino y muy especialmente la “política”, a partir de las denuncias por corrupción ($Libra, Fentanilo contaminado, coimas en la ANDIS) y la derrota en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.
Endeudamiento sistemático
Ante la catástrofe y hundimiento de la política pública y el consenso electoral se acudió a la recurrente receta del endeudamiento público para el salvataje del “modelo” económico.
Hay antecedentes lejanos y cercanos de la aplicación de la receta “deuda”, con origen en las acreencias generadas por la dictadura genocida, denunciada ´por Alejandro Olmos y con sentencia judicial sobre 477 ilícitos en el año 2000. Una sentencia que duerme en los cajones del Congreso Nacional, que nunca actúa según manda la Constitución para “resolver” sobre el endeudamiento.
Todos los turnos constitucionales desde 1983 al presente renegociaron esa fraudulenta deuda, odiosa en origen, salvo el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá en tiempos de rebelión popular. 
La deuda pública es un mecanismo esencial de la acumulación capitalista, que favoreció la inserción subordinada de la Argentina en la dinámica de la internacionalización de la producción y la transnacionalización del capital.
En efecto, el endeudamiento favoreció la fuga recurrente de capitales via cancelaciones parciales de intereses de la deuda; remesas de utilidades al exterior y constitución de activos externos de operadores y residentes locales.
La lógica sistémica histórica del capitalismo local suponía la acumulación frontera adentro, en el mercado interno, sin perjuicio de una inserción subordinada en el mercado mundial. 
Con la política asumida por la dictadura se transformó la forma de funcionamiento del capitalismo local, vía apertura indiscriminada, desregulación económica y combate frontal a las conquistas históricas del movimiento obrero e incluso a contramano de los intereses de fracciones menores del capital local.
La deuda externa pública, más las modificadas legislaciones financieras (aún vigente) y de inversiones externas, fueron el ariete de un mecanismo necesario para transformar la lógica de funcionamiento del capitalismo en Argentina.
En los 90 del siglo pasado, plan Brady mediante, privatizaciones de empresas públicas y recreación del mecanismo de apertura y endeudamiento, fortalecieron la hipoteca de la deuda, induciendo cambios importantes en los privilegios del gasto público: del gasto social a los pagos por intereses y capital a los acreedores externos.
La inviabilidad del pago de la deuda desemboca en la crisis del 2001, visible por la rebelión popular animada por las protestas acumuladas desde 1996/97 en demanda de trabajo. 
Una demanda derivada de un desempleo creciente y la miseria extendida de una parte importante de la sociedad, que empezó a referenciarse en un índice de pobreza superior al 35%, inaugurando un registro estructural de empobrecimiento impensado en el país de las ventajas productivas alimentarias.
La derecha confirma lo sistémico
El gobierno de Mauricio Macri renueva el sentido estructural del modelo de extranjerización e inserción subordinada, generando las condiciones de “normalización” del endeudamiento, concediendo a las demandas de los “fondos buitres” y más aún con el retorno al FMI en 2018.
La deuda asumida con el FMI fue por 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 45.000 millones de la moneda estadounidense.
En 2020, el BCRA informó que de 100.000 millones de dólares ingresados durante la gestión Macri, 86.000 sirvieron para la fuga de capitales, confirmando la lógica de acumulación capitalista en el mercado mundial. 
Todo el préstamo del FMI fue utilizado para cancelar deuda, remitir utilidades al exterior o con destino a la constitución de activos externos, entre ellos billetes de moneda extranjera atesorados en cajas de seguridad o cajas fuertes, los dólares del colchón.
La deuda quedó registrada a nombre del país, a ser cancelada o negociada vía presupuesto público, aun cuando tuvo destino en la apropiación privada de un núcleo reducido de capitales, locales o externos, que definen el proceso de acumulación del capitalismo local.
El gobierno de Alberto Fernández sostuvo la práctica de la renegociación, legitimando la deuda suscripta con el FMI y de otros acreedores “buitres”.
Ahora, en abril del 2025, bajo gobierno Milei se adicionaron nuevos 20.000 millones de dólares concedidos por el FMI, más otras muchas deudas aportadas por organismos internacionales.
Se trata de la consolidación de la hipoteca y la lógica de una acumulación en el capitalismo global, sin necesidad de que eso impacte en el mercado interno, salvo para afirmar el deterioro de las condiciones de vida de millones de personas empobrecidas e informatizadas en sus relaciones de trabajo.
El respaldo político de Trump en estas horas significará un nuevo incremento de la deuda pública externa, que condiciona el presupuesto público y condena a la recreación de la lógica del ajuste fiscal en contra de la mayoría empobrecida del país.
Con la disminución del ingreso por retenciones y la nueva deuda, las penurias sociales se acrecentarán, como resultado de una política sistemática de deuda, que se renegocia e incrementa para consolidar la inequidad del orden económico local, contribuyendo al estímulo de las formas especulativas y delictivas del capitalismo contemporáneo.
Poner el freno
Hace falta poner el freno al sistema de la deuda, lo que supone parar este modelo sistemático de apropiación privada y transferencia al exterior del excedente generado en el país.
Los años de gobiernos constitucionales no pararon la lógica sistémica basada en el endeudamiento, la apertura económica y la transnacionalización, por lo que se impone una discusión que habilite políticas para satisfacer demandas que atiendan las necesidades extendidas de la mayoría empobrecida de la población.
 Buenos Aires, 24 de septiembre de 2025
Subordinación a grandes exportadores y mayor dependencia y subordinación
Existe una enorme desesperación del gobierno de Milei por obtener dólares debido a los próximos vencimientos de la deuda pública externa y a la corrida cambiaria de los últimos días. 
La semana pasada se vendieron 1.100 millones de dólares con el objetivo de mantener el tipo de cambio y sostener una política antiinflacionaria basada en la contención de dólar y los salarios.
Después dicen que no hay plata para la ley de discapacidad o para actualizar o aumentar jubilaciones. Los recursos se utilizan para satisfacer las demandas del poder, ahora eliminado las temporalmente retenciones.
Bajan a cero las retenciones hasta el 31 de octubre, al tiempo que apura reuniones con grandes operadores del comercio internacional de granos para aseguran aportes de divisas a las reservas internacionales. 
Además, busca apoyo financiero en EE.UU., posiblemente a través de un swap, lo que podría implicar condicionalidades como terminar con el swap con China y avanzar hacia una libre flotación del tipo de cambio, permitiendo la remisión de utilidades al exterior. 
De este modo, el gobierno de la Argentina se subordina a la lógica del capital hegemónico vinculado a la exportación primaria y profundiza el endeudamiento y la subordinación a EE.UU.
Hay desesperación en el gobierno de Milei por hacerse de dólares, frenar la corrida y evitar la cesación de pagos ante la insuficiencia de divisas.
El gobierno resigna las escasas divisas bajo gestión pública ante la demanda de inversores con disponibilidad de pesos sobrantes, una minoría respecto de la baja de ingresos populares. 
Son inversores que ejercen una fuerte presión para la devaluación, favoreciendo el interés de los grandes productores y exportadores locales.
Existen gestiones urgentes para que los principales operadores de granos liquiden inmediatamente todas las exportaciones que puedan, aprovechando la baja de retenciones. 
Las cámaras y organizaciones representativas del poder terrateniente y de los complejos agroexportadores saludan la iniciativa y evidencian el privilegio de la política pública hacia el capital concentrado. 
El gobierno necesita las divisas para hacer frente a los vencimientos de deuda y para frenar la corrida, por lo que concede a la demanda del poder económico.
Para cumplir con la afirmación ministerial de “vender hasta el último dólar” para sostener la política cambiaria de bandas, es que hace falta que ese último dólar esté disponible. Por eso, la baja de las retenciones y el aumento de la deuda pública en divisas.
La eliminación de retenciones se presenta “temporal”, para inducir liquidaciones, incluso anticipadas de ventas a futuro y armar un colchón de fondos, por lo menos hasta las elecciones de medio turno del 26 de octubre. 
Todo para intentar mantener la expectativa de mejorar la presencia oficialista en el Congreso y avanzar con las reaccionarias reformas estructurales: laboral, previsional y tributaria.
Negociación de deuda con EEUU
El Tesoro de EEUU salió en apoyo del gobierno argentino, confirmando los dichos de Scott Bessent en abril pasado, oportunidad de la visita relámpago a Buenos Aires, cuando se anunciaba el acuerdo del FMI por un préstamo de 20.000 millones de dólares, de los cuales ya se desembolsaron 14.000 millones.
Solo e anuncio de apoyo de Trump y Bessent impactó en baja de la cotización del dólar y mejora de los títulos argentinos que se devaluaron en las últimas rondas de negocios bursátiles.
Milei de vista toda la semana en EEUU, por reunión de la ONU, recibirá de manos de Bessent un premio internacional y, además, tendrá una foto con Trump, de ratificación de una alianza que explicita la subordinación local a la política exterior del gobierno estadounidense.
A Trump le viene bien la subordinación argentina y por eso ratifica la alianza política de ultraderecha que sustenta con su par argentino, aunque le cueste un puñado de dólares.
Las especulaciones son variadas respecto al monto de la asistencia financiera, la modalidad de la iniciativa y los tiempos del desembolso, por lo que, ante la desesperación gubernamental, se dispuso la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones de granos.
Cuáles serán las condicionalidades de la asistencia financiera no se sabe y probablemente tampoco se expliciten en su totalidad, pero la demanda sobre Ucrania para compensar con bienes comunes es un antecedente importante a tener en cuenta.
Una condicionalidad se asocia a la demanda de alejamiento de las relaciones económico financieras de Argentina con China. Hasta ahora, al gobierno Milei lo supera la realidad sobre la ideología y las afinidades políticas. Cuando nadie financiaba al país, hubo que ratificar y usar el swap con el gigante asiático.
Es más, uno de los grandes operadores del comercio de granos es COFCO, la gran trasnacional china, que según la Bolsa de Comercio de Rosario es responsable del 13% de la venta de granos en el último lustro, completando el podio con Cargill y Viterra, cada uno con el 14%.
Queda claro que el gobierno Milei no privilegia un “interés nacional” y si privilegia la subordinación a la política exterior de Trump, cuyo eje es la competencia con China, más allá de acuerdos y negociaciones entre Washington y Beiging. 
Otras condicionalidades vendrán asociadas a la demanda del poder local transnacionalizado, por la devaluación y la liberación cambiaria, lo que supone la eliminación de las restricciones al movimiento internacional de capitales, especialmente la posibilidad de favorecer las remesas de utilidades al exterior.
En ese sentido, tiene que haber reservas internacionales genuinas suficientes para la salida de divisas, tal como ocurrió en 2018, cuando el FMI desembolsó 45.000 millones de dólares para cancelar deuda, remitir utilidades al exterior y favorecer la constitución de activos externos, sean billetes, acciones, títulos o propiedades en manos del sector privado de la Argentina.
Argentina vuelve a profundizar el rumbo del endeudamiento, de la dependencia y de la subordinación al capital externo y a la política exterior de Estados Unidos. 
Buenos Aires, 22 de septiembre de 2025
Manda la ortodoxia para que todo siga en acuerdo al plan
Luego del resultado electoral bonaerense, el gobierno de Javier Milei confirma el rumbo “ortodoxo” de su mensaje originario por el ajuste del gasto público social y la regresiva reestructuración económico social.
Es lo que sostuvo en su mensaje de reconocimiento de la derrota por más de 13 puntos en la Provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre pasado, afirmando que se trató de un problema político, de armado de la propuesta electoral, pero no de rechazo a la política económica gubernamental. Es lo que sostiene en los vetos a la Ley de Financiamiento Universitario, a la Ley de Emergencia Pediátrica, y a la disposición de distribución de Aportes del Tesoro Nacional a las provincias, y lógicamente, en su mensaje de presentación del Presupuesto 2026.
La lectura política del presidente y su gobierno es que aún subsiste la crítica a la gestión anterior, que se mantiene el rechazo de una parte importante de la sociedad y del electorado: al kirchnerismo, al peronismo, al populismo. 
Son calificaciones políticas identificadas como de “izquierda” para la lógica discursiva de los liberales libertarios ajustadores. 
La izquierda, sea la parlamentaria o la que se manifiesta en el movimiento popular, en la cultura o en el pensamiento, sostiene una propuesta de crítica al capitalismo y por lo tanto a las políticas esenciales aplicadas por distintos gobiernos, en particular en lo atinente al endeudamiento y al modelo productivo primario exportador y la lógica derivada en la distribución del ingreso y de la riqueza.
Nada distinto puede esperarse de la iniciativa gubernamental que no transite por el carril de la ortodoxia liberal, monetarista, con discurso anti Estado, pero con una gran participación estatal en la inducción de normas favorables a la ganancia. 
En estas horas vuelve el “cepo”, o restricciones al comercio de divisas, mediante resoluciones de la Comisión Nacional de Valores; o “negociando” con la banca ofreciendo bajas de las tasas de interés y compromisos de adecuación de los banqueros a la política cambiaria oficialista.
La intención es que el tipo de cambio no rebase el techo de la banda de flotación, por lo menos hasta el 26/10, tratando de frenar la presión por la devaluación y seguir anclando en el precio del dólar el combate a la inflación, principal objetivo de la política oficial.
El ancla cambiaria y salarial son los ejes del gobierno, todo para sostener la tendencia a la baja de los precios, aun con desaceleración económica vía caída del consumo popular por retracción de ingresos en la mayoría de la sociedad.
La especulación oficialista se asienta en la asistencia financiera externa, en la palabra de Scott Bessent, quien en su visita de abril pasado sostuvo que, si era necesario, el Tesoro estadounidense estaba dispuesto a financiar necesidades de la Argentina. 
No alcanza con el FMI, si además el riesgo país se mantiene por encima de los 1.000 puntos, negando todo acceso al mercado financiero mundial.
Protesta social y oposición política
A la iniciativa del gobierno se le opone una creciente resistencia social que se manifiesta en rechazo a la política de ajuste de la motosierra y la licuadora, a la que se suma el novedoso reagrupamiento en el Congreso en rechazo a los vetos presidenciales.
La disputa es fuerte en ambos planos, en la calle y en el recinto parlamentario. 
En la calle se manifiesta crecientemente el rechazo organizado a la política antipopular, aún con insuficiente articulación producto de reclamos fragmentados por temas específicos, que requieren síntesis integradora para unificar la protesta contra el ajuste. 
Será visible en estas horas la lucha contra los vetos presidenciales, un desafío para acrecentar la masividad del reclamo social.
La discusión al interior del Congreso se asocia a los proyectos políticos en tiempos de renovación legislativa, junto al impacto que allí pueda generar la ampliación y masividad de la resistencia social a la política oficial.
Está cambiando la situación política a partir de un importante traspié del proyecto liberal libertario en la Provincia de Buenos Aires. 
Por eso, Milei pretende retomar la iniciativa política y afirma el rumbo ortodoxo, habilitando la emergencia de opciones para la gestión del capitalismo local. 
¿Morirá con las botas puestas? Ese parece ser el mensaje, que hasta hace unos días parecía funcionar.
Sigue estando ausente un proyecto alternativo, que se proponga ir más allá de la gestión del capitalismo y que genere entusiasmo social de mayoría por otro rumbo político y social. 
Eso requiere modificar la agenda de debate y más que discutir el dólar, hace falta centrar la preocupación en la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, la cotidianeidad de la mayoría de la población.
No es la agenda mediática, por cierto, sí la que necesita la población que sufre la ofensiva del capital y de la ultraderecha.
Esa nueva agenda es un objetivo que para ser realidad necesita sustentar una confrontación con el poder local: el gran capital, y global: las transnacionales y el FMI; todos detrás de los gobiernos del capitalismo en el país. 
Se requiere enfrentar la hipoteca del endeudamiento y afirmar las experiencias y reivindicaciones de un amplio movimiento popular que construyó su programa en una larga historia de organización y lucha. 
Esas reivindicaciones y experiencias en conjunto expresan un nuevo modelo productivo y de desarrollo, que necesita articularse y masificarse para entusiasmar a buena parte de la sociedad en un rumbo para resolver necesidades sociales. 
Son propuestas que trascienden la coyuntura electoral, sea cual sea el resultado de la renovación legislativa de medio término.
Buenos Aires, 15 de septiembre de 2025
Derrota electoral de Milei y promesa de más ajuste
Milei aceptó la derrota por más de 13 puntos en territorio bonaerense e insistió en la continuidad de la política de ajuste. Con el rechazo al veto por “incapacidad” insistió en que acrecentará el achique del gasto público. 
El tema que no reconoce es que se trató en esta elección de un acontecimiento masivo de rechazo a la política pública, que legitima la ampliación de la protesta social y búsqueda de constituir alternativa política.
Al mismo tiempo, el partido de gobierno, La Libertad Avanza (LLA) se constituyó como segunda fuerza partidaria en el territorio bonaerense, y pretenderá revertir el resultado en la elección nacional de fines de octubre. 
Es un tema a considerar pensando el peso político logrado en la primera vuelta del 2023, lo perdido ahora de lo sumado en la segunda vuelta de aquel año, que había imaginado mantener al subordinar en la absorción electoral del PRO para esta elección de 2025.
Asistimos a un nuevo episodio en el proceso de reconfiguración de la derecha en la Argentina. En rigor, del ámbito político en su conjunto emás allá del territorio bonaerense.
La primera fuerza fue el peronismo, Fuerza Patria mediante, que habilitó un debate por la conducción y el perfil electoral peronista hacia la renovación presidencial del 2027.
El discurso de Axel Kicillof desafió a Milei para un diálogo orientado a la gestión, en sintonía con otros mensajes de gobernadores afines al gobierno libertario, afirmando el federalismo y ampliando el debate sobre la gestión del capitalismo local.
La sorpresa de la irrupción de la ultraderecha entre 2021 y 2023 parece haber encontrado un límite en esta elección, en un capítulo que tendrá continuidad a fines de octubre. 
Se trata de un acontecimiento de masas, que con un 61% aproximadamente  de participación interviene en el debate político restringiendo la ofensiva libertaria, aun cuando destacamos la consolidación de una fuerza competitiva electoral con un programa reaccionario por el ajuste y la regresiva reestructuración de la economía, del estado y de la sociedad.
Por su parte, la disidencia peronista y radical se hizo presente con “Somos Buenos Aires”, intentando constituir una fuerza intermedia entre la LLA y Fuerza Patria, entre la ultraderecha y el peronismo.
La izquierda completa el cuadro de las propuestas que lograron obtener presencia legislativa, en un intento de ir más allá de la tradición trotskista, al abrir sus listas a candidaturas de “Vientos del Pueblo. Un frente por el poder popular”, que integran 8 grupos políticos, algo que se reitera en la elección de octubre. Eso le otorga visibilidad parlamentaria a una expresión importante de la resistencia, con posibilidad de crecer en representación institucional.
Economía y política
Las dificultades sociales impuestas por la política económica, bajos ingresos populares y del consumo, elevación del desempleo, cierres de empresas y el freno a la economía, se sumaron a los problemas políticos de un gobierno asociado a escándalos de corrupción.
En efecto, el caso $Libra, el fentanilo contaminado y los audios del ex titular de la ANDIS, con denuncias ventiladas de coimas y negociados de grandes empresas favorecidos por funcionarios del gobierno, restó expectativas de anteriores votantes o simpatizantes de la propuesta liberal libertaria.
Pero no solo es la “política económica” de ajuste, sino el orden económico que venía anunciando el gobierno, de desindustrialización y concentración financiera en el ámbito del negocio especulativo, y una fuerte apuesta al ingreso de inversores internacionales para consolidar el núcleo de acumulación asentado en el sector agroexportador, la energía y la minería.
Se trata de una propuesta que deja afuera a millones de personas que, insatisfechas con el orden económico previo, desde la reestructuración iniciada con la dictadura genocida, tienen expectativas por cambios que resuelvan la cotidianeidad de un vivir bien.
Esa es la búsqueda que hoy se manifiesta en la votación al peronismo, y a la izquierda, que entre ambas propuestas superan al 51% de las/os votantes. 
Ahí se abre un debate interesante. Kicillof convocó a ampliar la propuesta actual, explicitando la necesaria participación de organizaciones sociales sindicales y de empresarios. Un interrogante es el alcance o límite de dicha convocatoria a sectores de la política más allá de quienes sustentan sus límites en la gestión del capitalismo.
Por su parte, la izquierda está desafiada a construir amplios espacios de protagonismo, con amplitud en la construcción de alternativa política, en defensa de la soberanía alimentaria, energética, financiera, contra la deuda, ampliando el espectro de la perspectiva y posibilidad anticapitalista.
La política se dinamiza por acciones de masas y los procesos electorales lo son, desafiando a las fuerzas intervinientes a realizar nuevas interpretaciones de la demanda social en tiempos de incertidumbres globales de un orden capitalista amenazado por la guerra y la destrucción de la naturaleza.
Se abre un tiempo de enormes expectativas por cambios, los que estarán atravesados por nuevas presiones por la devaluación y la suba de precios y tasas de interés, próximos vencimientos impagables de una deuda pública eterna, odiosas, ilegítima e ilegal, con más cierres de empresas y renovadas protestas sociales contra la política antipopular de la derecha libertaria y sus cómplices.
Buenos Aires, 8 de septiembre de 2025
Fuerte intervención estatal de los libertarios
El gobierno del “libre mercado” interviene fuertemente en la economía para contener el tipo de cambio y los salarios, inducir altas tasas de interés y condicionar a la banca para orientar el crédito al sector público, acrecentando la deuda pública. 
Son acciones con graves y regresivas consecuencias para la mayoría social, al tiempo que contribuyen a la concentración del ingreso y de la riqueza en sectores minoritarios de la sociedad, agravando la dinámica de la dependencia y extranjerización del capitalismo local.
Inflación y corrupción
El consenso electoral se gestó por la promesa de bajar la inflación y combatir la corrupción de la “casta” en la política.
La inflación bajó gracias a un costo social elevado por el ajuste fiscal y los despidos en el Estado, afectando con ello el gasto social y la satisfacción de derechos de salud, educación y otros. Los principales afectados fueron jubiladas y jubilados, junto al deterioro de la infraestructura ante la nulidad de la inversión pública, federalizando la miseria. 
El menor registro mensual ocurrió con el índice de mayo pasado, con 1,5%, que sucesivamente creció al 1,6%, al 1,9% y se estima un mayor número para el mes de agosto.
Para contener los precios, el gobierno estableció dos anclas: el tipo de cambio y los ingresos populares, salarios y jubilaciones.
Al dólar lo frena con una fuerte intervención estatal, más allá del discurso libertario. Desde el Tesoro y desde el Banco Central se ofrecen divisas y títulos para abaratar la cotización, al tiempo que se acrecienta el endeudamiento público.
Es una operatoria que podría modificarse luego de un resultado “exitoso” para el gobierno en las próximas elecciones, en la provincia de Buenos Aires y en las nacionales. 
¿Qué seria exitoso? Perder por poco en territorio bonaerense en septiembre y sumar legisladores en octubre, que le mejore su capacidad de negociación con la oposición amigable (cómplices) para avanzar en las reaccionarias reformas laborales, previsionales y tributarias en carpeta.
A los ingresos populares los deprime interfiriendo en la dinámica de las negociaciones paritarias y reduciendo arbitrariamente salarios estatales y jubilaciones.
La corrupción le estalló con el caso $Libra, y muy especialmente con las fuertes sospechas en el área de salud, sea por el caso de las muertes por el “fentanilo adulterado”, como por las coimas enunciadas en los audios del despedido titular de la Agencia de Discapacidad, ANDIS. 
Este último episodio afecta a la cúpula del gobierno y más allá de cualquier sentencia judicial, el tema se instaló fuertemente en la sociedad. Solo resta verificar el impacto que pueda tener en el consenso electoral. 
Lo que sí hizo evidente es el enriquecimiento a costa del Estado de ciertos empresarios. Los libertarios propagandearon que el Estado obstaculiza al sector privado y la práctica está demostrando que el Estado capitalista es un instrumento del enriquecimiento de minorías.
En la coyuntura se le dificulta al gobierno sostener el “logro” de la baja en la inflación en el imaginario social, tanto como la credibilidad en materia de verdugo de la corrupción estatal. 
Tasas y deuda
Además, condiciona el crédito, subiendo tasas de interés que rondan el 60/70% y eleva el encaje legal a los bancos hasta el 53%, por lo que la banca solo tiene un 47 de capacidad prestable, que, con suba de tasas, orienta su crédito a títulos de la deuda pública.
El gobierno aumenta su deuda y condiciona el futuro del país, agravando un tema que viene de arrastre desde la dictadura genocida, empeorado con el retorno del FMI en 2018, la renegociación del 2022 y el nuevo préstamo del 2025.
Son cuantiosos los recursos destinados a cancelar intereses de la deuda, los que compiten con el gasto social, crecientemente afectado por el privilegio a la usura y la especulación.
Es un horizonte recesivo, agravando los límites al consumo popular por la bajo de salarios y jubilaciones.
Además, la práctica del gobierno apunta a capitalizar intereses de la deuda, por lo que puede propagandear su equilibrio fiscal, a tal nivel que esos intereses casi duplican lo pagado por jubilaciones en los primeros siete meses del año.
Beneficiarios de la “libertad”
La “libertad” que pregonan desde el gobierno es pura falacia y devuelve la realidad de un Estado que siempre interviene. En todo caso, en cada momento hay que indagar quienes son los beneficiados. 
En la coyuntura del gobierno Milei se benefician los grandes inversores especulativos y el gran capital invertido en el núcleo concentrado de la acumulación capitalista local.
Remitimos al sector minoritario agroexportador, de la energía y la minería. Sectores en donde predomina el capital externo transnacionalizado.
La gran mayoría afectada debe revertir la situación, lo que demanda además del descreimiento y la desazón, ganar la calle con movilización y organización popular para construir un proyecto político que modifique sustancialmente la ecuación de beneficiarios y perjudicados.
Buenos Aires, 1 de septiembre de 2025
Tensiones en tiempo electoral. Corrupción y altas tasas de interés
La coyuntura presenta crecientes tensiones políticas y económicas en Argentina. 
En lo político, destaca el tema de la corrupción gubernamental, centrado en las coimas denunciadas por el accionar de la Agencia Nacional de Discapacidad, ANDIS, agravando casos previos como las muertes por el “fentanilo contaminado” y el caso $Libra, todos involucrando a la cúpula gubernamental. 
Amplían las tensiones políticas la actividad del Congreso revirtiendo el veto presidencial sobre discapacidad, aunque no el de jubilaciones y la moratoria previsional, lo que adiciona conflictos en tiempos electorales, en septiembre en la Provincia de Buenos Aires y en octubre en todo el país. 
Las tensiones en lo económico tienen epicentro en la preocupación del gobierno por contener la suba de los precios en la disputa por el consenso electoral. Por eso se interviene para que la cotización del dólar no llegue al techo de la banda cambiaria (1.451 pesos por dólar a fines de julio). 
En ese marco se induce una fuerte suba de las tasas de interés, lo que dificulta el crédito y afecta la producción. 
Así, la economía se estanca por la merma del consumo popular y la inflación, pese a los esfuerzos oficiales, lo que define límites a la disminución inflacionaria, generando preocupación en la sociedad. 
Esta combinación de tensiones económicas y políticas agrega incertidumbre en la dinámica política de la Argentina. 
Corrupción y capitalismo
La agenda mediática, medios y redes, está y estará atravesada por el debate en torno a la corrupción. 
Responde a una lógica de tiempo electoral. Es un problema, ya que, a los convencidos, al núcleo duro de consenso parece no afectar. Es una lógica verificable para este y otros casos anteriores. 
Las coimas se presentan por los denunciados como “operaciones” urdidas por la oposición de turno y encima, la “justicia” resulta poco creíble, por sus tiempos de gestión y su carácter esencial de “poder” de reaseguro sistémico del orden capitalista.
La corrupción en la ANDIS se suma a variados casos en discusión permanente, especialmente lo relativo a las muertes por el fentanilo contaminado, ya con un empresario preso. 
Es también el caso de $Libra, con procesos judiciales en curso en el país y en el exterior. 
Todos los casos impactan en la economía y en la política, producto de la mercantilización de la vida cotidiana, caso de la salud, convertida en “negocio” desde un consenso social construido por medio siglo de ofensiva liberalizadora del régimen del capital. 
Los consensos actuales remiten a la consolidación de ese rumbo privatizador, en contra del derecho a la salud, a la educación, o a la alimentación, entre otros, en una dinámica que interviene en los consensos más allá de la corrupción bajo hegemonía libertaria. 
Se activa el Congreso en procesos de investigación, caso $Libra o convocatorias a funcionarios a rendir cuenta por la salud; incluso revirtiendo el veto sobre discapacidad, no sobre jubilaciones o moratoria previsional, pero queda de fondo el trabajo ideológico propagandístico a favor del mercado y en contra de los derechos. Son consensos masivos construidos desde la dictadura y potenciado por la no reversión de esos cambios estructurales, más allá de algunos paliativos temporales. 
El rumbo privatizador se agrava en cada gestión de gobiernos liberales, más aún bajo la actual administración de la ultraderecha.
Los poderes legislativo y judicial actúan, pero vale recordar que, junto al ejecutivo, constituyen la institucionalidad de la forma representativa del orden capitalista local. 
Incluso, el accionar judicial en el exterior no modifica la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, evidente en el caso YPF y que no se espera sea diferente en el tratamiento de las causas penales derivadas de la corrupción actual.
La corrupción en el “mileismo” pretende justificarse por sonados episodios previos, quedando de fondo el debate orgánico sobre los cambios sustanciales que operan desde la política pública como ajuste y regresiva reestructuración de las relaciones capitalistas, en el ámbito laboral, estatal y de las relaciones internacionales. 
El capitalismo y la corrupción constituyen una afinidad electiva, del mismo modo que ocurre con la violencia y el régimen del capital. El cohecho y la violencia son consustanciales al orden vigente bajo el orden capitalista.
Tasas, dólar e inflación
El poder ejecutivo aspira sostener el suficiente consenso para ampliar su capacidad de acción legislativa, incluso simbólica en el resultado electoral de septiembre y de octubre. 
Para eso interviene con subas de tasas de interés, aun cuando afecte a la producción. 
Más le preocupa que el indicador de inflación no se dispare y mantenga la tendencia a la baja, aun cuando existan alzas temporales de precios al consumidor en torno al 2%.  
No interesa que cierren empresas y crezca el desempleo, que baje el consumo popular, mientras el crecimiento del núcleo concentrado de la acumulación capitalista, agro, energía, minería, finanzas, interviene para que el dato macroeconómico exprese una expansión en torno al 5/6% para el año. 
Con eso hacen propaganda falaz respecto a que los beneficios se extenderán con el tiempo hacia el conjunto de la sociedad, manteniendo la expectativa sobre futura satisfacción de la demanda social.
La calle se pronuncia en sentido opuesto, especialmente jubilados y jubiladas, que tenían alguna expectativa en que el Congreso pudiera hacer caer el veto presidencial. 
Se habilita entonces una nueva dinámica en la lucha callejera, que sumado a la activación parlamentaria en el debate para restringir la “facultades delegadas”, suman incertidumbre a la economía con alza de las tasas de interés y la desconfianza del poder económico sobre si el libertario podrá disciplinar el conflicto social y reorganizar la política en general.
El gobierno ratifica el rumbo pese a los escándalos de la corrupción y endurece la receta del ajuste fiscal y la propuesta de transformación regresiva del modelo productivo, afirmando el rumbo exacerbado del extractivismo sobre base de inversores externos en bienes comunes y una organización empresarial local a su servicio. 
Se trata del abandono de una estrategia industrial que está en la lógica productiva local desde fines del Siglo XIX y que se sostuvo durante el XX.
La sociedad es quien define si se consolida ese rumbo o si se habilita un debate necesario para un rumbo que privilegie la organización productiva local para resolver la demanda por satisfacer amplias necesidades locales, lo que requiere mirar para adelante y no al pasado.
Buenos Aires, 25 de agosto de 2025
Incertidumbre económica. ¿Certidumbre política?
El gobierno libertario imaginaba a esta altura del año político, con renovación parlamentaria en octubre próximo, tener domesticado el índice de precios. 
No pareciera ocurrir de ese modo. En mayo se festejó tempranamente un 1,5% de crecimiento de los precios al consumidor, que subieron al 1,6% en junio y al 1,9% en julio. 
Todo indica que para agosto el dato podría escalar, especialmente en el rubro alimentación, con dificultades para asegurar un clima de abatimiento de la inflación, el principal problema a resolver que demanda la sociedad y que explicaría el ascenso del gobierno de la ultraderecha en la Argentina.
Para ello y desde una lógica de ortodoxia monetarista se profundiza la política contra la mejora de los ingresos populares y el control del tipo de cambio.
El efecto inmediato es la baja de la capacidad de compra de la mayoría de la población que vive de ingresos fijos: salarios y jubilaciones. 
Con la contención del tipo de cambio pretende estimular actividades financieras en moneda local, para lo que incrementa la tasa de interés vía la política del Banco Central, agravando la situación del costo financiero para la producción. 
Resulta un agravante en el deterioro de la actividad económica del sector privado que no participa del sector especulativo financiero o del núcleo de acumulación primario exportador concentrado en el agro, la energía, o la minería.
Todo se hace en aras de contener los precios y ganar consenso para continuar con el ajuste y la regresiva reestructuración del capitalismo local, lo que quiso y no pudo la dictadura, ni los 90, ni el macrismo, aun cuando sembraron el camino para el consenso electoral de este tiempo, más allá del crecimiento del ausentismo por descontento.
Acumulación y distribución regresiva
Vale resaltar que el sector financiero y ese núcleo de la acumulación capitalista define datos importantes del crecimiento económico, en torno al 5,5% anual, según el FMI. 
Son datos que están por encima del promedio pronosticado para la región latinoamericana (2%) y mundial (3%), con escaso impacto en la distribución del ingreso y de la riqueza, pero efectivo a la hora del argumento propagandístico del ajuste y la regresiva reestructuración del capitalismo local.
Argentina crece, pero no distribuye, por lo que existe una fuerte concentración de ingresos y riqueza, en simultáneo con una dinámica de extranjerización de la economía local, coherente con un empobrecimiento estructural de millones de personas.
De ahí la importancia por la argumentación en la disputa del consenso electoral, en tiempos que el gobierno de la ultraderecha pretende crecer en representación parlamentaria.
El rechazo a la política gubernamental se afirma en la negación, sin instalar nuevos imaginarios de propuestas que no signifiquen el retorno a lo existente previamente al ascenso al gobierno de los libertarios, que afirmaban, además, el modelo productivo y de desarrollo de esa acumulación sesgada al agro, la energía y la minería.
Resulta interesante la predica en el rechazo a la política del libertario y sus cómplices, a veces disfrazados de oposición, especialmente en horas en que se discute el veto a políticas esenciales como el caso de los subsidios por discapacidad y las actualizaciones, mínimas, a jubiladas y jubilados.
Elecciones en ciernes
Las alianzas y las listas de candidatos para octubre ya están cerradas y no hay novedad significativa que modifique el marco ideológico político del debate sobre el rumbo económico del país.
El gobierno insiste en su lógica de austeridad por el ajuste fiscal, sostenido con el endeudamiento favorecido por el FMI y el gobierno estadounidense detrás del organismo internacional, más un crecimiento sostenido de la deuda en moneda local con altas tasas de interés en un tiempo de rentabilidades disminuidas del sector privado.
La oposición no termina de presentar un rumbo más allá de la crítica a la ofensiva libertaria por el ajuste y la regresiva reestructuración. Es un tema central para motivar el entusiasmo de una mayoría de la población que optó por la propuesta libertaria ante los límites de las políticas previas. 
No alcanza con el rechazo al ajuste. La demanda es por otro rumbo que genere consenso y supere los límites que el “progresismo” mostró en la región, tal como se visibiliza por estas horas en Bolivia.
Estas políticas previas mantenían el modelo productivo propuesto desde la dictadura genocida, potenciado en los 90 y por el macrismo en tiempos recientes. 
No da lo mismo quien se alce con mayores votos o legisladores, pero es un límite la continuidad de propuestas que verbalizan una crítica al ajuste, pero reproducen la lógica de acumulación del capitalismo local.
Más allá de lo dicho, hay que destacar que desde la izquierda se presenta la “novedad”, con la apertura de las listas a otras expresiones partidarias. 
Es lo que ocurre con “Vientos del Pueblo. Frente por el poder popular”, un conjunto de agrupamientos políticos por fuera de la hegemonía trotskista del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad, el FITU.
Falta precisar cuánto amplía electoralmente esa apertura de la izquierda a estos grupos políticos, con matices respecto al FITU en la caracterización de la situación regional y mundial, con interesante inserción social y en el conflicto y con relativa capacidad de interacción, en algunos de ellos, con sectores asociados a la identidad del peronismo. 
Lo relevante y a destacar en la coyuntura es la búsqueda de una mayor articulación de la izquierda, en un intento por superar cualquier vocación testimonial y disponerse a la disputa de gobierno y de poder.
Es un tema a explorar, que puede contribuir a extender la influencia política lograda por los principales dirigentes y organizaciones del FITU. Un logro asociado a la persistencia en la unidad, pese a las diferencias públicas de los componentes.
Con esa propuesta de ampliación de la unidad de la izquierda, asociada a una voluntad por la unidad de acción más allá de lo ideológico, facilita la posibilidad de contrarrestar la fragmentación en el movimiento popular.
Economía y política
Las tensiones en la economía agregan incertidumbre a la realidad local, aun cuando todo parece no modificar las correlaciones de fuerzas construidas desde el ascenso al gobierno de Milei.
Sin embargo, el descontento social y el crecimiento de las protestas constituyen un interrogante sobre la realidad política del presente y el futuro cercano. 
Las incertidumbres económicas pueden incidir contra las aparentes certidumbres de la política, aun cuando el gobierno sume legisladores en el congreso nacional y lo celebre como un triunfo, que puede ser pírrico, tal como le sucedió al macrismo luego de ganar el medio término en 2017.
No solo debe contabilizarse lo institucional o disputa de votos para pensar la política, sino y fundamental en la tradición de la Argentina, importa la organización y lucha del movimiento popular, base material para pensar en términos de alternativa política.
Vale señalar que en política no hay conclusión definitiva y el curso puede definirse desde imponderables, más allá de elecciones, que involucran la voluntad política de la sociedad.
Buenos Aires, 18 de agosto de 2025
Pensar y actuar para la emancipación social. Actuar pensando y pensar actuando para la vida.
LA PONENCIA ABAJO FUE PRESENTADA AL PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL "CEREBRISTA" (El cerebro vs la inteligencia artifical) y fue leida en la sesión del sábado 9 de agosto del 2025.
Pensar y actuar para la emancipación social
Actuar pensando y pensar actuando para la vida
Por Julio C. Gambina
La historia larga de la hominización nos trajo hasta el presente, con prolongación de la expectativa de vida y en simultáneo amenazas sobre la vida social y natural. 
Son amenazas propias de nuestra historia de construcción como especie, de trayectos individuales y colectivos, que cada generación necesita reconsiderar para evaluar críticamente el presente y desafiar el porvenir.
La historia de la humanidad es cuento largo, desarrollada en un proceso de trasformación de la vida social y de la naturaleza, que se recrea con cada generación en disputa de cosmovisiones sobre el ser y el deber ser en sociedad y en armonía con la naturaleza. 
Por todo eso hay que pensar y al mismo tiempo actuar para hacer realidad cosmovisiones del “vivir bien”, o el “buen vivir”, de la tradición ancestral andina en nuestro tiempo. 
No se trata de volver en la historia, sino de construir colectiva y de manera consciente nuestra historia.
Actuar pensando y pensar actuando es un desafío de época, en tiempos de progreso y devastación, propios de la sociedad capitalista, de inteligencia artificial y contaminación, de robótica y toxicidad, de avance y retroceso.
Hoy se impone al mundo la razón de la “sin razón”, que es la de la desigualdad creciente sustentada en la explotación de la fuerza de trabajo y el saqueo de los bienes comunes, al tiempo que se amenaza a la vida de los seres humanos y de la naturaleza.
También existe la solidaridad, la cooperación, el comunitarismo, la autogestión, la amistad, la lucha y la organización popular y el humanismo internacionalista en contra de la guerra, el racismo y toda forma de discriminación.
La violencia, el racismo, la discriminación, la guerra, la militarización, la especulación, la destrucción social y natural es la lógica que impone el privilegio de una sociedad monetario-mercantil sustentada en el lucro, que concentra la riqueza y el poder en una minoría en contra de la abrumadora mayoría. 
Es una dinámica que estimula el capitalismo delictivo, del tráfico de drogas, de armas o de personas.
Es tiempo de crítica
Resulta entonces un desafío de crítica y transformación para la mayoría, en tanto procesos dialecticos, individuales y colectivos.
A la hegemonía del poder se le opone la contra hegemonía del contrapoder, de los de abajo contra los de arriba, de los subalternos a los que dominan.
Es la razón y la lógica del poder y los poderosos la que condiciona y limita la creatividad humana para una vida de plenitud en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la humanidad y el hábitat.
Ante el control propietario de la tecnología y los mecanismos de manipulación ideológica, de la conciencia y la cotidianeidad, resulta imprescindible el aliento y estímulo a la creatividad superadora del orden jerarquizado del dinero, del intercambio basado en el lucro, la explotación y el saqueo.
Es una cuestión de recuperación ética en la sociedad.
Sustentamos una creatividad para la vida que recupere la memoria de la hominización y la existencia en, para y por la comunidad, en contra de todo tipo de control definido por poderes transitorios que reproducen las condiciones de la violencia e inequidad actuales.
Una recuperación de la cultura de la ética, de una cultura en sentido antropológico, relativo a lo cultural como creación humana, más allá del arte y la literatura, la música y la fantasía creativa, concretada en la materialidad de la cotidianeidad, en la alimentación y los derechos humanos en sentido integral.
La historia en nuestra América está llena de aspiraciones irresueltas que marcan posibles caminos: 
desde la lucha anticolonial de los pueblos originarios; 
de la experiencia de Haití albergando la primera revolución contra la esclavitud triunfante en la historia; 
de las luchas contra el colonialismo y por la independencia, hasta el intento cubano de un nuevo orden socioeconómico, 
a las expectativas esperanzadas de la emancipación social que anida en la larga lucha de los/as trabajadores/as, los feminismos populares, la lucha ambiental, entre muchas reivindicaciones que sustentan los pueblos en nuestra región y en el mundo.
Son experiencias, todas boicoteadas por el poder, construidas como imaginario por la emancipación en la región, que se potenciaron al comienzo del Siglo XXI y sembraron esperanzas más allá del continente.
El problema es que el poder global no resigna sus cuotas de ganancia y acumulación para la dominación, lo que provoca la multiplicación recurrente de las experiencias sociales de carácter popular para asumir un programa permanente por la emancipación social como esperanza de los pueblos para el presente y el futuro.
La emancipación como asignatura pendiente demanda pensamiento crítico y acción transformadora, como parte de una iniciativa colectiva que estimule prácticas de sujetos conscientes en rumbos a favor de la vida social y natural.
Buenos Aires, 21 de julio de 2025
Los datos de Milei no coinciden con la realidad
En la cadena nacional del 8/8/25 del presidente de la Argentina: “Medidas para amurallar el déficit cero y la política monetaria del Gobierno” (en:  https://www.casarosada.gob.ar/slider-principal/51044-cadena-nacional-del-presidente-de-la-nacion-javier-milei-medidas-para-amurallar-el-deficit-cero-y-la-politica-monetaria-del-gobierno) se señalan datos falaces. 
Relata Milei que “La inflación se ha desplomado, pasando de una tasa interanual del 300% cuando asumimos a una tasa interanual del 25%”. Los datos del INDEC invalidan el relato presidencial. Ocurre lo mismo con las referencias a la reducción de la pobreza, la indigencia y los salarios del sector privado. 
Son referencias para criticar la asignación de recursos parlamentaria a legislación sobre salud, discapacidad y jubilaciones, exagerando el impacto en el presupuesto público.
Inicia Milei su cadena nacional recordando que el mandato del voto en 2023 era para terminar con la inflación y hacer crecer la economía argentina. Para confirmar ese rumbo alude a una inflación interanual del 300% al asumir el gobierno en diciembre del 2023. Veamos los datos difundidos por el INDEC. 
Discurso y realidad
La inflación interanual a noviembre 2023 era de 160,9% y en diciembre de ese año alcanzó los 211,4%, ya bajo gobierno Milei; para luego crecer sucesivamente a 254,2%, 276,2%, 287,9% y 289,4% para abril del 2024. A posteriori empieza la baja interanual hasta el último dato disponible, del 39,4% a junio del 2025. Este último registro difiere del relato presidencial que la ubica en 25%.  
Es verdad que la inflación está en baja, para el registro interanual, desde abril/mayo del 2024 respecto de la escalada de precios bajo el gobierno anterior (160,9% a noviembre del 2023) y exacerbada desde la asunción de Milei en diciembre 2023 (211,4%), devaluación mediante que llevó el tipo de cambio de un dólar por 400 pesos a uno de 800 y ahora en torno a los 1.320.
Digamos que a partir de ahí se presenta la tendencia a la baja de los precios, más allá de discutir cómo se baja la inflación, con el ajuste fiscal y a quién perjudica ese proceso. La baja de inflación con ajuste fiscal y restricciones monetarias y cambiarias la pagaron los sectores empobrecidos con reducción sustancial de salarios y jubilaciones; el gasto social en salud y educación, con fuerte impacto en la sociedad, y también con la clausura de la inversión para obra pública y las transferencias a las provincias.
Es un mensaje de campaña electoral con la intención de manipular a la opinión pública, cargando las tintas sobre la herencia y con una benévola lectura del presente de los precios, que muestran una tendencia creciente luego del piso de mayo (1,5%) que ascendió a 1,6% en junio y probablemente en alza en julio y más aún en agosto con la modificación del tipo de cambio de las últimas semanas, devaluando la moneda local en un 14/15%.
La inflación interanual enunciada por Milei no se corresponde con la información oficial del INDEC, ni tampoco el guarismo actual.
Pobreza e ingresos populares
Es una visión edulcorada de la realidad que le permite señalar: “Sacamos de la pobreza a más de 12 millones de personas de los cuales más de 2,5 millones son jóvenes y la indigencia pasó del 20,2% al 7,3%, es decir, que cerca de 6 millones de personas que no les alcanzaban para comer, hoy comen.” Aseveración complementada con el dato relativo a que “los salarios privados le vienen ganando sistemáticamente a la inflación desde el mes de abril del año pasado.”
Al respecto, los datos remiten para una base 100 a diciembre del 2023, que el salario del sector privado a mayo 2025, último dato disponible, se disminuyó en 8 puntos, es decir, a un registro de 92. Es cierto que a marzo 2024 había bajado a 86 y desde abril de ese año inició una recuperación con un máximo de 93 para noviembre del 2024 y luego se estanca al nivel actual de 92. 
No hay mejora de los salarios del sector privado, aun sin recuperar la pérdida desde la asunción de Milei.
El mensaje presidencial nada dice de la pérdida salarial de los trabajadores en situación irregular, ni de los estatales o jubiladas y jubilados. 
Son sectores asalariados y perceptores de ingresos fijos que pierden contra los precios, aun con una inflación con tendencia a la baja.
Ajuste, gasto y deuda
Toda la argumentación presentada se hace para sustentar otra falacia, la del gasto y el impacto que supone la asignación presupuestaria definida por la legislación aprobada en materia de salud, discapacidad, jubilaciones entre otras. 
Dice el presidente libertario: “Los proyectos aprobados por el Congreso, si los sumamos todos —que incluyen reinstalar la moratoria previsional, aumentar el salario de docentes y las pensiones por discapacidad, entre otros—, representan un gasto anualizado de prácticamente 2,5% del PBI” y agrega: “…implicaría un endeudamiento adicional de más de 300.000 millones de dólares…” Alarma con las cifras, muy alejadas de la realidad. 
Si el PBI aproximado del 2024 fue equivalente a 625.000 millones de dólares, el 2,5% alcanzaría los 15.625 millones dólares, lejos del incremento de deuda mencionado, equivalente al 48% del PBI. Una gran exageración.
Son falacias en el discurso presidencial que intervienen en la disputa del consenso electoral, ratificando su base de votación del 30% en la primera vuelta del 2023, y con pretensión de alcanzar una votación en octubre próximo en torno al 40%. De ese modo, pretende ratificar el rumbo del gobierno de la ultraderecha.
Pese al mensaje de “equilibrio fiscal y fin de la emisión monetaria”, la realidad es la continuidad asociada al endeudamiento, agravando la hipoteca sobre el conjunto de la sociedad.
Debate teórico
El mensaje de Milei nos trae un debate teórico sobre la formación de los precios, insistiendo en su conocida formulación “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”, por lo que afirmó que: “la única relación causal que existe es desde la cantidad de dinero hacia el nivel de precios”.
Se trata de una discusión que inicia con los “clásicos” de la Economía Política y la ley del valor trabajo, resignificada con la crítica de Karl Marx y su propia teoría del valor. Con Marx y su teoría del valor se explicita el origen del excedente: la plusvalía.
Los precios deben explicarse entonces, desde la producción de valor y plusvalor. O sea, desde la explotación, e incluso por la competencia por la apropiación de cuotas de plusvalor, y no por la moneda o la circulación, base de sustentación de la teoría subjetiva del valor asumida por los monetaristas.
No es el Dinero a los Precios, sino desde el Valor a los Precios. Desde la Producción y no desde la Circulación. Son enfoques contrapuestos con los que los neoclásicos y los monetaristas ocultan el fenómeno de la explotación.
Desde los dichos por el libertario presidente se puede explicar la “razón” del ajuste vía reaccionarias reformas laborales, previsionales o tributarias, en curso y en perspectiva.
No le preocupa a Milei bajar o anular retenciones, aunque eso perjudique el equilibrio de las cuentas fiscales. El ajuste no se piensa por ahí, ni eliminando intereses de una deuda odiosa e ilegal, sino disminuyendo gasto social orientado a la mayoría de la población.
Para combatir la inflación se necesita discutir el modelo productivo, el estímulo a la investigación científico tecnológica para intervenir sobre la productividad del trabajo. 
Es algo a contramano de la apuesta al ingreso de inversiones externas para la explotación y saqueo vía exportaciones de los bienes comunes locales y una estructura empresarial al servicio de esa lógica de extranjerización y subordinación dependiente.
Debates ausentes y pendientes
La crítica presidencial al poder legislativo por asignación de gastos puede revertirse hacia el poder ejecutivo que funciona sin ley de Presupuesto, ya por dos años, por incumplimiento de la Constitución que remite al Congreso Nacional la sanción de un presupuesto Nacional. 
Es en esa legislación en donde se puede considerar el destino del gasto y el origen de los ingresos fiscales.
Discutir el modelo productivo y el presupuesto debiera ser un debate participativo que involucre, más allá de los poderes del Estado, al conjunto de la población.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2025
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