Los problemas financieros del gobierno ocupan el centro del debate

La agenda mediática y política se concentra en estas horas en la evolución del tipo de cambio y las cotizaciones de acciones, títulos o bonos, escamoteando el problema de ingresos populares deteriorados por las políticas de austeridad, del ajuste fiscal, la motosierra y la licuadora. Por eso, más allá de la volatilidad cambiaria, la acumulación de reservas y el crecimiento del endeudamiento público, el problema es la “economía real”, es decir, la producción y circulación de bienes y servicios, y en consecuencia el empleo y la seguridad social. Las tendencias recesivas son propias del circuito económico en el que actúa la mayoría de la población. El crecimiento solo se registra en sectores asociados al intercambio mundial (agro, energía, minería) y a la especulación, lo que se resume en la expansión del consumo de sectores de elevados ingresos y la fuga de capitales. El gobierno Milei está atrapado sin salida en su lógica libertaria y monetaria ortodoxa, aunque sea en lo discursivo, en la convicción de un sostén de consenso electoral suficiente que le permita sortear con éxito la elección de medio termino el próximo 26 de octubre. Luego vendrán profundas reformas estructurales en lo laboral, previsional y tributario, si es que la nueva composición del Congreso Nacional lo permite. De hecho, el aval político de Donald Trump y Scott Bessent apunta en ese sentido, anticipando financiamiento en tanto y en cuanto exista correspondencia con evidentes señales de “estabilización política”, no solo en términos de votos, sino de alianzas que reiteren la capacidad de gobernabilidad del primer año de gestión. En ese sentido se encamina el dialogo retomado de Javier Milei con Mauricio Macri y los convocados al Consejo de Mayo. La disputa por la hegemonía política de la derecha en Argentina, incluye las negociaciones de las principales referencias de la política y las corporaciones del ámbito socioeconómico. No alcanza con la captura de los votos por La Libertad Avanza (LLA), que parecen disminuir en la coyuntura. La exigencia del momento apunta a contener todas las voces de ese espacio político, especialmente cuando algunas terceras voces intentan, el radical Pullaro o los peronistas Llaryora/Schiaretti, aparecer por un carril del medio, entre libertarios y el peronismo. En la jerga del fútbol se podría decir que hay movimientos en el banco de suplentes. En este sentido, la actividad parlamentaria no parece acompañar la demanda gubernamental por disciplinar la institucionalidad en pos de reaccionarias reformas, mucho menos la calle, crecientemente poblada por organizaciones populares que demandan reivindicaciones económico sociales urgentes. Improvisación vestida de teoría El poder ejecutivo vendió la ilusión liberal libertaria, la del anarco capitalismo, la que se sustentaría en la “escuela austríaca”, la difundida por Ludwig von Mises (1881-1973) o Friedrich von Hayek (1889-1992), especialmente el estadounidense Murray Newton Rothbard (1926-1995) e incluso el monetarista de la “escuela de Chicago” Milton Friedman (1912-2006). Una concepción históricamente asociada a procesos autoritarios de ultraderecha, que se visibilizarían desde la dictadura chilena en 1973 y desde allí al terrorismo estatal de Sudamérica, mundializándose en los 80´ del siglo pasado como “neoliberales” con Margaret Thatcher y Ronald Reagan. La ilusión se alimentó en el rebote económico luego de la mega devaluación de diciembre del 2023, expresado como crecimiento hasta marzo/abril del 2025, para iniciar un proceso de derrumbe y retroceso económico que se potencia en estas semanas. En rigor, asistimos a nuevas versiones de la lógica del capitalismo local y su tendencia al estancamiento estructural desde 2010. La baja de los índices de inflación sostuvo las expectativas entre sectores esperanzados, que, a la luz del freno a la reducción inflacionaria, y a la baja de los ingresos populares, salarios y jubilaciones, que impactan en la caída del consumo cotidiano, hacen dudar sobre cualquier posibilidad de resolver necesidades insatisfechas. Milei, Caputo o Sturzzenegger insisten en la ilusión monetarista y libertaria, desreguladora, anunciando etapas en un plan, que, en realidad, solo propone adecuación de la sociedad a una política de subordinación a la lógica transnacionalizada dirigida desde Washington. Es un liberalismo que hace intervenir al Estado según la necesidad, sea para eliminar transitoriamente las retenciones a las exportaciones agro ganaderas, negociación mediante con un núcleo concentrado de cerealeras, que en tres días de operatoria, menos de una decena de ellas se apropiaron de más de 1.500 millones de dólares. Se resignaron recursos fiscales para beneficiar al gran capital transnacional altamente concentrado. No existe respaldo teórico, sino improvisación y pragmatismo edulcorado con teorizaciones vacías. Lo que existe es un discurso desregulador, junto a una práctica de intervención desembozada, no solo en materia de retenciones, sino con relación a las restricciones cambiarias al comercio exterior, sacando o retomando parcialmente el CEPO, según conveniencia gubernamental. Todo acompañado de una intervención violenta en la represión a la organización y movilización popular. El problema no es solo la política pública, sino la discusión relativa al que hacer más allá de la crítica al oficialismo y las complicidades opositoras. Lo que hace falta es discutir, en un contexto de reconfiguración económica global, que modelo productivo y de desarrollo, incluso, en que inserción internacional para el país. Las elecciones parlamentarias de medio tiempo pueden ser un momento para un debate que parece ausente. Buenos Aires, 29 de septiembre de 2025

La deuda pública externa es un mecanismo sistemático de la acumulación capitalista en Argentina

NOTA PUBLICADA EN: https://www.diagonales.com/opinion/la-deuda-externa-es-un-mecanismo-sistematico-de-la-acumulacion-capitalista-en-argentina_a68d7d8dc521b6b853ed72c14 Euforia en el gobierno nacional antes los anuncios de EEUU, entre el lunes 22 y el martes 23 de septiembre por “hacer lo necesario para apoyar a Argentina”, según tuiteó Scott Bessent, Secretario del Tesoro estadounidense. Aumentada la satisfacción con la tan ansiada reunión y foto de Milei y sus acompañantes con Trump, quien calificó al libertario como un “aliado”, todo en el marco de la Asamblea anual de la ONU. La algarabía se extendió al mercado financiero con suba de los títulos y bajas del riesgo país y de la cotización del tipo de cambio, más la baja de intereses del BCRA al 25%. La satisfacción estaba precedida por la eliminación, transitoria por ahora, hasta fines de octubre, de las retenciones al “campo”, una demanda, desde el inicio de las mismas en 2002, del gran capital agro-ganadero exportador. En sentido inverso transcurrió la semana previa, con bajas de las cotizaciones de acciones y bonos, junto a una presión a la suba del tipo de cambio, promoviendo el alza del riesgo país hasta los 1.500 puntos. Para intentar frenar la corrida cambiaria se vendieron reservas internacionales por más de 1.100 millones de dólares en tres días. Así, la crisis financiera estaba estallada y se sumaba a la crítica situación de la economía real, con bajas del consumo popular, de las inversiones, el cierre de empresas y una tendencia creciente a la suba de las importaciones contra exportaciones en descenso. En rigor, no solo lo económico y financiero estaba en crisis, sino y muy especialmente la “política”, a partir de las denuncias por corrupción ($Libra, Fentanilo contaminado, coimas en la ANDIS) y la derrota en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. Endeudamiento sistemático Ante la catástrofe y hundimiento de la política pública y el consenso electoral se acudió a la recurrente receta del endeudamiento público para el salvataje del “modelo” económico. Hay antecedentes lejanos y cercanos de la aplicación de la receta “deuda”, con origen en las acreencias generadas por la dictadura genocida, denunciada ´por Alejandro Olmos y con sentencia judicial sobre 477 ilícitos en el año 2000. Una sentencia que duerme en los cajones del Congreso Nacional, que nunca actúa según manda la Constitución para “resolver” sobre el endeudamiento. Todos los turnos constitucionales desde 1983 al presente renegociaron esa fraudulenta deuda, odiosa en origen, salvo el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá en tiempos de rebelión popular. La deuda pública es un mecanismo esencial de la acumulación capitalista, que favoreció la inserción subordinada de la Argentina en la dinámica de la internacionalización de la producción y la transnacionalización del capital. En efecto, el endeudamiento favoreció la fuga recurrente de capitales via cancelaciones parciales de intereses de la deuda; remesas de utilidades al exterior y constitución de activos externos de operadores y residentes locales. La lógica sistémica histórica del capitalismo local suponía la acumulación frontera adentro, en el mercado interno, sin perjuicio de una inserción subordinada en el mercado mundial. Con la política asumida por la dictadura se transformó la forma de funcionamiento del capitalismo local, vía apertura indiscriminada, desregulación económica y combate frontal a las conquistas históricas del movimiento obrero e incluso a contramano de los intereses de fracciones menores del capital local. La deuda externa pública, más las modificadas legislaciones financieras (aún vigente) y de inversiones externas, fueron el ariete de un mecanismo necesario para transformar la lógica de funcionamiento del capitalismo en Argentina. En los 90 del siglo pasado, plan Brady mediante, privatizaciones de empresas públicas y recreación del mecanismo de apertura y endeudamiento, fortalecieron la hipoteca de la deuda, induciendo cambios importantes en los privilegios del gasto público: del gasto social a los pagos por intereses y capital a los acreedores externos. La inviabilidad del pago de la deuda desemboca en la crisis del 2001, visible por la rebelión popular animada por las protestas acumuladas desde 1996/97 en demanda de trabajo. Una demanda derivada de un desempleo creciente y la miseria extendida de una parte importante de la sociedad, que empezó a referenciarse en un índice de pobreza superior al 35%, inaugurando un registro estructural de empobrecimiento impensado en el país de las ventajas productivas alimentarias. La derecha confirma lo sistémico El gobierno de Mauricio Macri renueva el sentido estructural del modelo de extranjerización e inserción subordinada, generando las condiciones de “normalización” del endeudamiento, concediendo a las demandas de los “fondos buitres” y más aún con el retorno al FMI en 2018. La deuda asumida con el FMI fue por 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 45.000 millones de la moneda estadounidense. En 2020, el BCRA informó que de 100.000 millones de dólares ingresados durante la gestión Macri, 86.000 sirvieron para la fuga de capitales, confirmando la lógica de acumulación capitalista en el mercado mundial. Todo el préstamo del FMI fue utilizado para cancelar deuda, remitir utilidades al exterior o con destino a la constitución de activos externos, entre ellos billetes de moneda extranjera atesorados en cajas de seguridad o cajas fuertes, los dólares del colchón. La deuda quedó registrada a nombre del país, a ser cancelada o negociada vía presupuesto público, aun cuando tuvo destino en la apropiación privada de un núcleo reducido de capitales, locales o externos, que definen el proceso de acumulación del capitalismo local. El gobierno de Alberto Fernández sostuvo la práctica de la renegociación, legitimando la deuda suscripta con el FMI y de otros acreedores “buitres”. Ahora, en abril del 2025, bajo gobierno Milei se adicionaron nuevos 20.000 millones de dólares concedidos por el FMI, más otras muchas deudas aportadas por organismos internacionales. Se trata de la consolidación de la hipoteca y la lógica de una acumulación en el capitalismo global, sin necesidad de que eso impacte en el mercado interno, salvo para afirmar el deterioro de las condiciones de vida de millones de personas empobrecidas e informatizadas en sus relaciones de trabajo. El respaldo político de Trump en estas horas significará un nuevo incremento de la deuda pública externa, que condiciona el presupuesto público y condena a la recreación de la lógica del ajuste fiscal en contra de la mayoría empobrecida del país. Con la disminución del ingreso por retenciones y la nueva deuda, las penurias sociales se acrecentarán, como resultado de una política sistemática de deuda, que se renegocia e incrementa para consolidar la inequidad del orden económico local, contribuyendo al estímulo de las formas especulativas y delictivas del capitalismo contemporáneo. Poner el freno Hace falta poner el freno al sistema de la deuda, lo que supone parar este modelo sistemático de apropiación privada y transferencia al exterior del excedente generado en el país. Los años de gobiernos constitucionales no pararon la lógica sistémica basada en el endeudamiento, la apertura económica y la transnacionalización, por lo que se impone una discusión que habilite políticas para satisfacer demandas que atiendan las necesidades extendidas de la mayoría empobrecida de la población. Buenos Aires, 24 de septiembre de 2025

Subordinación a grandes exportadores y mayor dependencia y subordinación

Existe una enorme desesperación del gobierno de Milei por obtener dólares debido a los próximos vencimientos de la deuda pública externa y a la corrida cambiaria de los últimos días. La semana pasada se vendieron 1.100 millones de dólares con el objetivo de mantener el tipo de cambio y sostener una política antiinflacionaria basada en la contención de dólar y los salarios. Después dicen que no hay plata para la ley de discapacidad o para actualizar o aumentar jubilaciones. Los recursos se utilizan para satisfacer las demandas del poder, ahora eliminado las temporalmente retenciones. Bajan a cero las retenciones hasta el 31 de octubre, al tiempo que apura reuniones con grandes operadores del comercio internacional de granos para aseguran aportes de divisas a las reservas internacionales. Además, busca apoyo financiero en EE.UU., posiblemente a través de un swap, lo que podría implicar condicionalidades como terminar con el swap con China y avanzar hacia una libre flotación del tipo de cambio, permitiendo la remisión de utilidades al exterior. De este modo, el gobierno de la Argentina se subordina a la lógica del capital hegemónico vinculado a la exportación primaria y profundiza el endeudamiento y la subordinación a EE.UU. Hay desesperación en el gobierno de Milei por hacerse de dólares, frenar la corrida y evitar la cesación de pagos ante la insuficiencia de divisas. El gobierno resigna las escasas divisas bajo gestión pública ante la demanda de inversores con disponibilidad de pesos sobrantes, una minoría respecto de la baja de ingresos populares. Son inversores que ejercen una fuerte presión para la devaluación, favoreciendo el interés de los grandes productores y exportadores locales. Existen gestiones urgentes para que los principales operadores de granos liquiden inmediatamente todas las exportaciones que puedan, aprovechando la baja de retenciones. Las cámaras y organizaciones representativas del poder terrateniente y de los complejos agroexportadores saludan la iniciativa y evidencian el privilegio de la política pública hacia el capital concentrado. El gobierno necesita las divisas para hacer frente a los vencimientos de deuda y para frenar la corrida, por lo que concede a la demanda del poder económico. Para cumplir con la afirmación ministerial de “vender hasta el último dólar” para sostener la política cambiaria de bandas, es que hace falta que ese último dólar esté disponible. Por eso, la baja de las retenciones y el aumento de la deuda pública en divisas. La eliminación de retenciones se presenta “temporal”, para inducir liquidaciones, incluso anticipadas de ventas a futuro y armar un colchón de fondos, por lo menos hasta las elecciones de medio turno del 26 de octubre. Todo para intentar mantener la expectativa de mejorar la presencia oficialista en el Congreso y avanzar con las reaccionarias reformas estructurales: laboral, previsional y tributaria. Negociación de deuda con EEUU El Tesoro de EEUU salió en apoyo del gobierno argentino, confirmando los dichos de Scott Bessent en abril pasado, oportunidad de la visita relámpago a Buenos Aires, cuando se anunciaba el acuerdo del FMI por un préstamo de 20.000 millones de dólares, de los cuales ya se desembolsaron 14.000 millones. Solo e anuncio de apoyo de Trump y Bessent impactó en baja de la cotización del dólar y mejora de los títulos argentinos que se devaluaron en las últimas rondas de negocios bursátiles. Milei de vista toda la semana en EEUU, por reunión de la ONU, recibirá de manos de Bessent un premio internacional y, además, tendrá una foto con Trump, de ratificación de una alianza que explicita la subordinación local a la política exterior del gobierno estadounidense. A Trump le viene bien la subordinación argentina y por eso ratifica la alianza política de ultraderecha que sustenta con su par argentino, aunque le cueste un puñado de dólares. Las especulaciones son variadas respecto al monto de la asistencia financiera, la modalidad de la iniciativa y los tiempos del desembolso, por lo que, ante la desesperación gubernamental, se dispuso la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones de granos. Cuáles serán las condicionalidades de la asistencia financiera no se sabe y probablemente tampoco se expliciten en su totalidad, pero la demanda sobre Ucrania para compensar con bienes comunes es un antecedente importante a tener en cuenta. Una condicionalidad se asocia a la demanda de alejamiento de las relaciones económico financieras de Argentina con China. Hasta ahora, al gobierno Milei lo supera la realidad sobre la ideología y las afinidades políticas. Cuando nadie financiaba al país, hubo que ratificar y usar el swap con el gigante asiático. Es más, uno de los grandes operadores del comercio de granos es COFCO, la gran trasnacional china, que según la Bolsa de Comercio de Rosario es responsable del 13% de la venta de granos en el último lustro, completando el podio con Cargill y Viterra, cada uno con el 14%. Queda claro que el gobierno Milei no privilegia un “interés nacional” y si privilegia la subordinación a la política exterior de Trump, cuyo eje es la competencia con China, más allá de acuerdos y negociaciones entre Washington y Beiging. Otras condicionalidades vendrán asociadas a la demanda del poder local transnacionalizado, por la devaluación y la liberación cambiaria, lo que supone la eliminación de las restricciones al movimiento internacional de capitales, especialmente la posibilidad de favorecer las remesas de utilidades al exterior. En ese sentido, tiene que haber reservas internacionales genuinas suficientes para la salida de divisas, tal como ocurrió en 2018, cuando el FMI desembolsó 45.000 millones de dólares para cancelar deuda, remitir utilidades al exterior y favorecer la constitución de activos externos, sean billetes, acciones, títulos o propiedades en manos del sector privado de la Argentina. Argentina vuelve a profundizar el rumbo del endeudamiento, de la dependencia y de la subordinación al capital externo y a la política exterior de Estados Unidos. Buenos Aires, 22 de septiembre de 2025

Manda la ortodoxia para que todo siga en acuerdo al plan

Luego del resultado electoral bonaerense, el gobierno de Javier Milei confirma el rumbo “ortodoxo” de su mensaje originario por el ajuste del gasto público social y la regresiva reestructuración económico social. Es lo que sostuvo en su mensaje de reconocimiento de la derrota por más de 13 puntos en la Provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre pasado, afirmando que se trató de un problema político, de armado de la propuesta electoral, pero no de rechazo a la política económica gubernamental. Es lo que sostiene en los vetos a la Ley de Financiamiento Universitario, a la Ley de Emergencia Pediátrica, y a la disposición de distribución de Aportes del Tesoro Nacional a las provincias, y lógicamente, en su mensaje de presentación del Presupuesto 2026. La lectura política del presidente y su gobierno es que aún subsiste la crítica a la gestión anterior, que se mantiene el rechazo de una parte importante de la sociedad y del electorado: al kirchnerismo, al peronismo, al populismo. Son calificaciones políticas identificadas como de “izquierda” para la lógica discursiva de los liberales libertarios ajustadores. La izquierda, sea la parlamentaria o la que se manifiesta en el movimiento popular, en la cultura o en el pensamiento, sostiene una propuesta de crítica al capitalismo y por lo tanto a las políticas esenciales aplicadas por distintos gobiernos, en particular en lo atinente al endeudamiento y al modelo productivo primario exportador y la lógica derivada en la distribución del ingreso y de la riqueza. Nada distinto puede esperarse de la iniciativa gubernamental que no transite por el carril de la ortodoxia liberal, monetarista, con discurso anti Estado, pero con una gran participación estatal en la inducción de normas favorables a la ganancia. En estas horas vuelve el “cepo”, o restricciones al comercio de divisas, mediante resoluciones de la Comisión Nacional de Valores; o “negociando” con la banca ofreciendo bajas de las tasas de interés y compromisos de adecuación de los banqueros a la política cambiaria oficialista. La intención es que el tipo de cambio no rebase el techo de la banda de flotación, por lo menos hasta el 26/10, tratando de frenar la presión por la devaluación y seguir anclando en el precio del dólar el combate a la inflación, principal objetivo de la política oficial. El ancla cambiaria y salarial son los ejes del gobierno, todo para sostener la tendencia a la baja de los precios, aun con desaceleración económica vía caída del consumo popular por retracción de ingresos en la mayoría de la sociedad. La especulación oficialista se asienta en la asistencia financiera externa, en la palabra de Scott Bessent, quien en su visita de abril pasado sostuvo que, si era necesario, el Tesoro estadounidense estaba dispuesto a financiar necesidades de la Argentina. No alcanza con el FMI, si además el riesgo país se mantiene por encima de los 1.000 puntos, negando todo acceso al mercado financiero mundial. Protesta social y oposición política A la iniciativa del gobierno se le opone una creciente resistencia social que se manifiesta en rechazo a la política de ajuste de la motosierra y la licuadora, a la que se suma el novedoso reagrupamiento en el Congreso en rechazo a los vetos presidenciales. La disputa es fuerte en ambos planos, en la calle y en el recinto parlamentario. En la calle se manifiesta crecientemente el rechazo organizado a la política antipopular, aún con insuficiente articulación producto de reclamos fragmentados por temas específicos, que requieren síntesis integradora para unificar la protesta contra el ajuste. Será visible en estas horas la lucha contra los vetos presidenciales, un desafío para acrecentar la masividad del reclamo social. La discusión al interior del Congreso se asocia a los proyectos políticos en tiempos de renovación legislativa, junto al impacto que allí pueda generar la ampliación y masividad de la resistencia social a la política oficial. Está cambiando la situación política a partir de un importante traspié del proyecto liberal libertario en la Provincia de Buenos Aires. Por eso, Milei pretende retomar la iniciativa política y afirma el rumbo ortodoxo, habilitando la emergencia de opciones para la gestión del capitalismo local. ¿Morirá con las botas puestas? Ese parece ser el mensaje, que hasta hace unos días parecía funcionar. Sigue estando ausente un proyecto alternativo, que se proponga ir más allá de la gestión del capitalismo y que genere entusiasmo social de mayoría por otro rumbo político y social. Eso requiere modificar la agenda de debate y más que discutir el dólar, hace falta centrar la preocupación en la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, la cotidianeidad de la mayoría de la población. No es la agenda mediática, por cierto, sí la que necesita la población que sufre la ofensiva del capital y de la ultraderecha. Esa nueva agenda es un objetivo que para ser realidad necesita sustentar una confrontación con el poder local: el gran capital, y global: las transnacionales y el FMI; todos detrás de los gobiernos del capitalismo en el país. Se requiere enfrentar la hipoteca del endeudamiento y afirmar las experiencias y reivindicaciones de un amplio movimiento popular que construyó su programa en una larga historia de organización y lucha. Esas reivindicaciones y experiencias en conjunto expresan un nuevo modelo productivo y de desarrollo, que necesita articularse y masificarse para entusiasmar a buena parte de la sociedad en un rumbo para resolver necesidades sociales. Son propuestas que trascienden la coyuntura electoral, sea cual sea el resultado de la renovación legislativa de medio término. Buenos Aires, 15 de septiembre de 2025

Derrota electoral de Milei y promesa de más ajuste

Milei aceptó la derrota por más de 13 puntos en territorio bonaerense e insistió en la continuidad de la política de ajuste. Con el rechazo al veto por “incapacidad” insistió en que acrecentará el achique del gasto público. El tema que no reconoce es que se trató en esta elección de un acontecimiento masivo de rechazo a la política pública, que legitima la ampliación de la protesta social y búsqueda de constituir alternativa política. Al mismo tiempo, el partido de gobierno, La Libertad Avanza (LLA) se constituyó como segunda fuerza partidaria en el territorio bonaerense, y pretenderá revertir el resultado en la elección nacional de fines de octubre. Es un tema a considerar pensando el peso político logrado en la primera vuelta del 2023, lo perdido ahora de lo sumado en la segunda vuelta de aquel año, que había imaginado mantener al subordinar en la absorción electoral del PRO para esta elección de 2025. Asistimos a un nuevo episodio en el proceso de reconfiguración de la derecha en la Argentina. En rigor, del ámbito político en su conjunto emás allá del territorio bonaerense. La primera fuerza fue el peronismo, Fuerza Patria mediante, que habilitó un debate por la conducción y el perfil electoral peronista hacia la renovación presidencial del 2027. El discurso de Axel Kicillof desafió a Milei para un diálogo orientado a la gestión, en sintonía con otros mensajes de gobernadores afines al gobierno libertario, afirmando el federalismo y ampliando el debate sobre la gestión del capitalismo local. La sorpresa de la irrupción de la ultraderecha entre 2021 y 2023 parece haber encontrado un límite en esta elección, en un capítulo que tendrá continuidad a fines de octubre. Se trata de un acontecimiento de masas, que con un 61% aproximadamente de participación interviene en el debate político restringiendo la ofensiva libertaria, aun cuando destacamos la consolidación de una fuerza competitiva electoral con un programa reaccionario por el ajuste y la regresiva reestructuración de la economía, del estado y de la sociedad. Por su parte, la disidencia peronista y radical se hizo presente con “Somos Buenos Aires”, intentando constituir una fuerza intermedia entre la LLA y Fuerza Patria, entre la ultraderecha y el peronismo. La izquierda completa el cuadro de las propuestas que lograron obtener presencia legislativa, en un intento de ir más allá de la tradición trotskista, al abrir sus listas a candidaturas de “Vientos del Pueblo. Un frente por el poder popular”, que integran 8 grupos políticos, algo que se reitera en la elección de octubre. Eso le otorga visibilidad parlamentaria a una expresión importante de la resistencia, con posibilidad de crecer en representación institucional. Economía y política Las dificultades sociales impuestas por la política económica, bajos ingresos populares y del consumo, elevación del desempleo, cierres de empresas y el freno a la economía, se sumaron a los problemas políticos de un gobierno asociado a escándalos de corrupción. En efecto, el caso $Libra, el fentanilo contaminado y los audios del ex titular de la ANDIS, con denuncias ventiladas de coimas y negociados de grandes empresas favorecidos por funcionarios del gobierno, restó expectativas de anteriores votantes o simpatizantes de la propuesta liberal libertaria. Pero no solo es la “política económica” de ajuste, sino el orden económico que venía anunciando el gobierno, de desindustrialización y concentración financiera en el ámbito del negocio especulativo, y una fuerte apuesta al ingreso de inversores internacionales para consolidar el núcleo de acumulación asentado en el sector agroexportador, la energía y la minería. Se trata de una propuesta que deja afuera a millones de personas que, insatisfechas con el orden económico previo, desde la reestructuración iniciada con la dictadura genocida, tienen expectativas por cambios que resuelvan la cotidianeidad de un vivir bien. Esa es la búsqueda que hoy se manifiesta en la votación al peronismo, y a la izquierda, que entre ambas propuestas superan al 51% de las/os votantes. Ahí se abre un debate interesante. Kicillof convocó a ampliar la propuesta actual, explicitando la necesaria participación de organizaciones sociales sindicales y de empresarios. Un interrogante es el alcance o límite de dicha convocatoria a sectores de la política más allá de quienes sustentan sus límites en la gestión del capitalismo. Por su parte, la izquierda está desafiada a construir amplios espacios de protagonismo, con amplitud en la construcción de alternativa política, en defensa de la soberanía alimentaria, energética, financiera, contra la deuda, ampliando el espectro de la perspectiva y posibilidad anticapitalista. La política se dinamiza por acciones de masas y los procesos electorales lo son, desafiando a las fuerzas intervinientes a realizar nuevas interpretaciones de la demanda social en tiempos de incertidumbres globales de un orden capitalista amenazado por la guerra y la destrucción de la naturaleza. Se abre un tiempo de enormes expectativas por cambios, los que estarán atravesados por nuevas presiones por la devaluación y la suba de precios y tasas de interés, próximos vencimientos impagables de una deuda pública eterna, odiosas, ilegítima e ilegal, con más cierres de empresas y renovadas protestas sociales contra la política antipopular de la derecha libertaria y sus cómplices. Buenos Aires, 8 de septiembre de 2025

Fuerte intervención estatal de los libertarios

El gobierno del “libre mercado” interviene fuertemente en la economía para contener el tipo de cambio y los salarios, inducir altas tasas de interés y condicionar a la banca para orientar el crédito al sector público, acrecentando la deuda pública. Son acciones con graves y regresivas consecuencias para la mayoría social, al tiempo que contribuyen a la concentración del ingreso y de la riqueza en sectores minoritarios de la sociedad, agravando la dinámica de la dependencia y extranjerización del capitalismo local. Inflación y corrupción El consenso electoral se gestó por la promesa de bajar la inflación y combatir la corrupción de la “casta” en la política. La inflación bajó gracias a un costo social elevado por el ajuste fiscal y los despidos en el Estado, afectando con ello el gasto social y la satisfacción de derechos de salud, educación y otros. Los principales afectados fueron jubiladas y jubilados, junto al deterioro de la infraestructura ante la nulidad de la inversión pública, federalizando la miseria. El menor registro mensual ocurrió con el índice de mayo pasado, con 1,5%, que sucesivamente creció al 1,6%, al 1,9% y se estima un mayor número para el mes de agosto. Para contener los precios, el gobierno estableció dos anclas: el tipo de cambio y los ingresos populares, salarios y jubilaciones. Al dólar lo frena con una fuerte intervención estatal, más allá del discurso libertario. Desde el Tesoro y desde el Banco Central se ofrecen divisas y títulos para abaratar la cotización, al tiempo que se acrecienta el endeudamiento público. Es una operatoria que podría modificarse luego de un resultado “exitoso” para el gobierno en las próximas elecciones, en la provincia de Buenos Aires y en las nacionales. ¿Qué seria exitoso? Perder por poco en territorio bonaerense en septiembre y sumar legisladores en octubre, que le mejore su capacidad de negociación con la oposición amigable (cómplices) para avanzar en las reaccionarias reformas laborales, previsionales y tributarias en carpeta. A los ingresos populares los deprime interfiriendo en la dinámica de las negociaciones paritarias y reduciendo arbitrariamente salarios estatales y jubilaciones. La corrupción le estalló con el caso $Libra, y muy especialmente con las fuertes sospechas en el área de salud, sea por el caso de las muertes por el “fentanilo adulterado”, como por las coimas enunciadas en los audios del despedido titular de la Agencia de Discapacidad, ANDIS. Este último episodio afecta a la cúpula del gobierno y más allá de cualquier sentencia judicial, el tema se instaló fuertemente en la sociedad. Solo resta verificar el impacto que pueda tener en el consenso electoral. Lo que sí hizo evidente es el enriquecimiento a costa del Estado de ciertos empresarios. Los libertarios propagandearon que el Estado obstaculiza al sector privado y la práctica está demostrando que el Estado capitalista es un instrumento del enriquecimiento de minorías. En la coyuntura se le dificulta al gobierno sostener el “logro” de la baja en la inflación en el imaginario social, tanto como la credibilidad en materia de verdugo de la corrupción estatal. Tasas y deuda Además, condiciona el crédito, subiendo tasas de interés que rondan el 60/70% y eleva el encaje legal a los bancos hasta el 53%, por lo que la banca solo tiene un 47 de capacidad prestable, que, con suba de tasas, orienta su crédito a títulos de la deuda pública. El gobierno aumenta su deuda y condiciona el futuro del país, agravando un tema que viene de arrastre desde la dictadura genocida, empeorado con el retorno del FMI en 2018, la renegociación del 2022 y el nuevo préstamo del 2025. Son cuantiosos los recursos destinados a cancelar intereses de la deuda, los que compiten con el gasto social, crecientemente afectado por el privilegio a la usura y la especulación. Es un horizonte recesivo, agravando los límites al consumo popular por la bajo de salarios y jubilaciones. Además, la práctica del gobierno apunta a capitalizar intereses de la deuda, por lo que puede propagandear su equilibrio fiscal, a tal nivel que esos intereses casi duplican lo pagado por jubilaciones en los primeros siete meses del año. Beneficiarios de la “libertad” La “libertad” que pregonan desde el gobierno es pura falacia y devuelve la realidad de un Estado que siempre interviene. En todo caso, en cada momento hay que indagar quienes son los beneficiados. En la coyuntura del gobierno Milei se benefician los grandes inversores especulativos y el gran capital invertido en el núcleo concentrado de la acumulación capitalista local. Remitimos al sector minoritario agroexportador, de la energía y la minería. Sectores en donde predomina el capital externo transnacionalizado. La gran mayoría afectada debe revertir la situación, lo que demanda además del descreimiento y la desazón, ganar la calle con movilización y organización popular para construir un proyecto político que modifique sustancialmente la ecuación de beneficiarios y perjudicados. Buenos Aires, 1 de septiembre de 2025