Las claves de la coyuntura
política y económica en la Argentina se concentran en la búsqueda de
inversiones externas por parte del gobierno y la escalada del conflicto social
que protagonizan las centrales sindicales y los movimientos populares.
Mini
Davos
Desde el gobierno se prepara una
semana intensa con visitas de 1.500 empresarios de las principales
transnacionales en búsquedas de negocios rentables en tiempos de crisis
capitalista, es decir, de problemas para lograr su principal objetivo: obtener rápidas
ganancias.
El gobierno convocó al “Foro de
Inversiones y Negocios de Argentina”, FINA 2016, un Mini Davos en el Centro Cultural
Néstor Kirchner en Buenos Aires. Es una réplica del encuentro anual en Suiza
desde 1971, pero con objetivos de vender a la Argentina como territorio de
inversión, especialmente para las finanzas, la minería, el petróleo y el gas. El
Ministro de energía difunde un spot donde convoca a invertir en energías
convencionales y renovables, una de las principales apuestas del gobierno ante
los problemas energéticos.
La información oficial está en
inglés, con traducción al español en el sitio de internet: https://argentinaforum2016.com/en/in_the_news
donde se informa “la participación de
más de 1500 líderes empresariales, inversores y figuras políticas del país y el
mundo” y se destacan entre los locales a “Marcos Galperin, fundador de Mercado
Libre; Luis Pagani de Arcor; Paolo Rocca de Techint y Martín Migoya, de Globant”,
y entre los extranjeros a “Román Escolano, vicepresidente del Banco Europeo de
Inversión; Jorge Familiar, vicepresidente para América Latina y el Caribe del
Banco Mundial (BM), Jane Fraser, CEO para América Latina del Citigroup; Joe
Kaeser, presidente y CEO de Siemens y Muhtar Kent, presidente y CEO de The
Coca-Cola Company.” Se completa con el listado de los principales
participantes.
El organizador es la “Agencia Argentina
de Inversiones y Comercio Internacional” creada en 2016 desde el Ministerio de
la Producción para insertar al país en la transnacionalización de la economía
mundial, que en la jerga propia supone atraer inversiones externas y promover
inversiones locales al exterior. Desde allí se estimula el régimen de “Participación
Pública Privada” (PPP), nueva forma que adquieren las privatizaciones en
nuestro tiempo. Ya existe proyecto legislativo sobre la PPP presentado al
Senado de la Nación por el Jefe de Gabinete de Ministros.
Resulta interesante recorrer el
sitio en internet para verificar la oferta de la Argentina desde diciembre del
2015 (asunción de Mauricio Macri), publicitando la oportunidad de ganancias que
ofrece el país, haciendo propaganda del endeudamiento en 16.500 millones de
dólares para cancelar a acreedores externos en conflicto, en señal de voluntad
y garantía de seguridad jurídica.
Allí están puestas las
expectativas para superar la recesión en curso y mostrar mejores datos de la
economía local, lo que en sí mismo no significará mejoras en la condiciones de
vida de la población, por ello es que destaca el creciente descontento social,
que incluye la condena callejera al cónclave empresario de la Asamblea
Argentina mejor sin TLC.
Ascenso
del conflicto hacia el paro nacional
Las secuelas de la gigantesca
Marcha Federal, con una concurrencia al cierre de 200.000 participantes se
hacen sentir en la convocatoria del gobierno a dialogar con la CGT y luego con
las CTA; pero en el mismo sentido se destaca el cónclave de la CGT con parte de
los movimientos populares, toda una novedad, más propio del espíritu de
creación de la CTA en los 90 que del sindicalismo tradicional expresado en la
CGT.
Esos mismos movimientos se
reunieron en la semana con ambas CTA, poniendo de manifiesto la necesaria
articulación de la diversidad de organizaciones y movilizaciones populares. Es
un dato novedoso que intenta superar desde la unidad de acción la fragmentación
política de esa diversidad de organizaciones. El eje de esas conversaciones fue
la construcción de un Paro Nacional. Es el resultado lógico de un trayecto iniciado
en simultáneo con el gobierno Macri de ascenso de la protesta social.
Razones para la protesta social son
muchas y variadas, desde los despidos, las suspensiones, a la inflación y el tarifazo
en servicios públicos. Son medidas que no solo afectan a los trabajadores, sino
de manera creciente a sectores pequeños y medianos del empresariado que liga su
actividad con el mercado interno, por lo que pueden confluir con la demanda por
un Paro Nacional.
Desde el gobierno no hay
respuesta, aunque intenten contener la conflictividad con encuentros cordiales
sin solución efectiva. La expectativa oficialista pasa por la llegada de
inversiones que contengan la pérdida de empleo, del orden de los 120.000
puestos de trabajo según reconoce el propio Ministro de Trabajo.
¿Quién
dirige y con qué rumbo el conflicto?
El gran interrogante es sobre la
conducción política del conflicto social, ya que la escalada social movilizada se
promueve por reivindicaciones inmediatas y concretas, como el ingreso y los
precios.
La cuestión de fondo está en el
más allá, en el rumbo social, cultural y político de la sociedad argentina y su
inserción mundial, lo que supone nuevas y más profundas discusiones sobre el modelo
productivo y de desarrollo.
Se trata de discutir qué
inversiones requiere la Argentina y para promover que tipo de producción y satisfacer
que necesidades y de quienes.
La transnacionalización que
promueve el gobierno profundiza la inserción subordinada, dependiente, de la
economía local en el sistema mundial del capitalismo y es eso lo que debe
discutirse.
Algunos se interrogan sobre como
relanzar la economía local y caen en el callejón sin salida de las inversiones
externas y la lógica de dominación sistémica, sin imaginar nuevas formas de
relaciones económico sociales para satisfacer amplias necesidades sociales.
Es un debate sobre el presente y
el futuro de la Argentina, de la región y del mundo.
Buenos
Aires, 10 de septiembre de 2016
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