El 3 de abril se difundió el informe
del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por su sigla
en Inglés) sobre empresas offshore y fuga de capitales[1]. Allí aluden a información
sobre más de 11,5 millones de registros financieros y legales, que expone un
sistema de “delincuencia, corrupción y maldad, oculto por las empresas offshore
secretas.”
Tal es el escándalo por la
difusión de esa información renunció Sigmundur David Gunnlaugsson, presidente
de Islandia tras las protestas masivas por revelaciones de que había sido
propietario de una empresa offshore con su esposa.[2] La filtración de la
información causó también conmoción en Nuestramérica, especialmente en la
Argentina ante la presencia del Presidente Mauricio Macri entre los
involucrados con empresas offshore en las Bahamas, conocido paraíso fiscal.[3]
Más allá de la filtración y las
sospechas que genera la información[4], lo cierto es que
evidencia la práctica generalizada de la Fuga de Capitales sostenida desde la
facilitación de la circulación mundial del dinero. En un estudio sobre los
tratados de libre comercio, presentado en el VII° ESNA[5] realizado en Montevideo
entre el 31 de marzo y el 2 de abril, se informa que éstos no son “acuerdos
comerciales”, sino “instrumentos de protección de las inversiones extranjeras”[6]. En la presentación se
informa sobre los paraísos fiscales, que son resultado del proceso de
liberalización que empujan los tratados de libre comercio y los tratados
bilaterales de inversión.
Sobre los paraísos fiscales se
informa de la difusión de los mismos en todos los continentes, destacando el
caso del Estado de Delaware, en EEUU, en donde
aparecen “registradas 6.500 empresas. Dos tercios de las empresas del
listado Forbes 500 tienen domiciliada alguna empresa en este domicilio, entre
ellas Ford, American Airlines, General Motors, Coca-Cola y Kentucky Fried
Chicken.” Informa sobre 830.000 compañías registradas en las islas Vírgenes
Británicas, donde la población apenas llega a los 19.000 habitantes. Estiman en
2 billones de dólares “el stock de flujos que salieron hacia paraísos fiscales
entre 1970 y 2011”, y se destaca Brasil con 520.000 millones de dólares, un
160% de su deuda externa; México con 417.000 millones de dólares, un 224% de
sus pasivos externos; Venezuela con 406.000 millones de dólares, 728% de su
deuda externa y Argentina con 399.000 millones de dólares, dos veces su deuda
externa.
Convengamos que una empresa
offshore es parte de la trama de la fuga de capitales y que la fuga de
capitales no puede entenderse sin la complicidad del sistema financiero. No hay
paraísos fiscales sin transnacionalización de la especulación y del sistema
financiero, que tiene en su cúpula el FMI y al Banco Mundial. Una empresa
offshore supone el registro en el exterior de una empresa, pero nadie organiza una
empresa offshore en paraíso fiscal si no es para evitar pago de impuestos en el
país propio o de la inversión. La filtración, más allá de las consecuencias
políticas que supone, habilita a discutir la cuestión de fondo, que debiera reactualizar
el fin de los paraísos fiscales, un tema que estuvo en la agenda del G20 desde
que se auto consideró “ámbito de discusión de la crisis” a partir de sus
inicios en noviembre del 2008.
En rigor, la cuestión de fondo es
el capitalismo, ya que el capitalismo de
época es el delito, el contrabando, la trata de personas, el narcotráfico, la
venta de armas. Son los asuntos, entre otros, que motivan el lavado de dinero y
la fuga de capitales. Se trata de esconder las grandes acumulaciones que generan
socialmente una tremenda brecha entre muy pocos ricos y muchos sectores
empobrecidos. No debe sorprender la existencia de empresas y cuentas offshore
de gobernantes y famosos, ya que se trata de una práctica usual de las clases
dominantes en el capitalismo contemporáneo. Es la forma cotidiana de expresión
del capitalismo especulativo y normal. Para terminar con el negocio offshore
hay que terminar con la especulación y la economía del delito, es decir, con el
capitalismo.
Buenos Aires, 8 de abril de 2016
[2]
Ib.
[3] “Los
políticos y cargos públicos latinoamericanos de los Papeles de Panamá”, en: http://hipertextual.com/2016/04/papeles-de-panama-latinoamericanos
(consultado el 6/04/2016)
[4]
Panama Papers fue financiado por EE.UU. Según Wikileaks la USAID y la OCCRP
financiaron el escándalo de los llamados Papeles de Panamá, en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/mundo/panama-papers-fue-financiado-por-ee-uu.aspx#ixzz454YWFnsq
(consultado el 6/04/2016)
[6] Jorge
Coronado Marroquín. Latindadd. Montevideo, Uruguay, Abril 2016.
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