Cuando me preguntan sobre el
orden económico social del presente no hay más remedio que hacer historia,
especialmente desde el Golpe de Estado de 1976.
El fenómeno visible tiene que
ver con las torturas, los asesinatos, las desapariciones, las detenciones, los
exilios. Todo ello remite al dolor, físico y mental, de afectados directos,
familiares, amigos, compañeros de militancia y destino en la vida. Un poco
menos se visibiliza la desorganización social y política buscada por los
ejecutores materiales e ideológicos del golpe, lo que supone indagar en las motivaciones
del ejercicio del terrorismo de Estado.
Lo esencial de la iniciativa
política de las clases dominantes hacia 1976 apuntaba a reestructurar el orden
económico, social y político de funcionamiento del capitalismo en Argentina,
como parte de un proceso similar en la región. En 1973 en Chile y en Uruguay,
luego en 1976 en Argentina y otros procesos similares en la región darán inicio
al ensayo de restauración liberal del orden social en el ámbito mundial, más
conocido como neoliberalismo. Un ensayo que buscará generalizarse luego con la
restauración conservadora liderada por Thatcher y Reagan en los 90´ y que se
extenderá con renovada fuerza a la ruptura de la bipolaridad entre 1989 y 1991.
De
la defensiva capitalista a la ofensiva
El diagnóstico apuntaba a cerrar
el ciclo defensivo de las políticas keynesianas instrumentadas en el
capitalismo a la salida de la crisis del 30 del siglo pasado y generalizadas,
más allá de matices, luego de la segunda guerra mundial. El carácter defensivo
devenía de la fuerte iniciativa y organización de sectores subalternos que en
Europa podían imitar el ejemplo soviético de construir el socialismo. En EEUU
se necesitaba superar la crisis del 30, surgida desde Wall Street, por lo que
el “new deal” (nuevo acuerdo), con su planificación y diferente papel del
Estado favoreció la construcción de la nueva hegemonía estadounidense en el
sistema mundial, creando las condiciones de la bipolaridad.
La crisis de los 70´ había dado
la vos de alarma de los límites del desarrollo capitalista bajo la orientación
kerynesiana y el gasto estatal pasó a ser el objeto de la crítica de las clases
dominantes. Había que abandonar las políticas defensivas, porque ya afectaba a
la rentabilidad de las empresas dominantes. Bajo esas condiciones se hace
fuerte la restauración del liberalismo, bajo la denominación “neoliberalismo”,
y las matizadas interpretaciones de cómo salir de la crisis de los 70. Es en
esas condiciones que la corriente neoliberal de pensamiento acude como sostén
teórico y formuladores y ejecutores de la política económica de los regímenes
terroristas en el cono sur. Con matices, la escuela de Chicago difunde sus
pensamientos para una política de transformación reaccionaria del orden
capitalista.
En las condiciones de la
Argentina y otros países de la región, se impuso el proceso de desarme del
orden capitalista bajo el formato anterior. Si las décadas previas fueron las
de la industrialización sustitutiva de importaciones, con aliento al mercado
interno y la construcción de un amplio proletariado, especialmente industrial y
por ende una burguesía también extendida en la producción agraria, industrial y
de servicios, la reversión económica suponía la desarticulación social y
política de ese entramado social. Por eso el golpe, las prohibiciones, el
amedrentamiento y la manipulación de la opinión pública y el sentido común
instalado.
La política neoliberal anticipada
en el último tramo del gobierno constitucional (por ejemplo: el “rodrigazo” en
julio de 1975) se consolidó en 1976 con el Plan Martínez de Hoz, expresión del sector
más concentrado de la economía local, cuyos efectos se sienten aún con los
cambios institucionales, estructurales, acecidos desde entonces y muy
especialmente en los años 90´ del siglo pasado. Es la base material para pensar
la liberalización en curso y la inserción subordinada en nuevos tratados de
libre comercio que sellan la presencia de Barack Obama en esta Argentina
gobernada por Macri.
¿Qué
cambió desde 1975/76?
Las relaciones laborales mutaron
sustancialmente, con flexibilización, precariedad, tercerización, subempleo,
desempleo y su correlato en desorganización y de-sindicalización. En materia de
Estado se promovió un fuerte cambio de función, con privatizaciones,
desregulaciones y aliento a la mercantilización de derechos sociales, tales
como la educación y la salud, entre otros. La inserción internacional subordinada
fue la forma de relacionar a la Argentina con el mundo, con tratados de libre
comercio y la extensión de tratados bilaterales en defensa de las inversiones,
tanto como la generalización de la prórroga de jurisdicción soberana, que hoy
se sufre con la sentencia Griesa.
Instrumentos económicos
privilegiados que llegan hasta nuestros días fueron la ley de entidades
financieras y una política monetaria y financiera de subordinación a la lógica
del sistema mundial liderado por los organismos internacionales. También el
régimen de inversiones externas que nos somete a la decisión transnacional
sobre el modelo productivo y de desarrollo, con soja y transnacionales de la
alimentación y la biotecnología; con inversiones mineras para mega minería a
cielo abierto con explotación de bienes comunes y contaminación. Es la
industria de armaduría para la exportación y los servicios privatizados y
altamente concentrados. Es el mecanismo del endeudamiento externo en ciclos
sucesivos adoptados por los gobiernos constitucionales en una continuidad con
el pecado original de la dictadura genocida.
Las clases dominantes en la
Argentina reorganizaron la cotidianeidad del desarrollo capitalista desde el
terrorismo de Estado y ya bajo formas constitucionales de gobierno se someten y
profundizan la institucionalidad heredada. Por eso continúa la prórroga de
jurisdicción soberana, en los acuerdos por nueva deuda, en los contratos con
China y con Chevron. Por lo mismo se afianzan las tendencias aperturistas y
condicionadas de los instrumentos del libre comercio y la subordinación a los
organismos multilaterales. Ese es el sentido de las relaciones internacionales
que se fomentan en el presente, con reuniones y presencias de jefes de Estado
de Italia, Francia, Inglaterra, la Unión Europea, el Foro Económico Mundial, y
claro, con EEUU.
No alcanza con la crítica o la
prédica de un relato que evidencia las motivaciones del golpe genocida del 76, si
en simultáneo no se construyen las bases materiales y subjetivas para una lucha
anti capitalista.
Buenos
Aires, 25 de marzo de 2016
Excelente julio! Para recordar y reflexionar.
ResponderEliminar