El ministro de Economía de la
Argentina anunció el jueves 4 de diciembre pasado el pago anticipado del BODEN
2015, que como su nombre indica vence el próximo año, más precisamente el 3 de
octubre.
La opción incluye el canje por
el BONAR 2024, con vencimiento el 30 de enero de ese año. El atractivo supone
pasar de una tasa de 7% del BODEN 2015 a otra de 8,75% del BONAR 2014, aunque
postergando el vencimiento por una década.
Al mismo tiempo se ofrece una
nueva convocatoria a suscribir BONAR 2024 por unos 3.000 millones de dólares.
Por un lado, se sostiene la
política de cancelar, de desendeudar, vía ofrecimiento de cancelación a los
tenedores de títulos que vencía en octubre del 2015.
Algunos inversores optaran por
cobrar y hacerse de dólares en momentos en que está restringido el mecanismo
para obtener divisas. Son recursos que irán a las cajas fuertes u otras formas
de atesoramiento, o quizá animen el mercado inmobiliario e incluso el pequeño mercado
del paralelo, contribuyendo con esa mayor oferta a reducir la brecha entre el
tipo de cambio oficial y el paralelo, ilegal o blue.
No es la principal apuesta del
gobierno, aun cuando en el discurso oficial, la medida apunta a destacar la capacidad
de pago de la Argentina, sobre todo cuando crece la especulación sobre el
impago continuado en 2015 a los acreedores que demandaron al país en EEUU.
El país confirma su vocación de
pago, de ser “pagador serial”, tal como afirman las autoridades argentinas, que
en estos años de gobiernos kirchneristas cancelaron 192.000 millones de
dólares, según informa la Presidenta Cristina Fernández.
La apuesta del gobierno se
concentra en estirar los plazos de vencimiento, desde el 2015 al 2024, en la
expectativa de que los tenedores del BODEN 2015 acepten el convite del canje
por el BONAR 2024, con mayor rendimiento.
En el fondo, sigue el festival
de bonos, el cáncer del endeudamiento, aun cuando desde el punto de vista del
ordenamiento de pagos, estos se estiran en el tiempo, gobierne quien gobierne
en el futuro.
Desde el próximo año y por 10
años caerán vencimientos de intereses, y al final, el vencimiento total,
problema de gobiernos futuros, similares o diferentes al actual. En rigor, no
solo será cuestión del BONAR 2014, sino de un conjunto de viejos vencimientos a
los que se suman los nuevos préstamos provenientes de China y Francia.
El costo a pagar es del conjunto
de la sociedad, la que verá limitada su demanda por derechos ante reclamos de
tenedores de títulos de la deuda pública.
La especulación financiera
volverá a ganarle a los derechos constitucionales de una paga digna a los
trabajadores estatales, y por cierto a la educación o la salud pública, la
seguridad y ni hablar de los reclamos de los jubilados que confirmarán el achatamiento
de la pirámide de ingresos previsionales.
Por si esto fuera poco, la
Argentina confirma con esta ampliación de la deuda, que retoma el camino del endeudamiento
público, al ofrecer una nueva emisión de títulos públicos, ampliando los
compromisos derivados del BONAR 2024, oportunamente emitido para cancelar a
REPSOL la expropiación parcial de YPF.
Ahora se ofrecen bonos por 3.000
millones de dólares que se suman a la acrecida deuda pública del último tiempo,
con inversores locales en pesos equivalentes a la cotización del dólar al
vencimiento; con Francia y especialmente con china. Es un aporte a las opciones
de financiamiento para ahorristas con capacidad económica y fondos ociosos.
¿Para qué necesita el Estado
estos recursos? Para pagar deuda, entre otras cuestiones. Con lo cual se
confirma el ciclo de más deuda para seguir pagando deuda, comprometiendo
recursos demandados para educación, salud, salarios de estatales, jubilaciones
y variadas necesidades sociales.
Campaña
popular para suspender los pagos
Ante esta situación se requiere
profundizar la campaña popular por la suspensión de los pagos de la deuda y la
conformación urgente de una auditoría popular que investigue la deuda en la
Argentina.
En septiembre del 2014 se votó
la “ley de pago soberano” que incluía la conformación de una Comisión
Investigadora por parte del Parlamento sobre la deuda desde la dictadura de
1976 hasta la actualidad. Se cumplirán tres meses desde entonces y el Congreso
está en mora, y nada indica que cumplirá con su cometido.
Por eso necesitamos ejercer el
derecho soberano del pueblo para organizar lo que las instituciones no realizan.
El próximo año, el 24 de abril
del 2015, se cumplirán 15 años del fallecimiento de Alejandro Olmos, quien denunció
la deuda en tiempos de la dictadura (1976-1983) y lograra el fallo condenatorio
en el 2000, con enunciado de más de 400 fraudes comprobados. Ese es el origen espurio,
ilegal, ilegitimo y repudiable de la deuda pública, que bien puede considerarse
“odiosa”.
Entre la CTA Autónoma y el
Comité de Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, el CADTM, se está
considerando realizar una Conferencia Internacional para analizar el caso
argentino y estimular la campaña por la suspensión de los pagos y la
conformación de una auditoría popular que investigue lo que las instituciones
no hicieron, no hacen y que muy probablemente no hagan.
La propuesta fue llevada a la
Asamblea por la suspensión de los pagos, la conformación de una auditoría de la
misma y en defensa de los bienes comunes. Se trata de un ámbito plural entre
los variados que asumen campañas diversas por cuestiones específicas, contra la
mega-minería a cielo abierto, contra la fumigación de los pueblos asentados en
la cuenca sojera, contra la ley de semillas ajustada a la demanda de Monsanto y
el modelo productivo de re-primarización de la economía,
Todos esos movimientos y muchos
otros, necesitan articularse en una propuesta integradora, que bien pude
subsumirse en una campaña por la suspensión de pagos y defensa de los bienes
comunes.
Se trata de constituir sujeto
colectivo consciente y masivo por otro modelo productivo y de desarrollo, por
otro país, en una agenda más allá de la preocupación electoral y que la
contiene, para modificar la agenda política en el país. Que no solo tenga en
cuenta el programa de las clases dominantes, que contiene las propuestas de las
opciones con posibilidad de gobernar a la Argentina.
Esa Conferencia Internacional que
imaginan desde la CTA Autónoma y el CADTM tiene que ser el punto de partida de
una consulta popular, para que la sociedad argentina, en un gran debate pueda
decidir en que utilizar los recursos públicos.
¿Debe el país seguir postergando
derechos de la mayoría de la población para ratificar sus compromisos con el
sistema financiero internacional?
¿Hay que seguir alimentando el
mercado de la especulación y la danza de bonos que paga el pueblo?
Son interrogantes que se
responden desde la política, desde la acumulación de fuerzas necesarias para
enfrentar la posibilidad de un presente y un futuro con autonomía e
independencia, contra la subordinación y la dependencia que confirma la política
del endeudamiento estructural, sea con desendeudamiento o con reendeudamiento,
tal como ocurre en el presente.
Como en otras ocasiones, el pago
o no de la deuda vuelve a constituirse como dicotomía entre dependencia o
soberanía.
Buenos
Aires, 8 de diciembre de 2014
muy bueno, como siempre
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