Diego
generaba polémica apasionada mientras vivía, y sigue ahora la discusión después
de fallecido. Por un lado, el ídolo deportivo y de millones que se identifican
con su derrotero, de la villa al estrellato, de las necesidades insatisfechas
hasta el derroche y la satisfacción, de su capacidad para impugnar al poder, al
tiempo que comparte espacios con el poder. Por el otro los que resaltan sus
ejemplos disruptivos en la droga y la conducta personal desbordada. El 10
supone un conjunto de contradicciones difíciles de sintetizar en la unanimidad.
Se lo acepta y entiende o no, así de simple. Es más, muchos de los que lo
critican escindiendo sus “cualidades” personales de las deportivas no pasarían
la prueba de la “Junta Harper de moral”, o en otro sentido, “el que esté libre
de pecado que tire la primera piedra”.
El Diego
se murió y mi primera reacción comunicada en las redes fue: “Se nos fue el
DIEGO; qué pena, pero nos queda el recuerdo de su mano contra el despojo ingles
en Malvinas. Manos que fueron estrechadas con Fidel y Chávez para la
emancipación de Nuestramérica, en el No al ALCA y en el recuerdo imborrable del
CHE. Diego: ¡estás en nuestro corazón!”. Creo que fue el mensaje que más emoticones
favorables obtuve en mi trayectoria en redes. Al día siguiente realicé un
comentario sobre Marx, muy importante para mí, pero con 10 veces menos de
repercusión respecto de lo mencionado por el deceso de Maradona. Ídem hoy, en
el recordatorio del 200 aniversario del nacimiento de Federico Engels, el socio
de Marx en la construcción de una teoría y práctica de la revolución. Pero a no
confundir, una cosa es una cosa y no la otra. Vale el homenaje a Engels, los
recordatorios sobre los aportes y vigencia de Marx y su colega de andanzas,
pero Maradona es un ídolo popular de nuestro tiempo.
Un ídolo
que alimenta pasiones de nuestros pueblos. Si, “nuestros”, dicho en plural, lo
que se confirma por las emociones que nos devuelve la calle en su despedida en
la capital porteña, o en Nápoles y muchas ciudades de todo el mundo; o en el
homenaje de los All Blacks con una camiseta negra con la imagen de nuestro 10
(que ya es de muchos más) y en miles de demostraciones más o menos anónimas en
todo el planeta.
A
propósito de los homenajes, comenté ampliamente, más allá de su validez, una
columna del Financial Times, titulada “Maradona’s contribution to monetary
theory”, escrita por Claire Jones el mismo día de la muerte del Diego, y que recoge
el Cronista Comercial[1] como
“La contribución de Maradona a la teoría monetaria. En síntesis, lo que la
autora señala es una intervención del titular del Banco Central de Inglaterra,
Lord Mervyn King, quien en el 2005 utilizó la metáfora de los dos goles del Diego
ante Inglaterra en el mundial de México de 1986, la “mano de dios” y el más maravilloso
gol de la historia de los mundiales. Sobre el primero destaca el carácter de “inesperado”
e “inconsistente”, “contra las reglas”, pero, en definitiva, efectivo. Respecto
del segundo destaca que Maradona se fue casi “recto” al gol, desde su propio
campo, porque no hizo las fintas a izquierda o derecha que los jugadores
británicos imaginaron que haría. El banquero británico está señalando la
inventiva, la creatividad y la sorpresa en el accionar de un jugador, que es
asociable a lo que puede esperarse de un banquero central o una persona que
ejecuta políticas públicas. La lectura me atrapó, porque había estado leyendo
el comunicado de prensa de la Reserva Federal de EEUU[2],
donde curiosamente se cruza con ese análisis del 2005 del banquero inglés.
Maradona
y su muerte permite hacer múltiples lecturas. ¿Qué dice la FED, el Banco
Central de EEUU? Que lo mejor es no hacer olas, que la situación a fines de
septiembre en EEUU no es tan mala como en marzo o abril cuando se desata la
pandemia, ni se volvió a la situación previa. Si el desempleo era 3,5% antes
del COVID19 y había superado el 14% hace poco, ahora estaba en el 7,9%. Mejor
que el pico, pero peor que en el punto de partida. Si ya se visualiza cierta
recuperación económica, dicen, ni las ganancias, ni el empleo sugieren que se
deben bajar las acciones preventivas de estímulo fiscal desde el Estado. Que,
en definitiva, no se debe esperar movimientos bruscos en materia de alzas o
bajas de las tasas de interés, y que hay que seguir con el ritmo de estímulo
fiscal hacia la meta de la recuperación, algo que viene escamoteando el
Congreso estadounidense y la gestión Trump. Es un mensaje gestado antes del
resultado electoral de fines de noviembre, difundido luego de conocida la
derrota de Trump, y por ello, con las expectativas de cambio en el gobierno
estadounidense.
En
2005 el banquero inglés les habla a sus colegas con Maradona como inspiración,
y ahora podemos releer esa lección en una coyuntura critica de la economía
mundial, especialmente en un momento delicado sobre el presente y el futuro de
EEUU. Es algo que hacemos a propósito de lo que desencadena la muerte de Maradona,
o su vida, porque en esos goles bien vivo que estaba. No hay dudas que existe
mucha incertidumbre en el presente, pero lo mejor es tener claro que se quiere
y así como Maradona desde chiquito dijo que quería ganar un mundial y lo hizo,
y su vida fue un desenfreno, que desplegó y arrastró multitudes de veneración,
bien vale para pensar que es lo que quiere cada quien.
Puede
quedar clara la lección para los bancos centrales en el capitalismo y muy
especialmente para la FED estadounidense, de no “hacer olas” en este momento de
incertidumbre, por nuevos rebrotes del coronavirus, por la inminencia de la
vacuna, o por los cambios que se avecinan en EEUU u otros territorios, pero es
interesante para interrogarnos sobre nuestro rumbo.
¿Cuál
es ese rumbo derecho al objetivo de nuestros pueblos? ¿A quién le queremos
hacer el gol? ¿A quién le queremos ganar y para qué? ¿Con qué horizonte?
Por
eso, en mi mensaje inmediato a la muerte del Diego me acordé de la mano contra
el invasor; de la mano estrechada a los líderes de procesos emancipadores y
agobiados por genocidas bloqueos y sanciones unilaterales; de su militancia junto
a los pueblos que luchaban contra el ALCA y las múltiples formas de la dominación.
Con
todos sus defectos humanos, como los que muchos tenemos, bien vale la
recuperación del DIEZ que enarbolan millones de personas en el mundo por su
insolencia contra el poder.
Buenos Aires, 28 de noviembre de 2020
[1]
https://www.cronista.com/internacionales/Financial-Times-la-contribucion-de-Maradona-a-la-teoria-monetaria-20201126-0014.html
Copyright © www.cronista.com
[2] FED. Reserva Federal de
EEUU. Acta del Comité Federal de Mercado Abierto, 4-5 de noviembre de 2020, en:
https://www.federalreserve.gov/newsevents/pressreleases/monetary20201125a.htm
Fue un grande en el fútbol y al igual que otros ídolos, se convirtió en las mentes de muchos argentinos, pero sobre todo en los portuarios, en un dios humano. En un dios superior a Jorge Newbery, Carlos Gardel, Evita, y Juan Galvez. Incluso superior al Gauchito Gil, San Cayetano, San Expedito, y otros miles de dioses denominados santos, a los que el tiempo los fue comiendo, los fue borrando. El tiempo y la tecnologia, la ciencia.
ResponderEliminarAl dios Maradona también se lo va a comer el tiempo pero, en cambio, no lo va a matar la tecnología y la ciencia porque su reinado comenzó y terminó en las canchas de fútbol. Fuera de la cancha, hay que admitir, no fue superior a Evita, ni a Kirchner, ni al Ché. Evidentemente son cosas distintas, más parecida a Carlos Gardel y Juan Galvez.
Hay que reconocer que el Diego era "distinto" tal como se dice en el mundo del fútbol al que no pertenezco, de ahí mi posición. Era como un niño al que había que protegerlo. Era como un gigante al que había que respetar e idealizar. Era un producto de la prensa. Diego era todo. De ahí, entonces, que en las mentes de tanta gente, sobre todo futbolera, se lo convirtió en un nuevo dios del Olimpo, ya no sólo argentino en el que están Goyeneche, Pichuco, la Negra Sosa, etc. sino que forma parte del staff del Olimpo internacional.
Otra cosa. Nosotros, los viejos, recordamos el fútbol de potrero el que Diego siguió jugando también en el fútbol profesional, en el fútbol capitalista. En el fútbol de potrero, cada uno, de acuerdo o a pesar de sus habilidades, queríamos ser un Diego que aún no existía. Personalmente quería ser aquel Antonio Roma que jugaba en Ferro. Otro quería ser Marzolini, Artime, Grillo, etc.
Por eso, todos nosotros, sin hacer caso a la prensa, reconocíamos al Diego de las canchas y al compararlo con otros diez, no dudámos en quedarnos con este.
La última.
Nueva ecuación numérica: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, DIEGO, once, doce... Creo que todo el mundo está de acuerdo, inclusive los árabes.
Un abrazo, Julio
Fue muy hábil para manejar la pelota pero no supo jugar en equipo. Fue un fracaso como entrenador de la selección en 2010.Como persona fue un desastre.
ResponderEliminarEn el fútbol hubo mejores que él como Afredo Di Stéfano, como jugador y como entrenador y Arsenio Erico como jugador. Como persona Arsenio Erico fue generoso (compartió algunos premios que recibía con el resto del equipo) y respetuoso de la palabra dada: rechazó una oferta de River muy superior a la de Independiente porque ya había dado su palabra a Independiente.
Maradona, fue lo que se llama un tiro al aire. No es un ejemplo para la juventud ni como persona ni como deportista. Levantar su figura es populismo barato. Que lo use el Gobierno para sus propios fines se puede entender.