La
recesión genera preocupaciones múltiples, tanto al sector privado como al
público, más aún, al conjunto social empobrecido, afectado por un regresivo
impacto social ante la disímil capacidad de asimilación de las personas, según sea
su capacidad de ingreso regular o por la riqueza acumulada. En este sentido, no
es lo mismo ser parte en la Argentina de la docena de millones de personas que
solicitaron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de 10.000 pesos mensuales,
que integrar la cúpula privilegiada de las 12.000 fortunas apuntadas como
potenciales sujetos de un tributo especial para atender la emergencia. Resulta
interesante la comparación ya que el estimado de recaudación del impuesto sobre
12.000 fortunas alcanzaría para satisfacer el IFE por 2 meses de 12 millones de
personas.
Así
visto el tema, la preocupación por la recesión tiene sentidos diferentes, según
el papel que se ocupe en la organización de la producción, en la propiedad de
los medios de producción o no, tanto como el lugar que se ocupa en la
distribución del ingreso, definitorio a la hora de resolver la capacidad de consumo
y por ende satisfacer necesidades. En la gestión del asunto se encuentra el
Gobierno, que intenta mostrarse equidistante de las diferentes presiones para
resolver un tema complejo y contradictorio, que llevó a la falsa dicotomía
entre salud o economía. La insustentable crítica a la ausencia de respuestas
económicas por privilegio a la salud no incluye las consideraciones más generales
de una recesión que trasciende y precede a la pandemia, tanto como que el deterioro
de la salud responde a procesos deliberados de destrucción del derecho a la
salud por décadas, desde una concepción que privilegió el negocio de la salud
vía privatización y mercantilización de la misma.
Un interrogante
remite a por donde pasa la preocupación gubernamental, la que puede intuirse en
los variados encuentros, algunos ampliamente publicitados, con diferentes
actores económicos y políticos. Se privilegia entre los primeros a principales
referentes del gremialismo empresario (rural, industrial, servicios) y sindical
(CGT), pero también entre los segundos, con responsables de la gestión
provincial, sean oficialistas o de la oposición. ¿Qué pasa con la sociedad no
expresada en la representatividad (cuestionada y cuestionable) empresarial y
sindical, incluso política? Es cierto que el sistema republicano supone los
procesos electores y la institucionalidad vigente, incluso en el ámbito social
empresarial y sindical, fuertemente criticado por millones que nos sugieren una
crisis de representación política y social.
La
reflexión apunta a no quedarse solo en consideraciones de evolución negativa de
las cuentas públicas, sino a atender un clima social de crítica política, que
admite proyectos confrontados entre quienes defienden la lógica de la propiedad
privada, la apropiación concentrada del producto social y quienes sustentan la
potencialidad de un rumbo alternativo, incluso de confrontación con el régimen
del capital. Los descontentos son diferentes según el punto de partida que se
defiende. No es lo mismo quien demanda superar la cuarentena para restablecer
la condición de posibilidad para normalizar la producción de ganancia, que
aquellos que sustentamos transformaciones orientadas a una nueva normalidad con
base en la autogestión y la organización comunitaria, social y no lucrativa de
la actividad económica, pensada en resolver necesidades de la población más
empobrecida.
El COVID19 se extiende en la región y agrava la crisis
económica
Todo
ocurre en el marco del agravamiento de la pandemia en el país y en la región.
América es el epicentro del coronavirus en el presente, con EEUU encabezando los
registros de infección y muerte, y creciente protagonismo de la región
latinoamericana. Brasil se destaca detrás de EEUU, segundo en infectados y
fallecidos, pero Perú y Chile con poca población ocupan los primeros lugares
por cantidad de infectados y México sobresale por los fallecidos. Entre los 15
países con mayor cantidad de fallecidos por COVID19 cada 100.000 habitantes, 7
son americanos: EEUU (41,15), Chile (36,21), Perú (35,95), Brasil (33,61),
Ecuador (29,45), México (27,09) y Canadá (23,8). Encabezan el listado: Bélgica,
Reino Unido, España, Italia, Suecia y Francia.[1]
Argentina
ya superó en contagios a China y a limitado con medidas preventivas los casos
fatales, pero sin el pico de afectación las restricciones económicas generan
las preocupaciones ya señaladas. El problema a dilucidar es por donde se sale
de la situación económico y por eso no alcanza con la relevancia y profundidad
de la recesión económica, sino se apunta a una fuerte consideración crítica del
modelo productivo y de desarrollo para reorientarlo en otro rumbo, que
intentando superar la coyuntura de miseria e incertidumbre en una parte
importante de la sociedad, pueda encaminar un nuevo camino de organización
económica de la sociedad.
Los
datos oficiales provistos por el Instituto de Estadísticas del país son
elocuentes sobre la realidad.[2] Si
bien los indicadores de mayo del 2020 de producción industrial manufacturera mejoran
un 9% sobre los de abril, acumulan un -16,3% entre enero y mayo del 2020 respecto
al mismo periodo de un año atrás, y un -26,4% respecto del mes de mayo del
2019. Aun creciendo la actividad industrial en mayo, algo que incluso puede
reiterarse en junio, ante aperturas parciales en varios territorios del país
derivadas del levantamiento progresivo de las políticas de “aislamiento”, la
situación es grave.
Esos
repuntes son en el marco de una profunda caída de la producción industrial, que
podría ser momento adecuado para re-pensar el sector productivo manufacturero
en el país. Mucho más si se asume el otro dato ofrecido por el INDEC relativo a
la situación “cualitativa” del sector industrial.[3] En
la encuesta cualitativa se señala que 4 de cada 10 establecimientos industriales operaron
con normalidad, por lo que los otros 6 tuvieron distintos tipos de
anormalidades. Algunos, pudiendo abrir no tuvieron condiciones para la asistencia
de sus trabajadores y trabajadoras; otros presentaron inconvenientes de
abastecimiento de insumos; otros con dificultades para colocar la producción.
Son situaciones de logística, de mercado o financieras. Los inconvenientes
ocurren más allá de las facilidades crediticias, fiscales e incluso asistencia
salarial proveniente del sector estatal.
El marco
internacional
No son buenas las señales que provienen del
mundo, muy especialmente en lo que atañe a las discusiones locales sobre la
inserción internacional de la Argentina. Una cuestión es la negociación
relativa al endeudamiento público del país con acreedores privados y otra con
el FMI. El propio gobierno condicionó toda política económica a la resolución
de un acuerdo con los Fondos financieros que gestionan inversiones en deuda
pública en divisas y de legislación extranjera. De hecho, no hay presupuesto
2020 y la gestión funciona en el marco de la emergencia sanitaria y económica,
dónde los destinos a satisfacer vencimientos de deuda, aun en default, son
cuantiosos, superando los desembolsos orientados a paliar la crítica emergencia
de millones de personas.
Las declaraciones públicas sugieren disposición
negociadora entre el Gobierno y el FMI, que como sabemos, EEUU es el principal
socio, quien en definitiva resuelve. Así ocurrió para otorgar el insustentable
préstamo por 57.000 millones de dólares al gobierno de Mauricio Macri, y todo
indica que desde allí viene el registro favorable para un acuerdo de negociación
de las condiciones de cancelación de los desembolsos por 41.500 millones de
dólares. De todas maneras, es una cuestión a develar más adelante, luego que
finalicen las negociaciones con los fondos financieros, toda una incógnita. Con
estos, lo concreto es la dilación. Se anunció que en marzo pasado estaría todo
resuelto. Pasado un trimestre el tema sigue abierto, por ahora hasta el 4 de
agosto próximo y quién sabe si habrá “fumata”.
Argentina negocia y consuma la cesación de
pagos parcial, mientras cancela una parte de la deuda, que según la información
oficial alcanza a más de 3.200 millones de dólares en el primer trimestre del
2020. En estos meses de negociación la propuesta de pago es cada vez más
favorable a los tenedores de los títulos de la deuda, pese a una situación de
incertidumbre en el mercado mundial y una deuda pública en suba inusitada.
Entre los más duros negociadores externos se encuentra el Fondo Black Rock, que
actúa como agente financiero del Tesoro estadounidense, el Ministerio de Economía
de la potencia imperialista.
Lo curioso es este doble juego de la burocracia
estadounidense, favorable a una negociación desde el FMI y cuestionadora desde
los acreedores privados.
En rigor, es un trabajo en pinza sobre el país,
que termina en ajuste económico de las cuentas públicas de la Argentina. Los
del Fondo quieren cobrar y no tienen problema de inducir quitas a los tenedores
privados de la deuda, al tiempo que estimulan cambios estructurales favorables
a la inversión privada en términos generales, sean las reaccionarias reformas
laboral o previsional.
La política de EEUU sostiene su interés de
dominación en el organismo internacional, ahora trasladado al BID, con una
Argentina que no validó la propuesta estadounidense, que por primera vez aspira
a presidir la organización de financiamiento. Una movida que evitó que el
candidato argentino, Gustavo Béliz, vinculado históricamente a la Iglesia,
pudiera disputar el máximo cargo de gestión del Banco regional.
Más aún, Donald Trump y Andrés Manuel López
Obrador tuvieron su bilateral, con foto y declaraciones amigables que no
favorecen una estrategia crítica a desplegar desde Nuestramérica hacia EEUU,
algo que tuvo su auge hace una década, con procesos de integración alternativos
que excluyeron a EEUU y Canadá de la integración regional.
Incertidumbres
políticas
Sean las señales locales de recesión e impacto
social regresivo en la mayoría de la población empobrecida, o por la dinámica
desfavorable de una situación mundial, también recesiva, agravada con una pandemia
sin vacuna en el horizonte cercano, la incertidumbre crece en el país.
El dato relevante es una Argentina rodeada por
gobiernos de derecha en el marco de una fuerte ofensiva del capital, que
incluso se apresta a reformar, a favor de las patronales, la media sanción de
la legislación sobre teletrabajo, que curiosamente se aplicaría 90 días después
de levantada la cuarentena, poniendo en duda la urgencia de su necesidad y
confirmando la necesidad de condicionar cambios regresivos en la relación
laboral.
Crece el descontento y habilita el interrogante
sobre que desconformidades se atenderán en primer lugar. El interrogante no es
solo para las autoridades, sino en el marco del conflicto social, latente o
explicito, remite a la sociedad en su conjunto.
¿Qué presión pesa más, la de los banderazos, ampliamente
publicitados por medios de comunicación hegemónicos, en defensa de la propiedad
ante amenazas de intervención a Vicentín, o las de aquellos, ninguneadas por los
medios, que demandan desalojar de la gestión empresarial a los delincuentes que
estafaron a productores agrarios y al fisco?
¿Qué pesa más en las definiciones políticas, la
voluntad negociadora y de pago de una deuda odiosa, ilegitima, e ilegal, o la suspensión
de pagos y una auditoria con participación popular?
Se trata de pensar la economía y la política
entrelazados, en un momento complejo donde las opciones ante la incertidumbre
exigen definir marcos de alianzas adecuados para resolver problemas históricos,
de la coyuntura y más allá, todo un gran desafío para quienes imaginamos la
posibilidad de rumbos alternativos, en contra y más allá del orden capitalista.
Buenos Aires, 12 de julio
de 2020
[1] rtve. Coronavirus, en: https://www.rtve.es/noticias/20200709/paises-muertos-coronavirus-poblacion/2012350.shtml (consultada el 11/07/2020)
[2] INDEC. Índice de producción
industrial manufacturero. Mayo de 2020, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipi_manufacturero_07_201822E20A12.pdf
(consultado el 12/07/2020)
[3] INDEC. Encuesta cualitativa
de la industria manufacturera durante la emergencia sanitaria. Mayo de 2020,
en: https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/economia/encuesta_cualitativa_industria_covid_07_20.pdf
(consultada el 12/07/2020)
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