Crecen los precios, congelan ingresos populares y dicen que baja la pobreza


El combo de evolución de precios y restricciones a los ingresos populares es contradictorio con los datos de evolución de la pobreza y la indigencia según los datos oficiales.
Aún no existen datos fehacientes sobre crecimiento de precios para marzo, pero los pronósticos oscilan entre 2 y 2,5%, con un registro trimestral cercano al 50% de la proyección oficial para todo el 2018: un 15% incumplible.
El propio BCRA indica proyecciones para el año cercanas al 20% de inflación, contra una actualización de ingresos salariales que se pretende no superior el 15%.
Acaba de anunciarse un incremento del 40% en la tarifa de gas y nuevos ajustes en transporte, energía y combustibles, con un acumulado en dos años de gestión Macri que supera cualquier actualización de salarios, jubilaciones o subsidios a sectores desprotegidos.
Queda claro que se proponen eliminar subsidios a servicios y legitimar su mercantilización, en coincidencia con la expectativa de ganancias de propietarios extranjeros transnacionalizados.
Toda concepción de derecho sucumbe a mano de la mercantilización de los servicios públicos privatizados.
La proyección es de continuidad del incremento de tarifas, por lo menos durante el primer semestre del presente año, por lo que auguran una tendencia a la estabilización de precios y tarifas sobre el cierre del 2018.
Es algo que habrá que verificar, especialmente de cara a la conflictividad y las protestas emergentes de los aumentos en curso.
Resulta muy curioso que al mismo tiempo que escalan los precios, que como sabemos discrimina regresivamente a los más empobrecidos, el INDEC informa de una caída porcentual de la pobreza e indigencia por ingresos.
Ahora serían pobres el 25,7% de las personas que habitan la Argentina, y los pobres indigentes alcanzan al 4,7% según el INDEC.
En esta línea, la Canasta Básica Alimentaria que define la línea de indigencia alcanza los 6.665 pesos mensuales y el promedio de ingreso de éstos es de 4.061 pesos al mes.
La Canasta Básica total que explica la línea de pobreza es de 17.223 pesos mensuales y el ingreso promedio de las personas bajo esta situación es de 11.114 pesos al mes.
Algunos se interrogan sobre la evolución de los indicadores de pobreza e indigencia en el corto plazo, a la luz de la renovada suba de precios, no solo en servicios, sino también en alimentos, o lo que se denomina la inflación núcleo, es decir, aquella no asociada a los precios regulados.
¿Es sostenible un discurso de reducción de la pobreza e indigencia con la inflación actual o próxima?
Más allá de las discusiones relativas al método aplicado por el INDEC para el logro de estas mediciones, sobresale aún en esas cifras presentadas como positivas, el casi 40% de pobreza entre los menores de 14 años, lo que habilita otras discusiones sobre el presente y el futuro del país.
La especulación define la economía
El debate sobre la pobreza existe en un marco de consolidación de una política económica con privilegio a la especulación financiera.
Para prueba basta señalar la intervención del BCRA, que en el mes de marzo vendió más de 2.000 millones de dólares de las reservas internacionales para sostener el precio de un dólar en 20,50 pesos.
¿Vender reservas al mercado financiero es lo único que se puede hacer con recursos de las reservas internacionales? ¿Podrían tener el destino en inversiones productivas que se imaginan para los capitales externos?
Al mismo tiempo, el Banco Central mantuvo la tasa de interés en 27,25% para las LEBAC, con el argumento de frenar el alza de los precios.
Les preocupa la escalada del dólar y por eso se estimulan tasas en alza que alejan cualquier destino productivo del crédito y expansión de la actividad económica, que crece de manera sesgada.
En efecto, es notoria la expansión de la construcción, la actividad inmobiliaria y de las finanzas, a los que se suma el agro, el motor de la economía en palabras de Mauricio Macri.
Los datos no son determinantes para un crecimiento sostenido y por eso en el mensaje presidencial ante los parlamentarios en la inauguración del año legislativo se aludió a un crecimiento “invisible”, el que se manifiesta en empleos de baja calidad y deficiente seguridad social asociada.
El país continúa siendo sostenido por el endeudamiento público, hipotecando el presente y el futuro, mientras la política económica depende del ingreso de capitales externos, precisamente cuando el Ministro de Energía explica que en la medida que crezca la confianza expatriará sus activos en el exterior.
Por eso, la esencia de la política gubernamental es el ajuste en los ingresos populares, controlando las negociaciones colectivas para limitar salarios de trabajadoras y trabajadores en paritarias, los que condicionan otros ingresos de contratados de manera irregular.
Inmensas ganancias por operaciones financieras y concesiones desde el origen a sectores hegemónicos de la producción y la exportación, contra ingresos deteriorados de una parte mayoritaria de la sociedad.
Eso sí, con indicadores que favorecen un discurso para la disputa del consenso político de la sociedad.
Buenos Aires, 30 de marzo de 2018

Volvió el FMI y destaca el rumbo económico de Macri


Volvió el FMI a la Argentina y como era previsible, lo hizo con elogios al rumbo económico del gobierno Macri. En dichos de la titular del organismo Christine Lagarde, sostuvo que "Los dos primeros años del gobierno de Macri han sido asombrosos" y puede pensarse a contramano de la funcionaria en el récord de endeudamiento público, la suba del desempleo y caída del poder adquisitivo del ingreso popular, pero no, la sinceridad de la funcionaria alude a la vocación por la liberalización de la economía local.
Poco importa que la inflación de febrero fuera del 2,4% y se acumule un 4,2% para el primer bimestre, con un anualizado superior a la inflación del 2017 y un pronóstico difundido por el BCRA muy cercano al 20%, por encima de las metas de inflación del 15%, establecida en diciembre del 2017. Además, la inflación mayorista marcó 4,8% para febrero, 9,6% para enero y febrero, con un registro anual del 26,3%. Estos precios se asocian a futuros incrementos del costo de vida que sufre la población, sin perjuicio de lo cual se insiste en negociaciones salariales que no superen la pauta oficial del 15%.
Para el FMI lo que importa es el rumbo de la política económica, favorable a la rentabilidad de las empresas y a las necesidades de los inversores internacionales. Coincide con ello el delegado estadounidense al cónclave financiero y económico del G20 en Buenos Aires. Si el rumbo económico supone alguna restricción de consumo y satisfacción de necesidades de muchos, es otro problema, o problemas de otros…, que es lo mismo.
El FMI asiste a una de las reuniones previas de la Cumbre del G20 a realizarse en noviembre y diciembre en la Argentina. La coordinación del G20 por el gobierno Macri explica el carácter de anfitrión para el cónclave que convoca a los organismos internacionales y a los ministros de hacienda, finanzas y economía, como de los presidentes de la banca central de los países miembros del selecto grupo, cuya cumbre presidencial tendrá cita en el país sobre fines de año. Dujovne se vanagloria del lugar asignado al país, como parte de una lógica de subordinación a la dominación mundial que sustenta el libre movimiento internacional de los capitales, aun cuando el proteccionismo vuelve a ser discurso entre los principales países del capitalismo mundial, especialmente en EEUU.
¿Qué se puede esperar de estas y otras reuniones preparatorias del G20?
En primer lugar la búsqueda de interés y consenso de la sociedad. El razonamiento del poder apunta a señalar la importancia de la Argentina actual, en quien el mundo capitalista desarrollado confía como territorio adecuado para la preparación de la discusión anual en términos económicos sobre el sistema mundial.
Entre otros aspectos, les preocupa el “el futuro del trabajo”, con una respuesta previamente establecida de ajuste a las trabajadoras y trabajadores, ya que la conclusión anticipada pasa por las reaccionarias reformas laborales y previsionales, que quitan derechos e ingresos a las trabajadoras y a los trabajadores.
No solo se trata de orientaciones para el país, sino que se repiten en todo el planeta. La realidad según las estadísticas de la OIT es de crecimiento del desempleo y la precariedad del empleo, con baja de salarios y pérdidas de derechos laborales. ¿Eso es lo que preocupa al FMI y a los líderes del G20? Queda claro que lo que interesa es la reducción del costo laboral dentro del costo de producción, todo para atender la necesaria expansión de la ganancia empresaria a costa del ingreso de trabajadoras y trabajadores.
Por eso celebran el cierre de discusiones paritarias por debajo del 15% y tratan de descalificar el conflicto social y sindical que promueve la ruptura de esa restricción, solicitando actualizaciones vinculadas a la realidad de la suba de los precios. Es una batalla desigual, donde además del poder económico de los grandes capitales, se intenta ampliar el consenso social crítico hacia los ingresos salariales, apuntados como responsables de la inflación.
En consecuencia, se pretende explicar que la solución al problema del déficit fiscal y de la inflación pasa por la contención de la actualización salarial. Solo si se avanza por ese rumbo puede frenarse el problema del costo de la vida, y una vez estabilizada la economía se podrá pensar en mejoras de los ingresos populares. Toda una falacia que posterga para el futuro imposible la satisfacción de las insatisfechas necesidades del presente.
La discusión es por el sentido común de la sociedad, entre una tendencia que reproduce la lógica del capital hegemónico por la liberalización y contra los ingresos de la mayoría, mediados por una labor ideológica y propagandística de los principales medios de comunicación, y una desigual construcción de contra sentido favorable a los intereses económicos de la mayoría.
Claro que esa tensión debe superar el marco del debate en la coyuntura para encontrar sentido en el rumbo estratégico que elogia el FMI y los principales representantes del capitalismo mundial de visita en la Argentina. Remito a la discusión sobre el propio capitalismo, que reproduce la lógica de la ganancia y la explotación más allá de la buena voluntad de cualquier opinante.
¿Es posible constituir el debate sobre el orden económico, sobre el capitalismo?
Es obvio que no es sencillo, ya que la cotidianeidad reproduce la “inevitabilidad” de la lógica del capital. El enigma del capital, al decir de David Harvey, supone esa reproducción constante más allá de la voluntad de cada individuo o colectivos humanos. El capitalismo no es eterno o un destino prefigurado desde hace años, sino una forma de organización social, que será tan transitoria como lo defina la propia sociedad.
Por eso, el problema es el G20 y sus recetas, las que asume el FMI para todo territorio y todo momento, las que contactan con el diagnóstico y los propósitos del Gobierno Macri, que contrario a lo que algunos sostienen, más allá del gradualismo o del shock, el rumbo asumido en Argentina es el camino deseado para transitar la etapa de inserción subordinada en el sistema capitalista mundial.
Buenos Aires, 18 de marzo de 2018

La lucha contra la discriminación de género y el proteccionismo yanqui como novedades políticas en la coyuntura


El movimiento de mujeres ganó nuevamente la calle y con ello tiñó la discusión política contra la discriminación de género a todo nivel.
Se destacó la importante presencia del movimiento sindical y sus reivindicaciones más generales por el salario, en momentos en que las patronales y el Gobierno en Argentina pretenden establecer un techo a la recomposición de los ingresos populares.
Los datos sobre impacto económico hablan por sí solos y si el desempleo al tercer trimestre del 2017, último dato disponible es del 8,3%, para los hombres alcanza al 7,3 y a 9,5 para las mujeres.
Con ello, una de cada 10 mujeres está desempleada. Se agrava la situación para menores de 29 años, con 19,5% de desempleo de mujeres, o sea, dos cada 10.
Si se mira el lugar de las mujeres en puestos empresariales solo el 34% de los cargos de Dirección son ocupados por mujeres, el 39% de las Jefaturas intermedias. Se destaca el 54% en puestos administrativos, lo que verifica el papel subordinado asignado a la mujer en el mundo empresario.
Respecto de los salarios, las mujeres perciben un 26,4% menos que los hombres. Todos los datos son ofrecidos por el IEF-CTAA y tomados del Indec y el Ministerio de Trabajo.
No solo ocurre en el ámbito de la economía, sino que el colectivo de mujeres artistas denunció en estos días que la exposición de mujeres en diferentes ámbitos del arte es apenas del 20% respecto de una oferta mayoritariamente masculina.
Resalta en ese plano la protesta en el Bellas Artes con un apagón diario de media hora donde solo se iluminan las obras firmadas por mujeres, obvio, la minoría.
La protesta y movilización del 8M con paro mundial incluido, iniciativa local que se asume crecientemente en todo el mundo, incluye diversas reivindicaciones con factor común contra la discriminación de una cultura patriarcal que subordina el papel de la mujer en todos los terrenos de la cotidianeidad.
El movimiento de la mujer se ha constituido como una gran novedad en el escenario político y sus demandas terminan impactando a todo nivel, por eso desde el propio oficialismo en la Argentina surgen iniciativas por la igualdad de ingreso, más allá de sus posibles materializaciones e incluso la discusión por la legalización del aborto.
Toda apertura al dialogo contra la discriminación, por muy amañado que sea, supone un triunfo del movimiento popular y feminista en particular por la democratización de las relaciones sociales, que tienen en el ámbito económico un lugar sustancial.
Proteccionismo de Trump
Asistimos a un tiempo de muchas novedades, entre las cuales destaca el proteccionismo estadounidense, ahora con aranceles del 10% al aluminio y 25% al acero.
Solo para el caso argentino supone negocios obstaculizados por unos 700 millones de dólares anuales. El perjuicio se extiende a otras latitudes, claramente a China, Brasil y países europeos. Estos últimos amenazan con represalias a productos estadounidenses en lo que ya se considera una guerra comercial.
El Presidente de la Argentina pidió a Trump que la Argentina se beneficie con la excepción del recargo, tal como los socios del norte: Canadá y México. Por boca del ejecutivo yanqui nos informamos que la ocasión sirvió para que Argentina se comprometa más en la avanzada de EEUU contra Venezuela.
No tiene que sorprender el proteccionismo de Washington, ya que es una réplica histórica de la defensa de sus propios intereses, más ahora con el lema “America First” sustentado por Trump.
EEUU pretende recuperar hegemonía perdida y disputada ya no solo por Europa y Japón, sino por China y su alianza con Rusia y desde allí toda la estrategia global por desplazar al dólar del centro de la escena mundial, por lo que no solo debe hablarse de guerra comercial, sino también monetaria.
Interesa el tema ante el temor de una nuevo explosión de la burbuja financiera o inmobiliaria con impacto mundial más grave y oneroso que la acontecida entre 2007/2009.
Para el caso argentino no hay novedad, ya que el antecedente cercano y vigente es la obstaculización al ingreso de biodiesel al mercado estadounidense por 1.200 millones de dólares anuales, y aun con cifras menores, ocurrió con la exportación de limones a EEUU.
El discurso hegemónico es por el libre comercio, pero es solo discurso, ya que desde el origen, tanto Inglaterra como EEUU en el marco de la teoría de las ventajas comparativos sostenían la libertad de comercio en conjunto con tradicionales políticas de protección a la producción nacional en sus territorios.
No debiera sorprender la subordinación discursiva por el libre comercio de los gobiernos en la región, ya que lo hacen desde una convicción ideológica e intereses no asociados al bienestar general de la población.
Novedades y transformación
Las novedades políticas pueden contribuir para una perspectiva de lucha por la emancipación.
No hay duda que el 8M contribuye en una perspectiva liberadora, aun con contradicciones diversas que puedan manifestarse en el seno del amplio movimiento contra la discriminación de género.
Pero también puede ayudar la novedad del Trump proteccionista para evidenciar la política estadounidense que establece la primacía del interés local, aun cuando otros sectores hegemónicos en EEUU o en otros países lo critiquen.
Sea con proteccionismo o con librecambio, la estrategia nunca es a favor de la independencia de los pueblos, por lo que siempre se afecta la soberanía popular.
La transformación social es una posibilidad, siempre que avance una estrategia popular por la liberación, tal como avanzan las reivindicaciones del movimiento contra el patriarcalismo, que puede y debe contactar con otras manifestaciones contra el colonialismo, el imperialismo y el capitalismo.
Buenos Aires, 10 de marzo de 2018

Crecimiento invisible y la zanahoria de la visibilidad a futuro


El “crecimiento invisible sucedió” sostuvo Macri en el discurso inaugural del año legislativo, como parte de una promesa para “crecer 20 años en forma consecutiva” enunciada hace un año.
Como ya es reiterado en sus comunicaciones por dos años, el Presidente insistió en que “lo peor ya pasó y ahora vienen los años en que vamos a crecer”.
La realidad es que la Argentina apenas recuperó a fines del 2017 la situación lograda en 2015, un tiempo enmarcado en condiciones de desaceleración de la economía desde el 2012, luego de la difícil situación del 2009 (recesión mundial con lógico impacto regional y local) y un repunte en el 2010/11.
El crecimiento es reducido entre 2012 y 2017, con lo cual, la perspectiva de arrastre de mediano plazo y el presente no es muy elocuente, máxime que desde el gradualismo gubernamental nada augura un boom económico en el corto plazo.
Aclaremos que un boom supondría:
a) el crecimiento de la Inversión con el consiguiente impacto en empleos regularizados y pagados de modo de satisfacer necesidades de las nuevas trabajadoras o de los trabajadores. El propio discurso presidencia destaca el aumento del empleo, que es pobre y de baja calidad en materia de seguridad social y no cubre la expansión vegetativa de la población;
b) la expansión del Consumo popular masivo, no solo de sectores de ingresos medios y/o altos;
c) o la confirmación de un saldo positivo de la balanza de pagos, especialmente por mayores exportaciones que importaciones y saldo favorable para el país del flujo de divisas, con lo curioso del mensaje a favor del turismo, ocultando que son más las divisas que salen por turismo argentino al exterior que las que ingresan por turistas extranjeros que visitan el país.
No existe esa perspectiva de boom y será por ello que Macri alude a un crecimiento invisible, el que se visibilizaría en un futuro, ya que lo peor ya aconteció.
Es verdad que la macroeconomía destaca un 2,8% de crecimiento en el 2017, con los últimos meses del año y el comienzo del 2018 desacelerando, tal como anticipan las estadísticas oficiales del INDEC.
Beneficiarios y perjudicados del crecimiento
Más importante aún resulta señalar que los beneficiarios del pobre crecimiento se reconocen en beneficios a escasos sectores altamente concentrados, entre los que sobresalen quienes viven de la especulación financiera o asocian sus ingresos a la producción de exportación, agraria e industrial.
En síntesis, acreedores de la deuda pública y grandes productores, empresarios y exportadores son los beneficiarios del crecimiento, y en la otra vereda, una mayoría de la sociedad con ingresos fijos por salarios, beneficios previsionales o ingresos por seguridad social, todos devaluados por una inflación que transfiere ingresos desde la mayoría social a la cúpula social en capacidad de definir precios.
No es el mejor momento económico de la Argentina, analizan algunos al considerar el contexto del discurso presidencial para inaugurar el año legislativo.
Lo real es que el gobierno de Macri avanza con el ajuste que discrimina a sectores de menores ingresos al tiempo que intenta y/o avanza con regresivas reformas estructurales. Ya lo hizo con la baja de jubilaciones y por ahora no puede con los convenios colectivos y la legislación laboral, pero ese es el eje de su política, presentada como gradual ante los límites que imponen la organización y lucha social, de larga trayectoria en la Argentina.
Hoy son los docentes el conflicto visible y en el corto plazo varias categorías de trabajadoras y trabajadores no dispuestos a resignar derechos y capacidad adquisitiva del salario. Mientras, el discurso oficial se orienta a su base sociopolítica electoral para difuminar vía medios de comunicación un mensaje para continuar y profundizar un rumbo que pretende ser funcional a la lógica mundial de ofensiva del capital.
Los logros que se muestran remiten a una vida cotidiana que no se generaliza en la sociedad argentina, sea por un consumo sesgado de medios y altos ingresos (automotores, vivienda, internet o comunicación), o por una obra pública que no resuelve insatisfechas necesidades de una parte importante de la sociedad.
Todo sustentado como zanahorias ofrecidas al alcance próximo, sean los “beneficios” no verificables de un rápido acuerdo de liberalización entre el Mercosur y la Unión Europea, que fuertemente criticaron en estos días las tres centrales sindicales y el empresariado industrial, o las derivas resultantes del reconocimiento mundial ante la presencia en Argentina de gobernantes del capitalismo hegemónico en el próximo cónclave del G20 a fines del presente año.
Ni el mensaje ni la realidad favorece a la mayoría de la sociedad, lo que impone un fuerte debate sobre el porvenir, que no puede remitir a los logros invisibles del presente.
Mirar para adelante supone una profunda crítica de nuestra historia reciente para superar la encerrona del orden capitalista y especialmente el proyecto actual sustentado desde las clases dominantes, aun cuando parte de estas le exigen a Macri mayor celeridad en el ajuste y la regresiva reestructuración de la economía y la sociedad.
Ni shock de ajuste ni gradualismo, lo que se requiere es otra política para una ecuación diferente de beneficiarios y perjudicados, contraria a la definida actualmente por el poder.
Buenos Aires, 2 de marzo de 2018