La lucha del 1° de Mayo

Resulta interesante verificar la realización de muchos actos y movilizaciones reivindicando el Día Internacional de los Trabajadores en todo el mundo, pese a la persistencia de prohibiciones y la represión.
Alguien puede suponer debilidad y fragmentación de los trabajadores, y algo de eso hay, especialmente en el marco de la ofensiva del capital sobre el trabajo a la salida de la crisis capitalista de mediados de los años 70. Es un proceso recreado en las condiciones de la crisis capitalista contemporánea, con políticas que trasladan el costo de la crisis sobre los de abajo.
Sin embargo, las clases dominantes, aun en la ofensiva no pueden anular nuestra memoria y la esencia del programa de lucha y organización de los trabajadores. Desde los mártires de Chicago a la decisión de no olvidar y conmemorar cada 1° de Mayo desde 1890 como día de memoria y lucha.
Así, la fecha histórica del 1° de Mayo se recupera tras 125 años de continuada presencia callejera por la recreación de las expectativas por realizar el propósito de la emancipación contra la explotación.
Las nuevas generaciones reciben el legado de la tradición histórica del movimiento obrero y con la especificidad de cada momento histórico resurge la demanda por una nueva sociedad sin explotados ni explotadores.
Desde las clases dominantes se intenta romper la tradición de la lucha de los trabajadores y sus símbolos, del mismo modo que pretenden restringir el Derecho a la Huelga en la OIT, o modificando reaccionariamente la legislación obrera conquistada en histórica jornadas de lucha.
Desde 1890, el 1° de Mayo es día de memoria, de lucha y de organización por reivindicaciones múltiples y especialmente por la emancipación, contra el capitalismo.
En la larga historia del capitalismo, la invariante es la explotación.
Variadas son las formas que asume esa explotación con el objeto de expropiar el saber hacer de los trabajadores, los hacedores de la riqueza privadamente apropiada.
Al tiempo que explota, el capital saquea los bienes comunes e impone un modelo productivo y de desarrollo que afecta la vida y la naturaleza, promoviendo el consumismo destruyendo el metabolismo social.
También ha sido diversa la respuesta de organización y lucha de los trabajadores, lo que define históricamente y por ahora el carácter subalterno de los trabajadores respecto a la dominación burguesa.
En esas respuestas de los trabajadores se jugó el destino de la clase obrera, en el intento del Manifiesto, la Asociación Internacional del Trabajo, la Comuna de París, por mencionar hitos históricos en el Siglo XIX.
Esos fueron ensayos que alimentaron la lucha de clases desde la perspectiva de los trabajadores y que nos anima en este Siglo XXI a pensar nuevas modalidades de organización y lucha de los trabajadores ante la ofensiva de la flexibilización, la precarización e informalización del empleo.
Las revoluciones socialistas en el Siglo XX levantaron el programa anticapitalista de la lucha de los trabajadores y son proyectos que aun motivan la crítica y la reflexión por construir la nueva sociedad. Por eso sostenemos que la revolución contra el capitalismo, el imperialismo y el colonialismo, junto a la lucha contra toda forma de discriminación y racismo, constituye el programa actual del clasismo y la emancipación obrera.
En cada primero de mayo se recupera la esperanza por organizarse y luchar contra la subordinación de los trabajadores a la burguesía, que en muchos casos se motoriza también desde la claudicación o complicidad de conducciones políticas, sociales, territoriales y sindicales que reducen la perspectiva histórica al campo de lo posible, resignando el objetivo de la lucha por el poder.
Hoy existe unidad de lucha en múltiples escenarios de la memoria por el 1° de Mayo. Es la asignatura pendiente del movimiento obrero, la de la unidad por construir la transformación de la sociedad, por la emancipación y la liberación.
La lucha por la unidad de los trabajadores es parte de la constitución del proyecto capaz de disputar el poder y construir la nueva sociedad sin explotación.
El grito por la unidad recorre hoy distintos escenarios de la memoria por el 1° de Mayo.
Millones de trabajadores en el mundo recuperan el grito constitutivo del Manifiesto: ¡¡¡trabajadores del mundo uníos!!!

1 de mayo de 2015

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