Resulta difícil opinar sobre
cuestiones de la coyuntura económica de Argentina en momentos de gran confusión
política e institucional motivada en la muerte del fiscal Nisman, muy cercano a
los servicios de inteligencia y a la embajada de EEUU, y las derivaciones
suscitadas en torno a la impune investigación de la voladura de la AMIA en 1994,
algo que trasciende al gobierno actual.
Vale mencionar que los episodios
de la AMIA, junto a la voladura de la Embajada de Israel en 1992 y del arsenal
en Río Tercero en 1995, en tiempos de ofensiva neoliberal, constituyen sucesos
que “ratifican” la inmersión de la Argentina en la clave articulada del
capitalismo mundial, con sus tendencias históricas caracterizadas por la
militarización, el espionaje y el terrorismo de Estado mundial. Afecta la
tradición constitucional desde 1983 y desde mucho antes en nuestra historia.
Aludimos a “ratificar” y a
nuestra historia, porque la inserción en esa lógica capitalista no es
coyuntural, sino estructural, sistémica, y de origen en el desarrollo del
capitalismo local. Remite a la conquista y colonización, como a las invasiones
inglesas, o la intervención estadounidense en diferentes momentos de nuestra
historia más reciente. A instancias del Instituto Espacio para la Memoria, con
la autoría conjunta de Osvaldo Bayer y Atilio Boron escribimos en 2009 un texto
sobre el Terrorismo de Estado que trata de repasar la historia del terrorismo
de Estado en la Argentina, desde sus comienzos y hasta el 2001 (es un texto de
circulación gratuita, publicado en internet, y sin embargo se ofrece a la
venta, increíble pero real el proceso de mercantilización de la palabra y el
pensamiento).
La trama del desarrollo
terrorista estatal se asocia a la promoción de legislación antiterrorista en
casi todos los países de la región y en los últimos años. Es una presión desde
la política exterior de EEUU y de los organismos internacionales, que asocian
la demanda antiterrorista al combate al lavado de dinero o al narcotráfico,
cuando el capitalismo contemporáneo está indisolublemente asociado al crimen,
al contrabando, la especulación, el tráfico de drogas, armas o personas. Los
paraísos fiscales existen en variados territorios, incluso en EEUU y aún con
altisonantes declaraciones, por ejemplo del G20, nada concreto se avanza en su
eliminación.
Ese capitalismo delictivo se
expresa en actividades asociadas al espionaje mundial y local, que sufren los
pueblos del mundo, por ser base de operaciones motorizadas por transnacionales
de los medios de información o de desinformación, con el objetivo de manipular
y condicionar la opinión pública o el sentido común, que con Gramsci repetimos,
es el sentido común de las clases dominantes. El accionar del terrorismo de
Estado en el capitalismo mundial supone la impunidad, que es lo que aparece
como trasfondo y esencia continua en nuestra historia reciente.
Crisis
política y problemas económicos
Este es un momento en que
reaparece la desconfianza de la sociedad en la institucionalidad y nos habilita
a pensar en un nuevo ciclo de la crisis política e institucional en la
Argentina, más allá de las críticas a la Justicia, al Parlamento, o a los
gobiernos (actuales o pasados, nacionales, provinciales o municipales).
Digamos también sin duda, que
los episodios políticos intervienen en la cuestión económica, porque hemos
repetido hasta el cansancio que la economía es política y viceversa.
La coyuntura económica viene
siendo caracterizada por la desaceleración del nivel de actividad y la recesión
productiva, con muchas dudas en la posibilidad de superar el ciclo en el corto
plazo en este año de renovación electoral presidencial.
Todos los diagnósticos y
pronósticos dan cuenta de la dificultad para superar la situación. Se acaban de
publicar los datos del balance del sector externo del 2014 y dan cuenta de una
baja de las exportaciones, de las importaciones y del saldo comercial, menor a
7.000 millones de dólares.
En ese marco se destaca un
déficit energético superior a los 6.000 millones de dólares y una factura de
importación de combustibles superior a los 11.000 millones de dólares.
El escenario suscitado en esta
semana no mejora las condiciones de fondo de la situación económica y entre
otras variables se generaron negocios especulativos que derivan en
desvalorizaciones de los títulos y acciones estimulados por hipótesis de
inversores que responden a la lógica de la ganancia. Y aunque el BCRA sostiene
una política de control de maniobras especulativas, que llevaron nada menos que
a clausurar transitoriamente la operatoria en el mercado de valores al Banco
MACRO, la cotización del dólar sigue en ascenso. El BCRA apura micro
devaluaciones diarias que se asocian a las tendencias al alza del tipo de cambio
en sus diversas variantes.
Todas las devaluaciones afectan
a los perceptores de ingresos fijos, trabajadores en actividad o pasivos, lo
que nos provoca a pensar en nuevas rondas de protestas y demandas para defender
la posibilidad de sostener la canasta familiar de los trabajadores y sectores
más vulnerables de la sociedad.
¿Tiene que preocuparnos la
cotización de las divisas? Claro que sí, especialmente cuando la Unión Europa
acaba de decidir una fuerte intervención monetaria, con emisiones mensuales de
60.000 millones de euros, programados hasta septiembre del 2016 para sostener
empresas y bancos a costa de la compra de títulos de deuda en el mercado
secundario.
Europa sigue ahora el ejemplo
que acaba de finalizar EEUU, discontinuando las compras de deuda para sostener
el orden capitalista. La relativa mejora de las cuentas económicas en EEUU
lleva al Banco Central Europeo a acelerar el proceso de intervención monetaria
para aligerar la crisis y su impacto en pérdida del empleo y las derivaciones
políticas que ello puede traer.
La intervención monetaria
estadounidense afectó al desarrollo de las economías nacionales, del modo que
también afectará la intervención monetaria de la Europa Unida,
Es que al capitalismo le
interesa la lógica sistémica de la ganancia, aun a costa de países, áreas o
empresas y mucho menos interesado en el devenir de los ingresos populares y las
condiciones sociales de vida de la población mundial.
En la reunión del Foro Económico
Mundial de Davos, Suiza, la organización OXFAM presentó un informe donde remarca
con datos de la OIT que “Desde el inicio de la crisis global, en el año 2008,
se perdieron más de 61 millones de empleos”. Que “La crisis de empleo aún no
pasó, y que no hay motivo para la autocomplacencia”, a pesar de la leve mejoría
de las potencias.
Dice el informe de Oxfam que “Para
este año, la OIT prevé que la cifra de desempleados aumente en 3 millones y
pronostica que para 2019 serán 8 millones más”. Agregan que “El principal
motivo, según la OIT, es que el crecimiento no alcanzó en casi ningún país el
nivel que tenía antes del estallido de la crisis”. Enfatiza que “Los jóvenes
son los más afectados en esta situación, ya que casi 74 millones de personas de
entre 15 y 24 buscaban trabajo en 2014”.
El FMI, el Banco Mundial y todos
los organismos con departamentos de investigación y pronósticos aluden a la
continuidad de la crisis mundial, con impactos diferenciados por cierto. Oxfam
incluye una opinión sobre el tema y señaló en Davos que “En 2014 el 1 por
ciento más rico de la población poseía el 48% de la riqueza mundial, mientras
que el 99% restante debía repartirse el 52%. En 2010 las 80 personas más ricas
del mundo poseían riqueza neta de 1,3 billones de dólares. En 2014 ascendía a
1,9 billones de dólares”, o sea 600.000 millones de dólares acumulados por 80
fortunas individuales en 4 años.
Continúa el informe señalando
que “Estas 80 personas poseen la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre
de la población mundial. 3.500 millones de personas comparten la misma cantidad
de riqueza que 80 personas enormemente ricas. En términos netos, la fortuna de
las 80 personas más ricas del mundo se ha duplicado entre 2009 y 2014”. Son los
años de la crisis mundial y expresan la impunidad del capitalismo en el ámbito
mundial. Sigue señalando el informe presentado en el Foro Económico Mundial que
“En elecciones 2012 en EEUU, el sector financiero realizó contribuciones por
571 millones de dólares a los dos principales partidos. En la Unión Europea se
calcula que los ´lobbistas´ del sector financiero dedican 150 millones de
dólares año a influir en sus instituciones”.
Los datos pone en evidencia la
asociación entre poder económico y Estado capitalista en un marco de crisis con
impunidad de los más poderosos. La impunidad en todas las circunstancias son
atajos del poder histórico para perpetuar los mecanismos de dominación,
desigualdad y discriminación, con hambre, miseria, saqueo y explotación.
Desafíos
y perspectiva por la emancipación y la liberación
No puede esperarse solución en
el marco de la hegemonía política actual, sea oficialista u opositora. La
crisis política convoca a pensar en alternativa y éstas emergen en condiciones
de crisis de proyectos que definen épocas.
Basta pensar en la “sorpresa”
del triunfo de Alfonsín en 1983; de Menem en 1988/89 y en Kirchner en 2003. En
todos los casos, esos liderazgos emergieron en situación de crisis política y
demanda social de cambio, más allá de lo que en cada periodo se llevó adelante.
En cada caso se intentó fundar un nuevo tiempo histórico y una nueva expresión política
representativa de ese momento político. Se los llamó alfonsinismo, menemismo,
kirchnerismo.
Los dos primeros quedaron en la
historia y sin expresión orgánica en la actualidad. El tercero intenta
subsistir bajo las nuevas condiciones del fin de mandato de Cristina Fernández.
Hace falta una nueva expresión
política, necesariamente por fuera de la hegemonía de la disputa electoral que
expresan, Scioli, Macri, Massa, Unen u otras variantes similares de menor peso
político.
¿Es posible? ¿Puede emerger lo
nuevo en estas condiciones? Estoy convencido de la capacidad popular para
generar alternativas. Era impensado el cambio político en Bolivia o Ecuador
(más allá de las valoraciones que se hagan de esos gobiernos) sin la iniciativa
y movilización de sus pueblos.
Los gobiernos anteriores a la
emergencia de esos liderazgos y otros en la región no suponían opciones
alternativas previas, las que aparecieron asociadas a las luchas populares y la
voluntad política de hacer surgir proyectos políticos alternativos.
No alcanza solo con lucha o
voluntad de proyecto político, son necesarias ambas condiciones, tanto como los
liderazgos adecuados a la demanda histórica. Solo para ejemplificar menciono el
papel de Chávez o de Evo para expresar en personas un proceso social más
complejo para la transformación social, la emancipación y la liberación.
Se requiere pensar que si existe
la potencia del cambio político en la región, que nos pensamiento mágico y
proviene de la mano de procesos sociales y políticos de nuevo tipo. La historia
de acumulación política popular en la Argentina nos habilita en pensar hoy en
la posibilidad de una alternativa política popular que proponga una lógica
contra el orden capitalista, la discriminación, el racismo y el machismo.
Existe la posibilidad de
articular variados esfuerzos que intentan construir alternativa, algunos en la
disputa electoral. Las bases materiales existen con los antecedentes de los
paros generales construidos en los últimos años, desde la CTA Autónoma y la
unidad de acción; en la confluencia político social por la suspensión de los
pagos de la deuda, la defensa de los bienes comunes y la convocatoria a la
auditoría de la deuda; o en la unidad popular en torno a la salida de las
tropas militares de Haití, que convoca a variadas personalidades y
organizaciones; o en la reciente confluencia organizada para repudiar la
impunidad a propósito de la denuncia y muerte de Nisman, que más allá del
personaje convoca a la indignación, la desconfianza y a la búsqueda de verdad. Son
todos elementos del programa de cambios para otro modelo productivo y de
desarrollo, asociados en la construcción de sujetos políticos conscientes de la
necesidad de ir más allá del orden capitalista, de la impunidad y el terrorismo
de estado de las transnacionalización capitalista.
Articular la militancia social y
política es el desafío del momento. Algunos concentran su militancia en la
lucha político social y otros en la política electoral, muchos en ambas; y es
momento de sumar esas dimensiones de la lucha política y cultural, social, y
buscar sinergias para la integralidad de una confrontación que supere la crisis
en la coyuntura, el descrédito social en la política y construir una nueva
esperanza para la transformación, la emancipación y la liberación.
Buenos
Aires, 24 de enero de 2015
Excelente diagnostico, muy claro. Espero que lo lea mucha gente que no encuentra alternativa de cambio
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