La discusión del gobierno con Techint

El tema está en la justicia y en la opinión pública. La causa es la decisión gubernamental de modificar por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) nº441 el alcance de la participación de la ANSES[1] (Administración Nacional de la Seguridad Social) en la gestión empresarial.
Hasta ahora y luego de la estatización del sistema de AFJP (desde el 1 de enero del 2009) estaba limitada al 5% del capital de la empresa con independencia del porcentaje en manos del Estado. El DNU avanza a una participación en la designación de representantes estatales en el Directorio de las empresas y en los ámbitos de fiscalización, en función de la cantidad de acciones en poder del organismo del Estado.
El decreto 441 se refiere a empresas donde el organismo participa como accionista minoritario, entre ellas el Banco Macro (30,8% de acciones estatales); San Miguel (26,9%); Gas Natural Ban (26,6%); Consultatio (26,6%); Edenor (26,4%); Distribuidora de Gas Cuyana (26,1%); Siderar (25,9%); Telecom (24,9%); y Transportadora de Gas del Sur (23,1%), Grupo Concesionario del Oeste (21,5%); Mirgor (21,5%); Emdersa (20,9%); Grupo Financiero Galicia (20,4%); Molinos Rio de la Plata (19,9%); Pampa Energía (19,3%); Transener (18,7%); Socotherm Americas (18,5%); Solvay Indupa (16,7%); Banco Patagonia (14,6%); y Endesa Costanera (13,4%), entre otras empresas.
Esa participación accionaria es resultado de la inversión de los fondos previsionales mediante el FGS (Fondo de Garantía de la Sustentabilidad) que según Bossio, el titular de la ANSES administra 181.000 millones de pesos (más de 44.000 millones de dólares), producto de la estatización de las AFJP (Ley de noviembre del 2008 y con vigencia desde el 1 de enero del 2009). Más del 60% está invertida en títulos y préstamos al Estado; más del 12% en acciones de las empresas privadas (unos 23.000 millones de pesos, ó unos 5.600 millones de dólares); un 10% en Plazos Fijos; y el resto en otras inversiones, como préstamos (especialmente al sector productivo e infraestructura), fideicomisos y en efectivo.
La respuesta empresaria, especialmente de Siderar, del transnacional Grupo Techint fue crítica, negando la designación de Directores en su asamblea de accionistas, desconociendo así la validez del DNU, por lo que la ANSES los ha demandado ante la justicia. Desde el punto de vista del funcionamiento del capitalismo no tiene lógica el reclamo empresario. Un inversor minoritario que se había auto limitado para participar en el Directorio decide eliminar el tope del 5% que se había impuesto al momento de la estatización del régimen de capitalización previsional. Uno de los argumentos empresarios es el cambio en las reglas del juego, lo que afecta su “seguridad jurídica”. Siderar no tiene interés en compartir la toma de decisiones con el Estado, por más inversor minoritario que sea.
Otra cuestión es la discusión sobre la necesidad del decreto, o su discusión en el ámbito parlamentario, donde se juegan las correlaciones de fuerza partidaria. Lo que no discuten, ni empresarios, ni el gobierno, es que los fondos administrados por la ANSES son “previsionales” y no fiscales. Esa discusión de fondo viene siendo escamoteada desde que en los 90´ y reforma fiscal mediante se incorporó la recaudación previsional (retenciones a los trabajadores y contribuciones patronales) al presupuesto como si fueran fondos fiscales, en igualdad de condiciones que los ingresos por tributación.
Los trabajadores activos y jubilados vienen llamando la atención sobre el tema, lo que impondría la democratización en la administración de esos cuantiosos fondos, donde se reclama la participación de trabajadores activos y pasivos. Otra demanda es la aplicación del fondo previsional a las pensiones y jubilaciones, contra una definición oficial más amplia que incluye otros rubros de la seguridad social, tal como la Asignación Universal para Hijos (AUH) de padres pobres. La justeza y aceptación de los jubilados de la AUH no invalida los reclamos para que esta sea cubierta con fondos regulares y no previsionales, para que estos se concentren en cancelar sentencias judiciales o mejorar el ingreso de los actuales jubilados.
Con el DNU se pone en discusión la participación porcentual a la tenencia de acciones del Estado. Debiera incluirse también quien debe administrar esos fondos, si solo el Estado, o se debe incluir algún mecanismos de participación de los involucrados en el régimen previsional, trabajadores en actividad o jubilados, lo que supone la democratización en la administración del fondo previsional. Más allá de lo formal, ese debate incluiría el destino de los fondos, para afianzar a la actual cúpula empresarial o alentar otro modelo productivo para otro patrón de consumo.
Agreguemos que buena parte de las empresas aceptaron las condiciones del DNU, pero Techint viene de un proceso creciente de enfrentamiento con el gobierno. Recordemos que en origen del “modelo productivo”, en tiempos de la devaluación (Remes Lenicov) y luego con Lavagna (ministro de Duhalde y Kirchner) la sociedad gobierno y empresa era sustancial. Con el cambio de ministro y la pérdida de interlocutores directos en el gobierno se debilitó el vínculo para transformarse en una pulseada de poder que no llega a la ruptura. La razón hay que encontrarla en la elevada rentabilidad obtenida por las empresas del Grupo en el marco de una política económica funcional a las necesidades de la cúpula empresarial dominante en la Argentina.


[1] http://www.anses.gob.ar/

El debate ideológico sobre el orden económico

Resulta interesante considerar como se hace visible el debate de ideas sobre el orden económico mundial en crisis. A los efectos didácticos, digamos que tres son las posiciones puestas en discusión, que como tales constituyen corrientes intelectuales y políticas que actúa en la conformación de la realidad
I
Volver al programa liberalizador
Una proviene de la ortodoxia neoliberal, que fue afectada en su credibilidad con la explosión de la crisis mundial desde la debacle del 2007/8, y especialmente por la respuesta del salvataje de las grandes empresas con dificultades, que devolvió el intervencionismo estatal a la consideración pública. Cuatro décadas de prédica liberalizadora se estrellaron contra la realidad. Si hasta el titular del FMI pontifica que el Consenso de Washington ha finalizado.
Pese a ello, los herederos de Friedrich Von Hayek (1889-1992 y Nobel de Economía en 1974) y el programa de máxima del gran capital retornan con su discurso por la liberalización desde el encuentro que funciona en estos días en Buenos Aires (17 al 20 de abril) y auspiciado por la Sociedad de Mont Pellerín (funciona desde 1947 con su primer encuentro en Suiza y reúne al pensamiento liberal reaccionario contra el socialismo y el keynesianismo). Se proponen discutir en Argentina “El desafío populista para la libertad en América Latina” y será clausurado por Mario Vargas Llosa, que tendrá dos momentos estelares en la semana para enarbolar su propuesta, en este encuentro y en la inauguración de la anual Feria del Libro.
El diagnóstico intelectual de esta corriente político ideológica sugiere la necesidad de retomar el rumbo hegemónico de los 80´ y los 90´, con aperturas, flexibilizaciones, privatizaciones y un clima favorable al libre movimiento de mercancías, servicios y capitales.
Entre nosotros serán de la partida varios economistas y pensadores asociados a las demandas de las clases dominantes locales, coincidentes con el arco político de la derecha, y no en vano el anfitrión es el Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Esas ideas son sostenidas en estos días en una columna periodística del inefable Domingo Cavallo, que a 20 años del comienzo de la convertibilidad, se animó a sustentar las políticas económicas que lo tuvo como protagonista importante en los años de la reestructuración regresiva del capitalismo local, en gobiernos dictatoriales como bajo administraciones peronistas y radicales.
Hay que sumar a varios argentinos en esta cruzada de reinstalación del pensamiento hegemónico de las últimas décadas del Siglo XX, los cuales serán expositores en el cónclave del Hotel Sheraton, entre ellos al ex Ministro López Murphy, de breve paso por la función ante el rechazo de la movilización popular a su estrategia de ajuste y privatización educativa.
II
Regular para salvar al capitalismo
Una segunda posición con incidencia en la aplicación de las políticas económicas anti crisis asume la necesidad de regular el capitalismo en crisis. Es la corriente que se ha impuesto en estos años de crisis, como modo de salvataje del capitalismo. Es el discurso mayoritario en el G20 y en los cónclaves mundiales que analizan el qué hacer para superar la crisis sin abandonar el rumbo capitalista.
Eso explica la presencia de Josepf Stiglitz (nacido en 1943 y Nobel de Economía 2001) en el asesoramiento a la reunión de Naciones Unidas que en Junio del 2010 consideró las políticas para resolver la crisis. Aquella reunión pretendía ser alternativa al antidemocrático G20, en funcionamiento desde fines del 2008 y producto de la crisis mundial. Se trataba del G129 versus el G20, y que mejor que formar una comisión técnica para formular propuestas alternativas, liderada por el Nobel de economía crítico del orden hegemónico hacia la crisis del 2001 y de las ideas dominantes de los 80´ y 90´.
Puede ser curioso, pero a comienzos del año y de la presidencia Sarkozy del G20, se encomendó a Stiglitz, asociado al neo keynesiano francés Jean-Paul Fitoussi, la coordinación de una reflexión intelectual sobre el qué hacer ante la crisis. Para ello se convocó a pensadores de diferentes regiones y procedencias ideológicas que sugirieron un conjunto de necesarias regulaciones, en muchos casos con el objeto de resolver la crisis dentro del sistema capitalista. La política del ajuste implementada por Europa era contrarrestada con opiniones tendientes a sostener en el tiempo la política de intervención y regulación estatal para el salvataje del capitalismo.
Estas ideas están permeando el clima ideológico en la reunión de primavera del FMI-BM en desarrollo en Washington y que cuentan con la presencia del Ministro de Economía de la Argentina y la Presidenta del Banco Central de la República Argentina.
Desde el fin del Consenso de Washington proclamado por el titular del FMI, Dominique Strauss Kahn, socialista francés con aspiraciones de disputar el gobierno de su país, a la preocupación del titular del BM por el posible incremento de 10 millones de pobres si continúa en la coyuntura el alza de los precios internacionales de los alimentos. La pobreza se incrementó en tiempos de crisis en 44 millones de pobres por la suba de precios de comodities, especialmente alimentos, y de continuar esta situación el Presidente del BM Robert Zoellick destaca que el registro subiría a los 54 millones de personas.
Son opiniones que encarnan en propuestas de regulación estatal de la economía para evitar una recidiva de la recesión del 2009. Claro que son recetas simultáneas con ajustes del gasto social en aquellos países que ello sea posible, inclusive en EEUU, tal como fue anunciado por Obama en estos días para intentar morigerar el gigantesco déficit fiscal estadounidense, equivalente al 10% de su PBI.
III
Políticas alternativas y anticapitalistas
Una tercera posición ideológica, con menor visibilidad propone ir más a fondo que con el salvataje del capitalismo, y pensar en las formas de superar la crisis en simultáneo con la crítica al capitalismo y la sustitución de esa forma del desarrollo y organización económica de la sociedad por otra sustentada en la satisfacción de las necesidades.
Algo de ello es lo que ocurre en el Congreso del PC de Cuba a propósito de la discusión sobre el modelo económico de Cuba y la construcción del socialismo. La revolución cubana intenta renovarse y reinventar el socialismo bajo extendida hegemonía capitalista mundial
Algunos pasos relativos a esta posición se asocian a la experiencia de la región nuestramericana en los años recientes de este comienzo del Siglo XXI, especialmente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, que en sus reformas constitucionales recientes incorporan, especialmente las dos últimas, categorías que recuperan pensamiento ancestral, tal como el “buen vivir” en las condiciones de la contemporaneidad. Es una recreación de pensamiento con cultura de pueblos originarios que incide en la innovación de categorías como el socialismo sugerido desde las tierras de Bolívar.
En Argentina pasó por estos días un cónclave de pensamiento crítico en el Parlamento, en torno al debate sobre “los derechos humanos y la crisis global de la economía”. La reunión fue animada por parlamentarios de la región junto a redes y movimientos de todo el mundo que denuncian las políticas hegemónicas y especialmente el papel dependiente ejercido por el endeudamiento público para los países del sur del mundo. La búsqueda se orientó en la articulación de propuestas más allá de la crítica al neoliberalismo, para constituir una opinión y subjetividad popular para las transformaciones profundas, de carácter anticapitalista.
IV La polémica constituye tres espacios
De este modo, la discusión que atraviesa el rumbo necesario en nuestramérica está condicionada por estas tres variantes, opiniones o corrientes de pensamiento.
De un lado la vuelta al programa explícito de la liberalización sustentado en los 80´ y 90´; de otro la crítica a esas políticas, con el impulso de reformas y regulaciones estatales para el salvataje del sistema capitalista, apuntado como el límite de lo posible de sectores radicalizados en tiempos recientes.
Finalmente, emerge desde posiciones minoritarias una visión que intenta romper con el posibilismo y cuestiona a la crisis y las políticas anti crisis en curso para indagar y proponer un rumbo anticapitalista, incluso por el socialismo.

¿Alimentos o combustibles?

La producción agropecuaria tuvo históricamente un sentido asociado a la alimentación de la población. La revolución agraria que antecede a la industrial se vincula a la mayor capacidad de la humanidad por generar una producción que resuelva las necesidades de la sociedad humana, al tiempo que favorezca la producción y reproducción de la vida misma.
Así, agricultura y vida estuvieron asociadas al debate sobre la capacidad de resolver las crecientes necesidades de una sociedad en expansión y cuyas necesidades alimentarias se hacían más complejas y crecían en amplitud y diversidad. La historia contemporánea demostró largamente que la productividad agraria y agroindustrial hizo avanzar la producción de alimentos más allá de las crecientes necesidades alimentarias, claro que lo dicho se relativiza en la sociedad capitalista contemporánea que da cuenta de más de 1.000 millones de personas con hambre en el mundo según estadísticas de la FAO al año 2009.
Alimentos para toda la población mundial existen, lo que no existe es capacidad de compra del conjunto de la población. Eso explica el hambre, la miseria y la desnutrición. La crisis alimentaria actual combina un impresionante crecimiento de la oferta de alimentos y el hambre. Es que el tema necesita completarse con el nuevo destino que se asigna a la producción agrícola: la energía. Es casi un dato “natural”, mejor decir naturalizado el destino como bien intermedio para producir energía de productos tradicionalmente destinados a la alimentación. De este modo, los productos agrícolas se destinan solo en parte como alimentos y otra parte como insumos para la producción de energía.
Es el resultado de un modelo productivo en el capitalismo contempráneo que está agotando las reservas del insumo estratégico por excelencia para la producción, tal como los hidrocarburos. El agotamiento del pico de reservas de petróleo convoca al desarrollo de fuentes alternativas de energía, sea eólica, solar, hidráulica, a la que se adiciona en el presente la que se deriva de la agricultura. La energía disputa alimentos a las personas. En rigor, el patrón de consumo actual, del automotor individual, p.e. (pensemos en el record de la producción de automóviles en Argentina) absorbe la producción energética agotando las reservas internacionales. El resultado es el crecimiento de la incertidumbre sobre las fuentes de provisión energética y la convocatoria a sembrar agricultura con destino a la producción de insumos energéticos.
Es conocido el crecimiento del precio de la soja. La novedad viene del crecimiento del precio del maíz, tradicionalmente por debajo del producto estrella de la tradición agrícola en la Argentina, el trigo. La realidad es el acercamiento del precio internacional del maíz y la creciente tendencia a la expansión de la frontera agrícola maicera. De la gran cosecha de 100 millones de toneladas, el 51% es de soja, y otro 40% se lo llevan el maíz y el trigo. Los crecientes precios internacionales estimulan esa producción más allá del destino de consumo, directo o intermedio, para las personas o la producción material industrial. De hecho, la soja tiene destino en el consumo animal, ante el cambio de la dieta alimentaria en países asiáticos, especialmente China. Es creciente el uso del maíz como insumo energético.
La sociedad está naturalizando el cambio de producir agricultura para alimentos y destinarla como provisión de insumos estratégicos para la energía. ¿Es un tema discutido en esos términos en el conjunto de la sociedad nacional, regional o mundial? ¿Hay que subordinarse a este destino definido por las transnacionales de la alimentación, la genética y la biogenética? ¿El patrón productivo y de consumo actual es el único posible? ¿Se puede asociar una respuesta soberana en la alimentación y en la energía? ¿Existen recursos para ello? No son interrogantes ociosos, sino necesarios en la perspectiva de discutir  el modelo productivo y de desarrollo vigente, al tiempo que pensamos rumbos alternativos para aprovechar las ventajas comparativas de la argentina como productor de alimentos, claro que desafiando a la recuperación de la soberanía petrolera para discutir también la inserción del país en el debate energético desde la recuperación de los recursos naturales, especialmente el petróleo y el gas.

La OTAN contra Libia

Mientras siguen los bombardeos de la OTAN sobre Libia, es bueno interrogarse sobre las causas de esa agresión, que como en muchas ocasiones anteriores tienen olor a petróleo.
Quizá uno de los mejores analistas de la situación es el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, que recientemente, el 29 de marzo pasado, en una de sus reflexiones (pueden leerse en internet en:  http://www.cubadebate.cu) señala que “No había que ser adivino para saber lo que preví con rigurosa precisión en tres Reflexiones que publiqué en el sitio Web CubaDebate, entre el 21 de febrero y el 3 de marzo: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”, “Danza macabra de cinismo”, y “La Guerra inevitable de la OTAN”.
En esa sucesión de reflexiones en tan poco tiempo se anuncia y denuncia la operación “ocupación territorial” por parte del imperialismo. Es una crónica impecable de un observador protagonista muy activo por más de medio siglo y con capacidad de análisis sobre la conflictividad global. No olvidemos los 50 años de bloqueo criminal a Cuba. Es que el imperialismo sabe interpretar cuando existe peligro para la continuidad de su régimen: el capitalismo.
Veamos un poco hacia atrás en la historia, y cuando se consolidó un bloque de países socialistas al finalizar la segunda guerra mundial, el objetivo principal del imperialismo y especialmente EEUU fue atacar a la URSS y al bloque socialista en lo que se conoció como guerra fría.
El alejamiento de China de ese bloque motivó el acercamiento estadounidense para desgastar y diferenciar la situación al interior de los países socialistas. Como consecuencia de ello, las relaciones entre EEUU y China, e incluso entre el gigante asiático y el mundo capitalista avanzó en relaciones comerciales, al punto de convertir a China en el principal destino de las inversiones externas globales, e incluso en potencia mundial.
Caída la URSS y desarticulado el bloque socialista en el este de Europa, la agresión se concentró en Cuba y en la emergencia de nuevos países con proyecto liberador, incluso socialista, especialmente Venezuela. ¡Qué casualidad, también un gran productor y exportador de petróleo, incluso gran proveedor de crudo al imperio! Pero sobre todo, una amenaza para el orden capitalista.
A comienzos del 2011 estalló la conflictividad social y política en Túnez y en Egipto, dos países aliados de la estrategia estadounidense en el norte de África. Entre ambos países se ubica el territorio de Libia. El ascenso de la lucha de masas en Egipto hizo renunciar al gobernante que por 30 años fue funcional al acuerdo árabe-israelí, que aseguraba la provisión petrolera al mundo capitalista, al tiempo que puso freno al nacionalismo de ese y otros pueblos árabes con fines de liberación y perspectiva socialista.
Todo iba sobre ruedas hasta que la rebelión popular pateó el tablero y desarmó los acuerdos de décadas y habilitó a pensar nuevamente en perspectiva anticapitalista. Desde ese momento comenzó la preocupación imperialista, especialmente por la dinámica social en buena parte de los países árabes, vinculados a la producción y circulación petrolera y de comercio exterior entre Asia y el capitalismo desarrollado.
Es la oportunidad elegida por los estrategas de la dominación capitalista para enfrentar al régimen libio. Hay que señalar que en los años anteriores Libia realizó cuantiosos negocios con los principales países europeos y con EEUU, que hizo pensar a muchos que Khadafi había modificado sus lealtades, que a comienzos de los 70´ lo ubican entre los principales líderes del tercer mundo y con una original propuesta de organización socialista para su país. De hecho, la calidad de vida en Libia, petróleo mediante, es superior al conjunto de los países vecinos.
Este gambito de Khadafi, de líder setentista a negociador y socio privilegiado con las transnacionales, le hace decir a Fidel en su mencionada reflexión: “Puedo expresar mis puntos de vista sobre la guerra en Libia con entera libertad. No comparto con el líder de ese país concepciones políticas o de carácter religioso. Soy marxista-leninista y martiano, como ya he expresado. Veo a Libia como un miembro del Movimiento de Países No Alineados y un Estado soberano de los casi 200 de la Organización de Naciones Unidas.” Queda clara la referencia a la historia como integrante de los “No alineados” más allá de los negocios de los últimos años.
Continúa señalando Castro que: “Jamás un país grande o pequeño, en este caso de apenas 5 millones de habitantes, fue víctima de un ataque tan brutal por la fuerza aérea de una organización belicista que cuenta con miles de cazabombarderos, más de 100 submarinos, portaaviones nucleares, y suficiente arsenal para destruir numerosas veces el planeta. Tal situación jamás la conoció nuestra especie y no existía nada parecido hace 75 años cuando los bombarderos nazis atacaron objetivos en España.” Y más aún, señala que “Ahora, sin embargo, la desprestigiada y criminal OTAN escribirá una “bella” historieta sobre su “humanitario” bombardeo.”
Es una denuncia al carácter unilateral de la agresión de la OTAN sobre un país independiente. El imperialismo miente y agrede, como lo hizo con la URSS, con Cuba, con el socialismo, y ahora con Venezuela, y militarmente con Haití, con ayuda de militares latinoamericanos, con Afganistán e Irak asociada con varios países, y ahora con Libia, desembozadamente con la OTAN.