Cumbre del desacuerdo para seguir en crisis

Sin acuerdos importantes culminó la cumbre del G20 en Toronto, con un saldo de 600 detenidos entre miles de manifestantes custodiados por 20.000 agentes de seguridad. Mucha represión para pocos congregados en una reunión y sin resultados importantes para los pueblos que sufren la crisis capitalista con desempleo y reducción de gastos estatales sociales.

Desde Europa, epicentro de la crisis en la coyuntura, se sostenía la necesidad del ajuste para retomar competitividad y reencauzar el camino para la obtención de ganancias y el ciclo de acumulación para la dominación. Desde EEUU se reclamaba continuidad en el salvataje empresarial, con estímulos estatales, para sostener el nivel de actividad económica. Hubo empate y se acordó una reducción de los déficit fiscales hacia el 2013 y que cada quién sostenga los estímulos en cada país. Al final, se trata de soluciones nacionales (anárquicas) para problemas de índole mundial.

Claro que también se habló de la banca y de aplicarles impuestos, pero tan débilmente que difícilmente se apliquen. Paul Krugman advierte que asistimos a la tercera gran depresión en la historia del capitalismo, en 1874, en 1930 y ahora. Cada una duró varios años y trajo gravísimas consecuencias sociales. Los dirigentes reunidos en Toronto parecen no sintonizar en ese sentido y ya preparan una próxima cumbre en Seúl antes de fin de año, mientras la crisis profundiza el desempleo y la pobreza en la mayoría de la población mundial.


* Artículo publicado en el diario Tiempo Argentino - 4 de julio 2010. 

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